Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 1 de mayo de 2012

Sella López Obrador alianza con Cárdenas; sería titular de Pemex- Las encuestas y la inducción del voto- ASTILLERO

Elecciones 2012
Reflexionaré esa postulación, estoy agradecido, dice el ingeniero
Sella López Obrador alianza con Cárdenas; sería titular de Pemex
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Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas, luego del anuncioFoto Carlos Ramos Mamahua
Alma E. Muñoz y Claudia Herrera
Periódico La Jornada
Martes 1º de mayo de 2012, p. 7
 
         Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, selló su alianza con Cuauhtémoc Cárdenas al proponerle ser director de Petróleos Mexicanos (Pemex) en caso de ganar la Presidencia de la República, y hacer suya su propuesta energética.
Ambos estuvieron ayer en el hotel Hilton y el tabasqueño incluso hizo reír a Cárdenas cuando precisó que le pide ayuda y no porque el ingeniero esté buscando trabajo en el sector público. El fundador del PRD afirmó que reflexionará en esa postulación, y en ningún momento hay rechazo, al contrario, es un agradecimiento. Declaró asimismo estar dispuesto a colaborar con y sin cargo.
Tanto López Obrador como Cárdenas, únicos oradores, cuestionaron la política entreguista de Enrique Peña Nieto. Desde aquí le mando decir al candidato del PRI que lea la Constitución, el artículo 27. El petróleo es de la nación, no de los extranjeros, y todavía está por verse qué proyecto se va a escoger en los comicios del primero de julio, explicó el abanderado de la izquierda.
Lo hizo ante un auditorio donde coincidieron personajes distanciados entre sí, como Porfirio Muñoz Ledo y Cárdenas, quienes con un diplomático saludo parecieron dejar atrás diferencias. En primera fila se ubicaron antiguos adversarios de Miguel Ángel Mancera por la candidatura a la jefatura del Gobierno capitalino, como Alejandra Barrales y Martí Batres.
También acudieron Alejandro Encinas, Pablo Gómez, Javier Jiménez Espriú, Ricardo Monreal, Cuauhtémoc Cárdenas Batel y los dirigentes del PRD, Jesús Zambrano y Dolores Padierna.
El anuncio tuvo como propósito –aclaró López Obrador– que Cárdenas encabece la política energética del Movimiento Progresista con base en la propuesta de Un México para todos, que en febrero le entregó el ingeniero en el rencuentro donde limaron las asperezas de 2006.
Al principio, el tabasqueño calificó este encuentro de histórico, porque ahí definieron una política conjunta en la materia diferente a la de sus contrincantes. Reiteró su crítica a Peña Nieto por pretender profundizar la política privatizadora tras haber entregado todo.
Para ilustrarlo mencionó que Luis Videgaray, coordinador de la campaña priísta, declaró al periódico estadunidense The New York Times que esa (la privatización) será su primera acción. También consideró a Cárdenas un hombre de principios e ideales, heredero de la política nacionalista del país y en particular de la petrolera, iniciada en el movimiento revolucionario. El creador de la Fundación para la Democracia devolvió la cortesía y definió la campaña lopezobradorista como en ascenso, y vamos a ver qué dicen los votos.
Minutos después de que López Obrador comenzó su discurso, Rodolfo Macías Cabrera, quien dijo ser presidente de un gobierno provisional en el exilio y haber sido investigado por la Procuraduría General de la República por presuntos vínculos con Mario Aburto, asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, subió al templete e interrumpió al candidato. De hecho, en un expediente del caso Colosio se menciona que en la agenda personal de Aburto se encontró un número telefónico de la cuñada y hermana de Macías, quien criticó que Cárdenas se hubiera reunido con Carlos Salinas en Washington, en 1994, y dijo que Muñoz Ledo se lo había confirmado.
Muchas gracias, ya diste a conocer tu punto de vista. Déjanos continuar, solicitó el abanderado presidencial y, cuando Macías pretendió hablar de nuevo, se escucharon rechiflas y gritos de ¡fuera, fuera, ya bájate, eres un provocador!
López Obrador se repuso de inmediato y comentó que estas expresiones son algo normal como parte del ejercicio de la libertad de expresión. Cárdenas comentó más tarde: No creo que ustedes cambien sus principios por estar oyendo lo que yo digo, ni yo los he cambiado por reunirme con mil y mil personas desde hace años.
Argumentó que esa irrupción se dio porque seguramente algunos de los candidatos que no comparten nuestros puntos de vista pretendieron reventar la reunión, pero no pasó nada.
Después del incidente, López Obrador desglosó sus coincidencias con el plan energético de Cárdenas y le pidió que acepte la dirección de Pemex. Vamos a (esperar) que el ingeniero lo piense, remató su intervención, tras lo cual una mujer exclamó: ¡Acepta, ingeniero; tu madre (doña Amalia Solórzano) te lo pediría!

Peligroso oficio de informar-Fisgón
¿Debate o futbol?
IFE, aficionado
Cárdenas, ¿contratista?
Trece de 200
Julio Hernández López
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PLATAFORMAS ELECTORALES. Representantes de Nueva Alianza, Coalición Movimiento Progresista, PVEM, PAN y PRI, durante el primer Foro de Contraste de Plataformas Electorales en el auditorio del IFEFoto Cristina Rodríguez
 
 
 
        De un balonazo fue derribada la peregrina suposición de que un debate entre candidatos presidenciales podría alterar el ánimo de los futuros votantes al exhibir la precariedad sustancial de uno de ellos. La noche en que los cuatro aspirantes recorrerán el proceso acartonado de falso debate que sus representantes aceptaron (también el de la izquierda electoral), buena parte de los mexicanos televidentes estará concentrada en los altibajos de otra contienda, la que libren Morelia y Tigres en los cuartos de final del torneo de futbol profesional de primera división.
Gran favor azteca que se hace a Enrique Peña Nieto al restar atención a uno de los ejercicios en que sabidamente tiene enormes debilidades. Colocar intencionalmente a la hora de la confrontación política un partido que en la grisura del balompié nacional ofrece ciertas posibilidades de colorido equivale a garantizarle al candidato priísta que sus pifias y carencias tendrán poca atención y no impactarán con fuerza en las de por sí muy arregladas encuestas de opinión que lo favorecen. También, desde luego y en contrapartida, que el lucimiento, experiencia y capacidad de cualquiera de los otros participantes quedarán circunscritos a un público numéricamente empequeñecido.
La victoria aplastante del espectáculo deportivo sobre la necesidad ciudadana de informarse para decidir fue celebrada por el propio dueño de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, en un mensaje por Twitter enviado a las 18:48 horas: “Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol (sic) por Azteca. Yo les paso los ratings al día siguiente”. Mientras tanto, un grupo de aficionados electorales que son conocidos como consejeros del IFE, encabezados por Leonardo Valdés Zurita, hacían voluntariosas gestiones para ver si conseguían que la autoridad televisiva les hiciera el milagro de cambiar la transmisión futbolera, para que no le quite audiencia de manera tan salvaje a la tertulia descolorida que han llamado debate.
No es de buscarse, a fe de este tecleador recogebalones, que haya cadena nacional para el picnic entre candidatos ni forma alguna que intente someter a las audiencias a programaciones electorales, pero tampoco debería permitirse que de manera arrogante, y en claro servicio a uno de los candidatos, justamente el favorito de ese duopolio que controla las pantallas y también la Federación Mexicana de Futbol, se empalme intencionalmente un partido distractor a la hora en la que de por sí muy pocos ciudadanos habrán de interesarse por ver un remedo de polémica entre candidatos presidenciales.
Pasando a otro tema: los indicios eran claros, tal como aquí se había apuntado en entregas anteriores: López Obrador propuso ayer a Cuauhtémoc Cárdenas para que se haga cargo de Pemex, aunque el ingeniero michoacano no ha aceptado y quedó de pensarlo. En la agenda del romance energético AMLO-CC queda un futuro encuentro con Lula, gestionado por Cárdenas. Los defensores del esquema petrolero nacionalista deben estar atentos a estos replanteamientos electorales, pues podrían toparse más delante con sorpresas modernizadoras que en el fondo no disten mucho de las que descaradamente han propuesto priístas y panistas.
En noviembre de 2008, por ejemplo, Porfirio Muñoz Ledo, quien en ese momento era coordinador del Frente Amplio Progresista, acusó a Cárdenas de haber estado detrás del voto de diputados y senadores perredistas en favor de la reforma petrolera impulsada por Calderón e impugnada política y socialmente por el lopezobradorismo. A Francisco Reséndiz le dijo, según en http://bit.ly/J6wWwK se puede leer: ... yo quiero saber cuántos contratos van para los socios de Cuauhtémoc Cárdenas, pido una estricta revisión, porque vienen los contratos para los privados y Cuauhtémoc fue durante muchos años contratista de Pemex. El locuaz político de multipolaridad partidista aseguró que es perfectamente demostrable que el michoacano tuvo contratos con Pemex durante las administraciones de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari y que tuvo alianza con el entonces candidato presidencial priísta Francisco Labastida en 2000.
El abrazo entre los dos únicos candidatos presidenciales de la izquierda electoral pretende consolidar una imagen de unidad rumbo a las urnas que está saliendo políticamente muy cara al lopezobradorismo. Cárdenas no apoyó la gran posibilidad (tal vez irrepetible) de que el tabasqueño llegara al poder en 2006, aceptó colaborar con Vicente Fox en una comisión relacionada con el Bicentenario y fue factor importante en el proceso de aceptación por la vía de los hechos de la imposición del calderonismo en Los Pinos.
Con la heráldica como parapeto, el negocio de Pemex podrá ahora abrirse a nuevos partícipes y un grupo político y familiar estará en condiciones de revivir prácticas que en otros cargos les han sido reprochadas. La prisa electoral de López Obrador por ofrecer puestos de gabinete conlleva además el riesgo de que algunos de los nombres propuestos acaben aceptando tales encargos, pero con otro presidente que así busque convalidarse al invitar a su equipo a izquierdistas modernos que no compartan con su anterior abanderado ninguna actitud de protesta o rechazo por la imposición electoral que se hubiese producido y que prefirieran sumarse a un esquema de pluralidad que con Ebrard, De la Fuente y Cárdenas, entre otros, le está prefigurando AMLO a un eventual Peña Nieto ganador.
Y, mientras Chepina y el PAN van preparando de manera propagandística el camino (al insistir en acusar abiertamente al PRI de ser cómplice del narcotráfico) para detenciones de capos principales y otros golpes efectistas pensados en función de lo electoral, ¡hasta mañana, en esta columna que se pregunta cuánta es la efectividad proporcional de un gobierno, el de Michoacán, que detiene a alrededor de 200 jóvenes (además de algunas denuncias de desaparecidos) para consignar a trece de los cuales habrá de verse cuántos son declarados culpables de violencia en Morelia!
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Las encuestas y la inducción del voto
Javier Flores
 
 
 
        Es muy interesante observar los efectos de la discusión que en fechas recientes ha tenido lugar en algunos medios de comunicación en torno a las encuestas electorales. En primer lugar se ha eliminado la pretensión de convertir las elecciones presidenciales del primero de julio en una competencia sólo entre dos contendientes: el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, y Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN). Ahora se trata de una competencia en la que hay tres candidatos, pues hasta ahora no se ha alcanzado el objetivo de arrojar a un lejano tercer sitio a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato de las izquierdas. Se puede argumentar, sin embargo, que no será una elección entre dos, pero tampoco entre tres, pues la ventaja del ex gobernador del estado de México es tal, de acuerdo con esos sondeos, que en todo caso se trataría de esperar simplemente la ratificación en las urnas de un solo aspirante a ocupar la silla presidencial. ¿Cómo explicar estos cambios?
Primero, porque las casas encuestadoras se encuentran ya bajo el escrutinio de la sociedad y lo saben. En segundo término, porque los intelectuales y científicos sociales que basan sus análisis en esos sondeos saben también que no pueden poner en riesgo su prestigio profesional y su reputación, apoyándose simplemente en esas empresas. Todo lo anterior, por supuesto, dicho en términos generales, pues hay que reconocer que también existe el cinismo.
Pero esos cambios son aparentes. En los sondeos a los que me refiero, Josefina Vázquez Mota (JVM) es ya víctima del chantaje de las encuestas. Ahora sólo la utilizan como objeto. Un muro de contención para el tercer candidato. A pesar de que todos los analistas coinciden en que la campaña de la abanderada del blanquiazul es un desastre, ahora baja, mañana sube, todo para mantener alejada la amenaza que representa la izquierda y para dejar libre el camino a Peña Nieto. Dentro de la lógica de estas encuestas, podría ser mortal para el candidato del PRI que AMLO se despegara tempranamente al segundo sitio, pues entonces se revertiría la estrategia original de inducción del voto (o voto útil) a favor del candidato de las izquierdas. O sea, eso no va a pasar. Conviene mantener a Josefina en el segundo puesto, así sea a trompicones.
A menos que ocurra un milagro, como expresó el ex presidente Vicente Fox. Algo que es muy poco probable, pues, para que sucediera, JVM tendría que pronunciarse, por ejemplo, contra la estrategia del licenciado Felipe Calderón y renegar de la guerra contra el narcotráfico que ha costado más de 60 mil vidas, lo que la colocaría en una posición incluso más vulnerable de la que tuvo en su momento Luis Donaldo Colosio. O sea, eso tampoco va a pasar. Entonces la pregunta sería: ¿cómo van a lograr las empresas de encuestas y los analistas asociados a ellas mantener en la segunda posición a JVM? La respuesta es muy simple: como sea.
Digo lo anterior porque todo lo que tiene que ver con estas encuestas es ya una burla, francamente mueve a risa… Pero francamente yo no quería hablar de esto, que, acepto, puede quedar en un nivel puramente especulativo (aunque por alguna razón no pude detenerme), sino de otra cosa relacionada con lo anterior. Acabo de leer el trabajo ya clásico de Robert K. Goidel y Todd G. Shield publicado en 1994 en The Journal of Politics, en el que estos autores muestran, mediante el empleo de herramientas estadísticas y matemáticas, cómo la conducta electoral de los votantes puede ser influenciada tanto por la exposición a los medios como por la presencia de expectativas electorales.
El efecto bandwagon (de arrastre, o subirse al carro) consiste en que los sujetos se suman a lo que hacen o creen la mayoría de las personas. Si bien la certeza o infalibilidad de esta conducta puede ser objeto de mucha discusión, lo cierto es que esta estrategia es empleada comúnmente por los publicistas para inducir la compra de productos o para promover a algún cantante. El razonamiento para el caso de las modas es el siguiente: si la mayoría de la gente lo tiene, yo también lo debo tener.
Goidel y Shield encuentran un efecto semejante por la difusión de las encuestas en los procesos electorales que analizan. Esto es particularmente cierto, afirman, en el caso de los independientes que no tienen el filtro perceptivo del partidismo, pero también lo es en el caso de los pertenecientes a los partidos. Lo anterior puede facilitar el arribo a puestos de quienes son percibidos como los ganadores. Aunque no lo discuten, las conclusiones de estos autores parten de la suposición de que las encuestas están razonablemente bien hechas. Algo que en el caso mexicano, en mi opinión, es muy dudoso.
Como quiera que sea, la contratación de las encuestas electorales en nuestro país, cuyos resultados son primero divulgados y luego amplificados por algunos analistas, tienen la intención deliberada de provocar ese efecto de arrastre. Estos sondeos representan tan sólo una de los frentes que muestran el nivel tan pobre que tiene nuestra incipiente democracia en este año de elecciones.
Olvidaba decir que el efecto bandwagon se ha trasladado ya al subconjunto de las encuestas. El razonamiento es el siguiente: si la mayoría de las encuestas dice tal cosa, entonces debe de ser cierto… En lugar de subirme a ese carro, prefiero defender mi derecho a dudar.

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