Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 26 de marzo de 2012

Benedicto XVI / La Visita- A qué vino el Papa

Benedicto XVI / La Visita
En acto desorganizado, Ratzinger ora para que México supere la violencia
Arengas y entusiasmo de concurrentes se apagan por falta de carisma del Papa
Insta a que en el país se respete y defienda la promoción de la vida humana
C. Gómez, C. Herrera, A. Cano y C. García
Enviados y corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de marzo de 2012, p. 2
Silao, Gto., 25 de marzo. Frente a los cuatro aspirantes presidenciales y cientos de miles de feligreses el papa Benedicto XVI pidió el auxilio de la Virgen de Guadalupe para que México logre remontar su actual situación de violencia, corrupción y crisis de valores.
Hizo una súplica para que el país sea capaz de permanecer firme en el respeto, defensa y promoción de la vida humana, lo mismo que en evitar la inútil venganza y desterrar el odio que divide.
La misa, si bien reunió 650 mil personas y a la clase política en el Parque Bicentenario, según datos citados por el Vaticano y por el gobierno estatal, no generó el entusiasmo de las visitas efectuadas por el Papa Juan Pablo II (cinco), lo que se pudo apreciar en porras menos reiteradas y comentarios de los asistentes.
Hay mucha tristeza y desánimo en el país, esperábamos que el Papa transmitiera alegría, comentó Jorge Ramírez, quien viajó en su camioneta de los años ochenta desde Toluca para escuchar a Joseph Ratzinger. Mario González, vendedor de artículos religiosos, la describió como prédica de trámite y se quejó de la falta de carisma del jerarca, que está por cumplir 85 años.
Tanto la homilía como el Angelus domini (un rezo a la Virgen) fueron entregados con anticipación a la prensa y el Papa no les añadió ninguna frase como las que solía usar su antecesor, Karol Wojtyla, para motivar a sus devotos.
Aunque su paseo en el papamóvil por los caminos del parque suscitó interés, incluso jóvenes corrían para poder verlo, las arengas de Benedicto, hermano, ya eres mexicano se fueron apagando y hasta había gente durmiendo, también por el inclemente sol, pues se les impidió llevar sombrillas por cuestiones de seguridad.
La línea central de los mensajes fue el saldo de la lucha contra la delincuencia. El jerarca católico manifestó que en estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores y la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza.
Se placean candidatos
Frente a él se encontraban el presidente Felipe Calderón y los precandidatos presidenciales de todos los partidos. Andrés Manuel López Obrador no tuvo oportunidad de saludar a sus contendientes por su ubicación, aunque sí a Vicente Fox, que al pasar atrás de él le tocó el hombro e intercambiaron algunas palabras.
Gabriel Quadri llegó al mismo tiempo que Josefina Vázquez Mota y su esposo, Sergio Ocampo, quienes después intercambiaron abrazos con Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera. La panista aprovechó para placearse durante media hora, ya cuando sus contendientes se habían retirado.
Ante legisladores, gobernadores y otros representantes de la clase política, el jefe del Estado Vaticano recomendó seguir el ejemplo de “tantos mártires que a la voz de ‘viva Cristo Rey y María de Guadalupe’ han dado testimonio inquebrantable de fidelidad al evangelio y entrega a la Iglesia”, cuando han debido enfrentar tiempos de prueba y dolor, como los actuales.
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El Papa da la comunión al presidente Felipe Calderón durante la misa celebrada este domingo en GuanajuatoFoto Carlos García Balandrán
También dijo que se debe rezar a la guadalupana para que en México se cultive el fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide.
De hecho el arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, expuso que el Papa llega un país en el que campean los acontecimientos de violencia y muerte que han generado una penosa sensación de temor, impotencia y duelo.
Consideró: esta dramática realidad, tiene raíces perversas que la alimentan: la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción, la impunidad, la deficiente procuración de justicia y el cambio cultural que lleva a la convicción de que esta vida sólo vale la pena ser vivida si permite acumular bienes y poder rápidamente, y sin importar sus consecuencias y su costo.
De acuerdo con el jerarca local, en México existe una grave crisis de moralidad, porque se ha debilitado y relativizado la experiencia religiosa en algunos sectores de nuestro pueblo, con graves consecuencias en la vivencia y la educación de los valores morarles.
El pontífice llamó a superar el cansancio de la fe y a recuperar la alegría de ser cristianos y de pertenecer a la Iglesia, así como a que resistan a la tentación de una fe superficial, a veces fragmentaria e incoherente.
Más de dos mil desmayados
En la misa se atendieron a 2 mil 285 personas por desmayo, causado principalmente por falta de alimentación e insolación; otras 35 fueron atendidas en las unidades hospitalarias por hipoglucemia e hipertensión, indicó el gobierno del estado.
Los 400 camiones para el traslado de las personas a dicho lugar fueron insuficientes, porque había ríos de personas sin transporte, mientras los comerciantes se quejaban de la organización, porque fueron instalados en lugares lejanos y no lograron vender su mercancía.
El gobierno de Guanajuato invirtió más de mil 200 millones de pesos en el Parque Bicentenario para festejar los 200 años de la Independencia y el centenario de la Revolución. El proyecto fue liderado por el entonces secretario de Gobierno, Gerardo Mosqueda Martínez. El funcionario salió mal con el gobernador Juan Manuel Oliva y dejó el cargo; el PAN le negó registro como precandidato a gobernador.
Se despide con sombrero de charro
Por la tarde el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, calificó la misa de literalmente impresionante, la de mejor y mayor afluencia que haya oficiado el jerarca católico.
Quizá se intentó compensar la frialdad del acto de la mañana con una aparición del Papa afuera del Colegio Miraflores, al filo de las 21:30 horas, luciendo un sombrero de charro.
Auxiliado por un traductor, porque sus palabras de despedida fueron en italiano, declaró entender por qué Juan Pablo II se sentía un Papa mexicano.
Cuando ya se animaba la gente con la música de mariachi, anunció: Queridos amigos, yo me siento bien con ustedes. Tengo otro viaje a Cuba, entonces me voy a retirar con mi bendición. Buenas noches.
Bonito León, Guanajuato-Rocha
A qué vino el Papa
 
      Ayer, en una misa realizada en Silao, Benedicto XVI congregó cientos de miles de feligreses y a los más prominentes miembros de todas las vertientes de la clase política, incluidos los titulares de los tres poderes de la unión, los tres principales candidatos presidenciales, gobernadores, legisladores, secretarios de Estado y otros.
En su homilía, el pontífice hizo una enumeración incompleta y parcial de las expresiones de la catastrófica situación nacional: la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores y la criminalidad, dijo, eludiendo el hecho de que esos fenómenos han sido exponenciados por el modelo neoliberal implantado en México y América Latina en décadas pasadas, sin que la Iglesia que él preside haya asumido una posición clara de rechazo a esa orientación económica devastadora. Por el contrario, en la mayoría de los casos las jerarquías eclesiales nacionales –es el caso de la mexicana– hicieron sólidas alianzas con las oligarquías políticas, económicas y mediáticas que impusieron el llamado Consenso de Washington.
El mismo Joseph Ratzinger se encargó, desde su puesto de prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, de hostigar y perseguir a los religiosos católicos sensibles ante el sufrimiento social, que buscaron en la Teología de la Liberación una vía de resistencia al neoliberalismo y a sus expresiones concretas: la creciente desigualdad, el autoritarismo, la represión, la sobrexplotación de los trabajadores, el saqueo de tierras y de recursos naturales, entre otras.
Lejos de aliviar el sufrimiento de sus feligresías, sacrificadas en aras de un proyecto depredador y generador de pobreza y miseria, la Iglesia católica de Karol Wojtyla y de Joseph Ratzinger se ha atrincherado en la defensa de visiones medievales de la sociedad y de las personas, en una persistente colisión con la modernidad y en prédicas opresivas, oscurantistas y fóbicas contra los derechos de género y reproductivos, la soberanía de las personas sobre su propio cuerpo y las minorías sexuales.
El carácter elusivo del mensaje papal llegó el sábado a grados de burla, cuando llamó a cuidar a los niños del abandono, la violencia y el hambre, pero omitió cualquier mención a agresiones sexuales protagonizadas por religiosos católicos contra menores, fenómeno que tiene en México una de sus simas más oprobiosas: la trayectoria criminal del finado Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo, cuyos delitos fueron del conocimiento del propio Ratzinger desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el actual pontífice no hizo nada para procurar que cesaran los abusos, y menos aun para buscar el esclarecimiento y la sanción de los ya cometidos.
Otro motivo de desaliento, paralelo la cerrazón papal ante las circunstancias dramáticas y el sufrimiento social del México contemporáneo, es la obsecuencia de la clase política en su conjunto ante el poder fáctico del catolicismo institucional y su desembozado afán por recuperar, en nombre de una supuesta libertad religiosa, fueros y potestades nefastos para el país y abolidos hace mucho tiempo. Como han señalado diversos analistas, la presencia de Ratzinger tiene el propósito concreto de acelerar el desmantelamiento del Estado laico –proceso iniciado durante el gobierno de Carlos Salinas mediante diversas reformas constitucionales– y de respaldar las nunca negadas pretensiones clericales de expandir su presencia política, mediática y educativa forzando a nuevas modificaciones legales.
Lo que realmente reclama la Iglesia católica cuando reivindica el derecho a la libertad religiosa es el derecho a oprimir. Prueba son los casos de hostigamiento contra comunidades evangélicas en diversas poblaciones, los empeños clericales por privar a las mujeres de su potestad de decisión sobre su cuerpo, imponer maneras y estilos de vida basados en una moral antediluviana o remplazar la difusión de preceptos médicos y científicos por supersticiones y dogmas bíblicos. Y es deplorable y desalentador, por donde se le vea, que una clase política que debiera ser garante del Estado laico convalide, con su presencia en un acto religioso, semejantes pretensiones.

Benedicto XVI / La Visita
El Peje no comulgó, ¿verdad?”, cuestiona una mujer; Fox saluda a López Obrador
¡Josefina, Josefina!, gritaron los asistentes a la celebración religiosa
Cumple el líder católico su deseo de estar frente al Cristo Rey del Cubilete
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La aspirante presidencial panista Josefina Vázquez Mota, en el acto realizado en el Parque BicentenarioFoto Especial para La Jornada
Arturo Cano y Carlos García
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de marzo de 2012, p. 4
Silao, Gto., 25 de marzo. Cincuenta escalones arriba, Benedicto XVI se apega estrictamente a los discursos y al folleto de la celebración eucarística que se reparte por miles. Por Jesucristo, nuestro Señor, lee el Papa y otra voz ordena: Arrodíllense. Margarita Zavala lo hace. Su esposo, el Presidente de la República, sólo inclina la cabeza.
A unos pasos, aunque nunca se saludan, Enrique Peña Nieto y su esposa se mantienen en pie. Desde hace unos instantes, unos grandotes güeros con chicharito en la oreja han comenzado a tomar el control, por un momento, sobre el Estado Mayor Presidencial. A la hora de la comunión parece mandar la Guardia Suiza.
Calderón es el primero en la fila para comulgar. Abandona su lugar con rostro entre contrito y reflexivo, avanza despacio, espera las instrucciones, sube despacio y comulga.
El Presidente se apersona poco antes del arribo de Benedicto XVI. Llega entre gritos de ¡esta es la juventud del Papa! y camino a su lugar saluda de mano a curas, monjas y voluntarios.
Su lugar está en la fila 20, detrás de un grupo de indígenas, hombres y mujeres de diversas partes del país, vestidos con trajes típicos. Durante la celebración, el titular del Ejecutivo lee el folletito de los rezos y de cuando en cuando repite con los demás fieles. Igual hace el candidato del PRI.
Las campañas van a misa
Previsora, Josefina Vázquez Mota se unta una capa gruesa de bloqueador solar. La acompañan su marido, Sergio Ocampo, sus padres, su coordinador de campaña, Roberto Gil, y su jefe de prensa Herminio Rebollo, quien respinga amablemente cuando a su candidata le hacen la pregunta incómoda sobre la pederastia y el Papa. Gracias, responde Vázquez Mota, y se escurre a saludar al siguiente admirador.
Estoy aquí por mi fe, ha dicho poco antes, y algo ha agregado sobre su apoyo sin reservas al Estado laico.
Todo, mientras recorre la primera fila dando la mano a curas, monjas y laicos, sonriendo, dejándose querer: Josefina, las mujeres de Guanajuato están contigo, le grita una señora.
En las filas del clero de infantería se halla un viejo cura que sólo quiere ser identificado como Héctor, el de Irapuato. Se alegra con la presencia de la candidata panista y no quiere saber de Peña Nieto ni de López Obrador, porque ellos son muy groseros con la religión.
Poco después, cuando el mexiquense hace el mismo paseíllo que la candidata del PAN, varios curas jóvenes al lado de Héctor estiran el cuerpo para tomarse fotos con el priísta.
Igual hace una señora joven, que grita de gusto por haber conseguido una foto con Peña y su esposa, la actriz Angélica Rivera –quien porta una medalla con una cruz– aunque después diga en voz baja: La verdad, no voy a votar por él, pero ya tengo la foto.
Antes de tomar su sitio, Peña Nieto camina entre el sillerío para acercarse a la candidata del PAN. Los dos matrimonios –sus cuatro integrantes vestidos de negro formal– intercambian besos y abrazos. El candidato y la candidata, unas cuantas frases.
Después el ex gobernador toma su sitio, entre tres monjas y una mujer en silla de ruedas que atesora en su regazo un libro titulado La agonía de Cristo.
Andrés Manuel López Obrador, a quien acompañan su esposa, Beatriz Gutiérrez, y el ex ministro en retiro Genaro Góngora, queda ubicado más allá, lejos de Calderón y cerca de Vicente Fox, quien se acerca a saludarlo.
Horas más tarde, en la ciudad de México, López Obrador diría que estaba sentado y de pronto vio una mano que no quiso dejar extendida.
También muy cerca está el candidato del Partido Nueva Alianza, Gabriel Quadri, quien llega acompañado de Luis Castro Obregón y las esposas de ambos. Como nadie parece reconocerlo, no hace ningún paseo para saludar. Aunque se declara proveniente de una familia católica, pero no practicante, Quadri agradece la visita papal porque, dice, puede ayudar mucho a la cohesión social, a unificar a México y a lanzar un mensaje de concordia en un país que ha estado dividido, polarizado.
Ni copete ni gaviota
A la tierra que fueres… sal rápido. La aglomeración causada por la deficiente organización retrasa la salida de las personas sentadas en el área VIP. A pesar de sus 12 escoltas visibles –el doble que la aspirante panista–, Peña Nieto no logra salir con rapidez. El dato imperdible de que en esta tierra Vázquez Mota aplastó a Ernesto Cordero por más de dos a uno hace previsible el siguiente suceso.
¡Josefina, Josefina!, comienzan el grito dos o tres, y se generaliza pronto.
Peña Nieto está atrapado por la cámaras cuando el grito muda: ¡Ni copete, ni gaviota, Josefina Vázquez Mota!
En medio de gritos, su equipo de seguridad logra parapetarlo en un pasillo y ahí ofrece unas declaraciones. Para empezar, se declara católico. Luego, a pregunta de este diario de si comulgaría igual que Calderón de ganar la Presidencia, responde: Evidentemente como lo he hecho en el pasado, habré de profesar mi fe de manera muy íntima y privada.
A la caza de candidatos, los reporteros obtienen unas palabras de López Obrador: Fue una buena ceremonia de reconciliación y unidad, la homilía fue en ese sentido.
Un sacerdote grita: “¡Arriba el Peje!”, y varias mujeres responden con la consigna: No al aborto, sí a la vida.
Nuestro movimiento, como lo he dicho siempre, está integrado por católicos, evangélicos, librepensadores y por eso nos dio gusto estar aquí, termina el candidato de las izquierdas.
Unos pasos adelante, una señora asegura, más que preguntar: “El Peje no comulgó, ¿verdad?”
Vicente Fox, bien recibido por la concurrencia, aprovecha el viaje para ofrecerse de mediador y pide a los candidatos presidenciales: “Que nos aseguren que tienen un plan para alcanzar la paz, quisiera hacer un puente ante la división…”
De la batalla de Silao a la batalla Tecos-Yunque
Benedicto XVI ha cumplido su deseo de estrechar la mano de todos los mexicanos en el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete.
La misa, sin embargo, no tiene lugar allá arriba, donde cada año llegan miles de jóvenes católicos, sino en el llamado Parque Bicentenario, donde se alza la Victoria Alada, obra de 14 metros de altura de Ricardo Motilla, el escultor favorito de los gobernantes panistas.
El Papa puede pensar que es San Miguel Arcángel, pero no, es la representación de la victoria de los liberales sobre los conservadores, dice el historiador José Luis Lara Valdés.
Apenas termina, ya casi de noche, su encuentro con los obispos, Benedicto XVI enciende a distancia la nueva iluminación del Cristo Rey del Cerro del Cubilete, 95 luminarias con cambio de color y 12 más sobre el techo para alumbra la figura de cabeza a pies.
El lugar, santuario de los cristeros, es destino de una peregrinación anual y escenario de sucesos menos angelicales que el de hoy, como el que recuerda Fernando M. González, el acucioso investigador del caso Maciel, quien hace un par de días contaba que en 1975 el grupo de extrema derecha los Tecos quiso sabotear la peregrinación organizada por el Yunque, escisión de aquel. Con ese fin, los jefes enviaron diez pistoleros que fueron interceptados por dos vigías. Las contradicciones en el seno de la ultraderecha católica dejaron muertos a Juan Bosco Rosillo y César Fernando Calvillo. La investigación del crimen nunca concluyó y los asesinados no son oficialmente mártires, pero algunos de sus seguidores gobiernan hoy Guanajuato.

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