Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 2 de abril de 2013

ASTILLERO- La guerra sigue- ¿Es una estrategia?-La clave: educación, educación, educación

Astillero
PxM: cuarto poder
Extinguir la oposición
Coquetas remodelaciones
Poder de las palabras
Julio Hernández López
Foto
TRABAJADORES EN EL AICM. La protesta de empleados de Mexicana en el aeropuerto capitalino cumplió siete días
Foto Saúl López/Cuartoscuro
 
Las cúpulas partidistas concurrentes en el Pacto por México dieron ayer un paso más hacia su consolidación como auténtico cuarto poder sexenal. Dependen de los lineamientos del Ejecutivo, suplen al Legislativo y ahora simulan facultades del Judicial, interpretando leyes y amagando con sanciones a profesores y gobernadores que osaren contravenir en ámbitos estatales la nueva letra federal en materia de reformismo educativo.
 
Las nuevas facultades del pactismo peñista fueron proclamadas por el dirigente de uno de los partidos que han cambiado la etiqueta de oposición (así ésta de por sí fuera pálida y poco creíble) por el de colaboración, Jesús Zambrano, orgulloso presidente en turno de la criatura concertista. No le pareciera suficiente, ni a él ni al panista Gustavo Madero, llegar a arreglos legislativos y dejar que Los Pinos o la Suprema Corte se encarguen de hacerlos cumplir en momentos críticos, así que ayer mismo arremetieron contra los pocos actores disidentes que en el controlado escenario nacional quedan, para dar legitimidad a las acciones de fuerza que decidiera tomar el aparato priísta de poder contra secciones sindicales de Oaxaca, Guerrero y Michoacán que al nuevo entramado educativo se opusieran.
 
En San Lázaro se trabajaba también en la elaboración de un exhorto a los entrampados Gabino Cué y Ángel Aguirre para que no cedan a las presiones de las secciones sindicales que pretenden reformas estatales en materia educativa que a ojos de legisladores federales van en contra del espíritu global de la reforma peñista. Todo dentro del Pacto, nada fuera de él. Zanahoria para los pactistas, garrote para los que a él no se adhieran.
 
La acelerada construcción de una Peñalandia a prueba de crudas realidades exhibió ayer otra de sus paredes de cartón. El ejercicio gubernamental fue ensoñadoramente reclasificado con coquetos letreros en colores pastel. El sombrío comandante del sexenio pasado, Felipe Calderón, pintaba todo de negro, se regocijaba con los anuncios en radio y televisión que con voces cavernosas anunciaban detenciones de capos con apodos por delante y se movía entre burbujas nocturnas y pesadillas de guerra.
 
Todo ello ha cambiado gracias al poder de las palabras. Un buen ciudadano, respetuoso de las instituciones y marcadamente positivo, debería grabarse los nombres de los nuevos parques temáticos: México en Paz se llama de ahora en delante el conjunto de blancas palomas que encabezadas por Miguel Ángel Osorio Chong incluye las secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina, la Procuraduría General de la República y el Cisen, entre otras entidades sosegadas, quietas y tranquilizantes. El México Próspero estará coordinado por el secretario de hacienda, el vicepresidente económico, Luis Videgaray. El gabinete del México Incluyente estará a cargo de la secretaria de desarrollo electoral, perdón, social, Rosario Robles. El de México con Educación de Calidad tendrá como eje al vicetumbador de cacicas, Emilio Chuayffet, titular de la SEP y el SNTE. Y el México con Responsabilidad Global sesionará bajo la conducción del secretario de relaciones exteriores, el todólogo José Antonio Meade Kuribreña.
 
El nuevo México resplandece a los ojos de extranjeros que ya comienzan a poner de ejemplo internacional el mencionado Pacto por México. The New York Times lo ha expresado en unas cuantas palabras: Las propuestas son loables y podrían transformar la economía de México. Sin embargo, oh, el eterno recurso condicionante: Pero el éxito está lejos de ser garantizado. Por lo pronto, el México remozado se siente ya en condiciones de lanzar a coreanos norteños un llamado a que se porten bien y dejen de estar haciéndole gestos extraños al jefe del barrio, el afamado Tío Sam. A sus cuitas originales, el joven heredero oriental, Kim Jong un, deberá añadir ahora la de saber que las fuerzas peñistas están en su contra y lo exhortan a guardar compostura.
 
Astillas
 
El mercadeo partidista para la designación de un consejero electoral, ante la taimada salida de Sergio García Ramírez, podría celebrarse en una sola exhibición, hasta octubre, cuando habrá cuatro plazas más disponibles para el regateo. Por lo pronto, PAN y PRD se han manifestado en contra de hacer una primera designación inmediata… La violencia proveniente del crimen organizado se hace presente cada vez con más frecuencia en el entorno metropolitano capitalino. Pálida reproducción de lo que sucede con asiduidad en otras ciudades, sobre todo del norte del país, va llegando a zonas mexiquenses colindantes con el Distrito Federal, y a esta misma zona privilegiada, el macabro espectáculo de las ejecuciones y sus exhibiciones supuestamente ejemplarizantes. Ayer, en un hospital de Interlomas fue asesinado un paciente que llevaba una semana bajo cuidado médico… En Guadalajara, donde el gobernador priísta, Aristóteles Sandoval, dejó al mando de la procuraduría y la secretaría de seguridad pública al panista que había ocupado la misma SSP con Emilio González Márquez, durante la noche de un polémico partido de futbol profesional fueron asesinadas cinco personas y 16 quedaron heridas, en un ataque contra asistentes a dos bares… Y en el Tamaulipas del abandono gubernamental crónico eran encontrados nueve cuerpos desmembrados cerca de Ciudad Victoria… La cruzada electoral contra el hambre, concentrada en municipios de interés para el PRI, seguía acumulando críticas y suspicacias, mientras Rosario Robles afina discursos y prepara giras… Y, mientras Graco Ramírez abre el expediente de las acusaciones contra su antecesor, el ultraderechista Marco Antonio Adame, en un contexto de presuntas irregularidades administrativas en un Morelos que acumula problemas sin resolver, ¡hasta mañana, con las dudas y temores sobre los detalles de la segunda etapa de las reformas en materia de telecomunicaciones, ahora en la aduana del Senado!
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La guerra sigue
Pedro Miguel
Cuatro meses después, fuera de las oficinas públicas, nada ha cambiado. Las autoridades municipales, estatales y federales siguen violando los derechos humanos en el marco de algo que ya no se llama guerra, pero que sigue siéndolo; día tras día se suceden los combates (aunque la jerga oficial los denomine enfrentamientos) entre dos o más de los difusos bandos de la contienda, y la población del norte, del sur y del Golfo sigue sin encontrar un solo motivo de alivio para la zozobra que padece desde hace más de seis años: homicidios, secuestros, levantones y extorsiones son, como en abril pasado y como en abril antepasado, el pan de todos los días para los inermes y hasta para los menos poderosos de los poderosos.
 
Así como el panismo priízado no tocó las raíces de la corrupción histórica cuando accedió a la Presidencia hace 12 años, hoy el priísmo empanizado se mantiene fiel en lo general, excepto por el discurso, al modelo de desestabilización violenta impuesto por Felipe Calderón desde el poder presidencial. Y con el telón de fondo de la descomposición imparable de las instituciones, proliferan en varios puntos del territorio nacional nuevas gavillas, desgajamientos menores de cárteles antiguos y organizaciones de autodefensa no más ilegales que la abdicación del Estado a su obligación central y fundacional: dar seguridad a la gente.
 
La guerra sigue, porque la población no cabe en la economía, porque la autoridad se ausentó y no ha regresado, porque se han llevado a sus últimas consecuencias las lógicas de la competitividad, la productividad y la ganancia: sólo el narcotráfico, la extorsión, el secuestro y el tráfico de personas son más rentables que las privatizaciones, los contratos mafiosos y las concesiones antinacionales que vienen siendo el modelo ideal de negocio desde tiempos de Salinas.
 
Y así como el foxismo fue la etapa superior del salinismo, el gobierno de Peña Nieto es el capítulo siguiente del calderonato. No hubo, en el recambio operado por el músculo del dinero en 2012, intención alguna de transición ni de cambio; se trataba, por el contrario, de asegurar la permanencia de las lógicas que rigen al Estado desde 1988. La única diferencia real entre uno y otro es la habilidad discursiva (del régimen, no de los gobernantes, entre quienes podría establecerse una eliminatoria por el campeonato de torpeza verbal); mientras que los panistas de Calderón no estuvieron lejos de confesar su odio hacia la plebe, los priístas de Peña se dieron vuelo acuñando y promoviendo frases del tipo Peña, bombón, te quiero en mi colchón, para regocijo de algunos sectores femeninos de las clases populares.
 
La guerra seguirá en tanto a los de arriba no se les acabe el negocio de liquidar al Estado en todas sus instituciones salvo, tal vez, la presidencial. Que el sector privado se encargue de las aduanas, de la seguridad, de las cárceles (¿verdad, señor Mondragón?), de la recaudación y también, por supuesto, de la educación, la salud, la generación de electricidad y la extracción y el transporte de petróleo.
 
Lo que deja, en todo caso, es garantizar la integridad de bancos, filiales de trasnacionales de servicios y empresarios adinerados y sus familiares. Quién le va a hallar cara de negocio a la protección de comunidades miserables y remotas, de ciudadanos anónimos que transitan en masa por las urbes, de jubilados y de jóvenes sin empleo ni escuela. Los segundos pueden seguir nutriendo la cifra de lo que antaño se denominaba bajas colaterales y que ahora ya no se llama de ninguna manera porque, por disposición oficial, no se habla de eso.
 
La guerra seguirá, pues, hasta que la gente diga ya basta y se dé cuenta de que el rey sexenal va desnudo: desnudo de respaldo, de simpatías y de consensos, salvo los que consigue a punta de repartición de prebendas entre las cúpulas políticas formales.
Twitter: @Navegaciones
¿Es una estrategia?
Jorge Carrillo Olea
 
Razones habrá tenido el presidente Enrique Peña Nieto para lanzar desde Roma, urbi et orbi, durante su visita al Vaticano, singulares comentarios sobre la seguridad pública. Expresó dos cosas fundamentales: que en un año sería razonable hacer un balance y que éste sería positivo y que sería gracias a la estrategia que se está aplicando.
 
Somos muchos los que deseamos compartir su optimismo, y haciéndolo habría que apostar a que algo bueno empezara a apuntar en un año, pero que una evolución significativa, si todo marcha, sólo sería de esperarse en mucho tiempo más. Respecto de lo que el Presidente llamó estrategia habría ciertas dudas. Él y sus colaboradores solamente se han referido reiteradamente a la división del territorio nacional en cinco regiones, en las que se llevarían a cabo operaciones ad hoc con la naturaleza del área.
Y con muchas ganas de fortalecer una idea de estrategia, se observa que nada más se ha enunciado que se identifique con ese propósito. Sí han emergido rasgos suficientes para pensar que, lejos de integralidad, característica central de una estrategia, se advierten una serie de omisiones, decisiones o hechos aislados y hasta de confrontaciones muy lamentables en su equipo responsable del tema.

La insuficiencia de la concepción gubernamental de una estrategia surge a la menor reflexión, la que inmediatamente acusa una falta de coincidencia con el entender general sobre la materia. Una concepción tradicional de estrategia sugiere que:

1. La palabra se emplea para describir actividades que comprenden un amplio horizonte de tiempo; está referida a alcanzar un fin distante, muy significativo, comprometiendo la observancia de principios, estableciendo un objetivo cardinal, metas segmentales, programas y recursos de tiempo y bienes muy amplios y de manera esencial, modalidades de vigilancia, evaluación y control.
 
2. Para ser eficaz requiere concentrar la creatividad, los programas, operaciones y medios en un número bastante reducido de fines.
 
3. Debe contener una urdimbre de decisiones que han de apoyarse unas con otras. Esto sólo lo logra el efecto de integralidad. Hasta el momento nada se ha dicho sobre responsabilidades sectoriales en la planeación de la prevención, educación, salud, agricultura, participación social, cooperación internacional de acuerdo con el Sistema Nacional de Planeación Democrática.
 
4. Ya que una estrategia encierra un amplio espectro de actividades, sólo es concebible a largo plazo y debe ser de gran alcance. Concebirlo así es un determinante básico de su éxito o fracaso a lo largo del tiempo.
 
En breve, la palabra está siendo mencionada con gran ligereza cuando es una parte definitoria de todo mecanismo de planeación trascendental. Por ello, expresarla en una sola serie de acciones aisladas referidas a algo tan terrible y arrollador como es la delincuencia organizada, con fuertes matices de vinculación con el narco, el quebranto de la ley, la complicada cohesión y participación social, la salud, la economía o las relaciones internacionales, es difícil y comprometedor.
 
Es evidente que oponerse al azote que tenemos enfrente demanda de una estrategia. ¡Bravo por la decisión! Pero simultáneamente pronunciarse por ella significa asumir un compromiso complejísimo en su formulación, definición, programación, ejecución, evaluación y control. Decisión que, además de las muestras de entusiasmo, si presumimos de vivir en un medio crecientemente democrático, tendría que ser explícita y no cargar al pueblo la tarea de deducirla.
 
 El experto-Hernández
La clave: educación, educación, educación
José Blanco
Durante la semana anterior a la llamada santa, los movimientos del magisterio venían creciendo aceleradamente. Esta semana, con seguridad, los profesores de educación básica reanudarán las acciones en contra no se sabe claramente de qué. El movimiento no es homogéneo en lo absoluto. Se moviliza la CNTE en contra de una llamada reforma educativa que no ha ocurrido, ni se sabe aún de qué se tratará: la SEP no ha abierto aún sus cartas; lo hace también contra la evaluación de los profesores que se ha propuesto llevar a cabo esta secretaría; pero también se movilizan y preparan demandas contra Elba Esther Gordillo. En el SNTE nadie defiende a esa inmensa calamidad creada por los gobiernos priístas e impulsada hasta la demencia por los gobiernos panistas. Al mismo tiempo, grupos numerosos y aparentemente crecientes del SNTE coinciden con la CNTE en sus reclamos.
 
Pocas veces ha tenido el gobierno ante sí un reto de tan grandes dimensiones, y nadie, medianamente enterado, puede esperar que durante el presente sexenio pueda hacerse mucho más en materia educativa que poner los carriles por donde habrá de transitar el tren del futuro de este país. Si logra poner esos carriles habrá alcanzado un éxito político y civilizatorio de proporciones gigantescas. Si no logra hacerlo, ensanchará el drama intenso que es hoy la educación, y no llevará al país a ninguna parte. Como pocas veces ocurre, no parece, en lo absoluto, que haya medias tintas aceptables.

Por hoy, el Pacto por México y otras iniciativas del gobierno del presidente Enrique Peña han ido acrecentando expectativas mayores sobre el futuro cercano y de mediano plazo del país. Esto ocurre nacional e internacionalmente. Todo parece indicar que se trata de una visión desmedida de las realidades de México, pero ahí están como percepciones efectivas y de acuerdo con ellas los agentes económicos insertos en los circuitos del comercio de bienes, del sector financiero, del turismo y otros rubros internos, esperan que éste sea un buen año (y los que vienen, también).

Son muchos los millones de mexicanos excluidos de tales expectativas y para empezar a incluirlos seriamente, no hay más medio, en el corto plazo, que el crecimiento económico inteligente, una reforma fiscal que incluya gravámenes suficientes al erario y gastos que de veras mitiguen la polarización social. Un crecimiento que prepare bases sólidas para el crecimiento de largo plazo.

La vía fundamental para alcanzar ambos objetivos (preparar bases sólidas para el crecimiento de largo plazo y llevar a cabo políticas públicas de justicia social) es gastar en educación, y en educación, y en educación. Lo repetiremos una vez más: la planeación de la educación de hoy, es la planeación del futuro de la nación.
 
La educación no lo es todo, es indispensable una infraestructura digna de tal nombre. Pero la educación es el eje estratégico central del futuro, por ello mismo es el eje estratégico del presente.
 
Convertir la educación en el eje estratégico efectivo del futuro, demanda la participación decidida de toda la sociedad: eso hoy no ocurre. Peor aún: los profesores de educación básica, en una proporción que hoy es difícil medir, tienen la percepción de que lo que se ha anunciado hasta ahora en materia educativa está en contra de sus intereses inmediatos. Un drama.
 
Es indispensable realizar una política educativa que dé los frutos de más alto nivel posible en cada momento, y esto sólo es posible con una política-política del más alto nivel posible en cada momento: para poner a los profesores en favor de la reforma educativa, para movilizar a la sociedad en favor de la reforma educativa. Sabemos qué es lo mejor que podemos hacer: repetir los modelos educativos de los países que hoy lo están haciendo mejor en el mundo, adecuándolos a nuestra circunstancia histórica; en otros términos, crear un modelo educativo centrado en el aprendizaje (no en el profesor), un modelo educativo de aprendizaje por competencias ( psychosocial skills y life skills, sobre las que escribí en mi entrega anterior).
 
Realizar tal tarea comporta acciones de magnitud desmesurada; la primera en orden e importancia: formar a los profesionales que llevarán a cabo la capacitación de los profesores de todo el país. Una capacitación que les muestre cómo se diseña y se gestiona un modelo centrado en el aprendizaje y basado en las referidas competencias. Es claro que esa tarea no es posible sino multiplicando a los multiplicadores de esos profesionales capacitadores. Hablamos de una tarea de larga duración, de una transición planeada a detalle, de una tenacidad y una persistencia insuperables. De paciencia, mucha paciencia de todos los actores, de actuar, evaluar, corregir, innovar en línea continua.
 
En la educación, más aún, en la alta educación, está el futuro, está el desarrollo, está una vía decisiva de la ineludible necesidad de abatir las brutales desigualdades sociales, que son la materia prima principal del subdesarrollo.
 
Si ahora se ha de evaluar a los profesores, sólo puede ser para saber cuál es su condición y su formación actuales, para conocer el punto de partida de qué y el cómo han de ser capacitados en modelos educativos que, por ahora, para la mayoría, les son desconocidos.
 
Por su parte las familias deben ser intensamente informadas acerca de cómo y para qué serán capacitados los profesores, cuáles son los modelos educativos que se pondrán en marcha. Step by step, little by little, cantaba Alan Parsons.
Soluciones-Hernández

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