Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Grecia: callejón sin salida- Dadme una palanca y hundiré al mundo- Bajo la Lupa

Dadme una palanca y hundiré al mundo
Alejandro Nadal
En los dramas de Eurípides y Sófocles las figuras heroicasfrecuentemente se suicidan para liberarse de situaciones en las que se saben perdidos de antemano. Para el héroe no hay salida y camina inexorablemente hacia su propia destrucción. Los profetas en la tragedia griega poseen información y la utilizan para encauzar al héroe hacia su destrucción, presentándola a través de adivinanzas indescifrables o herméticos enigmas.
La tradición se mantiene viva en Europa, pues hace unos días, en la cumbre de líderes europeos para dar la solución definitiva a la crisis del euro, se hizo alarde de los mismos impulsos suicidas y se sentaron las bases de la destrucción inexorable de la moneda común.
La cumbre anunció una rasurada de 50 por ciento sobre el principal de la deuda griega. Se dice que es un recorte voluntario para no desencadenar un evento crediticio. Pero ¿qué es un evento crediticio? Ese eufemismo alude veladamente al cataclismo financiero que se produciría si se cumplen las condiciones de los seguros de deuda que los bancos europeos han contratado con sus contrapartes estadunidenses para cubrirse en caso de impago por parte de algún gobierno de la eurozona. Para que los bancos acepten, se les ha presionado, chantajeado y corrompido con un paquete de incentivos de 30 mil millones de euros.
Luego vino el plato fuerte: el anuncio de la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) hasta un billón de euros. Y si usted se pregunta de dónde sacaron ese dinero, la respuesta es que no lo tienen. El anuncio es un engaño: el Fondo no ha sido dotado de un céntimo de recursos frescos.
Esto demanda una explicación. Se podría haber utilizado al Banco Central Europeo para imprimir unos 700 mil millones para aumentar el poder del Fondo. Pero los alemanes están en contra. Así que se espera que el sector privado en Europa pueda proporcionar una parte de este monto. Pero con las perspectivas a la baja, esa aportación no rebasaría unos cuantos millones de euros. Entonces, ¿de dónde piensan los líderes europeos sacar el resto?
La respuesta: de China. Sí, ahora le toca a esa pieza mitológica llamada mercados emergentes rescatar a la vieja Europa. Claro, el comunicado también habla de Brasil e India, pero no hay que engañarse. Esos dos no podrían entrarle a una aventura de este calibre. Por eso lo primero que hizo Sarkozy saliendo de la reunión fue llamar a Hu Jintao para darle la buena nueva. El presidente chino recibió el mensaje con frialdad.
El plan es absurdo. La mayoría de los países europeos (salvo Alemania e Irlanda) mantiene un déficit comercial importante con Pekín. Así que pedirle recursos a China para apuntalar el FEEF equivale a pedirle dinero prestado para seguir comprando sus exportaciones. Las relaciones comerciales y financieras entre China y Estados Unidos han estado basadas en el mismo principio, lo que condujo a los desequilibrios globales que han marcado la economía mundial en las últimas décadas.
Los chinos exigirían condiciones para entrar en un arreglo de este tipo. Demandarían un mejor acceso a los mercados europeos, lo que ayudaría a deteriorar todavía más la balanza comercial y el empleo en Europa. Luego vendría el tema delicado de la paridad cambiaria. Ya un miembro del comité de política monetaria del banco central chino ha declarado que a cambio de invertir en el FEEF, Pekín apremiaría a los europeos para que no se quejen de la manipulación cambiaria que mantiene el renminbi subvaluado.
China tienen sus problemas: una gigantesca burbuja inmobiliaria, bancos con estados financieros de dudosa transparencia y una fuerte sobre-inversión en varias industrias fundamentales. Tendría que enfrentarles antes de comenzar a jugar al fortachón del barrio que arregla problemas ajenos.
Este enredo esconde una profunda distorsión del Fondo europeo de estabilidad financiera: ahora el apalancamiento se ha convertido en una de sus características esenciales. Apalancar significa utilizar una pequeña cantidad de dinero para conseguir más recursos y poder invertir (y especular). Y eso es precisamente lo que Sarkozy y la Merkel pretenden que se haga con el FEEF. El anuncio de la cumbre europea hasta ofreció la creación de un vehículo especial para atraer inversionistas, no muy diferente de los CDO (collaterized debt obligations) que desempeñaron un papel nefasto como detonantes de la crisis financiera. Resulta paradójico que el apalancamiento, práctica tan apetecida de los especuladores, se haya insertado en el corazón del instrumento que se suponía podía dominar los excesos de la especulación financiera. Arquímedes habría observado que con esta palanca no se necesita un punto de apoyo para hundir la economía mundial.
Al igual que los personajes trágicos, los líderes europeos muestran total incapacidad para aprender y leer las señales. Creyendo dominarlas, abrazan con gusto las fuerzas de su propia destrucción. Keynes, quien conocía bien a los clásicos, les hubiera dicho que el futuro es incierto.
Grecia: callejón sin salida
Ayer, a una semana del acuerdo de los gobiernos de la Unión Europea (UE) para condonar 50 por ciento de la deuda griega y conceder a ese país ayudas financieras adicionales, el gobierno encabezado por Giorgios Papandreou anunció un referéndum para que la población de ese país determine si acepta el nuevo plan de rescate. Además del escepticismo provocado en amplios sectores de la población helénica, el anuncio tuvo efecto inmediato en los mercados bursátiles de Europa y América, que cerraron con desplomes hasta de 6.8 por ciento.
Independientemente de la utilidad que esta medida pueda tener como elemento de distensión de la crisis política griega –originada en el rechazo popular a las políticas impuestas con los planes de rescate económico–, el anuncio es indicativo del callejón sin salida en que se ha convertido el problema de las deudas soberanas en Europa: si el resultado de la citada consulta es favorable al plan de choque que pretende imponer la UE, se estará dando luz verde a un sacrificio adicional a la de por sí castigada población helénica. Se asestará un duro golpe a las perspectivas de reactivación económica de ese país y se terminará por arrojar gasolina al incendio social que se ha venido desarrollando en los meses recientes en la nación mediterránea, todo en aras de una estabilidad financiera por demás incierta. Si, por el contrario, la mayoría de los griegos rechaza la aplicación del programa de ayudas financieras de la UE –como parece que ocurrirá, a juzgar por distintos sondeos–, ello supondría una inmediata declaratoria de quiebra por parte del gobierno de Atenas, aceleraría el estallido de la crisis en otras economías en dificultades –acaso las de España e Italia–, y llevaría a un descalabro financiero mayúsculo en Europa y en el mundo.
Tal disyuntiva, por indeseable que resulte, es el resultado lógico del empeño de los gobiernos europeos por imponer en Grecia medidas que en nada ayudan a la reactivación de los mercados internos y las economías nacionales, y en cambio generan afectaciones sociales y económicas severas, reducen al mínimo las perspectivas de intervención estatal, alimentan los descontentos y desembocan, tarde o temprano, en pérdida de paz y de estabilidad política.
Por lo demás, que la debacle de un país como Grecia –cuya economía constituye apenas 0.5 por ciento del PIB mundial– pueda poner en jaque a uno de los conglomerados económicos más poderosos del mundo, como la UE, ilustra las condiciones asimétricas y distorsionadas que imperan en la dinámica económica actual, la cual privilegia los intereses financieros y especulativos en detrimento de los sectores productivos, las economías nacionales y, desde luego, las poblaciones.
Desde que se declaró la recesión mundial a finales de 2008, se ha insistido, desde distintos frentes, en la urgencia de cambiar a fondo el modelo económico depredador vigente, formulado desde los centros de poder planetarios y difundido a raíz de la revolución conservadora que inició Margaret Thatcher, que en el ámbito latinoamericano, y aplicada primero por el régimen de Augusto Pinochet, en Chile, y posteriormente por políticos como Carlos Salinas, Carlos Ménem y Alberto Fujimori, fue el punto de partida para décadas de catástrofes sociales y nacionales.
Está visto que parches como el plan de rescate aprobado la semana pasada en Bruselas son, en el mejor de los casos, paliativos, si no es que factores exponenciales de la postración económica y del colapso en los niveles de vida y de bienestar personales y sociales. Los quebrantos de las economías periféricas del viejo continente confirman la necesidad de aplicar severas regulaciones gubernamentales a la banca privada, a los mercados de valores y a los mecanismos cambiarios, cuya irracionalidad y desmedido afán de lucro mantienen al planeta al borde de un nuevo colapso.
Bajo la Lupa
El otancidio global y su próxima guerra contra Siria, vistos desde China
Alfredo Jalife-Rahme
Soldados estadunidenses resguardan el lugar en que fue detonado un auto bomba contra un convoy militar de la OTAN, el sábado pasado en los suburbios de Kabul, con saldo de 18 muertosFoto Ap
A partir del colapso de la URSS en 1991, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) –anteriormente a la defensiva frente a las disuasivas bombas nucleares soviéticas– ha pasado a una brutal ofensiva militar multivectorial: desde los Balcanes, pasando por Medio Oriente (Irak) hasta el subcontinente indio (Afganistán y Pakistán).
A su década sanguinariamente irredentista, el otancidio global ha agregado una guerra más en Libia, lo cual presagia otras operaciones bélicas en África, mientras se alista a intervenir en Siria para proceder a un cambio de régimen y, sobre todo, a diluir el triunfo de Irán tanto en Irak como en Afganistán, donde no salió bien librado Estados Unidos (EU), el verdadero líder de la OTAN.
Una guerra de la OTAN contra Siria, además de beneficiar a Israel, afecta, en un primer plano, a Irán (el mayor aliado del régimen sirio) y, en un segundo plano, daña los intereses de Rusia y China en el tablero de ajedrez eurasiático.
Siria se encuentra al final de una línea horizontal geográfica que empieza en Afganistán/Pakistán prosigue por Irán/Irak y desemboca en la parte oriental del mar Mediterráneo: la mayor placa tectónica del planeta exquisitamente geopolítica, donde se confrontan los intereses singulares de la OTAN (a la ofensiva) contra Rusia y China (a la defensiva).
El destino de Siria alcanzó su bifurcación geopolítica: el cambio de régimen, necesariamente militar con la enésima intervención de la OTAN en Eurasia (y Noráfrica); o bien, las inevitables reformas –con la incorporación de la oposición democrática a la estructura gubernamental, siempre y cuando preserve la reverencia a sus relevantes minorías (cristianos, kurdos, drusos y alawitas)– que anhelan Rusia, China y hasta Irán con el fin de evitar que otras flamas bélicas se acerquen a sus fronteras respectivas (de por sí incandescentes).
De allí que la postura china, después de la guerra en Libia (donde la OTAN le tomó literalmente el pelo a Rusia y a China), sea más proactiva que de costumbre.
Un editorial del rotativo People’s Daily (27/10/11), portavoz oficioso del gobernante Partido Comunista de China, explora la probabilidad de una guerra contra Siria por la OTAN, lo cual significa, a su juicio, un juego de alto riesgo para EU.
Comenta en forma ominosa que el retiro mutuo de los embajadores de EU y Siria, y los recientes cambios situacionales, prueban que Siria será la siguiente Libia, ya que el antagonismo entre ambos se ha intensificado a raíz del barbárico asesinato de Kaddafi– con sodomización y doble bendición tanto de la OTAN como de su instrumento el Tribunal Penal Internacional, al que, curiosamente, no reconocen EU ni China, lo cual le niega su legitimidad, pero no su elevado grado canallesco.
La escalada es preocupante, a juicio del rotativo chino, que refiere el caso perturbador de John McCain, fallido candidato presidencial y hoy senador ultrabelicoso del Partido Republicano –no se olvida su bailoteo grotesco cantando Bombardear, bombardear Irán para complacer a sus donadores del sionismo financierista jázaro que controlan Wall Street–, quien embriagado por el triunfo militar de la OTAN en Libia sentenció que Siria se encontraba en la mira militar del Pentágono.
Peor aún (como dato cultural personal adicional): McCain amenazó al premier ruso, Vlady Putin, de ser candidato a seguir la suerte de Kaddafi. ¡Uf!
¿Busca McCain una tercera guerra mundial que anhela el sionismo financierista jázaro para intentar rescatar a la barbárica globalización de su agonía?
Según el rotativo chino, cabe inferir que Bashar Assad será el próximo Kaddafi con base en la presente situación que enfrenta Siria, incluyendo sanciones e intimidaciones de EU, Gran Bretaña, Francia y otros países y los preparados (sic) rebeldes sirios.
A mi juicio, el hasta hoy exitoso modelo Bengasi, montado por la OTAN –dotación financiera y militar a los insurgentes, creación de un banco central paralelo sometido a la anglósfera, además de una resolución permisiva del Consejo de Seguridad de la ONU–, en esta ocasión aplicado contra Siria ha sido transitoriamente descarrilado por el inusitado doble veto de Rusia y China (cuando un solo veto bastaba).
Según el rotativo chino, “Siria no posee los mismos recursos naturales que Libia, pero es importante por su posición geográfica estratégica (sic), por lo que si Occidente (sic) lanza una guerra contra Siria, probablemente tendrá que pagar un precio mucho mayor del que pagó por la guerra contra Libia. Advierte que en el caso de Siria la guerra probablemente se convierta en el detonador y conduzca al entero (¡supersic!) Medio Oriente a un caos irremediable (sic).
De allí proviene la percepción china de que la guerra de Occidente contra Siria signifique una apuesta elevada cuando es incierto (sic) que Occidente gane o pierda. ¡Cómo! ¿Para los estrategas chinos no está asegurada la victoria de la OTAN contra la relativamente frágil Siria?
Aportan una cifra poco manejada en Occidente sobre el número de muertos en Libia: ¡30 mil! (en sólo seis meses es una enormidad). ¿Pues no se trataba de una guerra humanitaria: la famosa Responsabilidad para Proteger, la nueva doctrina seudohumanista de la OTAN en la etapa de Obama?
El rotativo chino aduce que en el caso de Siria el número de muertos y heridos sería infinitamente superior. Quizá de eso trata la limpieza selectivamente étnica de la OTAN.
Juzga que el linchamiento y asesinato de Kaddafi quizá haya endurecido más a Assad y haya orillado a que otros países vean de ahora en adelante la situación bajo un nuevo prisma. En efecto, nada menos que Dmitri Rogozine, embajador de Rusia ante la OTAN, fustigó el sadismo infantil practicado por la OTAN en el asesinato de Kaddafi (Russia Today, 21/10/11).
El editorial chino considera que Siria es militarmente más poderosa que Libia y sorprendentemente la coloca como la más fuerte del mundo árabe. Tenía entendido que Egipto era la principal potencia militar árabe, que además goza de una sustancial ayuda militar anual del Pentágono. Quizá los chinos sepan más de la cuenta.
Más: el editorial de marras considera que Bashar Assad puede optar por el movimiento desesperado para atacar a Israel y refiere recientes movimientos inusitados en la frontera con el Estado hebreo, reportados por The Jerusalem Post, que pueden colocar misiles sirios de largo alcance en la trasfrontera. Según la propaganda de Israel, que no necesita justificaciones para emprender sus operaciones bélicas, una guerra de Siria distraería la atención doméstica e internacional.
Para el texto chino, si Occidente lanza una guerra contra Siria, Assad puede disparar sus misiles a Israel, lo cual sumirá al entero (sic) Medio Oriente en un caos todavía mayor. Revela que Bashar, en una reunión con el canciller turco, amenazó que inundaría a Israel con misiles, si la OTAN o EU (sic) atacan a Siria.
Concluye el rotativo que en las circunstancias presentes (sic), una guerra contra Siria le costará muy caro a Occidente, lo cual sería un movimiento imprudente y una apuesta muy riesgosa. ¿Quién más puede detener el otanicidio global, de no ser Rusia y China?

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