Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 3 de febrero de 2012

Reconciliación nacional, la clave, postula López Obrador- ASTILLERO- ¿La reivindicación de Colosio?


No hay enemistad con Azcárraga, Salinas Pliego ni con Slim, dice
Reconciliación nacional, la clave, postula López Obrador
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El precandidato presidencial de las izquierdas, en IxtapalucaFoto Carlos Ramos Mamahua
Fabiola Martínez
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 3 de febrero de 2012, p. 7
Chalco, estado de México, 2 de febrero. Reconciliación fue la palabra del día. Andrés Manuel López Obrador la usó varias veces. Al exterior, aseveró que no tiene enemistad alguna con Emilio Azcárraga, propietario de Televisa, ni con Ricardo Salinas Pliego, de Televisión Azteca. Tampoco, dijo, con Carlos Slim.
Reconciliación también al interior de los partidos que lo eligieron nuevamente como abanderado presidencial; es decir, trabajo conjunto con personajes y corrientes del PRD, con los que en años anteriores tuvo diferencias. La unidad es su prioridad para ganar el primero de julio y, sobre todo, para rescatar a un país que se está destruyendo.
Es auténtico el llamado para crear una república amorosa. Abrazos, no balazos, dijo.
López Obrador confirmó lo publicado ayer por este diario acerca del encuentro –programado para el próximo martes– con Cuauhtémoc Cárdenas, con quien comparte una militancia política de toda la vida, primero en el PRI y luego en el PRD.
“Si es que se ve así (discrepancias anteriores), bueno, pues aceptémoslo de esa manera: es una reconciliación. Tenemos que unirnos todos. No odios, no rencores. República amorosa (…) Cárdenas no se presta a la simulación, estamos hablando de un proyecto conjunto de nación.”
Todos estamos actuando de manera responsable, añadió en entrevista, tras encabezar mítines en Ixtapaluca y Chalco. Para él es muy significativo que Cárdenas, a quien definió como precursor de la democracia, aparezca en su precampaña y, eventualmente, en la campaña que se inicia en abril.
Por otra parte, aseveró que hará un llamado de reconciliación al sector telecomunicaciones. Y aunque dijo que fue muy buena la decisión de la Comisión Federal de Competencia de no autorizar la alianza Televisa-Iusacell (de Televisión Azteca), anunció que una de sus primeras acciones (una vez que gane la elección presidencial) será crear una nueva ley antimonopolios, con base en una amplia consulta nacional.
En su nuevo recorrido por municipios del oriente del estado de México, todos gobernados por el PRI (salvo San Vicente Chicoloapan, que el perredismo pudo conservar en 2009), el precandidato se comprometió lo mismo a construir una línea del Metro de la ciudad de México hasta Chalco, que a reproducir aquí las acciones de gobierno de la capital.
Los mítines fueron concurridos e incluso masivos, como el de San Vicente Chicoloapan, con amplia participación de los líderes locales, estatales y nacionales, que no en vano buscan quedar bien con su dirigente, pues muchos de ellos son a la vez precandidatos a puestos de elección popular. En sus partidos es el momento preciso de los palomeos para determinar la vía y los nombres de quienes serán abanderados. De ahí que todos estén especialmente activos y al lado de López Obrador, incluso quienes hace unos meses pintaban su raya ante el gobierno legítimo.
La precampaña se inició el 18 de diciembre y concluirá el 15 de febrero; desde ahora, López Obrador realiza un intenso recorrido por diversas entidades, con el eslogan de un cambio verdadero, amparado por PRD, PT y Movimiento Ciudadano, así como la estructura del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Por lo pronto el próximo sábado, durante un mitin, recibirá formalmente el apoyo del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Este jueves, el tabasqueño comenzó su jornada con un mensaje en recuerdo al politólogo Luis Javier Garrido, quien, dijo, fue un hombre que defendió las causas justas del pueblo y, ahora, un legado de rectitud y congruencia. El mejor homenaje es hacer el compromiso de seguir luchando por los ideales, señaló.
Este movimiento no es en vano, dijo. No vendan su voto; si llegan estos mañosos (del PRI) agarren las despensas que les den, los materiales de construcción, los pollos, los borregos, pero a la hora del voto, que cada quien lo haga como le dicte su conciencia; si venden su voto va a seguir en el poder gente como Montiel o Peña Nieto.
Por ello, subrayó, no vamos a permitir que un títere de intereses creados sea lo que domine al pueblo. ¡Basta, se acabó!
Armado para la contienda-Fisgón

Astillero
Cochinero blanquiazul
Cordero, haiga de ser...
Yunes, las versiones
Neomaderismo amoroso
Julio Hernández López
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EN TAMAULIPAS El precandidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, levanta las manos a Guadalupe Flores y Manuel Cavazos Lerma durante su gira por TamaulipasFoto Martín Sánchez
    La mano dura del felipismo está moviéndose a toda velocidad para tratar de imponer a última hora a su desvaído delfín, Ernesto Cordero, como candidato oficial a la sucesión. Al ya clásico estilo del haiga sido como haiga sido, el aparato gubernamental federal está actuando abiertamente en el proceso de compra y condicionamiento de votos, en cumplimiento de la línea de avasallamiento dictada desde Los Pinos. Así fuera bajo presión o cohecho que los brazos de los otros contendientes se prestaran para aparentar este domingo una fotografía de unidad, el cochinero blanco y azul ha quedado a la vista y constituye un antecedente claro de lo que el calderonismo está dispuesto a hacer en las elecciones presidenciales para tratar de mantenerse en el poder.
De algunos de los actos delictivos realizados por funcionarios calderonistas para apoyar a Cordero ha dejado constancia el equipo de Josefina Vázquez Mota en la propia comisión de elecciones del PAN, y del tema específico del espionaje telefónico se presentó denuncia ante la procuraduría federal de justicia, pero está claro que en ninguna de esas instancias prosperarán las quejas de la diputada federal con licencia que en el momento más importante de su carrera política deberá decidir si se mantiene firme frente a la cargada organizada desde Los Pinos o se allanará a las pretensiones del felipismo para negociar alguna forma de supervivencia sexenal (se habla de que podría ser senadora y coordinadora de los panistas en esa cámara).
En el proceso de convalidación de suciedades podría tener un papel importante el personaje que de manera persistente ha ocupado el tercer lugar en la contienda panista. Santiago Creel representa los intereses de Vicente Fox, quien seis años atrás trató de imponerlo como candidato al relevo, y conforme a ese alineamiento habrá de moverse este domingo. Creel levantará la mano al impensado Cordero, si éste es declarado triunfador, siempre y cuando ya se hubieran arreglado las diferencias entre el desdeñoso Vicente y el vengativo Felipe (que ha mandado a los inmuebles guanajuatenses del esposo de la señora Marta a funcionarios de la PGR para indagar una acusación por enriquecimiento que evidentemente es usada ahora como forma de chantaje al deslenguado a quien le ha dado por apoyar hasta a priístas como Peña Nieto). Ya desde ahora se percibe una alianza informal entre los representantes de Vicente y de Calderón contra la empecinada Josefina, a la que no le tienen confianza ni afecto ninguno los equipos centrales de Fox o Felipe.
En el contexto de los hechos delictivos que están marcando la campaña interna de un partido que en sus décadas idealistas se enorgullecía de la calidad de sus contiendas, de la civilidad de sus debates y la respetabilidad de sus resultados (ahora bastaría con echar un ojo al padrón del partido para corroborar las malas artes de los jefes panistas a la hora de reclutar votos a cualquier costo), apareció ayer en el escenario un atentado en vísperas electorales, como sucedió en Michoacán con la hermana Cocoa que tomó como inmediata bandera de proselitismo el asesinato de un presidente municipal panista.
Según la versión oficial, el delegado de Oportunidades en Veracruz, y destacadísimo corderista, Miguel Ángel Yunes Márquez, sufrió un ataque de pistoleros que fracasaron en su intento homicida debido al blindaje de la camioneta en que se movía quien es hijo del ex director del Issste (envuelto en guerra de lodo hace tiempo con Elba Esther Gordillo) y ex candidato panista a gobernador, y también hermano de Fernando, actual diputado local y aspirante al Senado por el PAN. El grave incidente habrá de aclararse mediante procedimientos judiciales de lentitud habitual, pero por lo pronto el episodio desplaza de lo noticioso a las acusaciones del josefinismo e imbuye de fervor contestatario al corderismo en espera del milagro dominical.
En el Veracruz política y delictivamente tan activo se multiplican de manera natural las versiones y especulaciones. El perfil del jefe del clan ahora panista, Miguel Ángel Yunes Linares, ayuda a tejer múltiples sospechas, pues a lo largo de su carrera política se ha especializado en la guerra sucia, la turbiedad y la simulación. De aquella misma entidad provienen presuntas filtraciones que tratan de encontrar relación entre los millones de pesos en efectivo movidos por el duartismo y la campaña de Vázquez Mota. Según eso, el hilo conductor está en Antonio Macías Yaseguey, padre de Karime Macías Tubilla, esposa del gobernador Duarte. Macías es un litigante que ha tenido éxitos económicos importantes en discutibles casos relacionados con lo petrolero y en negocios con el gobierno de Fidel Herrera. Además, es paisano y pariente de la madre del ex secretario particular de Calderón, Roberto Gil, hoy coordinador de la campaña de Vázquez Mota.
Entre tanto desbarajuste, el neomaderismo amoroso se alista para escenificar un capítulo de reconciliaciones sin autocrítica ni perspectiva de fondo: López Obrador es el invitado principal de Cuauhtémoc Cárdenas para un acto de presentación de propuestas del michoacano para el momento político actual. El efectismo buscado se traducirá en espacios, candidaturas e influencia de la corriente del fundador del PRD, mientras que el tabasqueño irá juntando en derredor suyo a los muchos que antes obstruyeron su mayor oportunidad de llegar al poder y ahora lo apoyan con la misma firmeza con la que más delante lo podrán descalificar: Chuchos, Camacho, Cárdenas, foto de familia (nuevamente) feliz.
Y mientras esta columna lamenta profundamente la muerte de un hombre íntegro, profesor excepcional, articulista y ciudadano valiente y comprometido, Luis Javier Garrido, ¡hasta el próximo lunes, con la senadora recientemente ex priísta, María Elena Orantes, ahora aspirante a la candidatura chiapaneca de las izquierdas, responsabilizando al burbujeante Sabines de cualquier atentado en su contra!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
¿La reivindicación de Colosio?
Jorge Camil
   Con una grotesca escultura hecha atropelladamente en Paseo de la Reforma para cubrir el expediente, el ex candidato priísta recibe de vez en cuando deslucidos homenajes en los aniversarios del magnicidio. Un puñado de dolientes se reúne frente a la escultura (con apariencia de proyecto no terminado), a depositar coronas de flores y mantas alusivas que permanecen en el sitio hasta que las tiñe de negro el esmog de automóviles y camiones. Tal vez los dolientes le dediquen un minuto de silencio, ensordecido por los ruidos de la avenida.
Pero algunos lo recordaron recientemente: Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. El primero, dijo Julio Hernández López en Astillero esta semana (http://bit.ly/AEIIUc), inició su campaña en Huejutla, Hidalgo, igual que el candidato traicionado, y AMLO le hizo un respetuoso reconocimiento en Magdalena de Kino, Sonora (http://bit.ly/xCIhf7). López Obrador dijo que le guarda un profundo respeto y lo recuerda con afecto. Le dolió su muerte por la forma tan vil en que lo asesinaron. Y reconoció que tenía una visión distinta al PRI sobre el desarrollo económico. Y en Huejutla, 18 años después, Peña Nieto evocó el discurso de Colosio para decir que, como él, también busca un México de oportunidades.
Todos los magnicidios son iguales: dejan un sentimiento de vacío, frustración e impotencia. Por las vidas desperdiciadas, las promesas rotas y la certidumbre de que jamás se conocerá la verdad. Esa certidumbre hace posible el magnicidio: saber de antemano que los hechos, siempre confusos, serán atribuidos a un sinnúmero de culpables, y que los beneficios, siempre perversos, serán acreditados a muchos intereses. No cabe duda: el de Colosio fue un crimen bien planeado y ejecutado.
Colosio, como el Julio César de Shakespeare, fue traicionado por los suyos. Y su muerte, fotografiada por cinco o seis cámaras de video, fue la crónica de una muerte anunciada. Ninguno de los videos reveló la cara de los asesinos; sólo mostraron la pistola, accionada por un brazo descarnado que surgió de entre la muchedumbre, y el ruido ensordecedor de La culebra, que tronaba en los altoparlantes. ¿Fue Aburto? ¿Es el mismo Aburto? ¿Hubo varios Aburtos? Parafraseando el hermoso poema de Rosario Castellanos sobre Tlatelolco, nadie vio al asesino, sólo la mano que empuñaba el arma y su efecto de relámpago.
En el primer aniversario de la tragedia Televisa mostró un documental impactante. La película corría en color sepia y en cámara lenta, mientras se iban revelando escenas del acto de campaña en Lomas Taurinas, entrelazadas con fotografías fijas de los momentos más significativos en la vida del candidato; el chiquillo ensimismado por ese arte en desuso que es la oratoria, sonriendo incrédulo y orgulloso frente al gran orador que fue Adolfo López Mateos, experimentando quizá por vez primera el gusanillo del poder.
En el video se escuchaba la voz del candidato recitando frases del famoso discurso del 6 de marzo de 1994: Yo veo un México… (el “I have a dream” mexicano). Se escuchaba en el fondo la obertura Lohengrin de Wagner: la música majestuosa que acompaña la entrada de los dioses a Walhalla. La cámara se detenía por segundos para mostrar rostros de algunos implicados: todos acechando al candidato, todos dispuestos a acribillar al hombre que denunció un México con hambre y sed de justicia.
Luis Donaldo Colosio no murió el 23 de marzo en Lomas Taurinas. Murió el 10 de enero de 1994 en Huejutla, Hidalgo, donde inició su campaña, el mismo día en que Salinas designó a Manuel Camacho Solís comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas. Después de su insubordinación, Camacho recibía una segunda oportunidad para ganar la Presidencia. Camacho exigió, y Salinas le otorgó, condiciones que le permitían entrar de nuevo a la carrera presidencial. El mensaje de Salinas marcó al candidato oficial. ¿Era o no su candidato oficial? La imaginación se echó a volar y los políticos se hicieron bolas. El presidente que engañaba con la verdad volvió a hacer de las suyas. En esas condiciones la campaña oficial nació muerta. Las primeras páginas de los periódicos eran para el comisionado, que iba y venía, declaraba y se dejaba fotografiar; abrazaba al obispo y compartía una esquina de la bandera nacional con el subcomandante Marcos.
Salinas hizo una pasarela en vivo: con un candidato destapado en plena campaña presidencial, otro haciendo méritos en Chiapas y un tercero, Ernesto Zedillo, distante pero disponible. Jugó con el nervio vital del sistema, la sucesión presidencial. Y destruyó el sistema.
En la columna de Astillero mencionada, Hernández López advierte que dos figuras centrales del drama de Lomas Taurinas en 1994 (hoy participando en polos opuestos) continúan rigiendo la política mexicana. Manuel Camacho Solís, que cabalga triunfante por la izquierda, después de haber dicho que la bala que mató a Colosio lo había aniquilado políticamente también a él. Y Carlos Salinas de Gortari, que se prepara a regresar al poder tras el trono de Enrique Peña Nieto.

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