Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 1 de noviembre de 2011

Escocia: Hacia la independencia

Escocia: Hacia la independencia

La bandera de Escocia durante un mitin electoral. Foto: AP
La bandera de Escocia durante un mitin electoral.
Foto: AP
EDIMBURGO, (apro).- Escocia, con más de 5 millones de habitantes, milenarias tradiciones y cultura, y sus 790 islas y archipiélagos dispersos en el rico Mar del Norte, se encamina a separarse del Reino Unido, por primera vez desde 1707, y recuperar su independencia por la que lucharon en el pasado héroes nacionales como William Wallace (Braveheart o Corazón Valiente) y Robert the Bruce, entre otros.
A pesar de un fuerte rechazo de la reina Isabel II de Inglaterra y del gobierno británico que encabeza el conservador David Cameron, el gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) busca poner en práctica su promesa electoral y llamar a un referendo nacional para que los escoceses decidan si quieren o no separarse de Gran Bretaña.
El pasado 24 de octubre el SNP lanzó oficialmente en Edimburgo una campaña “histórica” por la independencia de Escocia, y anunció los detalles de un plan “sin precedentes” que buscará una eventual victoria en el referendo sobre la división.
El político y parlamentario Angus Robertson, al frente de la campaña, declaró durante el cierre del congreso anual de la agrupación, que el SNP apelará a la población “de todos los colores políticos” para garantizar un “sí” en un referéndum previsto para los próximos años.
“Compañeros nacionalistas, la campaña por el referendo hacia la independencia ha comenzado”, declaró Robertson, quien fue ovacionado por los delegados e invitados a la cita.
“Trabajaremos lo más duro posible en una campaña nacional sin precedentes para asegurarnos que la mayoría vote por el ‘sí’ para la independencia soberana de Escocia”, agregó.
Según el escocés, el SNP buscará convencer a votantes y comunidades de todo el país “calle por calle”.
“Esta no es una campaña para el SNP, sino para toda Escocia. Servirá para garantizar el bienestar de nuestras comunidades y ciudadanos, sin importar la afiliación política que tengan”, continuó.
La campaña recibió más de un millón 600 mil dólares de fondos del poeta nacional escocés Edwin Morgan, fallecido el año pasado a los 90 años.
El SNP indicó que convocará a un referendo por la independencia de Escocia al final de su mandato de cinco años, que comenzó en 2010, a pesar de presiones de políticos de la oposición, que reclaman un voto para los próximos meses.
Escocia fue un estado independiente hasta 1707, fecha en que se firmó el Acta de Unión con Inglaterra para crear el Reino Unido de Gran Bretaña. La unión no supuso alteración del sistema legal propio de Escocia, que desde entonces ha sido distinto del de Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.

Por su parte, el secretario de Finanzas escocés y veterano político del SNP, John Swinney, afirmó durante el congreso del SNP que Escocia podría convertirse en la sexta potencia más rica del mundo si logra el control geográfico de los recursos petrolíferos del Mar del Norte, que actualmente comparte con el resto de Gran Bretaña.
Swinney sostuvo que el gobierno británico, con sede en Londres, “ha disfrutado por demasiado tiempo de los beneficios que traen dichos recursos”; y dijo que Escocia “está subsidiando el resto del Reino Unido”.
“Escocia contribuye más al Reino Unido en ingresos que lo que recibe en el gasto público británico. Las cifras demuestran que si logramos el control geográfico de los recursos offshore, nos convertiríamos en el sexto país más rico del mundo, diez lugares por delante de Gran Bretaña, que se ubica en el puesto 16”, subrayó el secretario.
Para Swinney, la independencia escocesa le dará al Parlamento de Edimburgo “poderes normales que disfrutan las naciones del mundo para garantizar empleos y crecimiento”.
El secretario comparó el “bienestar” de las finanzas de Escocia con “el caos y la crisis” del último gobierno laborista británico, y acusó a la actual coalición conservadora-liberal democrática que encabeza David Cameron de “chantaje financiero” por las pensiones del sector público.
Swinney reiteró su crítica a Londres que “amenazó” con reducir el presupuesto de Escocia si ese país demora la implementación de un aumento en la contribución para las jubilaciones de trabajadores del sector público, que el secretario escocés quiere aplazar.
Lo cierto es que Escocia cuenta con una economía mixta que depende en gran medida de las industrias del petróleo y el gas, como también del sector del tecnológico, especialmente en lo que se conoce como Silicon Glen.
Edimburgo, por ejemplo, es el centro de las finanzas en Escocia, y el sexto más importante de Europa, después de Londres, París, Frankfurt, Zúrich y Ámsterdam. Allí se encuentran las sedes de las firmas Royal Bank of Scotland, HBOS (dueños del Bank of Scotland) y Standard Life, entre otras.
En 2005, las exportaciones totales de Escocia (incluidas las exportaciones al resto del Reino Unido) alcanzaron aproximadamente 17 mil 500 millones de libras (28 mil millones de dólares), 70% de los cuales proviene de productos manufacturados.
Sus principales exportaciones son el whisky, los productos electrónicos y los servicios financieros, que se envían a Estados Unidos, los Países Bajos, Alemania, Francia y España, entre otras naciones.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2006 el Producto Interno Bruto (PIB) de Escocia era algo superior a los 139 mil millones de libras (222 mil millones de dólares), con lo cual la renta per cápita se situaba sobre las 20 mil libras (32 mil dólares).
En mayo de 2009, la tasa de desempleo fue del 6.6%, inferior a la media del Reino Unido y a la de la mayoría de los países de la Unión Europea.
Las últimas cifras oficiales del gobierno británico para 2009-2010 indican que las finanzas de Escocia están en mejor situación que las del resto del Reino Unido. Contribuye con 9.4% de los impuestos británicos, pero recibe sólo el 9,3% del gasto público.
Por ello no es casualidad que la última encuesta sobre la independencia de Escocia, publicada el pasado 23 de octubre en el periódico británico Independent on Sunday, indicó que 39% de la población de Gran Bretaña considera que Escocia debería ser un país independiente del Reino Unido, un incremento de 6 puntos desde mayo de 2011; en tanto que un 38% opinó lo contrario.
Cuando el sondeo se realizó sólo en Escocia, un 49% respondió a favor de la independencia (11 puntos más que en 2010), y 37% se opuso (nueve puntos

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