Alemania: Entre el sexismo y el oportunismo político
Rainer Brüderle, el líder de la fracción del Partido Liberal Alemán.
Foto: AP
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BERLÍN (apro).- Todo sucedió la noche del 5 de enero de 2012 en el bar del hotel Maritim en Stuttgart. Era una reunión privada. El hombre, de 67 años, con copa en mano se acercó a la mujer, de 29. En clara actitud de flirteo, la conversación alcanzó el clímax cuando él soltó un: “Usted podría llenar un Dirndl” (el vestido tradicional bávaro que se caracteriza por resaltar el escote de la mujer). Luego, le besó la mano.
El acto no hubiera pasado a mayores y se hubiera perdido en el anonimato como sucede con situaciones similares, si no fuera porque el hombre es Rainer Brüderle, el líder de la fracción del Partido Liberal Alemán (FDP, por sus siglas en alemán) en el Parlamento Federal, fuerza política que gobierna el país en coalición con la Democracia Cristiana de la canciller Angela Merkel, y la mujer, Laura Himmelreich, periodista del semanario Stern.
El suceso saltó a la palestra mediática el pasado 23 de enero (más de un año después de haber sucedido) cuando el semanario publicó un perfil sobre el político, escrito por la periodista, en el que literalmente queda expuesto, diría el vulgo, como un “rabo verde”. La mujer plantea haber sido abordada con comentarios inadecuados.
Bajo el título Der Herrenwitz (Broma de hombres), el texto describe el incidente entre Himmelreich y Brüderle, como un ejemplo para conocer la personalidad del político. El contexto del suceso fue la reunión anual del Día de Reyes que realiza tradicionalmente el FDP en el hotel Maritim, en la ciudad de Stuttgart. La víspera, hubo un encuentro informal en el bar del hotel entre los miembros del partido y los periodistas que cubrirían el evento.
“La mirada de Brüderle recorrió mi busto. ‘Usted podría llenar un Dirndl”, dijo y al correr de la conversación tomó mi mano y la besó”, narra la periodista. Los comentarios inadecuados a los que hizo alusión Himmelreich incluyen también aquel que sirvió de respuesta ante el planteamiento que hizo ella de que él es un político y ella una periodista. “Los políticos sucumben ante las periodistas”, habría contestado él.
El artículo no fue en absoluto una casualidad. Justo dos días antes, el 21 de enero, Brüderle fue designado candidato principal del partido para ocupar el cargo de canciller en las elecciones generales que se realizarán en septiembre de este año.
Desde entonces el tema ha copado a los medios de comunicación alemanes. Noticieros en radio y TV, programas de debate, periódicos, semanarios y articulistas de toda índole se ocupan de él: por un lado, si Brüderle es victimario o más bien víctima y/o si éste tendría que pedir disculpas o no debido a la forma en como se hizo público el incidente; y, por otro lado, el sexismo vigente todavía hoy en Alemania.
Políticos y periodistas
Entre la clase política también se desató la discusión. Los compañeros de partido de Brüderle le han ofrecido su apoyo incondicional y han calificado el texto de Stern de oportunismo político y de tener la clara intención de perjudicar al político liberal.
La líder del grupo parlamentario del FDP en la Cámara de Representantes de Hamburgo, Kadja Suding, aseguró, por ejemplo, que no es necesaria una disculpa del político. “En todas partes en donde se reúnen personas, hay también un coqueteo. Y así es”, dijo en declaraciones al diario Hamburger Abendblatt.
Por su parte, el ministro federal de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, también lo arropó: “Este tipo de informaciones publicadas un año después del supuesto incidente son profundamente injustas”, afirmó.
Pero la población parece que no opina lo mismo. Según un sondeo publicado por el popular diario Bild, 90% de los encuestados consideran que, de ser verdad la versión de Stern, el político tendría que pedir disculpas públicas a la periodista.
Los opositores políticos tampoco se han quedado callados. La secretaria general del Partido Social Demócrata (SPD), Andrea Nahles, declaró a Spiegel online que si realmente las cosas sucedieron como la periodista lo declaró, entonces Brüderle habría cruzado una frontera que tiene que explicar. “Brüderle se atrinchera detrás de sus defensores. Da a su partido la impresión de que la víctima es él y eso no es digno de un partido liberal”, dijo.
Ni la canciller Angela Merkel ha podido eludir el tema. Dos días después de haberse desatado la polémica, se expresó al respecto de forma indirecta. A través de su portavoz, Steffen Seibert, dejó saber que ella siempre se ha pronunciado por un trato humano, profesional y respetuoso entre políticos y periodistas.
El semanario Stern se defendió y aseguró que la revelación pública del incidente es válido toda vez que éste no se limitó un simple brindis en una atmósfera relajada, sino que el hecho tiene relación con la forma en cómo se relacionan políticos y periodistas.
“Tiene que ver con una cuestión del respeto que cada uno debe tener por el otro sin importar la edad o el sexo del que se trate”, argumentó. El objetivo del texto, explicó también el semanario, fue mostrar que pareciera que Brüderle –quien es la cabeza de campaña de su partido– es un político que aún no se ha dado cuenta que vive en el siglo XXI. “Por todos es conocido el trato que dispensa hacia las mujeres. Pero ahora que se ha hecho público, es lo que le molesta”, dijo un vocero de la revista.
Paradójicamente, Stern es un semanario que durante mucho tiempo se caracterizó por llevar en sus interiores fotos de mujeres desnudas del dorso.
Polémica
El político liberal ha optado por la táctica del silencio absoluto. En reuniones posteriores con periodistas luego de la aparición del texto, Brüderle sólo ha señalado que el actual debate sobre el sexismo tiene sin duda una relevancia social. No más. Y se sabe que ha pedido a los integrantes de su grupo parlamentario en el Bundestag y a los miembros de su partido, evitar dar declaraciones al respecto para no avivar el debate.
La polémica, más allá de Brüderle o Himmelreich, ha puesto sobre la mesa el hecho de que todavía en el 2013 el tema es una llaga abierta y existen dentro de la sociedad alemana hombres que menosprecian a las mujeres con comentarios sexistas.
El debate llegó de forma casi inmediata a las redes sociales en internet. En Twitter fue creado el hashtag #Aufschrei (el grito) por un par de jóvenes mujeres que comenzaron a debatir y expresar su molestia sobre la forma como hoy en día se relacionan hombres y mujeres en Alemania. En muy pocas horas un alud de más de 10 mil tuits inundó la red social con comentarios y testimonios de mujeres que viven cada día el machismo y comentarios sexistas de los hombres.
El asunto también fue pretexto para que el Ministerio Federal para la Mujer planteara que el acoso sexual tiene que ser un tema permanente de discusión dentro de la sociedad alemana y recordó las cifras oficiales: Un estudio reveló que 54% de las mujeres encuestadas dijeron haber sido víctimas cuando menos una vez en su vida de acoso sexual y, dentro de ese grupo, en el 42% de los casos el acoso se habría dado dentro del ámbito laboral.
Para el FDP y Brüderle, el texto llegó, sin duda, en un momento delicado. El PDF no vive políticamente su mejor momento. De un histórico 15% en la preferencia electoral alcanzado en el 2009 el partido ha caído a un mediocre 2% que lo ha puesto a batallar para colarse en los parlamentos regionales.
El pasado viernes 1 se dieron a conocer los resultados de las tendencias políticas del mes de enero en el sondeo que realiza mes con mes la televisión pública alemana ARD, de cara a las elecciones de septiembre de este año. Las noticias no son buenas. Brüderle cayó 9 puntos en relación con el mes anterior, respecto a las simpatías que despierta entre el electorado.
Así las cosas habrá que esperar hasta septiembre pasa saber si el caso Stern catapulta o no electoralmente al político liberal y a su partido
El acto no hubiera pasado a mayores y se hubiera perdido en el anonimato como sucede con situaciones similares, si no fuera porque el hombre es Rainer Brüderle, el líder de la fracción del Partido Liberal Alemán (FDP, por sus siglas en alemán) en el Parlamento Federal, fuerza política que gobierna el país en coalición con la Democracia Cristiana de la canciller Angela Merkel, y la mujer, Laura Himmelreich, periodista del semanario Stern.
El suceso saltó a la palestra mediática el pasado 23 de enero (más de un año después de haber sucedido) cuando el semanario publicó un perfil sobre el político, escrito por la periodista, en el que literalmente queda expuesto, diría el vulgo, como un “rabo verde”. La mujer plantea haber sido abordada con comentarios inadecuados.
Bajo el título Der Herrenwitz (Broma de hombres), el texto describe el incidente entre Himmelreich y Brüderle, como un ejemplo para conocer la personalidad del político. El contexto del suceso fue la reunión anual del Día de Reyes que realiza tradicionalmente el FDP en el hotel Maritim, en la ciudad de Stuttgart. La víspera, hubo un encuentro informal en el bar del hotel entre los miembros del partido y los periodistas que cubrirían el evento.
“La mirada de Brüderle recorrió mi busto. ‘Usted podría llenar un Dirndl”, dijo y al correr de la conversación tomó mi mano y la besó”, narra la periodista. Los comentarios inadecuados a los que hizo alusión Himmelreich incluyen también aquel que sirvió de respuesta ante el planteamiento que hizo ella de que él es un político y ella una periodista. “Los políticos sucumben ante las periodistas”, habría contestado él.
El artículo no fue en absoluto una casualidad. Justo dos días antes, el 21 de enero, Brüderle fue designado candidato principal del partido para ocupar el cargo de canciller en las elecciones generales que se realizarán en septiembre de este año.
Desde entonces el tema ha copado a los medios de comunicación alemanes. Noticieros en radio y TV, programas de debate, periódicos, semanarios y articulistas de toda índole se ocupan de él: por un lado, si Brüderle es victimario o más bien víctima y/o si éste tendría que pedir disculpas o no debido a la forma en como se hizo público el incidente; y, por otro lado, el sexismo vigente todavía hoy en Alemania.
Políticos y periodistas
Entre la clase política también se desató la discusión. Los compañeros de partido de Brüderle le han ofrecido su apoyo incondicional y han calificado el texto de Stern de oportunismo político y de tener la clara intención de perjudicar al político liberal.
La líder del grupo parlamentario del FDP en la Cámara de Representantes de Hamburgo, Kadja Suding, aseguró, por ejemplo, que no es necesaria una disculpa del político. “En todas partes en donde se reúnen personas, hay también un coqueteo. Y así es”, dijo en declaraciones al diario Hamburger Abendblatt.
Por su parte, el ministro federal de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, también lo arropó: “Este tipo de informaciones publicadas un año después del supuesto incidente son profundamente injustas”, afirmó.
Pero la población parece que no opina lo mismo. Según un sondeo publicado por el popular diario Bild, 90% de los encuestados consideran que, de ser verdad la versión de Stern, el político tendría que pedir disculpas públicas a la periodista.
Los opositores políticos tampoco se han quedado callados. La secretaria general del Partido Social Demócrata (SPD), Andrea Nahles, declaró a Spiegel online que si realmente las cosas sucedieron como la periodista lo declaró, entonces Brüderle habría cruzado una frontera que tiene que explicar. “Brüderle se atrinchera detrás de sus defensores. Da a su partido la impresión de que la víctima es él y eso no es digno de un partido liberal”, dijo.
Ni la canciller Angela Merkel ha podido eludir el tema. Dos días después de haberse desatado la polémica, se expresó al respecto de forma indirecta. A través de su portavoz, Steffen Seibert, dejó saber que ella siempre se ha pronunciado por un trato humano, profesional y respetuoso entre políticos y periodistas.
El semanario Stern se defendió y aseguró que la revelación pública del incidente es válido toda vez que éste no se limitó un simple brindis en una atmósfera relajada, sino que el hecho tiene relación con la forma en cómo se relacionan políticos y periodistas.
“Tiene que ver con una cuestión del respeto que cada uno debe tener por el otro sin importar la edad o el sexo del que se trate”, argumentó. El objetivo del texto, explicó también el semanario, fue mostrar que pareciera que Brüderle –quien es la cabeza de campaña de su partido– es un político que aún no se ha dado cuenta que vive en el siglo XXI. “Por todos es conocido el trato que dispensa hacia las mujeres. Pero ahora que se ha hecho público, es lo que le molesta”, dijo un vocero de la revista.
Paradójicamente, Stern es un semanario que durante mucho tiempo se caracterizó por llevar en sus interiores fotos de mujeres desnudas del dorso.
Polémica
El político liberal ha optado por la táctica del silencio absoluto. En reuniones posteriores con periodistas luego de la aparición del texto, Brüderle sólo ha señalado que el actual debate sobre el sexismo tiene sin duda una relevancia social. No más. Y se sabe que ha pedido a los integrantes de su grupo parlamentario en el Bundestag y a los miembros de su partido, evitar dar declaraciones al respecto para no avivar el debate.
La polémica, más allá de Brüderle o Himmelreich, ha puesto sobre la mesa el hecho de que todavía en el 2013 el tema es una llaga abierta y existen dentro de la sociedad alemana hombres que menosprecian a las mujeres con comentarios sexistas.
El debate llegó de forma casi inmediata a las redes sociales en internet. En Twitter fue creado el hashtag #Aufschrei (el grito) por un par de jóvenes mujeres que comenzaron a debatir y expresar su molestia sobre la forma como hoy en día se relacionan hombres y mujeres en Alemania. En muy pocas horas un alud de más de 10 mil tuits inundó la red social con comentarios y testimonios de mujeres que viven cada día el machismo y comentarios sexistas de los hombres.
El asunto también fue pretexto para que el Ministerio Federal para la Mujer planteara que el acoso sexual tiene que ser un tema permanente de discusión dentro de la sociedad alemana y recordó las cifras oficiales: Un estudio reveló que 54% de las mujeres encuestadas dijeron haber sido víctimas cuando menos una vez en su vida de acoso sexual y, dentro de ese grupo, en el 42% de los casos el acoso se habría dado dentro del ámbito laboral.
Para el FDP y Brüderle, el texto llegó, sin duda, en un momento delicado. El PDF no vive políticamente su mejor momento. De un histórico 15% en la preferencia electoral alcanzado en el 2009 el partido ha caído a un mediocre 2% que lo ha puesto a batallar para colarse en los parlamentos regionales.
El pasado viernes 1 se dieron a conocer los resultados de las tendencias políticas del mes de enero en el sondeo que realiza mes con mes la televisión pública alemana ARD, de cara a las elecciones de septiembre de este año. Las noticias no son buenas. Brüderle cayó 9 puntos en relación con el mes anterior, respecto a las simpatías que despierta entre el electorado.
Así las cosas habrá que esperar hasta septiembre pasa saber si el caso Stern catapulta o no electoralmente al político liberal y a su partido
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