Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 1 de noviembre de 2011

Las perversidades políticas de Calderón, contra todos

Las perversidades políticas de Calderón, contra todos

Autor:
Sección: Conjeturas
   
Lo único que caracteriza al presidente Felipe Calderón, decía Carlos Castillo Peraza en aquella carta que circuló en internet (y que la revista Proceso publicó íntegra), es su perversidad para intrigar a sus correligionarios, adversarios y enemigos. Actualmente tiene una campaña tenebrosa contra Josefina Vázquez Mota (a la que tendrá que dejar en la candidatura), y contra Santiago Creel (al usar canallescamente de peones a los ingenuos Javier Lozano Alarcón, no obstante que éste se las gasta para la maldad, y al encubridor de corrupción, Alonso Lujambio).
 No se da cuartel para imponer a su favorito Ernesto Cordero quien sólo hace el tonto con su impopularidad y los panistas no lo tragan por sangrón y creído. Calderón ha sido maligno desde su campaña electoral y dudosísimo triunfo (que le facilitaron el Instituto Federal Electoral de Carlos Ugalde; el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación). Y lleva más de un lustro con sus perfidias. Casi completa 12 años de mal gobierno del Partido Acción Nacional (PAN), dejando un desastre mayor en el aspecto federal.
 Si trata con vileza a sus compañeros de partido, no se diga lo que hace con los de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD), para parar sobre todo a Andrés Manuel López Obrador y a Manlio Fabio Beltrones, mientras echa caballería a Marcelo Ebrard y a Enrique Peña Nieto. Y tantea si es posible el golpe militar, para dejar al Estado en manos de generales y coroneles, con el pretexto de que es la única manera de enfrentar el problema, provocando más baños de sangre y que la población tenga miedo, mientras miles de familias sufren las consecuencias de la barbarie calderonista.
 No sabe cómo descarrilar el proceso electoral en marcha, y ataca a panistas, priístas y perredistas.
 Sólo para las ignominias es muy capaz el sucesor de Vicente Fox –y lástima que éste esté tan desacreditado, ya que sus revires a Calderón a veces dan en el blanco; como preguntarle “¿cuánto más va a destrozar al país?” o decir que si no hay más se debe pactar con los capos mayores (Fox dejó escapar al millonario Chapo Guzmán), para dar un final a la “no-guerra” calderonista que, con más de 60 mil homicidios en todos los bandos y cientos de miles de ciudadanos inocentes, no ha logrado disminuir; en cambio, los delincuentes tienen acceso… ¡por facilidades de Washington!, a la compra de armas–.
 Negligente de la paz interna y una devastadora crisis económica, Calderón se dedica a sus canalladas contra todos los precandidatos y partidos, inclusive al PAN, para tratar de imponer heredero en la alternativa: Cordero o un general, mientras él saldrá huyendo, al estilo de Victoriano Huerta. Quiere impedir a toda costa que el PRI obtenga la Presidencia de la República (aunque este partido puede perderla si es Peña Nieto su candidato). Envilecido se va encima de Creel, pone obstáculos a Vázquez Mota y enloda el camino a López Obrador, estropeando las ambiciones de Ebrard a quien pone a prueba ya que, en todo caso, lo quisiera de candidato del PRD de Los Chuchos y Manuel Camacho Solís, con el PAN, en una jugada estúpida.
 Va con todo contra todos y se monta en su macho de que su militarismo continuará, con todo y que en los altos mandos de los uniformados se plantea la alternativa: golpismo, o renuncian y se van a sus cuarteles.
*Periodista

El desgobernador Duarte embiste libertades de prensa
Los mexicanos también padecemos la violencia del abuso del poder político, a la par de la delincuencial, y la empresarial contra los trabajadores (los que tienen trabajo, pues sólo en 2011 se han echado a la calle a casi 3 millones de éstos). Es la barbarie de policías, ¡de marinos y soldados!, de presidentes municipales y desgobernadores que se presentan mansitos para pedir el voto y en cuanto toman posesión son unos trogloditas. Y qué decir de funcionarios federales y los que dependen de Marcelo Ebrard, en el Distrito Federal.
Son la Fuenteovejuna, porque todos a una arremeten contra mujeres, niños, adolescentes, ancianos y hombres, que someten a toda clase de arbitrariedades en las oficinas de trámites, tribunales y administraciones públicas (las juntas de Conciliación y Arbitraje federales y estatales favorecen a los patrones al presionar a los trabajadores, y aceptan sobornos para frustrar huelgas, coludidos con los abogados que transan, al sacrificar a mineros, empleados, burócratas, etcétera); esas administraciones públicas están en manos de ladrones que abusan del poder.
 Los desgobernadores (¿hay alguno que sea la excepción?, habría que buscarlo con la lámpara de Diógenes, ya que ni a plena luz del día lo encontramos) de Veracruz, Sonora, Chihuahua, ¡Nuevo León, con todo y el presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazábal Bretón!, de Chiapas, Yucatán, Sinaloa… en fin, los 31 estados están en poder de dictadorcillos émulos de Muamar Gadafi, que contaminaron el ejercicio de los poderes ejecutivos y judiciales, en una complicidad para robar, abusar y agredir.
 Y no se quedan fuera los ministerios públicos que todo pervierten, para que las denuncias no prosperen y la “inmoral impunidad”, que acusara Francisco Zarco, prevalezca por encima de los derechos humanos y las garantías procesales, empujando a la nación a la alternativa de responder con la violencia de las revueltas civiles a las violencias gubernamentales y delincuenciales.
 Tenemos el caso del inepto desgobernador de Veracruz, Javier Duarte, quien con sus legisladores y aparato judicial se atrevió a crear el delito ni siquiera visto en el fascismo-nazi de “sabotaje-terrorista”, para encarcelar a una mujer y a un hombre que ejercieron sus derechos a la libertad de expresión, planteados desde Francisco Zarco y eje de las libertades de prensa para informar y divulgar sobre hechos de violencia.
 Dicho desgobernador, títere del poder tras el trono abusivo del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, quien heredó el cargo a su incondicional que es un ignorante al menos en política y en derecho positivo constitucional, se fue encima de la maestra María de Jesús Bravo Pagola y de Gilberto Martínez Vera, quienes informaron a través de Facebook y Twitter que la delincuencia “organizada” staba asaltando escuelas.
 El reportaje-entrevista de Rolando Herrera (Reforma, 26 de septiembre de 2011) nos pone al tanto de cómo el desgobernador veracruzano abusó del poder, al que debería renunciar; y debería ser juzgado, sentenciado y encarcelado, tanto en un juicio político como penal, ya que su violencia administrativa y judicial (en Veracruz los desgobernadores han reunido en sus manos los tres poderes) embistió a dos ciudadanos y los acusó de dichos delitos, para que recibieran una sanción de entre 20 y 30 años… ¡por informar lo que sucede en las escuelas: balazos, niños corriendo y padres angustiados!
Sin embargo, continúa en su cargo (donde por órdenes de Herrera Beltrán, apoya a Enrique Peña Nieto para que éste, Televisa y el priísmo más antiguo den el golpe para imponerlo como candidato presidencial).
 El desgobernador desató la violencia con sus arrebatos, blindados con impunidad y corrupción. Los gobernantes de todos los partidos han pactado una cerrada complicidad e impuesto una violencia al amparo de los poderes del Estado, que en nada se diferencia de la de los delincuentes que se matan entre sí y de los paramilitares.
 Es la violencia, por igual, de la barbarie política y la de los forajidos. La rebelión contra los principios constitucionales, para imponer un gobierno contrario a ellos, es de los funcionarios como Duarte y sus émulos en la mayoría de las entidades, el gobierno defeño y el federal con su violencia militar y policiaca.
 Lo que sufrieron Bravo Pagola y Martínez Vera es una muestra más del atropello de los desgobernadores. Estamos sobreviviendo a todas las violencias, mientras los homicidios y desapariciones no cesan, los asaltos a los domicilios continúan y se detienen a inocentes por todo México. Al embestir a esos dos veracruzanos por su ejercicio de las libertades de prensa, el desgobernador ya debería estar destituido y procesado… pero sigue en el cargo, como si sus actos de abuso no estuvieran al margen de la legalidad. ¿No hay poder… o voluntad que ponga de patitas en la calle a Duarte?
*Periodista

No hay comentarios:

Publicar un comentario