Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 28 de junio de 2012

Acuerda #YoSoy132 agenda poselectoral- La disyuntiva

El cierre de campaña de AMLO en el Zócalo. Foto: Eduardo Miranda
El cierre de campaña de AMLO en el Zócalo.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- El camino que empezó hace cinco años cuando decidió andar por todo el país para armar su propia estructura, terminó este día en un Zócalo a reventar. Exultante, luego de tres meses de campaña, Andrés Manuel López Obrador aseguró que volverá a ganar la Presidencia, y anunció ya no habrá más guerra en México.
“Vamos a serenar al país, no enfrentaremos violencia con violencia, la paz es fruto de la justicia. Mi compromiso es que ya no habrá guerra, no queremos que siga habiendo más muertes”, aseveró López Obrador al indicar que se van a respetar derechos humanos y se atenderán a las víctimas.
Ante miles de seguidores que desbordaron la Plaza de la Constitución, López Obrador manifestó: “Hemos trabajado con intensidad para volver a ganar, hay condiciones inmejorables, contamos con el apoyo de ciudadanos independientes. Vamos a obtener muchos votos de priistas y panistas inconformes, hartos de sus partidos”.
Los seguidores del tabasqueño abarrotaron también las calles aledañas al Zócalo de la Ciudad de México.
Al cerrar su campaña de 90 días en los que realizó 36 actos en igual número de ciudades, a los que asistieron más de 2 millones de personas, según sus propias cuentas, el aspirante mostró la fuerza que tiene en la capital del país.
“No me voy a divorciar del pueblo”, dijo ante sus millares de seguidores, quienes lo corearon desde que salió del Ángel de la Independencia hasta llegar al Centro Histórico del país donde proclamó la victoria adelantada.
Durante más de una hora el candidato recorrió a pie el camino por el Paseo de la Reforma y sólo cortó un tramo al Zócalo subiéndose al Metro en Bellas Artes. En el amplio templete ya lo esperaba todo su gabinete, incluida Elena Poniatowska, la más aplaudida cuando los presentó ante sus seguidores.
Arropado por los suyos que no dejaban de gritarle “presidente” una y otra vez, López Obrador dio gracias especiales por su apoyo al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. También al PRD, al PT y al Movimiento Ciudadano, así como al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), sin el cual, afirmó, no podría haber hecho su campaña.
Ahí, en pleno Zócalo que no se llenaba tanto en un acto político desde el 2006, el candidato afirmó que no funcionó la “guerra sucia” que implementaron en su contra sus adversarios; tampoco la estrategia mediática con que el duopolio televisivo y algunos periódicos que quisieron imponer a Enrique Peña Nieto.
El tabasqueño dio las gracias a los jóvenes estudiantes por “sacudir las conciencias” a la mitad de la campaña. “Ellos nos están dando un gran ejemplo, han dicho no a la simulación, la mentira y el engaño. Nos han dado un ejemplo en todo el país, tan es así es que es un honor ser joven”, dijo al anunciar el triunfo el domingo 1 de julio.
“Vamos a ganar la Presidencia. A nuestros adversarios no les funcionó su estrategia, fracasó el intento de imponer a Peña mediante la mercadotecnia y la publicidad. Pensaban que sería pan comido” dijo ante la gritería de “¡fuera Peña!”.
“Pensaron que iba a ser un día de campo, un mero trámite sentar a Peña en la silla. Pero la realidad es otra, la gente quiere un cambio verdadero y no lo podrán impedir con la compra de conciencia y de votos”, dijo López Obrador, quien indicó que de acuerdo con su última encuesta sigue arriba del priista por tres puntos.
“Les digo que eso se escucha, se siente y cada vez más el grito: vamos a ganar, vamos a ganar. Sin embargo, no debemos confiarnos, en estos días debemos aplicarnos a fondo. No se puede hacer campaña, pero hay que seguir relacionándonos, no dejemos de orientar y convencer a cuando menos cinco ciudadanos más que vayan a votar. Que nadie se quede sin ir a votar. Aunque hay 450 mil ciudadanos, los que no se inscribieron como representantes de casilla, que voten y se queden a vigilar hasta tener los resultados”, pidió a sus miles de simpatizantes.
Acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez, así como del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y el candidato de la izquierda para el Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, el tabasqueño prometió gobernar para todos, sin rencores ni venganzas:
“Voy a gobernar para todos, el cambio es que ya no haya un gobierno sectario, para un uno por ciento. Lo nuestro será distinto, gobernaré para pobres y ricos, para simpatizantes y adversarios que serán respetados por un gobierno democrático. No habrá persecuciones ni destierro. No buscamos rencores, sino justicia. Queremos el renacimiento moral de México. Lo digo de manera sincera, quiero inaugurar una nueva etapa del país, no subordinado a nadie.”
Luego de pedirles que voten por todos los candidatos de la izquierda, desde la Presidencia de la República hasta los diputados y presidentes municipales, López Obrador estableció un compromiso:
“Les digo con sinceridad, no se preocupen, no les voy a fallar, no les voy a traicionar. Estoy consciente de mi papel histórico. Sería una canallada fallarles, traicionarles. Eso no les voy a hacer nunca. Así como me quieren, así los quiero yo. No es una relación fría, utilitaria, es distinto lo nuestro. Como decía José Martí: ‘amor con amor se paga’. Estaré siempre a la altura de ustedes. ‘Ya es hora de que gane el pueblo’, me dijo una vieja campesina. Por eso luchamos. ¡Viva la libertad, viva la justicia, viva la nueva república!”, arengó el candidato de la izquierda eufórico.
En su último acto de proselitismo López Obrador insistió que el domingo habrá una disyuntiva para el ciudadano que va a votar: más de lo mismo o un cambio verdadero. “Es decir más pobreza, más violencia o el cambio verdadero, que es poner por delante la honestidad como forma de vida y de gobierno”.
En su largo discurso, el primero que lleva escrito, habló del combate a la corrupción y de la austeridad republicana. Insistió que no aumentará impuestos ni privatizará Pemex, como lo propone Peña Nieto.
Dijo que impulsará un nuevo modelo económico y la soberanía alimentaria para no seguir comprando los alimentos básicos en el extranjero. Habló de regresar al campo, apoyando a comuneros, ejidatarios, pequeños y medianos empresarios. Y se comprometió a bajar el precio de gasolinas, diesel, gas y luz, así como desaparecer el Impuesto Especial de Tarifa Única (IETU).
Entre aplausos dijo que se acabarán las prácticas monopolistas en cementos, telefonía, alimentos, bancos y en los medios de comunicación. “Habrá plena competencia y se garantizará el derecho a la información. No se expropiara Televisa ni ningún otro medio. No habrá censura, nadie será perseguido por su derecho de pensar. En la democracia se tiene que garantizar la pluralidad”, sostuvo.
Finalmente, adelantó que habrá nuevas concesiones para radio y televisión, hasta donde sea posible, y se establecerá el servicio de internet en todo el país a través de la red de fibra óptica, lo cual servirá para impulsar la educación y evitar la manipulación de la información de quienes controlan los medios.

Acuerda #YoSoy132 agenda poselectoral


Integrantes de #YoSoy132 protestan en Televisa. Foto: Alejandro Saldívar
Integrantes de #YoSoy132 protestan en Televisa.
Foto: Alejandro Saldívar
MÉXICO, D.F. (apro).- Tomas simbólicas de edificios públicos en todo el país, en particular la sede del Instituto Federal Electoral, y una marcha del Ángel de la Independencia forman parte de la agenda poselectoral que emprenderá el movimiento #YoSoy132 en caso de que la jornada electoral el próximo domingo esté plagada de irregularidades.
La madrugada de este miércoles el colectivo acordó también fijar su posición en cuanto el IFE dé a conocer los resultados del PREP.
Además, anunció que realizará una marcha de la Universidad de Chapingo a San Salvador Atenco el próximo viernes 29.
Al concluir la cuarta asamblea nacional interuniversitaria, realizada ahora en las instalaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los estudiantes ratificaron que la marcha anti-Peña del sábado 30 será “apartidista y pacífica” para no violar la veda electoral.
Asimismo, acordaron realizar una asamblea extraordinaria para este jueves 28 para continuar la discusión de su plan de lucha poselectoral.
El proyecto se conforma de cinco ejes:
La democratización de los medios de comunicación; la modificación del modelo educativo, científico y tecnológico; así como la estrategia de seguridad pública, y el modelo económico neoliberal que impera en el país. Además incluye la vinculación con los diferentes movimientos sociales. A esto podría sumarse temas de salud, medio ambiente y migración.
Por la mañana, el movimiento #YoSoy132 arrancó con el “Peñatón” en el Monumento a la Revolución, cuyo objetivo es romper piñatas que representen al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, ya sea en forma humana o de dinosaurio.
Al iniciar el evento, los jóvenes hicieron estallar una figura de cartón que representaba a Peña Nieto de más de dos metros de largo, que llevaba una gaviota en el hombro.
Cohetes estallaron en el interior de la piñata en la plaza que está rodeada de mantas gigantes que promocionan al exgobernador del Estado de México.
“¡Aquí se ve, aquí se ve, que Peña Nieto presidente no va a ser!”, gritan los estudiantes.
Mientras #YoSoy132 prepara las próximas piñatas, en el otro extremo del Monumento se manifiestan jóvenes de Morena, quienes participarán en el cierre de campaña de Andrés Manuel López Obrador.

La disyuntiva

Cierre de campaña de EPN en Toluca, Edomex. Foto: Germán Canseco
Cierre de campaña de EPN en Toluca, Edomex.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- El posible regreso del viejo PRI al poder presidencial en uno de los momentos de mayor crisis social en el país, afectado por una corrupción galopante, una violencia que ha cobrado la vida de miles de mexicanos e inmigrantes centroamericanos, y de un crecimiento incontenible del crimen organizado vinculado con gobernadores de ese partido, así como de la concentración de la riqueza en sólo uno por ciento de la población, debería de ser tomada como una disyuntiva seria para todos aquellos que simpatizan con Enrique Peña Nieto.
En los hechos Peña Nieto y el equipo que lo rodea no representan una posibilidad del cambio profundo, estructural diríamos, que necesita el país para salir de este atolladero en el que nos metió el PAN con 12 años de gobierno con Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes administraron el país sin tener una propuesta de transición democrática, sino de alianzas con los priistas más corruptos y autoritarios, como Elba Esther Gordillo.
Si en los gobiernos del PRI la corrupción cobró certificado de nacimiento y se hizo forma de gobierno, con el panismo en Los Pinos este cáncer se expandió a toda la sociedad y llenó los vacíos que dejó el fracaso de la transición a la democracia y que fueron llenados por dos grupos de poder: el crimen organizado y las televisoras, principalmente Televisa, que actúan con un sistema mafioso de favores y prebendas, de terror y negocios al margen de la ley.
Durante varios años, algunos medios de comunicación mexicanos han venido acreditando lo que hoy está descubriendo la prensa extranjera, que un grupo del PRI encabezado por Carlos Salinas de Gortari ha elaborado una estrategia de largo plazo junto con Televisa para imponer como presidente a Enrique Peña Nieto y, además, que hay priistas de peso que son investigados por estar presuntamente involucrados con el crimen organizado, como los exgobernadores Tomás Yarrington, Fidel Herrera, Manuel Cavazos Lerma, Eugenio Hernández, quienes han aportado buenas cantidades de dinero a las campañas de su partido en los últimos doce años.
Bajo la indolencia del IFE el PRI ha gastado millones de pesos en una campaña que ya lleva seis años, desde que Peña Nieto suscribió el contrato con Televisa para que desde entonces apareciera en sus principales canales ya fuera en los noticieros o en programas de espectáculos o de diversión, hasta ahora que inundó las calles con millones de espectaculares, spots, despensas y de tarjetas de débito para comprar el voto de mucha gente empobrecida por un modelo económico que el PRI impuso desde Miguel de la Madrid en 1982 y que el PAN siguió al pie de la letra del 2000 a la fecha.
Hoy que el PRI se prepara anticipadamente a ocupar de nuevo Palacio Nacional con un candidato muy limitado, ideal para ser manipulado, es bueno recordar que en la escena política están los mismos personajes que en el 2005 se aliaron para derrotar a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2006: Carlos Salinas, Vicente Fox, Televisa, Diego Fernández de Cevallos, Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto.
Carlos Ahumada, en su libro Derecho de réplica, revela que fue Salinas quien le compró los videos donde estaban grabados René Bejarano, Carlos Imaz, así como algunos priistas recibiendo fajas de dinero que sería usado para las campañas del PRD. El expresidente se puso de acuerdo con Diego Fernández de Cevallos para ofrecerlos a Televisa y en esta operación los apoyó Vicente Fox.
Salinas, dice Ahumada, no le dio toda la cantidad ofrecida sino una parte y le encargo a dos personas que juntaran el dinero para que se lo entregaran. Esas dos personas asignadas por Salinas fueron Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto, entonces administrador del gobernador del Estado de México, Arturo Montiel.
Estos mismos personajes están actuando nuevamente. Por eso no es extraño que Vicente Fox haya traicionado a la candidata de su partido, Josefina Vázquez Mota, al manifestarse a favor del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. El guanajuatense seguramente recibirá un premio por su lealtad al grupo encabezado por Salinas.
Este grupo político, al que se le añade Televisa, no se ha caracterizado por su honestidad, transparencia ni lealtad con la sociedad. Todo lo contrario, han visto al país como un negocio y lo han saqueado de todas las formas posibles, ya sea cediendo a la iniciativa privada tareas que antes eran exclusivas del Estado como la industria minera, energética, seguridad social y educativa, o también haciendo negocios directos o con sus familias para perpetuarse en el poder por varias generaciones.
Los políticos mexicanos del PRI y PAN se han confeccionado a sí mismos una vestidura aristocrática con dinero público haciéndose ricos y alejándose, al mismo tiempo, del resto de la población. Viajan en autos y camionetas de lujo blindadas y custodiados por guardaespaldas, viven con sus familias en lugares en lujosas residencias en fraccionamientos exclusivos vigilados por policías privados o de plano radican en el extranjero, han levantado ranchos como en las épocas latifundistas o construido negocios inmobiliarios, financieros o de telecomunicación es que antes no tenían. Son los verdaderos beneficiados de la alternancia del poder.
Enrique Peña Nieto y el PRI que lo sostiene, junto con Televisa, representa una versión actualizada de ese sistema de corrupción, componendas, impunidad y traiciones que ha sumido al país en una de sus peores crisis. Es el mismo que ahora se apresta a recuperar el poder.
Esta es la disyuntiva a la que nos enfrentaremos el primero de julio al emitir el voto. Permitir que el priismo más retrógrado y autoritario retorne a la presidencia o permitir que haya un nuevo grupo de gobernantes que proponen transformaciones en todos los ámbitos encabezados por Andrés Manuel López Obrador.


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