La peligrosa ira de Peña Nieto
Peña Nieto en la Ibero. Trago amargo.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- Algo muy serio debió ocurrir en la campaña de Enrique Peña Nieto tras el desafío de los jóvenes de la Universidad Iberoamericana, el viernes 11, para que la iracundia de él y de sus huestes cobre una dimensión insólita, que evoca al represor Gustavo Díaz Ordaz, pero también altamente peligrosa en un país donde la impunidad de los actos criminales está garantizada.
El estado emocional de los priistas-verdes –a cuya coalición de intereses sirven también Gabriel Quadri y Elba Esther Gordillo– adquiere mayor relevancia luego de que 131 de los jóvenes que descompusieron a Peña Nieto tomaron la decisión valiente –temeraria para algunos– de mostrar sus rostros y claves de estudiantes para afirmar que no son golpeadores ni manipulados.
La acusación de serlo vino de los priistas Pedro Joaquín Coldwell, Emilio Gamboa, de Arturo Escobar, senador del Partido Verde, y de opinadores de medios de comunicación, claramente alineados ya, a quienes desmienten: “Somos estudiantes de la Ibero, no acarreados, no porros. Y nadie nos entrenó para nada”.
Más que serenarlos, es previsible que este arrojo de los jóvenes encrespará más a personajes de la talla de Jorge Yazberth, presidente del Organismo Nacional del Jóvenes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), un sujeto que se ufana de ser actor de Televisa y que no sólo reprende a sus adversarios, sino los amenaza.
“Sí, si ya te encontramos a ti y a todos tus compañeros. Cuidado, no todo es libertad de expresión”, le dice a la estudiante Paloma Arrazola, a quien él atribuye organizar la protesta contra Peña Nieto, y luego, ufano, aclara: “Relájate, Palomita; ya con esta fama que te hiciste gracias a mí podrás pagar tu colegiatura”.
Aunque borró de su cuenta de Twitter muchos de los insultos, y hasta cambió su perfil –de presidente a vicepresidente de los jóvenes priistas–, quedaron las evidencias del tono amenazante empleado por este individuo, replicado por otros desde el anonimato.
Por ejemplo: “A nuestros opositores les digo que por cada descalificación y señalamiento tendrán una respuesta: ’Chinguen a su madre perredistas’.”
Otro:”¿Qué le espera a México con Andrés Manuel y Josefina? Un México mediocre como a los empleados de esta cuenta: @juantlz”.
Lo mismo ocurre con otros priistas embozados o confesos, como los que se lanzaron contra la joven estudiante Ronit Guttman –que hizo público su propósito de protestar, como si eso estuviera proscrito–, instigados todos por el propio Peña Nieto.
Porque fue éste, ya irritado al finalizar en encuentro en la Iberoamericana, el que atizó los ánimos al ufanarse de la represión policiaca a su cargo en Atenco, donde murieron el niño Javier Cortés, de 14 años de edad, de un balazo en el corazón que le disparó un policía, y el joven Alexis Benhumea Hernández, golpeado en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno.
Después de haberle gritado “asesino” y “cobarde” y de huir ignominiosamente de la Universidad Iberoamericana, Peña Nieto está tan furioso que han decidido cancelar cualquier encuentro con estudiantes, incluida la Universidad Panamericana, su alma mater.
Algo se rompió ya en la campaña presidencial priista, algo referido a los jóvenes que conecta con la ignorancia que exhibió el mexiquense en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en diciembre, y que las encuestas –de tan escasa credibilidad– no han registrado.
Algo que tiene al candidato priista tenso, a menudo irascible, como lo registró la reportera Jesusa Cervantes, de Proceso, en San Luis Potosí, el pasado miércoles 9, tres días después del debate, cuando regañó al capitán Gustavo Cuevas Gutiérrez, su jefe de seguridad, por empujar a una simpatizante.
“¡Chingada madre! ¡Estamos en campaña! ¿No te das cuenta?”, le gritó Peña Nieto mientras manoteaba frente su cara.
No, si la ventaja de Peña Nieto es irreversible, él, los mandos priistas y sus testaferros no estarían tan alterados ni generando un ambiente altamente peligroso. Cuidado.
Apuntes
Los propios panistas lo confiesan, aún en voz baja: Josefina Vázquez Mota ha sido ya abandonada tras arreglos de impunidad e inmunidad entre Felipe Calderón y Peña Nieto. Y ella será la única culpable de la debacle…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter : @alvaro_delgado
El estado emocional de los priistas-verdes –a cuya coalición de intereses sirven también Gabriel Quadri y Elba Esther Gordillo– adquiere mayor relevancia luego de que 131 de los jóvenes que descompusieron a Peña Nieto tomaron la decisión valiente –temeraria para algunos– de mostrar sus rostros y claves de estudiantes para afirmar que no son golpeadores ni manipulados.
La acusación de serlo vino de los priistas Pedro Joaquín Coldwell, Emilio Gamboa, de Arturo Escobar, senador del Partido Verde, y de opinadores de medios de comunicación, claramente alineados ya, a quienes desmienten: “Somos estudiantes de la Ibero, no acarreados, no porros. Y nadie nos entrenó para nada”.
Más que serenarlos, es previsible que este arrojo de los jóvenes encrespará más a personajes de la talla de Jorge Yazberth, presidente del Organismo Nacional del Jóvenes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), un sujeto que se ufana de ser actor de Televisa y que no sólo reprende a sus adversarios, sino los amenaza.
“Sí, si ya te encontramos a ti y a todos tus compañeros. Cuidado, no todo es libertad de expresión”, le dice a la estudiante Paloma Arrazola, a quien él atribuye organizar la protesta contra Peña Nieto, y luego, ufano, aclara: “Relájate, Palomita; ya con esta fama que te hiciste gracias a mí podrás pagar tu colegiatura”.
Aunque borró de su cuenta de Twitter muchos de los insultos, y hasta cambió su perfil –de presidente a vicepresidente de los jóvenes priistas–, quedaron las evidencias del tono amenazante empleado por este individuo, replicado por otros desde el anonimato.
Por ejemplo: “A nuestros opositores les digo que por cada descalificación y señalamiento tendrán una respuesta: ’Chinguen a su madre perredistas’.”
Otro:”¿Qué le espera a México con Andrés Manuel y Josefina? Un México mediocre como a los empleados de esta cuenta: @juantlz”.
Lo mismo ocurre con otros priistas embozados o confesos, como los que se lanzaron contra la joven estudiante Ronit Guttman –que hizo público su propósito de protestar, como si eso estuviera proscrito–, instigados todos por el propio Peña Nieto.
Porque fue éste, ya irritado al finalizar en encuentro en la Iberoamericana, el que atizó los ánimos al ufanarse de la represión policiaca a su cargo en Atenco, donde murieron el niño Javier Cortés, de 14 años de edad, de un balazo en el corazón que le disparó un policía, y el joven Alexis Benhumea Hernández, golpeado en la cabeza por un cartucho de gas lacrimógeno.
Después de haberle gritado “asesino” y “cobarde” y de huir ignominiosamente de la Universidad Iberoamericana, Peña Nieto está tan furioso que han decidido cancelar cualquier encuentro con estudiantes, incluida la Universidad Panamericana, su alma mater.
Algo se rompió ya en la campaña presidencial priista, algo referido a los jóvenes que conecta con la ignorancia que exhibió el mexiquense en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en diciembre, y que las encuestas –de tan escasa credibilidad– no han registrado.
Algo que tiene al candidato priista tenso, a menudo irascible, como lo registró la reportera Jesusa Cervantes, de Proceso, en San Luis Potosí, el pasado miércoles 9, tres días después del debate, cuando regañó al capitán Gustavo Cuevas Gutiérrez, su jefe de seguridad, por empujar a una simpatizante.
“¡Chingada madre! ¡Estamos en campaña! ¿No te das cuenta?”, le gritó Peña Nieto mientras manoteaba frente su cara.
No, si la ventaja de Peña Nieto es irreversible, él, los mandos priistas y sus testaferros no estarían tan alterados ni generando un ambiente altamente peligroso. Cuidado.
Apuntes
Los propios panistas lo confiesan, aún en voz baja: Josefina Vázquez Mota ha sido ya abandonada tras arreglos de impunidad e inmunidad entre Felipe Calderón y Peña Nieto. Y ella será la única culpable de la debacle…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter : @alvaro_delgado
Fuentes y los presidenciables: EPN, “ni pensarlo”; JVM, “no ganará”; AMLO, “hay una esperanza”
Carlos Fuentes, escritor.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- Carlos Fuentes no llegó al primero de julio, día de las elecciones presidenciales. Murió a las 12:05 horas en el Hospital Ángeles, al sur de la ciudad de México.
Alguna vez Juan Carlos Onetti dijo sobre Fuentes: “Es el proteico, porque nunca se sabe qué forma va a adoptar”. Se refería al zigzageo constante del autor de La región más transparente: de castrista a enemigo de Fidel; de sandinista a crítico del comandante Ortega; de defender el Halconazo de Echeverría a asesorar a López Portillo; y finalmente hasta decir que el fraude electoral de Calderón no existió.
A raíz de los errores de Peña Nieto en la Feria del Libro de Guadalajara, el escritor aludió, durante una entrevista con Aristegui, a Enrique Peña Nieto:
“En el PRI, no quiero ni pensar que Peña Nieto pueda ser presidente, y no porque no haya leído nada, pero si a mí me preguntan en una feria de libro ‘¿qué libros ha leído usted’, yo digo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se acabó, ya nadie te pregunta más”, resaltó luego del traspié del abanderado presidencial priista en la pasada Feria Internacional del Libro (FIL), donde atribuyó erróneamente la autoría de su libro La silla del águila al escritor Enrique Krauze.
Durante la entrevista, Fuentes se expresó sobre la izquierda en México:
“Yo estoy a favor de la izquierda. Yo favorecí a Marcelo Ebrard como candidato. No resultó. El candidato es López Obrador y López Obrador ya sabemos quién es, sólo que ha cambiado. En vez de ser el batallador que ocupa las calles, etcétera, es el hombre amoroso. De repente descubrió el ‘love, love, love’. ¡Qué bonito!”, comentó entonces el autor de La muerte de Artemio Cruz y Aura.
“Si algunas de las mejores gentes de México se asocian con él, hay una esperanza. Y estoy hablando de gente como Juan Ramón de la Fuente o como el propio Marcelo Ebrard y otros”, resaltó Fuentes.
En esa entrevista, el escritor auguró “que los mexicanos ya no reeligirán al PAN en la Presidencia, y el aspirante del PRI es muy pequeño”, acotó en alusión al priista Enrique Peña Nieto.
Fuentes añadió: “La única posibilidad de una renovación, a pesar del candidato, es la izquierda con López Obrador, y una izquierda que ojalá logre el grado de unión que no tiene todavía”.
Quince días antes de su muerte, durante la FIL de Buenos Aires, Fuentes calificó de “mediocres que nos dan retórica” a los tres candidatos presidenciales y advirtió que “hay muchos motivos de indignación también en América Latina”.
En ese encuentro dijo que el hubiera votado por Marcelo Ebrard, actual jefe de gobierno capitalino. Y atizó: “En México hay cincuenta millones de personas menores de treinta años y ningún candidato habla de ellos”.
Alguna vez Juan Carlos Onetti dijo sobre Fuentes: “Es el proteico, porque nunca se sabe qué forma va a adoptar”. Se refería al zigzageo constante del autor de La región más transparente: de castrista a enemigo de Fidel; de sandinista a crítico del comandante Ortega; de defender el Halconazo de Echeverría a asesorar a López Portillo; y finalmente hasta decir que el fraude electoral de Calderón no existió.
A raíz de los errores de Peña Nieto en la Feria del Libro de Guadalajara, el escritor aludió, durante una entrevista con Aristegui, a Enrique Peña Nieto:
“En el PRI, no quiero ni pensar que Peña Nieto pueda ser presidente, y no porque no haya leído nada, pero si a mí me preguntan en una feria de libro ‘¿qué libros ha leído usted’, yo digo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se acabó, ya nadie te pregunta más”, resaltó luego del traspié del abanderado presidencial priista en la pasada Feria Internacional del Libro (FIL), donde atribuyó erróneamente la autoría de su libro La silla del águila al escritor Enrique Krauze.
Durante la entrevista, Fuentes se expresó sobre la izquierda en México:
“Yo estoy a favor de la izquierda. Yo favorecí a Marcelo Ebrard como candidato. No resultó. El candidato es López Obrador y López Obrador ya sabemos quién es, sólo que ha cambiado. En vez de ser el batallador que ocupa las calles, etcétera, es el hombre amoroso. De repente descubrió el ‘love, love, love’. ¡Qué bonito!”, comentó entonces el autor de La muerte de Artemio Cruz y Aura.
“Si algunas de las mejores gentes de México se asocian con él, hay una esperanza. Y estoy hablando de gente como Juan Ramón de la Fuente o como el propio Marcelo Ebrard y otros”, resaltó Fuentes.
En esa entrevista, el escritor auguró “que los mexicanos ya no reeligirán al PAN en la Presidencia, y el aspirante del PRI es muy pequeño”, acotó en alusión al priista Enrique Peña Nieto.
Fuentes añadió: “La única posibilidad de una renovación, a pesar del candidato, es la izquierda con López Obrador, y una izquierda que ojalá logre el grado de unión que no tiene todavía”.
Quince días antes de su muerte, durante la FIL de Buenos Aires, Fuentes calificó de “mediocres que nos dan retórica” a los tres candidatos presidenciales y advirtió que “hay muchos motivos de indignación también en América Latina”.
En ese encuentro dijo que el hubiera votado por Marcelo Ebrard, actual jefe de gobierno capitalino. Y atizó: “En México hay cincuenta millones de personas menores de treinta años y ningún candidato habla de ellos”.
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