Correa y el rechazo a la tiranía imperialista mundial
Ángel Guerra Cabrera
No es extraño que el presidente Rafael Correa, solidario con las causas justas de este mundo, haya decidido conceder asilo a Julian Assange. Concurre, además, un hecho que los identifica especialmente. Al igual que el fundador de Wikileaks a escala global, el gobierno de Ecuador, sometido a una lluvia de calumnias mediáticas, trabaja incansablemente en su país por la democratización de los medios de información y rechaza la práctica usual de sus dueños de impedir el derecho ciudadano a una información veraz, plural y no manipulada. Quito ha aprobado incluso una ley ejemplar al respecto.
La digna y contundente denuncia del presidente Correa a la brutal amenaza británica contra la embajada ecuatoriana en Londres y la inmediata y firme solidaridad recibida de la Alba y la Unasur demuestran que América Latina y el Caribe, otrora traspatio yanqui, es hoy la región más independiente del planeta. Sin estas actitudes, quién puede asegurar que el asalto a la sede diplomática no se hubiera consumado en cuestión de horas.
Con ellas se constata una vez más la posibilidad y el deber de rechazar la imposición de la nueva tiranía mundial imperialista. De impedir un aventurerismo y un descaro aún mayores en el inventario de crímenes contra la paz y el derecho internacional que desde el 11/S de 2001 vienen acumulando Estados Unidos y sus aliados más cercanos, el Reino Unido e Israel en especial. No cabe duda que es Washington el que ha estado todo el tiempo tirando de los hilos que llevaron a Suecia a levantar la ridícula acusación de abuso sexual contra el comunicador australiano y a pedir su extradición al Reino Unido, como más tarde a éste a adoptar una actitud francamente gangsteril contra Ecuador. La fiscal sueca que conoció primero la denuncia de las supuestas ofendidas no encontró méritos a la acusación y archivó el caso. Fue más tarde que extrañamente una instancia superior decidió desempolvarlo. Es muy revelador que una de las acusadoras de Assange sea una activista contra la revolución cubana y diligente activista de la base subversiva contra la isla establecida por la CIA en ese país.
Ecuador ha reiterado su voluntad de reanudar el diálogo como vía para solucionar el conflicto con las autoridades británicas, aspecto en el que ha insistido la Unasur. Pero antes pide que el Reino Unido retire la amenaza, conducta elemental de parte de un país que valora su soberanía. A la postre, serán las gestiones diplomáticas combinadas con una gran movilización internacional solidaria las que consigan liberar a Julian Assange de esta injusta situación.
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