Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 16 de mayo de 2012

Bajo la Lupa- Serenidad- Retrato no oficial de Sarkozy

Bajo la Lupa
Quid pro quo: venta de bancos de EU a China y revaluación del renminbi
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
El presidente ruso Vladimir Putin, que inicia un nuevo periodo en el encargoFoto Reuters
 
        La cuarta ronda del Dialogo Estratégico y Económico (DEE) en Pekín entre Estados Unidos y China, la cumbre bilateral más importante del mundo, obtuvo resultados significativos (China Economic Net, 5/5/12), lo cual marca una notable distensión después de su abrupto deterioro.
Los multimedia estatales chinos han dado más vuelo al éxito del DEE que la prensa de Estados Unidos, que ha enmudecido.
Se han escenificado tres sucesos significativos de la reciente distensión: 1) el tercer periodo presidencial de Vlady Putin, que la prensa china considera favorable, ya que menguará la presión de Estados Unidos a China (Global Times, 13/5/12), cuando ha llamado la atención la ausencia del zar ruso a la cumbre del G-8 que, a mi juicio, es enterrado en su formato inoperante en favor del G-20, más híbridamente multipolar; 2) anuncio del plan de un tratado de libre comercio entre las tres mayores potencias geoeconómicas del noreste asiático: China, Japón y Corea del Sur (Xinhua, 13/5/12), y 3) la concomitante y extraña revelación del dalai lama sobre una conspiración para asesinarlo (Global Times, 13/5/12). ¿Será capaz Estados Unidos de vender al dalai lama por un renminbi cuando lo que menos le conviene a China es su homicidio descarado?
En los trueques visibles inmediatos a la cuarta ronda del DEE se gestaron tres concreciones geofinancieras trascendentales: 1) revaluación acelerada del renminbi, lo cual valió los elogios del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner; 2) permiso de la Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) para la instalación de tres bancos chinos estatales (sic): Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), el más exitoso banco del mundo, que compró 80 por ciento del estadunidense Bank of East Asia –con 13 sucursales en Nueva York y California (Rand, 15/5/12)–, mientras que Banco de China, el tercero en importancia, abre una sucursal en Chicago, y Banco Agrícola de China, el cuarto mayor, coloca una en Nueva York, y 3) China recorta de nuevo su tasa de reserva en proporción a sus depósitos bancarios (en 50 puntos base), con el fin de inyectar mayor liquidez al mercado (Xinhua, 13/5/12).
Más aún: la Fed permitió a una serie de entidades financieras chinas –ICBC, Central Huijin Investment y el fondo soberano de riqueza China Investment Corp– operar como “empresas bancarias holding”.
Nos encontramos lejos de la etapa bushiana, cuando bajo el apotegma fariseo de la soberanía (sic) económica prohibió a la empresa estatal petrolera china CNOOC adquirir Unocal, que acabó siendo digerida con papel chatarra por Chevron.
No hay que minimizar la apertura del sector financiero superestratégico de Estados Unidos al imponente sector bancario chino, aunque sea mínimamente simbólico.
¿Cuándo llegará la banca china a México por órdenes de Washington, más que por voluntad nacional? ¿Asistiremos pronto a la captura de empresas de Estados Unidos por la banca china mediante el esquema de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés)? ¿Qué otro tipo de trueques geopolíticos se habrán gestado tras bambalinas?
Otro rubro en el que Estados Unidos se abre dramáticamente es el cese del bloqueo de la exportación tecnológica de carácter civil a China.
En contraparte, uno de los cambios políticos más profundos es la decisión de China de permitir la inversión foránea (léase: de Estados Unidos) hasta en 49 por ciento.
El presidente chino Hu Jintao salió feliz de la cuarta ronda, a la que calificó de excelente trabajo, mientras la amazona (y fiestera) secretaria de Estado Hillary Clinton apaciguó los ánimos alterados debido a la política del retorno de Estados Unidos a Asia, al reiterar que Washington está a favor de una China fuerte, próspera y exitosa. ¡Cómo no!
En las oscilaciones sadomasoquistas entre la competencia y la cooperación, la cuarta ronda fue tan exitosa que catalizó la primera visita imprevista del ministro de Defensa Liang Guanglie al Pentágono después de nueve años.
En forma coincidente han aparecido apologistas apaciguadores de la cooperación bilateral en detrimento de la competencia limítrofe de la guerra fría, como Jeffrey Bader, anterior consejero de Obama sobre China y Asia en el Consejo de Seguridad Nacional y autor del libro Obama y el ascenso de China: un relato interno de la estrategia de EU en Asia (Brookings Press, marzo de 2012).
Jeffrey Bader considera que los lazos de Estados Unidos y China giran alrededor de la mesa de negociaciones y no de los campos de batalla, cuando el abordaje de ocho (sic) presidentes de Estados Unidos hacia China, comenzando con Richard Nixon, ha sido similar, con sólo desviaciones (sic) menores (Global Times, 13/5/12).
Obama no ha sido la excepción, y Jeffrey Bader sintetiza que su política tiene tres principales fundamentos: reconocimiento y respeto del ascenso (sic) de China y sus intereses legítimos; insistencia en que su ascenso (sic) se dé dentro de las normas internacionales y la ley; y asegurar que el ascenso de China sea estabilizado (¡súper sic!) por el fortalecimiento de alianzas regionales y asociaciones.
A su juicio, la relación bilateral es razonablemente buena, cuando los chinos han cooperado con Estados Unidos en los temas de Norcorea e Irán, mientras Taiwán no ha sido una fuente de tensión. Da a entender que el único (sic) tema en el que en teoría podría darse un conflicto es Taiwán. Hasta cierto punto porque la provocativa venta de armas a Taiwán ha sido factor preponderante de la tensión.
Arguye que el tema irritante de los derechos humanos y el contencioso del Mar del Sur de China no son obstáculo para la cooperación. Los diferentes desafíos provienen del paso acelerado del ascenso (sic) de China en la pasada década y de su mayor rol en el mundo. ¡Los tiene mareados el ascenso chino!
Alega que la noción de que China ha suplantado o pronto suplantará a Estados Unidos en su liderazgo mundial no tiene nada que ver con los hechos, ya que existe una brecha muy sustancial (sic) en poder y en el ingreso per cápita.
Aduce que las relaciones militares fueron restauradas con la visita del anterior secretario del Pentágono Robert Gates y desecha la leyenda de la nueva política de contención de Estados Unidos, pero admite el riesgo del dilema de seguridad entre Estados Unidos y China: la noción de que cada uno está destinado a ver los pasos que la otra parte da por razones defensivas como por acción ofensiva.
Razona que el dilema de seguridad y la desconfianza mutua pueden ser superados por el DEE.
Brendan O’Reilly (Asia Times, 9/5/12) juzga que la estrategia de China está basada en el desarrollo económico y la integración, cuando el comercio bilateral ha alcanzado 450 mil millones de dólares al año, la mayor relación comercial entre dos países en la historia de la humanidad: China emplea una táctica más sutil para contrarrestar en forma eficiente el dominio militar y político de Estados Unidos, mediante la mayor integración de las dos economías.
O’Reilly aduce que China no puede igualar el poder militar de Estados Unidos a mediano plazo, por lo que el gobierno chino desea desarmar (sic) en forma efectiva la ventaja táctica de Estados Unidos, creando una situación de dependencia mutua y económica casi total.
Concluye que China busca crear un nuevo orden mundial, en el que el conflicto militar de las mayores potencias se vuelva obsoleto por la integración económica. ¿Podrá?
Serenidad
Claudio Lomnitz
 
       El mundo está muy delicado. Las noticias de la semana deben de imprimir una actitud de gravedad, de serenidad y de búsqueda de consensos entre los candidatos a la Presidencia, y en la sociedad mexicana en su conjunto. ¿Por qué?
Todo indica que la recesión mundial se va a profundizar en los próximos meses. El problema comienza en Europa, que está en un punto de inflexión con la crisis griega, y la situación de España. Es posible que Grecia salga del euro y que eso genere un proceso que ponga en riesgo la supervivencia misma de esa moneda. Otra posibilidad es que el euro se devalúe, para mantener a Grecia y España en el sistema. O, si no, Grecia y España se mantendrán en el euro, Alemania evitará que se devalúe la moneda, pero la periferia europea, desde Irlanda hasta Grecia, tendrá que enfrentar una depresión severa y prolongada.
Como sea, las medidas de austeridad que se han adoptado en una serie de países han ido generando una ola autoritaria. En la periferia de Europa hay un buen número de democracias que se han volcado decididamente hacia el autoritarismo: Hungría, Ucrania, Rusia, Irán. Incluso Turquía, que tiene aún un régimen relativamente democrático, mantiene alrededor de 100 periodistas en la cárcel, apoyada en una reciente ley antiterrorista.
Bien se puede decir que, para los gobiernos autoritarios que han ido consolidándose, el respeto al abuso ajeno es la paz. Unos se apoyan con otros frente a cualquier queja contra violaciones a derechos humanos, violaciones a procedimientos democráticos o a derechos civiles.
Mientras, al interior de la Unión Europea han ido surgiendo grupos de ultraderecha que hace poco estaban fuera del espectro político. En la elección pasada, el partido fascista griego entró por primera vez al parlamento, con 6 por ciento del voto. En Francia, Marine Le Pen ganó 18 por ciento del voto, y la derecha dura se ha hecho fuerte en países que hasta hace poco fueron famosos por su tolerancia, como Holanda y Finlandia.
Por otra parte, hay ya bastantes señales de que la economía China comienza a estabilizarse (o, como dicen los economistas, a desacelerarse). La medida del fenómeno no está aún demasiado clara, pero los datos de consumo de electricidad y de tráfico comercial ferroviario de este mes sugieren que hay una desaceleración muy real y nada especulativa. Esa tendencia al estancamiento se prolongará seguramente si se profundiza la recesión europea o se devalúa el euro, ya que 18 por ciento de las exportaciones de China van a la Unión Europea. Un estancamiento en China prolongaría los bajos niveles de crecimiento de Estados Unidos, y detendría el crecimiento de varios países sudamericanos, comenzando por Brasil y Argentina.
Dado este panorama tan preocupante, importa, y mucho, que México sea un pulmón de democracia, de estabilidad, de justicia, y de sensatez. Es éste un buen momento para recordar las épocas más nobles de la historia contemporánea de México: su actitud ante los hechos cruentos del mundo de los años 30 y 40.
Viene a la mente, como ejemplo a seguir, la serenidad del general Cárdenas. Su firmeza militante ante el vendaval del fascismo, y también su distancia decidida ante el totalitarismo comunista. Su enfoque de estadista, que buscó combinar puntos fundamentales de reforma y justicia social –reforma agraria, nacionalización petrolera– con un rechazo al totalitarismo, apoyo a la libertad y a la democracia, construcción de una relación respetuosa y positiva con Estados Unidos y América Latina, y con el respeto a la estabilidad interna y a las diferencias internas de México, manifiesto en su apoyo a la candidatura de Manuel Ávila Camacho.
Y aun el general Ávila Camacho, desde la derecha de su partido, y con logros menos impresionantes que los de Cárdenas, tuvo, sin embargo, una actitud serena y positiva, sobre todo si se lo ve desde el mundo en que le tocó gobernar, el mundo de la Segunda Guerra Mundial.
El mundo está entrando en un periodo delicado. Es un momento en que hay que cuidar ante todo el medio ambiente, tanto social como físico –el agua, la tierra, el uso responsable de la energía– y buscar elementos fundamentales, universales, de bienestar. Es, también, un momento en que México tiene que tener firmeza y creatividad ante la violencia interna– ponerse a la cabeza de un movimiento internacional de reforma del negocio de las drogas y de la venta de armas. Es, sobre todo, un momento en que México tiene que estar atento a la realidad, listo para aprender, para aprovechar oportunidades y evitar malas costumbres; para fortalecer los espacios públicos y la vida pública. Es un momento en que hay que buscar cortesía y consideración para con el otro.
Es un momento para que los candidatos, los partidos políticos y la sociedad busquen serenidad y acuerdos fundamentales a nivel de democracia y derechos sociales.

Retrato no oficial de Sarkozy
John Berger
 
       El ex presidente ha anunciado que tras su derrota en las elecciones se retirará de la política. Falta por ver lo que realmente significa esto en términos de sus posibles actividades futuras. Sin embargo, dadas las circunstancias, y viniendo de un líder político francés, fue un anuncio sorprendente.
La verdad es que Sarkozy nunca ha sido un político en el sentido en que sí lo han sido todos los otros presidentes de la Quinta República. Desde el principio su papel esencial fue diferente, y únicamente si definimos eso podremos entender su conducta, sus motivaciones y su destino histórico.
Debo dejar claro que no soy un comentarista político; soy un ardiente observador de los gestos, las reacciones y el comportamiento. Miro muy de cerca las representaciones.
Sarkozy era (es) un agente encubierto. Arribó a los escenarios políticos con la misión secreta que sirvió a los intereses de una potencia exterior global –el poder del capital financiero especulativo que, por definición, amenaza los intereses de cualquier Estado. Como lo argumenta sucintamente Zygmunt Bauman, las fuerzas corporativas que hoy manejan el mundo están “libres de las restricciones territoriales –las restricciones de la localidad”.
La misión secreta de Sarkozy era desmantelar en Francia, y luego en la Unión Europea, todas las agencias y las tradiciones estatales que podrían haber sido hostiles a las prioridades de las nuevas y desterritorializadas fuerzas globales del mercado.
Creyó absolutamente en su misión, no porque la hubiera pensado él mismo –no es ningún Milton Friedman–, sino porque la asumió de un modo personal; fue lo que le dio sentido a su vida, a sus ambiciones y a su adicción por los juegos de poder. (Jugó éstos como se juega en un tablero.)
La política fue su cobertura. Construyó un personaje político convincente para sus asociados y los medios, y no obstante su personaje apenas fue creíble. Se hizo hábil con los antecedentes y las estadísticas. Reunió un guardarropa de argumentos prefabricados muy a su medida. Tenía una energía notable –los agentes secretos aprenden a vivir sin descanso, sin recurrir a la relajación normal, porque nunca están en su hogar real. Aprendió la retórica del patriotismo a la que todos los políticos recurren en ciertos momentos.
Y no obstante era apenas creíble. ¿Por qué? En parte porque lo que prometía no llegaba. Pero a un nivel más profundo, porque no podía entender la pasión política y por tanto no entendía la búsqueda que implica la política, con todas las contradicciones e historias que con frecuencia son más duraderas que cualquier tiempo de vida. No era un ser político: la política era su careta. De ahí sus equivocaciones recurrentes y sus decisiones erráticas.
Si entendemos esto bien, podemos percibir y situar mejor su caótico y patético egocentrismo. Uno que nada tiene que ver con el carismático egocentrismo de, digamos, un Napoleón o un Tito. El egocentrismo de Sarkozy no era una vocación sino algo relacionado con las situaciones. Trataré de explicar.
La práctica satírica de representar gráficamente como animales a los políticos y a quienes detentan el poder, comenzó en el siglo 19. Grandville y Daumier nos vienen a la memoria de inmediato. Antes, tales comparaciones críticas existían sólo en los proverbios, en el teatro callejero y en las canciones de mofa.
Conforme las elecciones presidenciales se acercaban a su fin, en la pantalla y en las fotografías Sarkozy comenzó a verse más y más como un chimpancé en una jaula. La jaula de un zoológico atestado.
Ahí lo vieron y evaluaron millones de votantes, y la única forma que él halló para responder a esta atención fue la de referirse de continuo a sí mismo. Por supuesto tenía palabras y gestos, pero sus palabras estaban solas, era un monólogo. No pudo mostrar o elaborar su verdadera misión. Y de repente se encontró solo en una arena política ante un popular Will que insistía en retornar a la política con sus pasiones y longevidades, un retorno a todo lo que Sarkozy había confiado en desmantelar.
La jaula estaba hecha de la soledad de una misión secreta no cumplida.
Traducción: Ramón Vera Herrera

No hay comentarios:

Publicar un comentario