Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 6 de noviembre de 2011

Israel, EU y GB amenazan con una guerra a Irán- Europa gravemente herida- Al Jazeera: 15 años en los titulares

Europa gravemente herida
Guillermo Almeyra
El socialista Giorgios Papandreou no quiso pasar a la historia de Grecia como el hombre que anuló la soberanía nacional para salvar a los banqueros y aceptó un estatus semicolonial para su país, con funcionarios extranjeros que controlarían su economía y su política. Para salvar su responsabilidad pidió un voto de confianza en el Parlamento y, sobre todo, convocó para diciembre un referéndum popular para que la ciudadanía decida si acepta o no el plan que, a costa de los griegos, permitiría a los grandes banqueros salir del brete donde se metieron. Después, tras perder su mayoría absoluta en el Parlamento y bajo presión franco-alemana, anuló el referéndum y tratará de formar un gobierno de unidad nacional con la derecha, aún más débil y desprestigiado que el actual. La Unión Europea (léase los capitales franco-alemanes y sus agentes gubernamentales), ante esa crisis, abandona a Grecia a su suerte (que la llevará, casi seguramente, a la cesación de pagos de la deuda, a la salida de la zona euro, la creación de una moneda propia y la devaluación de la misma –y, por consiguiente, de los ingresos de los griegos– y que podría llevarla, incluso, a una revolución).
Recordemos que Estados Unidos salvó a México, que tenía entonces menos de 100 millones de habitantes, con 55 mil millones de dólares durante la crisis llamada Tequila. Grecia, con cerca de 12 millones de habitantes, no pudo ser salvada ahora por una inyección de más de 200 mil millones de euros (280 mil millones en dólares). ¿Qué pasará entonces con países europeos grandes y poblados, como Italia y España, cuyas economías se tambalean y a los que los respectivos gobiernos aplican sangrías de caballo que las deprimen aún más? Si la Unión Europea no toma rápidamente grandes medidas preventivas, el derrumbe sucesivo de Italia, España y Portugal y el probable abandono del euro por los italianos, como prevé Paul Krugman, premio Nobel de Economía, podría resultarle fatal.
Por eso la canciller alemana Angela Merkel sostiene ahora que lo esencial es salvar la zona euro, o sea, las finanzas europeas, porque la unión de Europa es en realidad no una unión de países y mucho menos aún de pueblos, sino una alianza conflictiva de capitales financieros. Ni siquiera es seguro que pueda lograrlo. Porque hasta ahora la Unión Europea perdió 280 mil millones de dólares, más otro tanto como resultado de la caída de las bolsas debido a la crisis griega. Y ni aún así pudo estabilizar a los bancos, que son insaciables y exigen continuas transferencias de los ingresos de la población hacia sus arcas. Aunque China, que es un gran socio comercial de la Unión Europea. y tiene, por lo tanto, interés en que la misma se mantenga, acaba de ofrecerle un refuerzo de 80 mil millones de euros (120 mil millones de dólares) ese aporte corre el riesgo de evaporarse como una gota de agua sobre una plancha caliente.
Además, para salvar la Unión Europea, el dúo Nicolas Sarkozy-Angela Merkel le arrojan un salvavidas de plomo: el de la política recesiva y brutal de la reducción de los salarios indirectos (mediante cortes en educación, sanidad, asistencia social y aumentos en la edad jubilatoria y de servicios e impuestos) e incluso de los salarios directos mientras el capital financiero especula con los precios de las materias primas agrícolas. El poder adquisitivo de los consumidores –y su expectativa de consumo– van hacia abajo mientras el costo de la alimentación y de los servicios aumentan. El resultado es un menor consumo interno en Europa en el momento en que la misma deberá pagar el sostén chino con concesiones políticas –como el reconocimiento de que China es una economía de mercado, tal como exige Beijing– lo cual facilitará grandemente las exportaciones chinas hacia la Unión Europea.
Hasta ahora, salvo en Grecia, donde las luchas son cada vez más masivas y decididas y podrían desembocar en un estallido social, los gobiernos europeos no deben enfrentar una oposición social masiva. A lo sumo ven crecer la oposición que a veces es de centroizquierda –como los social-liberales en Italia o los socialdemócratas en Francia– y otras de derecha, pero que en ninguno de los dos casos tiene otra propuesta económica que el continuismo con los planes del capital, apenas reformados y, por supuesto, ni piensa en una alternativa social. Si la crisis económica es profunda y gravísima, Europa políticamente es conservadora y socialmente recién comienza a despertar con algunas huelgas y movilizaciones y con el movimiento de los indignados.
Por consiguiente, y ante la falta de una amenaza social al poder capitalista, en el Grupo de los 20 se aprobarán medidas que aumentarán el nivel de los sacrificios que deberán hacer los trabajadores europeos, divididos aún horizontalmente entre nativos e inmigrantes y verticalmente por la competencia entre los que piensan sólo en su región o en su país sin percibir la necesidad de encontrar una solución común anticapitalista y de imponerla colectivamente. El cada uno para sí, el localismo, el nacionalismo, el racismo, el chovinismo que afectan a vastos sectores de los trabajadores europeos, son los principales sostenes de un capitalismo en crisis pero que conserva todavía la hegemonía cultural e ideológica y puede, por lo tanto, dominar a sus víctimas desunidas.
No basta pues con condenar al capitalismo como lo hacen los indignados, o con resistir con huelgas sus políticas y medidas como lo hacen algunos sindicatos. Es indispensable además organizar en toda Europa por sobre las fronteras y uniendo inmigrantes y nativos, con un programa anticapitalista alternativo de expropiación del capital financiero, de modificación radical del sistema impositivo, de sostén de los consumos populares y planificación común del desarrollo industrial. Este programa debe partir de que la crisis la deben pagar los que la causaron, de que los salarios y condiciones de vida son intangibles, de que al internacionalismo de las finanzas y las trasnacionales hay que oponerle el internacionalismo de los productores.

Al Jazeera: 15 años en los titulares
Robert Fisk
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La premio Nobel de la Paz yemení Tawakul Karman (izquierda) recibe un reconocimiento del presidente de la directiva de Al Jazeera, jeque Hamad Thamer Thani, en la celebración en Doha del 15 aniversario del canal qataríFoto Reuters
La familia Mubarak aún cree que Al Jazeera tuvo la culpa. Sin la constante cobertura en vivo del canal de satélite qatarí de las manifestaciones en la plaza Tahrir de enero y febrero pasado, según la leyenda, el emperador Hosni seguiría ocupando su trono en Egipto, con ese cabello teñido, igual de falso que sus declaraciones, sus sátrapas todavía babeando ante su sabiduría, su régimen seguiría produciendo noticias de mentira, ministerios de mentira y elecciones de mentira para su pueblo.
Cuando la tripulación del avión privado del emperador de Túnez, Ben Alí, regresó al país después de dejar al viejo en una suite VIP en el aeropuerto de Riad, los reporteros de Al Jazeera supieron lo que esto implicaba. George W. Bush quería bombardear la sede de Al Jazeera en Doha, situada a menos de 35 kilómetros de la mayor base aérea estadunidense en Medio Oriente.
Hoy, la pobre y vieja Al Jazeera, o de manera más realista, la muy acaudalada Al Jazeera, es un odioso canal que socava al régimen del presidente Bashar Assad. Mienten. Al Jazeera trata de matar a Siria, me aseguró un joven vocero gubernamental en Damasco la semana pasada. Toman estas imágenes de YouTube que son mentiras y con ellas tratan de destruirnos.
Con frecuencia yo mismo aparezco en Al Jazeera. Soy un amigo peligroso. Se me deja expresar lo que pienso, decir lo que me da la gana y burlarme de los solemnes. ¿En verdad es tan vil esta emisora?
El 15 aniversario del canal se celebró bajo una oscura sombra. Wadah Janfar, el valiente e imaginativo presidente de la empresa, renunció hace poco más de un mes, días después de que archivos diplomáticos estadunidenses obtenidos por Wikileaks revelaron que el funcionario hizo tratos con personal de la embajada estadunidense con el fin de ocultar reportes poco favorables a Washington. Los documentos diplomáticos textuales no indicaban que Janfar hubiese actuado como un censor extraoficial, pero sí que hubo conversaciones que no debieron haber tenido lugar (al menos no desde un punto de vista de ética periodística), pero sentí mucho pesar por mi viejo amigo.
En Irak, Estados Unidos sí logró bombardear la oficina de Al Jazeera y matar a su director durante la invasión de 2003. En mi opinión, esto ocurrió de manera deliberada pues Qatar proporcionó mapas detallados a la embajada estadunidense en Doha precisamente para evitar un ataque. Desde entonces, Janfar se volvió blanco de constantes golpes bajos de las autoridades estadunidenses. Revisé los reportes de Al Jazeera de esa época y encontré que, en una única ocasión, Janfar tuvo que admitir que se cometió un error al sugerir que las fuerzas estadunidenses habían atado a un hombre antes de matarlo y lo reconoció como equivocación cometida sin dolo. Por lo demás, Al Jazeera se manejó bajo los más estrictos estándares periodísticos (me refiero a estándares occidentales, desde luego), y Janfar se comportó con integridad y valentía.
Él mismo afirma que había planeado retirarse y que los reportes de Wikileaks no tuvieron nada que ver con su partida. Quisiera pensar que esto es verdad. Hmmm.
Pero su creación, que en realidad fue obra del travieso, tremendamente inteligente y peligroso emir de Qatar, fue fenomenal. Los estadunidenses bombardearon las oficinas de Al Jazeera en Kabul en 2001, de la misma forma en que lo hicieron en Bagdad, dos años más tarde, tal como Bush planeó hacerlo también en Doha. De dicho plan lo disuadió lord Blair de Kut al Amara, quien más tarde dijo a personal de la redacción de Al Jazeera (que lógicamente quería saber si Bush realmente había querido asesinarlos) que es tiempo de avanzar hacia delante. Apuesto a que sí.
En esa única ocasión, Blair salvó vidas. Para el emir, Al Jazeera ya era un símbolo de poder. La enorme prosperidad de Qatar, gracias a su gas natural, era ahora complementado por una influyente televisora; más bien varias televisoras, si se toma en cuenta su extensión y resonancia.
Ahora bien, no se piense que todo esto rechina de limpio. Mientras un canal inglés transmitía en vivo desde Bahrein una revolución que no fue, su gemelo árabe guardaba silencio y evitaba dar cualquier cobertura a la represión que el rey hizo de las manifestaciones protagonizadas por la mayoría chiíta del país en las calles de Manama. Osama Bin Laden enviaba mensajes por Al Jazeera que la televisora no editaba.
Cuando Blair fue puesto al aire, se vio sometido a una verdadera paliza de cuestionamientos que le hizo el corresponsal del canal en Londres, perfectamente justificada en términos periodísticos.
Mucho del personal de la BBC se fue a Al Jazeera en Doha cuando el canal británico se doblegó ante la presión saudita, y estos periodistas han logrado librarse de esa tendencia que es como un cáncer en la emisora inglesa de tratar temas como los crímenes contra la humanidad, la política exterior estadunidense y la brutalidad de Israel como si hablaran de equipos de futbol.
Según los críticos de Al Jazeera, prelados musulmanes gozan de demasiado tiempo al aire. Creo que están en lo correcto. Pero si el canal llega a 50 millones o más televidentes (no existen índices de audiencia en el mundo musulmán, así que quién sabe), también es cierto que el Islam y su poder intentarán tener más difusión con la intensión de dar forma a la narrativa histórica de Medio Oriente.
Si Al Jazeera no refleja ésto, caerá en los estándares de CNN, la BBC y la televisión pública estadunidense. Se menosprecia mucho en Medio Oriente y Occidente el grado de seriedad con que Al Jazeera hace cobertura en África y sus reportes sobre Asia, que van más allá de hablar de la economía del gran poderío chino. Si una inundación mata a miles en África, puede uno estar seguro de que Al Jazeera será el primero en llegar al lugar.
Huelga decir que cuando todo comenzó, Al Jazeera fue elogiado por los personajes habituales: los políticos estadunidenses, Tony Blair y los demás; hasta el momento en que se mostró mínimamente latosa y no tanto como un exponente de la libertad de expresión, la democracia, libertad, etcétera. Y entonces se convirtió en “un canal terrorista con el objetivo de de alentar el asesinato de los valerosos soldados estadunidenses que trataban de proteger a las buenas personas de Afganistán e Irak.
En este sentido, la estación creció y maduró. Dejó de ser una versión televisada de un periódico para convertirse en una institución totalmente formada que en la mayoría de los casos revela verdades incómodas, a menos que se trate de verdades qataríes, en cuyo caso no llegan a la pantalla.
Ahí lo tienen. Lobbies de Estados Unidos y Canadá –no me pregunten cuáles; todos sabemos quienes son– aún se esfuerzan para mantener a Al Jazeera fuera de los hogares estadunidenses y me queda claro por qué. Al final fracasarán de la misma forma que Mubarak no pudo detener a la tecnología moderna cuando su fin se aproximaba.
En una ocasión Mubarak visitó las minúsculas oficinas de Al Jazeera en Doha y exclamó: ¡Todos estos problemas provienen de esta caja de cerillos! ¡Vaya problemas!, ¡y vaya caja de cerillos!
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca

Bajo la Lupa
Israel, EU y GB amenazan con una guerra a Irán
Alfredo Jalife-Rahme
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Shimon Peres, presidente israelí, tras reunirse con su homólogo de Chipre, Dimitris Christofias, el jueves pasado en NicosiaFoto Ap
Tomaré algunos titulares del periódico israelí Haaretz (levemente menos belicoso que The Jeruslaem Post, portavoz del fundamentalismo sionista global) que ostentan clásicos preparativos de guerra sicológica contra Irán, en vísperas de la publicación de un reporte de la polémica Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), sobre los más recientes avances nucleares de la teocracia chiíta persa.
El presidente Shimon Peres: creo (sic) que Israel y el mundo se aproximan a la opción militar sobre la amenaza nuclear de Irán (4/11/11).
Funcionario militar de EU: Nos preocupa que Israel no (sic) nos avisará antes de atacar a Irán (5/11/11). ¡Otra de vaqueros! El funcionario declaró a CNN que EU está cada vez más atento a los desarrollos militares en Irán e Israel, y dice estar absolutamente (sic) preocupado que Israel puede atacar las instalaciones nucleares de Irán.
Misma fecha: Reporte de la ONU revelará evidencia del programa nuclear de Irán. Agrega: la AIEA planea compartir imágenes satelitales de un gran contenedor de acero que se cree (sic) es usado en pruebas de altos explosivos relacionados con armas nucleares, dicen diplomáticos.
Igual fecha: Israel, EU emprenderán los mayores ejercicios conjuntos en la historia de su alianza. Al respecto, el israelí-estadunidense Andrew Shapiro, secretario asistente para Asuntos Político-Militares de EU, afirmó, de modo muy emocional, que la relación de seguridad con Israel es más amplia, profunda e intensa que nunca, ¡como si no se supiera!
Reporte: aumenta el antisemitismo (sic) en EU en medio del marasmo económico (Shlomo Shamir, 5/11/11). Al menos 15 por ciento (35 millones) de estadunidenses profesan profundos puntos de vista antisemíticos. No creo que este creciente repudio a escala global quite el sueño a la dupla Lieberman-Netanyahu mientras goce del apoyo irrestricto del cabildeo israelí en Wall Street, en el genuflexo cuan pusilánime Congreso, Hollywood y los oligopolios multimediáticos (v.gr. Fox News/Sky, del mendaz binomio Rothschild-Murdoch). Al respecto, el director de la Liga de Difamación Antijudía en EU considera que persisten los estereotipos sobre los judíos y el dinero. ¿A qué se deberá?
Mayor a su costumbre superbélica, el ambiente en Israel es de guerra contra Irán y sus aliados (Siria, Hezbolá y Hamas) cuando la Unesco ha admitido a Palestina en su seno con el apoyo de 107 países, que incluyó a Latinoamérica en forma apabullante, con la esperada excepción de Panamá –franquicia bancaria israelí-anglosajona– y del “itamita México calderonista”, desde hace mucho controlado por el sionismo financierista jázaro.
Debka, presunto vocero del Mossad (servicios de espionaje israelíes), levanta la puja: ¿Qué originó los rumores frenéticos en Israel de un inminente ataque contra Irán (1/11/11)?
El Día de Muertos, Debka diagnostica: Guerra de nervios contra Irán: EU a la cabeza, se suman (sic) Israel y Gran Bretaña (GB).
El mismo ominoso día: Israel prueba su nuevo misil capaz de cargar una ojiva nuclear (¡supersic!), concluye ejercicio aéreo con Italia y comienza ejercicios militares.
En su edición semanal, Debka (volumen 11, núm. 515, 4/11/11) asevera que Obama está dispuesto a atacar las instalaciones nucleares de Irán en otoño de 2012 (sic). Interesante lapso otoñal con un año de diferencia, cuando la prensa de Israel asegura que el país se irá unilateralmente por la libre este otoño (escenario israelí de una guerra contra Irán).
Queda mínimamente claro que Obama ya cuenta con su eslogan militar de campaña –la célebre sorpresa de octubre bajo la técnica publicitaria de la cola menea al perro (wag the dog)– para relegirse con el abierto apoyo del cabildeo israelí y de su anterior jefe de gabinete Rahm Emanuel (hijo de un connotado sionista médico y hoy alcalde de Chicago, célebre por su mafia histórica: Chicagolandia).
Debka conjetura que las revelaciones sobre el programa nuclear iraní el 8 de noviembre significarán un cambio sustancial del juego (léase: hace inevitable el ataque probablemente nuclear de Israel a las instalaciones atómicas de Irán) cuando la AIEA ya empezó a calentar bizarramente motores con mayores develaciones sobre el extraño proyecto nuclear de Siria (de hace 13 años) y su presunta vinculación con Norcorea y los físicos nucleares de Pakistán.
En similitud al canallesco Tribunal Penal Internacional, en la AIEA –que perdió su inocencia primigenia en referencia a su ocultamiento de las 400 bombas nucleares clandestinas de Israel–, les fascinan cada vez más las películas montadas en Hollywood (controlado por el sionismo financierista jázaro).
La guerra de la desinformación se ha vuelto la pauta primordial de la OTAN, como sucedió en Libia, y tampoco se puede soslayar que alegatos similares sobre una supuesta instalación nuclear de Siria llevaron a un expedito bombardeo de Israel en 2007 con la tácita bendición del superhalcón Dick Cheney.
Se sabe de antemano el epílogo nada divertido de las películas de la polémica AIEA, pero aún se ignora la conclusión de la realidad geoestratégica que puede desembocar en una tercera guerra mundial, tan anhelada por los circuitos sionistas financieristas jázaros de Wall Street y la City para intentar rescatar su insolvencia bancaria.
Russia Today (“¿Irán nuclear vs. EU terrorista?”, 5/11/11), más equilibrada, da pie a los alegatos de la AIEA sobre los modelos computacionales de una bomba nuclear de Irán, los cuales contrapuntea con la develación por Irán de documentos que acusan a EU de ligas con terroristas. ¿Cuál es la novedad?
En medio de la escalada entre Irán y EU (y GB e Israel), el líder supremo ayatola Alí Jamenei declaró poseer 100 piezas de evidencia irrefutable que revelan el papel de EU en dirigir a los terroristas en Irán y en la región (sic) que incluyen, a juicio del parlamentario iraní Esmayel Kosari, el asesinato de científicos nucleares iraníes y la masacre de los pueblos de Irak y Afganistán. ¿Cuál es lo nuevo?
La guerra retórica ha rebasado los límites permisibles de las relaciones bilaterales y Russia Today cita a Robert Baer, anterior funcionario de la CIA, quien asevera que EU se encuentra ya en pie de una guerra secreta por procuración (sic) contra Irán.
El canal ruso pregunta si la guerra se encuentra a la puerta, y refiere la ominosa declaración a la agencia británica Reuters de un anónimo (nota: viejo truco) de un funcionario militar de alto rango de EU de que Irán es la mayor amenaza a nuestros intereses y a nuestros amigos en Medio Oriente, pero que, pese a todo, no pensaba que Irán deseaba provocar un conflicto. ¿Por fin?
¿El jaque previo al mate contra Irán pasa por el cambio de régimen en Siria (ver Bajo la Lupa, 2/11/11)?
Una guerra de la OTAN contra Siria significa(rá) un enorme caos medioriental, pero un ataque unilateral nuclear de Israel contra Irán, frontera con Rusia en el superestratégico mar Caspio, puede jalar a Moscú y a Pakistán (hoy óptima aliada de China) y detonar la tercera guerra mundial que anhelan los hoy insolventes banqueros de Wall Street y la City.


Los esclavos del siglo XXI

Jorge Durand



Los esclavos del siglo XXI, los migrantes irregulares, indocumentados o ilegales, según se les quiera o acostumbre llamar, han empezado a despertar, a salir sus escondrijos, a dejarse ver, a protestar. Se trata de un sector de la sociedad contemporánea, ya caracterizado por el viejo Marx como un ejército industrial de reserva, pero al que nunca se le concedió potencial revolucionario, no formaban parte de la clase obrera predestinada a la vanguardia de la lucha social.
Propiamente son un ejército laboral de reserva, no sólo industrial, ya que están dispuestos y esperando la oportunidad para laborar en cualquier sector del mercado secundario de trabajo: agricultura, servicios, manufactura, trabajos manuales y eventuales, servicios particulares y domésticos. Todo aquello que los nativos no quieren hacer y donde siempre hay alguien de fuera dispuesto a hacerlo.
En el lugar de destino los migrantes aceptan todo tipo de trabajos y condiciones laborales incluso aquellas labores que no estarían dispuestos a hacer en su lugar de origen. La explicación de esta aparente paradoja la develó Michael Piore en su famoso libro Birds of passage. Piore afirma que el salario tiene dos componentes: uno económico y otro social.
El componente social tiene que ver con el estatus y el prestigio. Un salario debe ser adecuado al rango jerárquico que se ocupa y proporcionar un prestigio acorde a éste. Ganar 50 mil pesos no sólo otorga muchas oportunidades de gastar y consumir, sino que también hace referencia al cargo, al rango que se desempeña, lo que otorga prestigio en el medio social y el entorno laboral.
Pero en el lugar de destino del migrante el salario pierde su componente social. Un migrante puede dedicarse a limpiar baños en Alemania, pero gana 10 euros la hora. El elemento de estatus y prestigio no entra en juego porque su mundo de relaciones, donde importa el prestigio, está en otro lugar. Sus compañeros migrantes están, más o menos, en las mismas condiciones. Pero en su población de origen lo que se valora y lo que da prestigio, es que gana mucho dinero y se está construyendo una casa.
El estatus y el prestigio otorgan visibilidad y poder, precisamente lo que no tiene el migrante irregular y tampoco le interesa obtener. Los trabajos de los migrantes son poco visibles y poco relevantes. Los trabajadores agrícolas viven y trabajan en las afueras, los de limpieza trabajan de noche, los de la manufactura están en los centros industriales, los cocineros y lavaplatos están en la cocina al igual que las empleadas domésticas.
La condición de irregularidad provoca que tiendan a esconderse a ser menos visibles. Su exposición los hace vulnerables y mientras más escondidos están, mejor. En realidad muchos migrantes viven en un mundo totalmente cerrado, donde sólo hablan entre ellos, van a los mismos parques, se reúnen en los mismos lugares.
Pero todo tiene un límite. Porque la falta de visibilidad los protege pero al mismo tiempo los deja expuestos a la sobreexplotación. Es el caso reciente de una empleada doméstica en Ginebra, que trabajaba para un funcionario de Arabia Saudita, que sólo recibía 200 euros mensuales y trabajaba todo el día. Finalmente huyó, demandó al empleador y puso al descubierto una trama muy tenebrosa el creciente mercado de trabajo mundial de trabajadoras domésticas.

Pero las cosas han cambiado ya no está vigente el mismo patrón migratorio. Ya no se trata de hombres o mujeres solos, sino de familias, de grupos más amplios, con asociaciones, clubes y múltiples actividades comunitarias. Las familias mixtas donde conviven un padre que tiene documentos, con su esposa que es irregular y sus hijos que unos son mexicanos y otros americanos no pueden vivir aparte, no pueden esconderse. Hay que ir a la escuela, vacunar a los niños, salir al parque, ir a fiestas infantiles, etc.
De igual modo el migrante solitario. Es posible que viva recluido un par de años, pero luego tiene que salir del encierro y exponerse, tratar de sacar una licencia de manejo, de buscar nuevas oportunidades. En la actualidad los jornaleros urbanos o esquineros, que representan al escalón más bajo de la escala laboral, están expuestos a la vista de todos, demandan trabajo en determinadas calles o esquinas. Se les ha acusado de obstruir el tráfico, de dar una mala imagen, pero siguen, buscando día a día unas horas de trabajo, porque tener un contrato de 40 horas, en estos tiempos, parece ser un lujo.
En realidad se ha dado un cambio radical en el patrón migratorio. Antes nos referíamos a los trabajadores migrantes indocumentados. Hoy en día hay que hablar de los trabajadores residentes indocumentados. Ya no son migrantes, de los que van y vienen, de los de antes que llamábamos circulares, ahora son inmigrantes establecidos.
Paradójicamente esta fue una consecuencia directa de la política migratoria de control fronterizo. Resultaba tan caro y riesgoso cruzar la frontera que la gente empezó a quedarse y el retorno se volvió indefinido. Hay migrantes indocumentados que han vivido 25 años en Estados Unidos, desde 1986 cuando se promulgó la amnistía. Una deportación en estas condiciones no es ni justa ni deseable. Es un desastre familiar y humanitario.
Pero nada se ha logrado, no se abren las ventanas de oportunidad que se suponía debían abrirse en el Congreso, ni siquiera se acepta el tema para empezar a debatir. Por el contrario, la reforma migratoria avanza día a día: en la frontera con más muros y más control militar, en el interior con mayor persecución y legislaciones coercitivas.
Ya no se lucha contra una ley como la HB 4437 del senador Sesembrenner, que en 2006 concitó la respuesta de millones de ciudadanos. Ahora se ha fraccionado la lucha y se ha declarado una guerra de baja intensidad en contra de los inmigrantes. En Alabama sólo se oye un débil, un quejumbroso murmullo de respuesta.

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