Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 2 de octubre de 2011

Se suma sindicato nacional al movimiento Ocupa Wall Street


Cientos se movilizan en Los Ángeles; en Nueva York cerca de 700 activistas fueron arrestados
Se suma sindicato nacional al movimiento Ocupa Wall Street
Las detenciones ocurrieron en el Puente Brooklyn; manifestantes alegan trampa; policía lo niega
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La policía esposó a los manifestantes que se dirigían a ManhattanFoto Reuters
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Alrededor de 700 activistas fueron detenidos ayer en el Puente Brooklyn en Nueva YorkFoto Reuters
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 2 de octubre de 2011, p. 18
Nueva York, 1° de octubre. El sindicato nacional siderúrgico USW, con 1.2 millones de agremiados, anunció hoy su solidaridad a Ocupa Wall Street, en la más reciente expresión del creciente apoyo de organizaciones y figuras nacionales a este movimiento, a la vez que cientos de manifestantes fueron arrestados en una marcha en la mayor represión masiva de los 15 días en que se ha realizado el plantón en el centro financiero de esta ciudad contra la avaricia empresarial.
Por otro lado, elevando el perfil nacional de este incipiente movimiento, se realizó un Ocupa Wall Street en el centro de Los Ángeles con cientos de personas demandando justicia económica y denunciando la avaricia de los banqueros.
Esta tarde unos 700 manifestantes fueron arrestados, según cifras de la policía, en el Puente Brooklyn cuando unos mil 500 realizaron una marcha desde la llamada Plaza Libertad donde se ubica el plantón desde hace dos semanas, a un par de cuadras de Wall Street. Manifestantes acusan que la policía los entrampó al permitirles ingresar al puente sólo para después acorralarlos y empezar a arrestarlos, y dijeron que entre los arrestados había una niña. La policía niega que haya tendido una trampa y aseguró que sólo arrestaron a los que no obedecieron órdenes de no invadir los carriles para autos.
Camiones preparados
Sin embargo, desde horas antes la policía había despachado unos 20 camiones para transporte de reos hacia la zona para lo que un oficial comentó: fue una movida planeada contra los manifestantes, reportó el New York Times, que también informó que una de sus reporteras freelance envío un mensaje en el que señalaba que la estaban arrestando en el puente. Todo esto seguramente tendrá un efecto adverso para las autoridades, ya que el arresto de 80 manifestantes justo hace una semana ayudó a elevar el perfil nacional de la protesta y provocó mayor apoyo así como denuncias formales contra la policía.
Por otra parte, Leo Gerard, presidente internacional del sindicato industrial más grande de América del Norte, el United Steelworkers (USW), declaró hoy que su sindicato está en solidaridad con y firmemente apoya a Ocupa Wall Street. Los hombres y mujeres valientes, muchos de ellos jóvenes sin empleo, quienes se han estado manifestado a toda hora por casi dos semanas en la ciudad de Nueva York están hablando por los muchos en nuestro mundo. Estamos hartos de la avaricia empresarial, la corrupción y arrogancia que han infligido dolor a demasiados por demasiado tiempo.
Gerard agregó que su sindicato ha estado enfrentando a los mismos capitanes de finanzas y que conocemos de primera mano la devastación causada por una economía global donde los trabajadores, sus familias, el medio ambiente y nuestros futuros son sacrificados para que unos pocos privilegiados pueden ganar más dinero sobre el trabajo de todos menos los de ellos.
A la vez, un número de sindicatos de Nueva York, incluidos el del magisterio UFT, el de servicios SEIU, Workers United, y el de transporte TWU anunciaron que participarán en una marcha en solidaridad a Ocupa Wall Street el próximo miércoles. Hoy el sindicato de telefonistas, CWA, también anunció que participará. Junto con ellos, varias organizaciones políticas y sociales también se sumarán.
El presidente de la sección sindical de Nueva York de TWU, John Samuelson, explicó en un programa de televisión que apoyan a los manifestantes porque están cantando la misma canción y librando la misma batalla que nuestro sindicato ha luchado a lo largo de los últimos 18 meses.
Por otra parte, Richard Trumka, el presidente de la central obrera nacional AFL-CIO, por primera vez también expresó su simpatía con los de Ocupa Wall Street –aunque no puede, por sí mismo, endosarla sin previo acuerdo de los afiliados nacionales de la central. Comentó a John Nichols de The Nation que Wall Street está fuera de control y que llamar atención a eso y protestarlo pacíficamente es una forma muy legítima de hacerlo. Agregó: creo que estar en las calles y llamar la atención sobre estos asuntos es a veces el único recurso que uno tiene porque, Dios sabe, uno puede ir al Congreso y hablar con mucha gente y ver que nada jamás ocurre.
A la vez, figuras nacionalmente reconocidas, como Michael Moore, Noam Chomsky, la actriz Susan Sarandon, el satírico Stephen Colbert y el filósofo Cornel West, han elevado el perfil de la protesta con sus visitas y/o expresiones de apoyo en días recientes.
Del otro lado del país, cientos marcharon hoy en una acción llamada Ocupa Los Ángeles en sintonía con Ocupa Wall Street, reportó Los Angeles Times. Llegaron al centro de la ciudad con mantas y pancartas denunciando la corrupción del sistema político y la avaricia empresarial, ecos del coro en el plantón cerca de Wall Street.
Activistas informan que continúan acciones parecidas en Boston, Chicago, Austin y que en decenas de ciudades más se están planeando más acciones o ya existe un plantón (hay mas de 100 ciudades en la lista de Ocupa que supuestamente están desarrollando acciones (ver www.occupytogether.org/).
Al parecer, algunos empiezan a creer lo que afirmaba una consigna en el plantón del Ocupa Wall Street: el poder del pueblo es más grande que el de la gente en el poder.
Un mundo multipolar, una perspectiva todavía lejana
Pierre Charasse
A 10 años de los atentados del 11/9/2001, se puede apreciar a qué punto sus consecuencias cambiaron la marcha del mundo. Después del colapso la URSS, en 1989, era lógico pensar que el mundo entraba en una nueva era, pasando del bipolar equilibrio del terror a una multiplicación de los centros de poder. Pero pasó exactamente lo contrario: el campo socialista y el tercer mundo desaparecieron como grupos organizados y los países occidentales empezaron a cerrar filas detrás de Estados Unidos para apoyar el proceso de globalización cuyo centro ideológico estaba en Washington, controlar lo que quedaba del poderío militar de Rusia y limitar el auge de China. Después de la disolución del Pacto de Varsovia, la OTAN, lejos de debilitarse, incorporó a nuevos miembros europeos y paralelamente Washington presionó a los europeos para ampliar la Unión Europea (UE) al este en el marco de una estrategia de fortalecimiento de un nuevo espacio transatlántico con una extensión de su zona de intervención militar al mundo entero. En pocos años, el proyecto europeo cambió totalmente de naturaleza y a pesar de una cierta resistencia de Francia, que quería salvar algo de la tradición gaullista de independencia, la UE renunció a ser un posible contrapeso a la hiperpotencia estadunidense. Se sabe de antemano que en cualquier crisis internacional la UE estará al lado de Estados Unidos o se abstendrá de criticarlo, como se puede ver en el debate actual sobre el reconocimiento de Palestina en la ONU.
Los atentados del 11/9/2001 en Estados Unidos tuvieron efectos mundiales tan grandes como la caída del muro de Berlín, en particular el de relanzar y consolidar el proyecto estadunidense de un mundo unipolar. La lucha contra el terrorismo decretada por George W. Bush pasó a ser la prioridad número uno de la agenda internacional en 2001, dejando muy atrás los objetivos de desarrollo del milenio y a través de numerosos mecanismos, en particular el G-7, se implementaron en el mundo normas elaboradas en Washington, reproducidas en primer lugar por los Europeos y que poco a poco se vuelven normas universales. Es sorprendente ver como el G-7 se transformó en un tipo de Consejo de Seguridad informal (sin Rusia ni China) en el cual se discuten todos los temas más importantes de la agenda internacional. Entre las cumbres anuales del G-7, numerosos grupos de trabajo especializados funcionan sin parar entre Washington, Londres, Berlín, París, Roma, Ottawa, Tokio (muchas veces por Internet) para definir posiciones del G-7 sobre una infinidad de temas: seguridad, proliferación nuclear, migraciones, pasaportes biométricos, transportes, finanza, trafico de drogas, lavado de dinero, salud, alimentación, educación, etcétera, que después se imponen en todas las organizaciones internacionales especializadas. El derecho internacional conoce una profunda evolución y se debilita, dejando al bloque occidental y su brazo armado, la OTAN, la facultad de intervenir donde quiere en nombre de la comunidad internacional o de la obligación de proteger a los civiles, como lo vemos en Libia.
Estamos en una situación paradoxal: el bloque euroatlántico está en crisis, la recesión es una realidad, la globalización ha provocado profundas fracturas sociales, las expediciones militares occidentales siembran el caos sin resolver nada. Sin embargo, los países occidentales, sin ser un bloque monolítico, se mantienen como centro político, económico, financiero y militar de un mundo todavía unipolar. El peso de los BRICS está creciendo, pero por su falta de unidad los grandes países emergentes están lejos de ofrecer una alternativa a corto o mediano plazo. Además, países como China, Rusia y Brasil se benefician de la apertura de los mercados y de la globalización, y no tienen mucho interés en alterar las reglas del juego u oponerse frontalmente a los occidentales. El G-20 es un invento genial del G-7: las principales decisiones se toman en el G-7 y los países del G-20 se sienten halagados de haber sido invitados a la mesa de los grandes para tomar el café.
Es imposible predecir cuánto tiempo más va durar el actual orden-desorden mundial. Las dos grandes potencias capaces de hacer un real contrapeso al poder euroatlántico son China y Rusia. Ellas actúan con mucha prudencia, tienen prioridades de desarrollo doméstico a largo plazo, dependen en gran medida del acceso a los mercados internacionales y a las materias primas, y no tienen capacidades militares comparables a las de la OTAN. Su peso crece (el tête-à-tête Washington-Pekín es una realidad), pero no ha llegado todavía el punto de ruptura en la repartición mundial del poder. Mientras tanto, el mundo seguirá organizado alrededor de un polo central occidental no monolítico y una periferia proteiforma según la fórmula de Kishore Mahbunani: The West and the rest.

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