Peña Nieto necesita la legitimidad de AMLO
Desánimo social
Percibo sentimientos de frustración, decepción y desánimo por todas partes. Las caras largas, los “ya ni modo”, el “no tenemos remedio”, la ira contenida en contra del status quo contrastan con los muy pocos --pero muy pocos--, que se sienten satisfechos con los resultados electorales preliminares que se anunciaron en las últimas horas del más reciente domingo.
Veo también arrogancia en quienes se atribuyen el triunfo. Calificar de “berrinche” –como lo hizo ayer el señoritingo Luis Videgaray-- el recurrir a los recursos legales para impugnar un proceso que fue inequitativo y pletórico de irregularidades de principio a fin, no es sino una muestra de lo que nos espera: imposición, autoritarismo, represión… pese a que en el discurso se diga exactamente lo contrario.
Sin embargo, no es cierto que no haya nada qué hacer. El PRI y Enrique Peña Nieto precisan de un mínimo de legitimidad para justificar su arribo a Los Pinos, y no la pueden obtener de su actuación petulante. Necesitan que Andrés Manuel López Obrador y los más de 15 millones de ciudadanos que sufragaron por él y por su causa le transfieran su propia legitimidad asegurando compartir los mismos fines.
No será fácil que tal suceda, porque –para empezar-- los priístas manejan la situación equivocadamente, para no variar. Antes de asumirse humildes con su presunto triunfo –aún falta el reconteo voto por voto en un tercio de las casillas anunciado ayer por el ¿“berrinchudo”? IFE--, han reaccionado con la impertinencia y descaro que les caracteriza… aunque digan que ya son un “nuevo” PRI.
También porque el movimiento social que rodea y apoya a López Obrador le exigirá acciones cada vez más beligerantes con las cuales puedan resarcir mínimamente la situación de frustración que se refleja, por ejemplo, en un escrito llegado la mañana de ayer a mi buzón, con el remitente de Carlos Miguel Parra:
“No sufras hermano porque esta vez aun no logramos sacar a los cerdos de nuestro frondoso jardín, seguirán devorando nuestras flores y seguirán enlodando con sus asquerosas heces nuestra hermosa patria.
“No sufras hermano, tómalo como una experiencia más, en esta larga pesadilla logramos avanzar en medio de todo aquello que creíamos perdido porque en nuestro pueblo se abono aun más nuestra conciencia cívica con los principio de la dignidad, valor y el dar amor al prójimo con la fe de creer aun en los seres humanos, en aquellos que no se vendieron, ni nos traicionaron, muy por encima de la prostitución económica que calmara solo por 2 días el hambre de aquellos que se dejaron corromper, vendiendo su voto para 6 años de explotación, humillación e injusticia.
“No sufras hermano, porque aquellos miserables esquiroles y corruptos parásitos del sistema que nos somete y explota contribuyeron en esta jornada a corromper por la ignorancia y ambición la dignidad y conciencia de muchos seres como al final son compatriotas como tú y yo.”
O este otro, de Moisés Ezequiel Zepeda Moreno
“Ahora que ya paso la marea, entre quienes se reparten nuestras vidas como si fueramos monedas devaluadas, ahora que ha pasado el circo de la compra y venta de nuestra dignidad, y ahora que nos estarán dejando de ver como seres idiotas que vendemos nuestra patria por cualquier sobra…
“Ahora que ya se van a olvidar que nos han humillado tanto que vendemos a nuestro padres, a nuestros hermanos a nuestro pueblo por el fantasma de lo que ellos dicen que es lo mejor.
“Ahora que dejamos de luchar la guerra de reyes que no conocemos, y que hemos olvidado que estamos vivos y lo peor que se nos olvida que vamos a morir”.
¿Y qué de nuestro desánimo? ¿Seremos víctimas resignadas a vivir sin ilusiones, esperanzas o propósitos? Me gusta recordar un pensamiento de Víctor Hugo: “Dios bendice al hombre, no por haber encontrado, sino por haber buscado”.
El desánimo empieza con un sentimiento de inferioridad, un decaimiento de la fuerza de voluntad y un espíritu silenciosamente apagado. Nos hace creer que valemos menos de lo que realmente valemos, y nos coloca como indefensos ante los retos de la vida.
Pero tiene remedio. Y no en sedantes que recetan los siquiatras ni en largos tratamientos que proponen los consejeros. El desánimo es probablemente uno de los pocos males que se curan desde adentro.
¡Ánimo!
Índice Flamígero: “La Victoria (ya no) es Nuestra”, intitula su colaboración de este día don Alfredo Álvarez Barrón, a quien conocemos cual El Poeta del Nopal: “Adiós a las prestaciones, / adiós derecho de huelga, / pues con los nuevos patrones / la Corona...valió belga.” + + + Sólo 151 días más y concluye la fallida Administración de Felipe Calderón.
Francisco Rodríguez - Opinión EMET
Elección presidencial: trampas evidentes; impunes todos los delitos electorales
El IFE adelantó, sin tener razón ni motivo, un anuncio sobre resultados treinta minutos antes de lo anunciado oficialmente.
Habrá que tener muy presentes las declaraciones de la autoridad electoral de los últimos días. El titular del Tribunal Federal Electoral, José Alejandro Luna Ramos, señaló que nada que se registre en las urnas será modificado en la mesa. Por lo tanto, habrá que preguntarse si es que todavía podemos esperar alguna reacción contraria a lo que ya determinaron las televisoras, que no las encuestadoras que, como nunca, demostraron que estaban al servicio de un sólo grupo y presentaron resultados orquestados. O sea que el hecho de que circulen las fotografías que muestran los tumultos en las tiendas departamentales como Soriana para hacer valer los vales por los cuales cambiaron su voto y que son prueba fehaciente de que hubo coacción no tiene validez.
Como tampoco el panorama presentado por todo el país sobre el uso de recursos para la campaña. Y esto último tiene su propio peso y hasta el soporte que dan los antecedentes. En nuestro sistema no hemos visto que se castigue a quienes han saqueado al país, a las Entidades, a quienes han hecho, desde la función pública la labor de coyotaje. Y esto se ha registrado a nivel presidencial, en las gubernaturas, en los municipios y también en el Congreso, en donde se cabildea con los legisladores a fin de conseguir recomendaciones para los mandatos estatales o para la aprobación de leyes que, como la del reparto de vales para medicinas, se constituyen en grandes negocios. Es conocido, lo hacen incluso ostensible, el enriquecimiento que sólo tiene explicación en ilícitos y no ha sucedido nada. En los Estados son millones de ciudadanos los que conocen la vida y las propiedades antes y después de que se ejerzan los cargos públicos, el enriquecimiento inexplicable está a la vista y, sin embargo, nada sucede.
Así que todas esas leyes que no han servido para meter en orden a los que actúan de esa manera tampoco servirán para ahora señalar y consignar a quienes compraron votos, a quienes no cumplieron con las reglas marcadas por la autoridad electoral que fijó topes de campaña. Igualito que no se somete a escrutinio lo que puede adquirirse o no con los salarios que perciben los funcionarios. He recibido muchos correos que señalan que existe una abierta simpatía por López Obrador. Yo iría más allá. No se trata de simpatía hacia una sola persona o lo que esto representa, se trata de evitar que sigamos siendo víctimas de todo tipo de fraudes, que tengamos que aceptar lo que se nos dice aún y cuando sabemos todo lo que existe detrás porque nadie puede ser tan confiado que no encuentre en una serie de acciones el objetivo que se busca y aquí no se trata de si gana o no gana el PRI, si no del futuro que se espera si siguen vigentes todos esos actos que tanto han perjudicado al país y por ende a los mexicanos.
El IFE adelantó, sin tener razón ni motivo, un anuncio sobre resultados treinta minutos antes de lo anunciado oficialmente. Nadie sabe que impulsó a los consejeros a votar por esa salida de prisa de Leonardo Valdés Zurita. Tampoco que basado en un conteo rápido el titular del Ejecutivo Federal, Felipe Calderón, se lanzara a dar el nombre de un ganador. Menos aún que, orquestadamente, se presentaran informes sobre el tiempo que las televisoras han dedicado a cada partido y sus candidatos, uniformándolos de tal manera que la diferencia es mínima y no sólo entre tres, sino entre cuatro, ya que si a los más fuertes sólo tienen una distancia de decenas, para Quadri hay solo 10 mil anuncios de diferencia que no son nada comparados con las fuerza de los otros participantes. A todos les dieron arriba de 42 mil y al del PANAL, 32 mil. Por si fuera poco -y tal parece que como respuesta a todas las interrogantes que surgieron sobre la página del IFE en donde estaban presentando los resultados del PREP y en las cuales en la madrugada daban cuenta de una abierta ventaja del tabasqueño sobre el mexiquense- hicieron una rueda de prensa en la que presentaron a un joven al que nadie había visto y que estuvo encargado de la cuestión tecnológica en ese Instituto, mismo que declaró que logró detener cuantos intentos hubo de “jaquear” la página. O sea que si usted vio esos resultados seguro eran de los “jaquers” y cuando vino el cambio ya todo estaba en orden.
Se han ido sumando así acciones que también tuvieron que ver con el cabildeo para que todos nos enteráramos de que el mundo se volcó en felicitaciones al candidato priísta y me pregunto si eso tiene validez y si va a influir en la vida diaria de cada mexicano como para que lo tomemos como un punto definitivo que impide que pueda actuarse conforme lo marcan las leyes cuando se ven alteradas y como lo llama la razón misma. El punto ahora de explotación mediática es si López Obrador cumple o no cumple con la firma que estampó y que supuestamente lo ataba a acatar los resultados “haiga sido como haiga sido” de la votación. Cuando se sabe de la forma de actuación del contrario, cuando se tienen sobre la mesa asuntos y denuncias como la de la casa Monex, los monederos, los vales para las tiendas de autoservicio.
Cuando se detuvo a sujetos que traían credenciales de elector y despensas y confesaron abiertamente que les pagaron dinero por hacer ese trabajo de cambiar votos por las bolsas que entregarían. Cuando se presentaron denuncias sobre el uso indiscriminado de aviones rentados, de estadios rentados, de transportación, que aún y cuando hubiesen sido aportaciones de los dueños tienen que contabilizarse según lo marca la Ley Electoral. Se acepta la decisión de los electores siempre y cuando quede debidamente aclarado e investigado el origen de todos los recursos y se lleven a cabo con transparencia todas las decisiones que, ante la obviedad de los hechos, no tienen más que una resolución: la anulación en lo que se refiere a la contienda por la Presidencia. O ¿puede todo esto limpiarse?
No se duda ni por un momento que Enrique Peña Nieto, que el PRI, tenga seguidores de los de verdad, de los convencidos, de quienes habrán de emitir por ellos el voto sea cual sea el candidato y la circunstancia porque, y aquí me incluyo, fueron durante muchos años el único partido y crecimos, nos desarrollamos, nuestros hijos fueron a la escuela y siguieron los programas educativos de los tricolores. Pero eso no quiere decir, por desgracia, que tengamos que aceptar que tienen que llevar a cabo una guerra sucia y una operación electoral corrupta. Hay quienes opinan que el tricolor le hizo mucho daño al país y en efecto han estado en sus filas un buen número de corruptos, pero es indiscutible que también en 70 años hubo exportaciones, progreso, que no se entregó al país a intereses extranjeros, no por parte de los políticos priístas, fueron los tecnócratas, los mismos que hicieron pacto con los panistas, que incluso superaron la derechización que los acompaña, los que hicieron la alternancia y ahora exigieron la devolución del poder. No se si es válido decir que no habrá regreso al PRI de antes, ¿de antes de quien? Porque el que mantuvo el poder antes de Luis Echeverría era un tricolor que valía la pena, del que veamos manejará el mando los próximos años si es que logra brincar todas las Leyes y las acusaciones existentes, se tienen muchas dudas.
Lilia Arellano - Opinión EMET
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