Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Astillero- El costo de las imposiciones- La tormenta después de las elecciones- Las encrucijadas actuales de los legionarios de Cristo

Astillero
Ebrard: PRD y GDF
Renovar con Chuchos
Cogobernar con Mancera
EPN e intelectuales
Julio Hernández López
Foto
EN LOS PINOS El presidente Felipe Calderón camina por los jardines de la residencia oficial para encontrarse con miembros de la comunidad libanesa
Foto María Luisa Severiano
Marcelo Ebrard Casaubon tiene marcada su ruta a mediano plazo. Quiere ser presidente del PRD y cogobernador del Distrito Federal. Manejando a conveniencia esas dos piezas considera que conseguirá la candidatura presidencial de la izquierda en 2018 e incluso podría contar con la venia del calderonismo aliancista que de seguir controlando el PAN negociaría el apoyo a esa opción moderna.
 
Para hacerse de la dirigencia del sol azteca, el discípulo de Manuel Camacho Solís debe adquirir la aprobación del grupo que domina la estructura perredista, el de Los Chuchos, que entre sus virtudes tiene la de conocer sus propios límites, de tal manera que tensarán la liga de las negociaciones con Ebrard al máximo, pero sabiendo que entre sus cuadros no tienen a nadie con tamaños para aspirar con realismo a la Presidencia de la República. Ebrard no podrá ser presidente del PRD si no lo apoyan los Chuchos, pero estos no tendrán esperanza de llegar a ligas mayores (secretarías en un gabinete federal, algo que no han conseguido hasta ahora) si no terminan apoyando a Marcelo.
 
Pero ni siquiera resultaría suficiente que Los Chuchos cedieran el paso a MEC, pues la potenciación de la candidatura de éste dependerá del grado de éxito que tenga en la depuración del PRD, su reunificación y relanzamiento. Ebrard necesita mostrarse como un líder sin carisma pero con eficacia, capaz de imponer cirugías plásticas en un cuerpo aparentemente desahuciado, cocinero que lleve a la mesa electoral un platillo novedoso, bien presentado y mejor publicitado, aunque en la trastienda hubiera tenido que comprometer premios de gabinete a los corruptos y oscuros dueños de los fogones y la alacena que le permitieron darse un lucimiento táctico.
 
Manejando el PRD, Marcelo podrá incidir en la gobernabilidad de la joya de la corona de negro y amarillo, la ciudad de México. Pero, en una dialéctica cruda que ha sido clave en el éxito electoral y la conservación del poder progresista en el Distrito Federal, el aparato capitalino también debe converger en el futurismo marcelista y aportar los haberes correspondientes. Por ello es que revolotea con fuerza la amenaza de un caciquismo disfrazado de continuidad, con un Miguel Ángel Mancera presionado para que acepte la imposición de funcionarios de primer orden.
 
Sin fuerza política propia y teniendo como telón de fondo el proyecto político mayor, el de Ebrard como candidato presidencial, Mancera demostrará su carácter y destino a finales del presente mes, cuando dé a conocer los nombres de quienes le acompañarán en la jefatura del gobierno capitalino. Ha anticipado que habrá gran efervescencia en ese momento. Podrá serlo si es n el priísta, aunque las fotografías mostraron la pequeñez de la convocatoria, contrastante el número y perfil de los asistentes frente a la subrayada necesidad del ex gobernador del estado de México de remontar su conocido déficit en asuntos de arte, cultura y anexas. Es de suponerse que alguno de ellos habrá de ser incorporado a las listas de apuestas relacionadas con la integración del próximo gabinete federal.
 
Astillas
 
El drama de México entero puede ser visto a pequeña escala en Olinalá, municipio de La Montaña del estado de Guerrero. Absolutamente desprotegidos frente al ataque de bandas criminales, los ciudadanos decidieron establecer reten sexenio. Entre los pocos comensales que aceptaron sentarse a la mesa con el mexiquense hubo tres o cuatro personajes reconocidos. En el boletín de prensa del peñismo se insistió en la relevancia de quienes cenaron con el priísta, aunque las fotografías mostraronle="background-color: #ocatoria, contraellow; font-size: large;">
El costo de las imposiciones
Luis Linares Zapata
Escribir sobre el triunfo político, económico y hasta cultural de las derechas en el mundo ha llegado a ser, francamente, lugar común. Y lo es por la abrumadora evidencia empírica que nos muestra esa aplastante realidad. Bien puede decirse que tes propios, habilitándose como sustitutos armados de las autoridades, las policías y las instituciones absolutamente ineficaces. Para restablecer el presunto orden público, el gobierno federal envió marinos que obviamente consideran necesario desarmar a retenes y ciudadanos, lo que estos rechazan, pues temen volver a estar dentro de poco nuevamente sujetos a agresiones y venganzas. El desvaído gobernador, Ángel Aguirre, ofrece cambalache tecnológico: computadoras, por ejemplo, a quienes entreguen las armas. Lo peor sería que los marinos y otras fuerzas federales arremetieran contra los vigilantes cívicos y les abrieran procesos por defenderse de lo que las autoridades no pudieron frenar ni castigar conforme a derecho. También ha de analizarse lo que sucederá cuando los federales se retiren de Olinalá para atender el siguiente punto del mapa rojo nacional... Los perredistas que en el Senado estaban a punto de declarar día de fiesta nacional la noche en que votaron una reforma laboral con el PAN y a pesar del PRI, ahora ven con supuesta decepción que panistas y priístas están a punto de arreglarse en San Lázaro, como casi siempre, para dar negociado retroceso a la efímera victoria senatorial... El PAN, por cierto, planea eliminar de sus estatutos la figura de los militantes adherentes, truco engordador de padrones del partido de blanco y azul mientras tuvo la cartera abierta de dos administraciones federales... Y, mientras la elección presidencial estadunidense acaparaba ayer la atención mundial, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
FotoAhumada


El costo de las imposiciones
no hay alternativa, afirmaba desde hace ya casi medio siglo Margaret Thatcher. Los valores del individualismo, la libertad corporativa sin límites y cortapisas, desgravaciones fiscales al capital o el papel determinante del mercado sobre cualquier otra consideración (la solidaridad entre grupos o la prevalencia del bien colectivo, por ejemplo) desembocan en la reducida visión que tomó por asalto al mundo entero
 
Para que todo este tinglado de normas conservadoras funcione, hace falta que se conjuguen varios supuestos y lo auxilien específicas fuerzas o poderes después. El imperio de la der-size: large;">En México se han acumulado, es ya también lugar común decirlo, sendos y dolorosos atropellos a la voluntad ciudadana: en 1988, 2006 y 2012. Y, en cada una de esas oportunidades, las ofensas han tenido destinatario: las formaciones de la izquierda. Entre más enraizadas estén entre la población, más detestables se tornan. Entre más clarificadas tengan sus posturas opositoras, más peligrosas para el sistema establecido se juzgan, no sin enojos e intemperancias. Undo del horizonte de creencias debido a la concurrencia de varios factores: su capacidad de movilizar enormes recursos tras sus objetivos y el control casi totalitario de los aparatos de convencimiento colectivo, entre otros. Palancas que son empleadas sin contemplaciones para lograr los muy particulares fines de dominación de aquellos encaramados en las cimas, fundamentalmente las financieras. Tales aparatos de resonancia masiva son puestos con cinismo rampante al servicio de las más descarnadas ambiciones de poder y riquezas, moldear conciencias, dictar rumbos y sentencias.

La oposición a tales entornos conservadores conlleva castigos, desprestigios, exclusiones, incluso privaciones de vidas y posesiones. Actos de represión y violencias para con los derechos humanos elementales. Modos de actuar que llegan a tomarse, por la inversión valorativa en curso en el espacio público y privado, como acciones prudentes, responsables o indispensables. Se alientan, a manera de complemento, un sinnúmero de temores y amenazas concretas o etéreas manipuladas para legitimar los apañes cotidianos de los de arriba. No por ello dejan de existir personas en lo particular, grupos específicos, segmentos enteros de las sociedades que se movilizan en direcciones divergentes a las todopoderosas derechas. Incluso se ha llegado, como ahora sucede en varios países, latinoamericanos en especial, a infligir serias derrotas al pensamiento único prevaleciente y a la continuidad de lo establecido. Son pocos, titubeantes es cierto, pero portan en su interior gérmenes decisivos para ser usados de ejemplos de que otras maneras y formas de ser y actuar son posibles y de franco provecho ciudadano.
 
La carrera de las plutocracias mundiales por ejercer un poder sin contrapesos, sin embargo, se ha desbocado. Sus mismos afanes de control autoritario y ambiciones sin medida han engendrado anticuerpos de gran capacidad disuasiva que erosionan, con rapidez y efectividad, los prestigios (teóricos y prácticos) de la derecha y de sus aliados. La recurrencia de numerosos desequilibrios, y crisis de variada hondura y compl#073763; color: yellow; de la Universidad J. Hopan>n análisis prediciendo la victoria de Obama señalaba que la tormenta Sandy desempeñaría un papel clave en el resultado electoral. Cuando el huracán golpeó en Nueva Jersey el 29 de octubre las encuestas daban a Obama una probabilidad de victoria de 73 por ciento. En los días que siguieron al desastre, sus probabilidades de éxito aumentaron hasta alcanzar 86 por ciento.
La electoral, para las derechas atrincheradas en las cimas, es una ruta aceptada con recelos, dudas y hasta desprecios por las élites derechosas. El acceso al poder no puede dejarse al arbitrio de las masas, presumen los mandones con un dejo de fatiga y suficiencia. Es asunto de grávidas consecuencias sólo al alcance de los enterados, esos que pueden determinar, por su posesión o manejo de recursos generales o globales, el curso que deberán seguir los sucesos de envergadura. Es por esta creencia, ya bien asentada entre las cúspides dominantes de la derecha, que les es permitido, posible y hasta conveniente que la voluntad popular sea no sólo orientada en determinado sentido o prioridad, sino, de ser necesario, violentada sin recelos ni blanduras éticas.

En México se han acumulado, es ya también lugar común decirlo, sendos y dolorosos atropellos a la voluntad ciudadana: en 1988, 2006 y 2012. Y, en cada una de esas oportunidades, las ofensas han tenido destinatario: las formaciones de la izquierda. Entre más enraizadas estén entre la población, más detestables se tornan. Entre más clarificadas tengan sus posturas opositoras, más peligrosas para el sistema establecido se juzgan, no sin enojos e intemperancias. Una corriente de la izquierda, todavía menor es cierto, aconseja, ante los impunes fraudes repetidos, no insistir más en la ruta electoral. La persistencia en continuar acudiendo al llamado de las urnas para dirimir el acceso al poder público, sin embargo, todavía es mayoritaria. Los líderes, partidos y aliados de las izquierdas pueden mantener, en tan delicado entorno, la balanza de la estabilidad y la paz social. Pero la soberbia e irresponsabilidad de las plutocracias, de continuar por la senda de la acumulación sin freno y persistir en su rapaz actitud antidemocrática, harán crecer y multiplicarse los anticuerpos de la discordia y la disolución anárquica en lugar de fortificar el imperativo de la transformación y la concordia.
 
A las ódenes del Copetone-Rocha


La tormenta después de las elecciones

Alejandro Nadal
U  
Las investigaciones sobre la manera en que la tormenta habría afectado las preferencias electorales es algo desconocido. Quizás los medios habrían dedicado más atención al inquilino de la Casa Blanca, proyectando su imagen de mandatario especialmente conmovido, cobijando a los pobres damnificados por el meteoro. También es cierto que un balde de agua fría del Atlántico pudo haber hecho que entrara en razón una parte del electorado y de pronto pudiera ver a través de la red de mentiras del candidato republicano.

El mundo según Romney es muy sencillo. Sus premisas son falsas, pero fáciles de empaquetar y vender: hay que reducir los impuestos a los ricos para que inviertan más y la economía pueda crecer. Es necesario mantener los salarios flexibles para que las empresas puedan contratar a más empleados y trabajadores. Hay que evitar que la gente se convierta en una especie de parásito que descansa en los subsidios del gobierno (el famoso 47 por ciento de la población que fue objeto de burlas por parte de Romney en el famoso discurso con sus amigos ricos en Boca Ratón). En el mundo de las relaciones internacionales todo es incluso más simple para el republicano: hay que perseguir a los tipos malos, interrumpirlos, matarlos, sacarlos de la película. Esas, por cierto, son sus palabras literales. Todo eso es grotesco, pero revela con bastante precisión el enredo mental que pasa por el cerebro de Romney.

Quizás el complejo de embustes más cínico en esta campaña se relaciona con la idea de que Obama era un socialista que estaba llevando a Estados Unidos al mundo oscuro de la planificación central. En verdad, se necesita mucha sangre fría para decir esto sin reír. La reforma regulatoria para el sistema financiero y bancario está atorada. Lo poco que se pudo lograr en el texto sustantivo de la reforma Dodd-Frank ha sido suavizado y disminuido en la parte reglamentaria por los personeros de Wall Street.
 
Las mentiras de Romney eran d las ganancias alcanzaron un nivel superior (10.2 por ciento del PIB). Pero hoy las ganancias de las empresas en Estados Unidos alcanzan 11.8 por ciento, algo que nunca había ocurrido en la historia de ese país.
 
¿Cómo es esto posible en una economía en la que el empleo no se ha podido recuperar? La respuesta es que la explosión en ganancias corporativas es la otra cara del desplome en el llamado mercado laboral. Es decir, las empresas tienen hoy fuertes ganancias porque perciben mayores ingresos por cada dólar de mercancía que venden. Eso se debe a que sus costos laborales se han deprimido más. No sólo pagan menores salarios sino que ahora emplean a menor número dlos derechos humanos elepor qué la economía esr que llnse se encuentrapor la inversión valorativa en curso en el espacio público y privado, como acciones prudentes, responsables o indispensables. Se alientan, a manera de complemento, un sinnúmero de temores y amenazas concretas o etéreas manipuladas para legitimar los apañes cotidianos de los de arriba. No por ello dejan de existir personas en lo particular, grupos específicos, segmentos enteros de las sociedades que se movilizan en direcciones divergentes a las todopoderosas derechas. Incluso se ha llegado, como ahora sue esperarse. Pero que este estado de cosas se produjera en la administración de Obama resulta algo paradójico. Su triunfo se debió a una promesa de cambio que no pudo cumplir. La razón es la captura regulatoria y política de su administración por parte del sector financiero. Precisamente por esta sumisión Obama siempre buscó el consenso con sus contrincantes del partido republicano. Éstos obstaculizaron cada uno de sus proyectos y le han vencido en la guerra iciona con la idea de que Obama era un socialista que estaba llevando a Estados Unidos al mundo oscuro de la planificación central. En verdad, se necesita mucha sangre fría para decir esto sin reír. La reforma regulatoria para el sistema financiero y bancario está atorada. Lo poco que se pudo lograr en el texto sustantivo de la reforma Dodd-Frank ha sido suavizado y disminuido en la parte reglamentaria por los personeros de Wall Street.

Lo más ipartir del primero de enero de 2013 (a menos que el Congreso apruebe un esquema alternativo). Esa contracción fiscal es superior a 4 por ciento del PIB y arrastrará a la economía estadunidense a una recesión (si no es que a algo peor al combinarse con la prolongada crisis en Europa). Este llamado precipicio fiscal será parte del esfuerzo que ya se ve venir para seguir desmantelando el sistema de seguridad social y lo que queda del estado de bienestar, independientemente de quién gane estas elecciones. Esta tormenta tendrá más víctimas que Sandy.
Daño colateral-Hernández
Las encrucijadas actuales de los legionarios de Cristo

Bernardo Barranco V.
No cabe duda de que los legionarios en su crisis están tocando fondo. La desorientación interna es total. Por un lado, siguen en México apareciendo como si nada en las revistas de socialité, inauguran cátedras en universidades y se preparan para su Teletón; como si nada pasara o como si todo fuera igual. La salida de Álvaro Corcuera de la dirección de la congregación marca la inexorable desmexicanización o, si usted prefiere, la desmacielización de la cúpula legionaria. No es casual que sea remplazado por el joven sacerdote Sylvester Heereman, de origen alemán, como el Papa. El control absoluto, ahora, lo tiene Velasio de Paolis, el delegado pontificio, quien avanza muy lentamente a la realización de un capítulo refundacional de la legión para el próximo año. Del libro polémico Su Santidad: las cartas secretas de Benedicto XVI, del periodista italiano Gianluigi Nuzzi , de donde se desprendió la crisis vaticana denominada Vatileaks, se filtraron a la luz pública documentos confidenciales de la Santa Sede; entre éstos se publica una reveladora carta firmada por el mismo Velacio de Paolis. Ahí expresa juicios reservadísimos sobre Corcuera, a quien le reprocha su falta de liderazgo: El actual superior general, que algunglesia: el silencio cómplice, la defensa a ultranza de la institución, y la coerción, aun la ilegal, contra las víctimas. Los legionarios no han reaccionado; siguen erráticos y comprometen a instituciones como el Poder Judicial y ponen en evidencia a algunos medios que se prestan a llamar supuesto hijo de Maciel a González Lara cuando los propios legionarios lo han reconocido como tal desde hace más de un año.

Los legionarios van a contramano de las orientaciones y lineamientos que la Iglesia está impulsando a raíz del deterioro de su imagen por escándalos y denuncias de abuso sexual. Mientras la Iglesia católica recomienda en la resolución de demandas y querellas por abuso sexual, que el enfoque sea en las víctimas, los legionarios recurren a actos intimidatorios. En febrero de 2012, la Iglesia celebró un simposio sin precedentes en Roma contra la pederastia. La cumbre eclesiástica sobre la pederastia declara a las víctimas como prioridad central. Delegados provenientes de 110 conferencias episcopales de todo el mundo y los superiores de una treintena de órdenes religiosas abordaron la delicada cuestión que, en los onario ante González Lara. La demanda es un ingenioso ardid de presión y descalificación. Los legionarios no han aprendido las amargas lecciones que han empañado a la Iglesia: el silencio cómplice, la defensa a ultranza de la institución, y la coerción, aun la ilegal, contra las víctimas. Los legionarios no han reaccionado; siguen erráticos y comprometen a instituciones como el Poder Judicial y ponen en evidencia a algunos medios que se prestan a llamar supuesto hijo de Maciel a González Lara cuando los propios legionarios lo han reconocido como tal desde hace más de un año.

Los legionarios van a contramano de las orientaciones y lineamientos que la Iglesia está impulsando a raíz del deterioro de su imagen por escándalos y denuncias de abuso sexual. Mientras la Iglesia católica recomienda en la resolución de demandas y querellas por abuso sexual, que el enfoque sea en las víctimas, los legionarios recurren a actos intimidatorios. En febrero de 2012, la Iglesia celebró un simposio sin precedentes en Roma contra la pederastia. La cumbre eclesiástica sobre la pederastia declara a las víctimas como prioridad central. Delegados provenientes de 110 conferencias episcopales de todo el mundo y los superiores de una treintena de órdenes religiosas abordaron la delicada cuestión que, en los últimos años, ha empañado la imagen y la credibilidad de la Iglesia. La conclusión fue sencilla y contundente: el enfoque debe estar centrado en las víctimas. En la inauguración, el papa Benedicto XVI subrayó que la recuperación de las víctimas de abusos sexuales debe ser la preocupación prioritaria de la comunidad cristiana, que tiene que ir unida a una profunda renovación de la Iglesia a todos los niveles. En el mismo evento, Charles Scicluna, en ese momento promotor de justicia de la Doctrina de la Fe, usó la palabra omertà como una cultura de mortal conspiración y silencio sobre los abusos que, más allá de obstruir la verdad, “son en sí mismos malos e injustos. Otros enemigos de la verdad –añadió– son la negación deliberada de los hechos conocidos y la preocupación fuera de lugar de que el buen nombre de la institución de alguna manera deben gozar de prioridad absoluta en detrimento de la divulgación”.
 
Los legionarios contradicen con su actitud los lineamientos del Vaticano, o ponen en evidencia que son sólo discursos y demagógicos los planteamientos de los más altos jerarcas de la Iglesia. Los legionarios tienen fuertes nexos con el poder y utilizan la justicia mexiquense para presionar a los hermanos González Lara. Qué tienen que estar haciendo éstas, con el riesgo de politizar la intervención de autoridades tanto para Eruviel Ávila como para el propio Enrique Peña Nieto, de dar trato preferente a los padres legionarios. Como si en México, en pleno siglo XXI, existiera un fuero legionario. ¿Éste existe? En una conversación sostenida con Nelly Ramírez, ex miembro del Regnum Christi y autora del libro El reino de Marcial Maciel, declaraba que tan sólo este año han salido más de 200 sacerdotes y seminaristas legionarios. Y más de 500 consagradas han abandonado la congregación, cuyos dirigentes, al parecer, no quieren reconocer los predicamentos que actualmente atraviesa. La lógica de poder y de complicidad no ha cambiado ni con la muerte de Maciel. Su modelo sigue intacto, a pesar de que se habla tanto de cambios, nuevos carismas y refundación. El modelo de los legionarios es empresarial, no es evangélico. Dicho de otra forma, hay una tenue frontera entre una Iglesia empresarial o en su defecto una empresa eclesiástica. El modelo supone la complicidad de los poderes fácticos y del poder político. A pesar de todos los disimulos, éste es el verdadero dilema que ahora enfrentan hoy los legionarios.
 

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