Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 14 de septiembre de 2013

Aguas… no es cosa de juego- Peña Nieto y las “Guerras” de Reforma

Aguas… no es cosa de juego


 

El domingo pasado, la Cámara de Diputados recibió por interpósito Secretario de Hacienda el paquete económico de Enrique Peña Nieto para el 2014. El Ejecutivo Federal calificó su iniciativa de reforma hacendaria como “altamente progresiva” porque “pagarán más los que más ganan y elimina injustificables privilegios fiscales”. Parecía referirse a las ventajas desmedidas que disfrutan los grandes capitales en México. Pero no.
La iniciativa no incluía el IVA a alimentos y medicinas. Esta ausencia, junto con la novedad del gravamen a operaciones bursátiles, el seguro de desempleo y la desaparición del IETU, fueron recibidas por la opinión pública como una muestra de sentido común de parte de la administración federal. Sin embargo, el paquete traía sorpresas: los gravámenes a colegiaturas, a compra y renta de vivienda, y a alimentos para animales, por mencionar los que más rechazaron la ciudadanía a través de las redes y los expertos en los medios.
Los gravámenes fueron objetados por considerarse una carga adicional para la clase media, precisamente en un momento por demás deprimido de la economía. Nada que ver con el “Momento de México”. Entre lo aplaudido y lo rechiflado, hubo más de lo segundo. Entró en acción el Plan B: Luis Videgaray Caso, Secretario de Hacienda, compareció el miércoles ante los diputados. Prometió dialogar más con ellos para reconsiderar –no necesariamente eliminar– los impuestos impugnados.
Durante su presencia en San Lázaro, Videgaray afirmó que “desde el punto de vista de la definición técnica, México no está en recesión.” La frase sugiere que no nos preocupemos, pero la realidad grita. Ante esto, ¿no sería más inteligente revisar la “definición técnica” en vez de soñar con un modelo en el que sí quepa nuestro caos, como sea que se defina? Estos detalles son los que hacen que las declaraciones oficiales pierdan efecto y se vuelvan defecto.
Por ejemplo, la intensa campaña para apoyar el impuesto a bebidas azucaradas razona que ponerles un impuesto inhibirá su consumo y habrá menos obesidad. La misma voz federal propone gravar las colegiaturas, y uno se pregunta: ¿Acaso se busca inhibir la matrícula para que haya menos estudiantes? ¿Se trata de deseducarnos?
El IVA en alimentos para mascotas tampoco se sostiene. Si la meta es tasar el consumo de quienes más gastan, ¿qué tienen que hacer las croquetas en ese rubro? Además no hay una relación directa entre el nivel de gasto de un hogar y la cantidad de mascotas que mantiene; más bien me parece que son variables inversamente proporcionales: a menos ingresos, más mascotas. Seguramente ni las croquetas ni el alpiste se clasifican como objetos de lujo.
El otro impuesto que lastima a la débil clase media de México es el que se propone para rentas y operaciones hipotecarias. Tampoco se trata de una medida orientada a lo que anunció sonriente Peña Nieto: una reforma en la que “pagarán más los que más ganan y elimina injustificables privilegios fiscales”. Al revés, dificulta a la clase media rentar y adquirir un inmueble, pues el IVA siempre lo paga el consumidor. Gravar las operaciones bursátiles y los límites para la consolidación contable parece ser lo único dirigido a la cumbre de la pirámide; lo demás no.
Los ánimos de México se están crispando; el desempleo y los precios suben sin freno; los gasolinazos no paran; la impunidad campea; la sociedad desconfía más; el Congreso, el Informe de Gobierno y el Grito tienen que buscarse acomodo. La gente está inquieta, y no parece buena idea seguir dándole (dándonos) atole con el dedo. Es un momento histórico muy delicado, ojalá lo crean. Todo es asunto de dinero, y no es juego.
P.D. No hay adjetivos para calificar la sentencia que el sistema judicial mexicano le descarga con desprecio a Alberto Patishtán. La vida de un inocente no les importa si se trata de ocultar los vicios de la impartición de justicia. Se abriría la Caja de Pandora.
FUENTE: Sin embargo.mx
 

Peña Nieto y las “Guerras” de Reforma

Por: - septiembre 13 de 2013 - 7:07COLUMNAS, Villamil en Sinembargo - 1 comentario
 
El martes 11 de septiembre, tras observar a los contingentes más numerosos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación marchar por Reforma, rumbo a la residencia oficial de Los Pinos, pensé que esta hermosa avenida, asiento de los delirios nacionalistas futboleros en el Ángel, emblema de los panistas en el 2000, apropiada por la Marcha del Orgullo Gay desde hace 30 años, sitio de encuentro de ciclistas, patinadores y oficinistas, escenario del trágico avionazo de Mouriño en noviembre de 2008 se convertirá también en el gran escenario social y en el pulso político de las disidencias contra el gobierno de Peña Nieto.
La avenida Reforma dejó su aire aristocrático y nostálgico para transformarse, desde aquel polémico plantón de López Obrador en el 2006, en el escenario central de las disidencias del país. El mismo encabezó la marcha contra el desafuero, en el 2005, quizá la más grande que se haya producido recientemente, del Auditorio Nacional hasta el Zócalo. Los jóvenes del #YoSoy132 convirtieron en 2012 el trayecto del Bosque de Chapultepec hacia Grupo Televisa en una nueva ruta del manifestódromo.
Reforma ya no es sólo la avenida de los liberales y nacionalistas de bronce, mandados a construir por Porfirio Díaz para autoelogiar su dictadura. Tampoco es únicamente la avenida de las grandes torres –que ya suman el conjunto de rascacielos más impresionantes de América Latina-, ni de las oficinas corporativas internacionales, o del único bosque que le queda al primer cuadro de la ciudad de México. Ya no es sólo la avenida de los delirios imperiales de Carlota desde el Castillo de Chapultepec, ni el ambicioso negocio inmobiliario de los Alemán y de Carlos Hank.
Es la avenida, nuevamente, de las “guerras” de Reforma. Sin pretenderlo, Peña Nieto convirtió esta arteria que conduce hacia Los Pinos en un paso obligado para todos aquellos que se sienten agraviados por sus reformas: la laboral, la educativa, la de telecomunicaciones, la financiera, la fiscal, la energética, más las que se acumulen.
El 22 de septiembre, en este mismo sitio, López Obrador convocó a una segunda movilización en contra de la reforma energética de Peña Nieto. Desde el mitin del pasado 8 de septiembre, el fundador de Morena anunció que pretende sumar a los agraviados de la reforma fiscal. Difícil que lo logre, ahora que el gabinete del doctor Videgaray decidió posponer el IVA a medicinas y alimentos por las cuentas de vidrio de seguros de desempleo.
Cuando los contingentes lopezobradoristas recorran la avenida Reforma seguramente estarán recientes las huellas de los integrantes de la CNTE que irrumpieron sobre la elegante, aspiracional, cosmopolita y burocrática avenida Reforma en estas cinco semanas que han logrado concentrar la atención y las fobias de la mayoría de los capitalinos.
Los mediáticos y escandalizados defensores de la libre vialidad en Reforma nunca pensaron que los “mugrosos”, “huevones” y “prietos” integrantes de la CNTE demostraran que eran mucho más organizados que los bailarines del Movimiento de los 400 Pueblos, convertidos ahora en una triste comparsa de cumbia, y casi tan furiosos como los extraños “anarquistas” que aparecen cada vez que se necesita una provocación. La CNTE no repartió besos como Javier Sicilia a su paso por Reforma, pero si lograron desquiciar a buena parte de la ciudadanía y demostrar que pueden convertir sus demandas en un movimiento nacional.
La avenida Reforma es también un cruce de varias vialidades, todas arterias principales de esta ciudad que fácilmente se puede “estrangulada”: Periférico, Constituyentes, Circuito Interior, hacia los rumbos de las Lomas y Santa Fé, pero también el Eje 1 y la calzada que llega hasta la Basílica de Guadalupe.
Estos mismos cruces de vialidades pueden convertirse también, tarde o temprano, en la intersección de muchos colectivos que tendrán algo qué decir sobre las reformas estructurales que a todo vapor, sin deliberación suficiente y en método fast track legislativo, se están procesando y decretando en el primer año de Peña Nieto.
Serán las “guerras” cívicas de Reforma. Pero también pueden ser las batallas perdidas de una nueva arteria en construcción: la avenida Pacto por México. Intransitable para muchos.
www.homozapping.com.mx
FUENTE: Sin embargo.mx

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