El fantástico éxito de Ocupa Wall Street
Immanuel Wallerstein
El movimiento Ocupa Wall Street –porque ahora es un movimiento– es el acontecimiento político más importante en Estados Unidos desde los levantamientos de 1968, de los que es descendiente, o su continuación.
Nunca sabremos con certeza por qué comenzó en Estados Unidos cuando lo hizo –y no tres días, tres meses, tres años antes o después. Las condiciones estaban ahí: agudas penurias económicas siempre en aumento, no sólo para quienes de verdad están golpeados por la pobreza, sino también para un segmento en perpetuo crecimiento de los pobres que laboran (conocidos también como clase media); una exageración increíble (voracidad y explotación) del uno por ciento más acaudalado de la población estadunidense (Wall Street); el ejemplo de enojadas insurrecciones por todo el mundo (la
primavera árabe, los indignados españoles, los estudiantes chilenos, los sindicatos de Wisconsin y una larga lista de otros). No importa en realidad qué chispa fue la que prendió el fuego. Éste comenzó.
En la Etapa Uno –los primeros días– el movimiento fue un puñado de personas audaces, casi todas jóvenes, que intentaban manifestarse. La prensa las ignoró totalmente. Algunos estúpidos capitanes de la policía pensaron que un poco de brutalidad acabaría con las manifestaciones. Fueron captados en película y la película se volvió viral en You Tube.
Eso nos trajo a la Etapa Dos –publicidad. La prensa ya no podía ignorar por completo a los manifestantes. Así que la prensa intentó un aire de superioridad. ¿Qué sabían de la economía estos jóvenes necios e ignorantes y unas cuantas mujeres viejas? ¿Tenían algún programa positivo? ¿Estaban
disciplinados? Las manifestaciones, nos dijeron, se desinflarían rápidamente. Pero con lo que no contaban la prensa ni los poderes (nunca parecen aprender) es que el tema de la protesta resonó ampliamente y muy pronto prendió. En ciudad tras ciudad, comenzaron
ocupacionessemejantes. Los desempleados de 50 años de edad comenzaron a unirse. Y también lo hicieron las celebridades. Los sindicatos también, incluido ni más ni menos que el presidente de la AFL-CIO. La prensa fuera de Estados Unidos comenzó ahora a seguir los sucesos. Cuando les preguntaron qué pedían, los manifestantes replicaron:
justicia. Esta respuesta comenzó a parecerle significativa a más y más gente.
Esto nos condujo a la Etapa Tres –legitimidad. Los académicos de una cierta reputación comenzaron a sugerir que el ataque a
Wall Streettenía cierta justificación. De pronto, la voz principal de la respetabilidad centrista, The New York Times, publicó un editorial el 8 de octubre en el que se afirmaba que quienes protestaban tenían de hecho
un mensaje claro y prescripciones específicas de políticas públicas, y que el movimiento era
algo más que un levantamiento juvenil. El periódico continuó:
La inequidad extrema es el sello de una economía disfuncional, dominada por un sector financiero impulsado en gran medida por la especulación, la estafa y el respaldo gubernamental tanto como por la inversión productiva. Un lenguaje fuerte para venir de ese diario. Y luego el comité demócrata de campaña para el Congreso comenzó a circular una petición pidiendo a los militantes del partido que declararan:
Estamos con las protestas de Ocupa Wall Street.
El movimiento se había hecho respetable. Y con la respetabilidad vino el peligro –la Etapa Cuatro. Un movimiento de protesta importante que ya prendió enfrenta comúnmente dos amenazas importantes. Una es la organización de significativas contramanifestaciones en las calles, de la derecha. Eric Cantor, el líder republicano en el Congreso, de línea dura y bastante astuto, ya hizo un llamado para tal efecto. Estas contramanifestaciones pueden ser bastante feroces. El movimiento Ocupa Wall Street necesita estar preparado para esto y pensar a fondo cómo va a manejar o contener esto.
Pero una segunda y mayor amenaza viene del mismo éxito del movimiento. Conforme atrae más respaldo, aumenta la diversidad de puntos de vista entre los manifestantes activos. El problema aquí es, como siempre, cómo evitar el monstruo Escila de volverse un culto amarrado que podría deshacerse debido a lo restringido de su base, y el monstruo Caribdis de ya no tener una coherencia política por volverse muy amplio. No hay una fórmula simple de cómo manejarse para evitar irse a cualquiera de esos dos extremos. Es difícil.
Y en cuanto al futuro, podría ocurrir que el movimiento vaya en aumento de su fuerza. Podría ser capaz de hacer dos cosas: forzar a una restructuración de corto plazo de lo que el gobierno haga para minimizar las obvias penurias que agudamente siente la gente, y puede conseguir una transformación de largo plazo de cómo piensan grandes segmentos de la población estadunidense acerca de las realidades de la crisis estructural del capitalismo y sobre las transformaciones geopolíticas importantes que ocurren porque ahora vivimos en un mundo multipolar.
Aun si en el caso de que el movimiento Ocupa Wall Street comenzara a extinguirse, debido al desgaste o la represión, ya triunfó y dejará un legado duradero, como lo hicieron los levantamientos de 1968. Estados Unidos habrá cambiado en una dirección positiva. Y como dice el dicho:
Roma no se hizo en un día.
Un sistema-mundo nuevo y mejor, un Estados Unidos nuevo y mejor, es una tarea que requiere los repetidos esfuerzos de repetidas generaciones. Pero es cierto que otro mundo es posible (si no es que inevitable). Y podemos hacer la diferencia. Ocupa Wall Street está haciendo la diferencia, una gran diferencia.
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
Reporte sobre noticias; el veterano músico de folk Peter Seeger se adhiere a la causa
Ocupa Wall Street y sus ecos, los temas más seguidos por la opinión pública en EU
Marchan cientos de telefonistas, trabajadores automotrices, electricistas y transportistas
Trabajadores de la empresa Verizon protestaron ayer a las afueras de la bolsa de valores en solidaridad con el movimiento Ocupa Wall StreetFoto Reuters
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 22 de octubre de 2011, p. 25
Sábado 22 de octubre de 2011, p. 25
Nueva York, 21 de octubre. Ocupa Wall Street y sus ecos estuvieron entre los dos temas más seguidos por el público estadunidense en los medios, y cada día hay mayores manifestaciones de solidaridad y diversidad con este naciente movimiento y hoy se programaba que el icono de la música rebelde folk, Pete Seeger, de 92 años de edad, se sumaría a esta causa.
La atención pública se enfocó en la crisis económica (20 por ciento) y casi el mismo porcentaje en Ocupa Wall Street (18 por ciento) y acciones relacionadas a lo largo del país, reportó el Pew Research Center en su informe semanal sobre las noticias más consultadas en los principales medios de Estados Unidos. Una semana antes, las protestas ni figuraban entre las principales que seguía el público.
Hoy, cientos de telefonistas junto con representantes de los sindicatos automotriz, servicios públicos, electricistas, Teamsters y manifestantes de Ocupa Wall Street marcharon por el centro financiero de Nueva York en demanda de un contrato colectivo justo para los trabajadores de Verizon, la principal empresa de telecomunicaciones del noreste y las 16 más grande del país que ganó 22.5 mil millones de dólares en utilidades y entregó 258 millones a sus cinco ejecutivos de más alto rango.
Las pancartas y consignas oficiales del sindicato de telefonistas, CWA, ya adoptaron las de Ocupa Wall Street:
Ocupa Verizon, ocupa Wall Street, ocupa todoy
somos el 99 por ciento, otra muestra de la creciente dimensión de la nueva expresión de solidaridad entre los que dicen ser
el 99 por cientoluchando contra la avaricia y corrupción del uno por ciento más rico. “Ocupa Wall Street ha enfocado la atención del mundo sobre el poder destructivo de la avaricia empresarial… Juntos, trabajadores y Ocupa Wall Street están demandando que la economía estadunidense empiece a funcionar de nuevo para el 99 por ciento, y no sólo el 1 por ciento más rico”, afirmó el sindicato CWA.
Al mismo tiempo, nuevas generaciones se van sumando. Los
padres de familia para el 99 por cientoorganizaron una velada con sus hijos donde pernoctaron junto con los ocupas en Plaza Libertad, con juegos, música y cuentos.
Creando cambio hoy para el futuro de nuestros hijos, se lee en su manta sobre la zona que organizaron dentro del parque.
Nuestros hijos merecen algo mejor, indica la pancarta de un viejo.
Juega limpio Wall Street, señala otra que lleva un pequeño niño.
Pero también las viejas generaciones acuden. Pete Seeger, el legendario icono del movimiento folk, figura que ha participado en mil causas y movimientos de resistencia y protesta a lo largo de sus 92 años de edad, tenía planes de encabezar una procesión esta noche después de un concierto, donde invitará a su público a seguir cantando por las calles junto con los de Ocupa Wall Street.
Aquí ya empieza el frío con un viento que avisa aún más por venir. Una mujer que teje gorras contra el frío para los ocupas, les escribe una carta junto con donación de sus labores para ellos: “¡A los ocupas de Wall Street! ¡Gracias por su representación! Soy una madre de tiempo completo y una estudiante de enfermería con 3 chambas de tiempo parcial. Mi presidente llama a eso ser estadunidense. Yo lo llamo esclavitud. Mi misión es ninguna oreja fría en Wall Street. Avísenme si necesitan más. [firmado] Jessica Rainbow, Tejedoras para el 99 por ciento”.
Somos un pueblo
Esta mañana, el Consejo de Relaciones Americanas-Islámicas llegó con un contingente y realizó una sesión de oraciones
en apoyo a las demandas justasde Ocupa Wall Street. En otro momento del día, un grupo de judíos se presentó para celebrar un día festivo en su calendario religioso. Preguntados sobre las diferentes religiones que han venido aquí, un participante dijo
es un círculo, somos una comunidad, un pueblopreocupado por la desigualdad económica y la justicia. Un par de
reverendos de protestaofrecen
consejos espiritualespara quienes los desean en la Plaza Libertad. Mientras, un tipo de gurú, con un turbante, encabezó una sesión de meditación y yoga.
Un foro sobre los jornaleros (cuya mayoría es mexicana) de los campos de jitomate de Immokalee en Florida y su lucha por derechos laborales y vida digna que encabezan con la Coalición de Trabajadores de Immokalee, se realizó en la plaza.
En Harlem, organizaciones comunitarias acompañadas por algunos de Ocupa Wall Street realizaron un acto de desobediencia civil en protesta por tácticas racistas de la policía contra afroestadunidenses y latinos; hubo detenciones y entre ellos estaba el filosofo político y profesor en Princeton Cornel West y un reverendo de la histórica Iglesia Riverside.
Para algunos, todo esto es irritante, si no inaguantable. El alcalde Michael Bloomberg amenazó otra vez con imponer mayores controles sobre los manifestantes, obligándolos a solicitar permisos para realizar marchas y mantener más disciplina en el parque, y se quejó de que no hay nadie con quien se pueda negociar ya que no hay líderes, ni uno solo representante, y muchas ideologías.
A la vez, alrededor del país continuaron las protestas y plantones, en Cincinnati, Tampa, Manchester (New Hampshire) hubo arrestos y nuevas expresiones. En Chicago más de 10 mil firmas se han recaudado para demandar que el alcalde Rahm Emanuel permita que permanezca un plantón en el Parque Grant sin ser arrestados (175 fueron detenidos ahí el domingo).
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