El falso debate sobre la elección del 1 de julio
La sociedad mexicana atraviesa por una de las peores etapas de su incipiente democracia y los partidos de izquierda ahora denominados progresistas, discuten los actuales acontecimientos de manera sesgada casi imperceptible; planteando un falso debate, apoyar a López Obrador o acatar el fallo del Tribunal Electoral al pie de la letra.
Hace semanas atrás, las directrices del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano hicieron publico su respaldo a las decisiones que tome el compañero Andrés Manuel respecto a la calificación de la elección presidencial, el Partido de la Revolución Democrática, resolvió en su consejo nacional acompañar todas las acciones del Plan Nacional de Defensa de la Democracia y de la Dignidad que impulsa López Obrador.
Las posiciones políticas, de la Coalición Movimiento Progresista, para defender el sufragio de la ciudadanía y la voluntad popular son acciones necesarias y a la altura del proceso pos electoral. Quiénes no quieran entender que la discusión gira en torno a limpiar el proceso electoral del pasado 1 de julio y hacer respetar el Estado de Derecho, están perdidos de la realidad, o bien tienen intereses particulares sí convalidan un fallo favorable a Peña Nieto, de un proceso a todas luces violatorio de las normas del COFIPE y la Carta Magna de los Estados Unidos Mexicanos, o dicho de manera más coloquial, quieren sacar raja política.
El cuestionamiento a las instituciones encargadas de desarrollar y calificar el proceso electoral presidencial, tiene una gran connotación, sino se efectúa una resolución apegada a la ley y no se castiga a quienes la infringieron, se esta abriendo la puerta a la compraventa de la democracia mexicana; serán las televisoras y los grupos de poder quienes decidan e impongan a los próximos Presidentes de la República, para muchos intelectuales, éstas aseveraciones les son risibles; y hacen de lado, que los grupos de poder del país, quieren hacer de la Constitución letra muerta, permitirlo sería tanto como traicionar la historia del país y a los próceres mexicanos.
Los elementos por los cuales se demanda la nulidad de la elección presidencial parecieran mínimos, pero son contundentes, se esta pidiendo respeto a la voluntad popular y hacer valer la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos.
Es falso el debate, de quienes quieren hacerse ver como hombres de ley y respetuosos de ella, aseverando que acatar el fallo de los tribunales fortalece a los institutos políticos, que llevar a cabo acciones en contra de las instituciones no es benigno ni propio de un demócrata y qué de esa forma nos orillamos a que tampoco quieran respetar nuestros triunfos electorales; insisto, ese es un debate falso.
Si lo fundamental es hacer prevalecer la ley en su máxima expresión.
Hacer respetar el sufragio popular.
Fortalecer la democracia en trasparecía y equidad de recursos.
En ningún momento se esta incitando al ataque de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia; por el contrario, se esta coadyuvando a fortalecer sus trabajos y dar certeza a un país.
El debate real, es que no se puede permitir o aceptar fallos parciales alejados de la legalidad, que atenten contra la estabilidad de un país y haga añicos el Estado de Derecho, deben plantearse los mecanismos que den certeza y hagan privar la legalidad.
El debate necesario en torno al proceso electoral presidencial, qué se debiera efectuar es en torno a la defensa del sufragio popular, abrir un espacio para evaluar el desempeño de los consejeros del Instituto Federal Electoral y en base a dicho debate sustituirlos.
Es obligatorio, confeccionar un nuevo modelo para la selección de los Consejeros Electorales, que aleje a los partidos políticos de ese proceso y sea la ciudadanía quien asigne a los Consejeros Electorales; de esa manera las fracciones parlamentarias mayoritarias no inclinaran la balanza en ningún momento. Urge un cuerpo de Consejeros Electorales que den certeza a la ciudadanía y no a un partido político.
El debate debe darse de manera profunda, dar un giro a los órganos e instituciones que implementó el viejo régimen de lo contario nos veremos siempre en el mismo atolladero, en todas las materias: electoral, seguridad social, economía, etc, seguimos viviendo bajo las reglas del PRI.
El enemigo a vencer es el autoritarismo, la corrupción, la imposición, el desmantelamiento de los bines de la nación, la pobreza, la ilegalidad que representa el PRI y cuyo rostro visible es Peña Nieto.
El debate real es como garantizar la justicia, para todos y cada uno de los habitantes de México.
Israel Briseño es Consejero Nacional del Partido de la Revolución Democrática
Israel Briseño - Especial EMET
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