Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 18 de octubre de 2012

Pese a Estados Unidos Cuba cambia- China y la disyuntiva ante el Premio Nobel-Pasivos ambientales: Chevron y Shell

Pese a Estados Unidos Cuba cambia
Ángel Guerra Cabrera
Cuba aplicará una trascendente reforma migratoria a partir del 13 de enero del año entrante que suprime engorrosos trámites para viajar y propicia un mayor rencuentro de los cubanos. El hecho es muy positivo y responde a una aspiración mayoritaria de la nación. Pero apreciar su verdadero alcance exige considerar aunque sea someramente sus antecedentes y contexto histórico.
 
El análisis de este y de cualquier asunto de naturaleza política en Cuba no puede abstraerse de la política hostil y agresiva contra la revolución mantenida inflexiblemente por la vecina superpotencia desde los tiempos de la guerra de liberación. Esto es particularmente pertinente cuando se trata de la emigración pues Estados Unidos la ha utilizado hasta la fecha como un arma de desestabilización de la isla.

Al triunfo de la revolución, los criminales de guerra, ladrones y ladronzuelos del tesoro público de la dictadura de Batista fueron recibidos como héroes en suelo estadunidense junto a la gran burguesía y sectores de clase media. Este conglomerado le sirvió a Washington para crear en Miami el núcleo duro de la subversión anticubana. Con ese propósito instaló allí la mayor de las estaciones de la CIA existentes entonces en el mundo, desde la que lanzó un inmenso programa desestabilizador contra la isla. Prolongado durante décadas, incluyó desde un plan de invasión militar directa, antecedido por la invasión de Bahía de Cochinos, hasta innumerables acciones terroristas y actividades políticas y propagandísticas dentro y fuera de Cuba. Entre ellas, el estímulo incesante a la emigración de los médicos, técnicos y obreros de alta calificación, continuado hasta hoy como parte de la guerra económica contra La Habana, que en eso consiste el bloqueo.

Como si fuera poco, Washington adoptó una norma migratoria para Cuba que no aplica a ningún otro país. Según la Ley de Ajuste Cubano los ciudadanos de la isla no necesitan visa para entrar a Estados Unidos, donde al llegar reciben automáticamente permiso de trabajo y tienen derecho a la residencia y a la ciudadanía después de uno y dos años de estancia respectivamente… siempre que ingresen ilegalmente o soliciten asilo político una vez que lleguen allí. Compárese esta situación con la represión, el trato discriminatorio y las deportaciones masivas que se reservan a los mexicanos, centroamericanos, haitianos y otros latinos, caribeños y ciudadanos de todos los demás países del planeta que intentan llegar o permanecer en territorio estadunidense. Al mismo tiempo véase la hipocresía de esta política que impulsa a los cubanos a emigrar ilegalmente, con frecuencia al precio de su vida, mientras les entrega a cuentagotas en La Habana las visas de reunificación familiar.
 
¿Cuántos países pobres podrían resistir durante medio siglo sin colapsar una ley como la mencionada? Es muy importante la pregunta porque la visión que ofrece la industria de la mentira patrocinada por ya se sabe quién es la de una isla-presidio de donde la gente no emigra sino escapa debido a la persecución política, una imagen totalmente alejada de la realidad de un país que contradictoriamente recibe más de dos millones de visitantes al año, cifra que continúa en ascenso cuando muchos otros destinos turísticos decaen.
Frente a la grosera agresión contra su integridad, Cuba se vio obligada a adoptar medidas para ordenar la emigración y combatir la fuga de talentos en medio de una excepcionalmente asimétrica situación de guerra no declarada, bloqueo económico y cerco mediático a un país pequeño y pobre por parte de la mayor potencia militar del planeta.
Cuba ha propuesto reiteradamente a Estados Unidos dialogar sobre todos los temas en conflicto, incluyendo la migración, pero ese país no da muestra alguna de estar interesado en una relación y una convivencia pacíficas. A lo largo de los años ha cambiado la estructura social y política de la emigración cubana, que en su mayoría se opone a las medidas agresivas contra la isla, con la que desea una relación normal. Cuba ha hecho reiterados intentos por lograr esa normalización, casi siempre torpedeados por Washington. Las nuevas medidas adoptadas por La Habana responden a iguales deseos compartidos por la población de la isla. Habían sido anunciadas en varias ocasiones por el presidente Raúl Castro como parte del programa de actualización del socialismo cubano, que marcha sin prisa pero sin pausa. Deliran los que hablan de fuga y derrumbe.
Twitter: aguerraguerra
 
China y la disyuntiva ante el Premio Nobel
Mónica Ching*
En estos momentos, la entrega del Premio Nobel de Literatura al escritor chino Mo Yan es un motivo de celebración para un país que ha hecho, en los años recientes, un gran esfuerzo por entrar a los círculos literarios y editoriales internacionales con no muy buenos resultados.
 
Por otra parte, es también una gran disyuntiva, ya que China ha tenido una postura rotundamente desacreditadora hacia la Academia Sueca en dos recientes ocasiones. La primera, en 2000, cuando le fue otorgado el Nobel de Literatura al escritor naturalizado francés de origen chino Gao Xingjian quien, desde su exilio voluntario, se ha convertido en uno de los principales críticos del gobierno chino.

La más reciente, en 2010, cuando el activista y defensor de los derechos humanos Liu Xiaobo recibió desde la cárcel el Premio Nobel de la Paz. La reacción a este desafío, como fue tomado desde Beijing, y para vergüenza de muchos chinos, fue crear su propio galardón llamado El Premio de la Paz Confucio, y el primero en tener el honor de recibirlo fue el ex vicepresidente taiwanés, Lien Chan, por su valiosa contribución a las relaciones entre China continental y Taiwán, y quien no asistió a la ceremonia de premiación. A pesar de los rumores de que el Premio de la Paz Confucio desaparecería, el siguiente año se nominó al primer ministro ruso, Vladimir Putin, como supuesto galardonado. Para Beijing, el Premio Nobel de la Paz iba perdiendo prestigio, desde que el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama lo recibió en 2009, y ya en los límites del colmo fue que se le otorgara a Liu Xiaobo a quien, según fuentes oficiales, consideraban un delincuente. En esa ocasión, se organizaron campañas para manifestarse en la sede de la Academia Sueca y boicotear la ceremonia de entrega.
 
La primera vez que China participó como invitado de honor en ferias de libros internacionales fue en 2007, en la Feria del Libro de Moscú, pero la que realmente prometía ser la oportunidad de entrar a la esfera del mercado editorial internacional fue la Feria del Libro de Frankfurt, en 2009. Con una delegación de 200 personas, una representación de 106 entidades pertenecientes a 16 provincias, China echó a andar su maquinaria y se preparó con todo el esfuerzo que la ha caracterizado en los pasados años para organizar e impulsar proyectos megalómanos, en esta ocasión con resultados poco alentadores. Desde Frankfurt, el escritor Bei Ling y la periodista Dai Qing acusaron al gobierno chino de amenazarlos si participaban en la feria. Frankfurt fue el escenario de boicots de ambos lados. La prensa alemana no perdió la ocasión para denunciar la falta de libertad de expresión, el abuso a los derechos humanos en China y el carácter oficial de su participación, por su parte, los escritores disidentes no cesaron de manifestarse a las afueras de la feria y desacreditar las actividades del país invitado. Y como dice el refrán, una vez más pagaron justos por pecadores. Entre los escritores de la delegación China se encontraba el recién agraciado con el Nobel de Literatura 2012, Mo Yan, entre otros escritores, creadores de una narrativa china que va más allá de la escritura de las cicatrices, todos ellos miembros de la Asociación de Escritores de China, unos con más suerte que otros.
 
* Catedrática universitaria y traductora literaria del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México
 
Pasivos ambientales: Chevron y Shell
Joan Martínez Alier
Chevron tiene un enorme pasivo ambiental y social en Ecuador, como heredera de Texaco. Hay dos sentencias judiciales que lo reconocen. La deuda de Chevron en Ecuador es casi de 20 mil millones de dólares. Supone unos seis dólares por barril extraído (entre los años 1970 y 1990) como compensación de daños, más otros seis dólares de multa o de penalidad punitiva por no haber ofrecido ni tan siquiera disculpas.
 
Hace unos días fracasó una fuerte maniobra de la petrolera estadunidense para impedir que las sentencias ecuatorianas en su contra se ejecutaran. Un juez de Nueva York, de nombre Lewis Kaplan, se había hecho eco de los argumentos de que el juicio en Ecuador había sido corrupto. El juez Kaplan había considerado una demanda de la Chevron para bloquear la ejecución de las sentencias en todo el mundo. Pero el 9 de octubre de 2012, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió que eso no es posible.

Texaco usó prácticas que nunca hubieran sido aceptadas en su país de origen y que sabía que eran dañinas. El cálculo de las compensaciones en la sentencia de la corte de Sucumbíos del 14 de febrero de 2010 fue el siguiente.

Seiscientos millones de dólares irán para la limpieza de aguas subterráneas, 5.396 millones a remediación de suelos en las piscinas de aguas de formación de la Texaco, 200 millones (a 10 millones anuales por 20 años) a la recuperación de flora y fauna, 150 millones a planes de agua potable, mil 400 millones por daños imposibles de reparar, como la salud perdida; 100 millones de dólares por daño cultural y restauración étnica, y 800 millones como fondo de ayuda para la salud pública. Se añade 10 por ciento para gastos de gestión del fideicomiso que el Frente de Defensa de la Amazonia debe constituir. La falta de disculpas de la Chevron ha llevado, según había previsto la sentencia, a doblar ese monto total.
Algunos ítems en la compensación están cuidadosamente calculados. Otros dan números redondos. Eso no es una crítica. Es imposible establecer una cifra exacta a costos por pérdida y recuperación de biodiversidad.

Los abogados del Frente de Defensa tienen que ir buscando ahora en Canadá, en Brasil, cómo cobrar el pasivo ambiental y social que dejó la Chevron-Texaco.
 
Hay expertos de la Bolsa que están recomendando vender acciones de Chevron, porque al pasivo ambiental y social en Ecuador se añade también la deuda de ésta en Brasil, debido a dos derrames de unos pocos miles de barriles en el mar cerca de Río de Janeiro. En abril de 2012 Chevron fue demandada por un fiscal brasileño por esos derrames; la petición es otra vez de miles de millones de dólares.
 
Mientras tanto, en su refinería de Richmond, California, hubo un incendio el 6 de agosto de 2012. La refinería está ahora cerrada. Este accidente puede llevarla a otro juicio en su contra, que se añade a la investigación de la EPA (siglas en inglés de la agencia de protección ambiental) por haber quemado contaminantes ilegalmente en esa refinería entre 2005 y 2009. Asimismo, podría ser llevada a juicio por ciudadanos de Richmond que sufren daños respiratorios.
 
Con todos estos pasivos, Chevron se atreve todavía a repartir dividendos a sus accionistas y a repartir insultos a los abogados del caso Chevron- Texaco: les ha llamado mafiosos que quieren chantajear a la compañía. Ecuador la ha calificado de cómplice de un fraude.
 
Otras compañías estatales o privadas causan daños similares tanto en Ecuador como en otros países. Actualmente se sigue con máximo interés el juicio en Holanda contra Shell por tantos años de actividad literalmente criminal en el Delta del Níger. Por fin la empresa petrolera angloholandesa deberá responder. Muchas veces ha sido condenada en Nigeria por jueces locales, pero no ha hecho ningún caso. Los demandantes son, para empezar, cuatro agricultores y pescadores perjudicados por un derrame petrolero.
 
La Shell causa muchos derrames y continúa quemando el gas que sale al extraer petróleo (como también hacía la Texaco) en zonas densamente pobladas del Delta del Niger. En mayo de 2008, cuatro ciudadanos de Goi, Ikot Ada Udo and Oruma, apoyados por Amigos de la Tierra de Holanda y ERA, de Nigeria (encabezados por Nnimmo Bassey), empezaron un juicio en Holanda contra Shell. Uno de los demandantes, Eric Dooh, de Goi en Ogoniland, declaró que después de tantos desastres que ha causado, Shell deberá remediar lo ocurrido e impedir futuros daños.

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