Apenas entró a la casa,
un encapuchado le disparó en la frente cuando él levantaba las manos
Marinos lo ejecutaron en operativo equivocado; exigimos justicia, dice el papá de Gustavo Acosta
La procuraduría protege al asesino, acusa mientras resana los agujeros de las balas en su casa
Padres y hermanos de Gustavo Acosta Luján exigen justicia luego de seis meses de que fue ejecutado por elementos de la MarinaFoto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 11
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 11
No mataron a un perro, dice llorando Gustavo Acosta Ríos mientras resana las paredes de su casa, a la que ha vuelto después de cinco meses. Los agujeros de las balas siguen allí y los recuerdos de su hijo, Gustavo Acosta Luján, de 31 años, ejecutado extrajudicialmente en Apodaca, Nuevo León.
Ya saben quién lo mató, pero no lo detienen. La procuraduría lo protege. Llevamos cinco meses luchando para que se haga justicia y limpien el nombre de mi hijo, señala Acosta Ríos mientras camina con un bastón y muestra un documental realizado por Human Rights Watch para exhibir con este caso paradigmático el crimen de ejecución extrajudicial cometido por la Marina en la guerra contra el narco llevada acabo por este gobierno.
Cada vez que entra a la sala de su casa –dice– los hechos vuelven a su memoria en forma de una película de terror:
¡Abran la puerta, hijos de la chingada!, gritan desde afuera. Es la una de la mañana del primero de septiembre de 2011. El sonido de las balas retumba en las paredes. Su hijo contesta:
tranquilos, ahora les abro; no estamos escondiendo nada. Acosta Ríos está acostado en un sofá y se levanta convaleciente por su operación en una pierna, aturdido por el estruendo sin poder mediar palabra:
les voy a abrir, papá, le dice, al tiempo que quita los cerrojos de la puerta principal. La abren con una patada. En la oscuridad aparecen varios hombres encapuchados usando chaleco de la Marina Armada de México, quienes le apuntan. Gustavo levanta las manos. Sin mediar palabra, uno de ellos se acerca y le dispara en la frente. Antes de caer intenta proteger a su padre y se mueve para recibir el segundo balazo. Se desploma. Gritos, llanto, golpes, más balazos...
Empujan a las mujeres a la calle, incluida su nieta de 9 años
Un cachazo en la columna tira al suelo a Acosta Ríos.
No levantes la cabeza porque también te matamos, hijo de tu pinche madre. En la planta alta duermen su esposa, dos hijos y una nieta. Los balazos destrozan dos ventanas. Las esquirlas se incrustan en la pared. No sabe si están vivos. Voltea la mirada a las escaleras y ve a su hija Karen Paola, de 21 años, gritando aterrorizada. Eliot Daniel, de 19, corre en su auxilio, pero un marino lo golpea y lo tira al suelo:
¿Dónde está la droga, cabrón? Dinos dónde están las armas.
Mira a la izquierda y varios encapuchados con chalecos que también dicen
Marinaempujan a las mujeres hacia la calle, incluida su nieta Devani Yamelé, de nueve años. Su esposa, María Eva Luján López, pasa a su lado:
¿Qué le hicieron a mi niño, qué le hicieron?No la dejan acercarse al cuerpo tendido en el suelo.
¡Cállese el hocico, vieja pendeja!. Se desmaya. Convulsiona. Padece epilepsia, empieza a sangrar por la boca.
Pinches viejas, primero andan disparando, hacen sus pedos, y luego lloran.
Dos marinos arrastran a su esposa; a él también, no puede caminar. Los vecinos de la colonia Jardines de San Andrés, en Apodaca, Nuevo León, están agazapados en las ventanas, observando el operativo en el 118 de la calle Margarita, donde hay cuatro camionetas oficiales de la Marina y más hombres encapuchados. Nadie les ayuda. Su hijo Eliot Daniel sigue en la casa, donde los marinos lo interrogan a base de golpes. Con su camiseta le taparon la cara. Lo obligan a tomar una pistola y le ordenan disparar:
Si dices algo, vamos a desaparecer a tus papás.
La pesadilla continúa: los otros encapuchados los siguen empujando por la calle. En la esquina se detienen y los sientan en un lote baldío. Su esposa vuelve a convulsionar, pierde el conocimiento. Un marino reacciona:
súbanse a la camioneta, los vamos a llevar a un lugar donde los atiendan. Acosta Ríos le dice:
si nos vas a matar y luego desaparecer, prefiero que nos mates aquí. No quiero que quedemos en una fosa para que luego mis hijos nos anden buscando.
El mismo marino pone su mano derecha en el pecho y dice de manera solemne:
no señor, los vamos a llevar a un hospital. Le doy mi palabra de honor. Él ríe y le pregunta:
¿honor? ¿Cuál honor? Fíjate lo que acaban de hacer. Mataron a un pobre inocente. Mi hijo me salvó la vida. Fíjate lo que nos han hecho, fíjate cómo nos traes a mi esposa, a mi hija, a mi nieta, a mí. ¿Cómo voy a confiar en ustedes?.
En ese momento los subieron a una camioneta y los llevaron a la clínica 6 del Seguro Social. María Eva ni siquiera fue atendida.
Allí nos aventaron; hasta que vinieron nuestros familiares a auxiliarnos. Luego nos quedamos con una hermana. Han pasado cinco meses y apenas vuelvo a mi casa. Me acuesto y allí están los balazos en las paredes, en el techo; parece una película de terror, pero es la vida de nosotros, una vida destrozada, dice señalando un agujero en la pared de la sala de la bala que mató a su hijo y salió por la nuca.
Al día siguiente del asesinato, los medios de comunicación repetían la versión de la Marina:
Muere hombre en enfrentamiento;
muere sicario durante balacera,
Aclara Marina que abatido en Apodaca era delincuente....
En un comunicado, informaron que atendían una
denuncia anónimay que al acudir fueron recibidos con
agresión de arma de fuegoy al repelerla murió Gustavo Acosta Luján, alias M-3. Según su versión, en la casa encontraron una subametralladora 9 mm, un arma larga tipo AR-15 calibre 5.56 y varias dosis de cocaína:
además, en el lugar se encontraban cinco familiares del occiso, entre ellos una menor de edad, quienes recibieron atención médica del personal naval, al presentar crisis nerviosa, dice el documento.
Indignado, Acosta Ríos sigue sin entender por qué tantas mentiras: “nos sembraron armas, droga, montaron una historia sin fundamento para justificar su error. Dicen que los marinos son los mejor preparados; que los enseñen a tener valor para reconocer sus errores, para reconocer sus crímenes”.
Pero la Marina no ha aceptado públicamente el crimen, ni el mando superior a cargo asumió su responsabiidad en el operativo. La familia presentó inmediatamente la denuncia ante la Procuraduría General de la República y después de cinco meses sólo han comparecido dos marinos, a quienes se protege manteniendo en secreto su identidad: “Pero el caso no avanza. Nunca se les detuvo, jamás se les exigieron responsabilidades. Nadie del gobierno se ha arrimado a darnos una explicación, ni de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ni de ninguna institución. Quieren demostrar que no pasó nada…”.
Y muestra la carta de no antecedentes penales de su hijo que trabajaba en Nuevo Laredo y estaba de visita atendiendo a su padre enfermo. Gustavo Acosta Luján deja a un niño de tres años:
¿Dónde está la reparación del daño? La Marina debe reparar lo que hizo, compensar a mi nieto que se queda en el desamparo. Arreglarnos la casa. Todo lo pagamos nosotros. Pido justicia.
Su hija Karen Paola señala que su hermano fue un daño colateral como otros miles. “Cuando nos sacaban de la casa –recuerda– uno de ellos dijo:
No hay nada, jefe, ya la regamos, es casa de familia. Y el jefe le contestó:
cállese el hocico, pendejo, porque lo van a oír. Luego se llevaron el cuerpo de mi hermano y dejaron la casa sola y la camioneta baleada”.
Para todos ha sido muy difícil volver a la casa. Al llegar se dieron cuenta de que les habían robado la mayor parte de sus muebles, celulares y computadoras. Es como volver a empezar. Llora otra vez:
Tenemos mucho miedo, pero qué más, ¿a dónde nos vamos? Tampoco nos vamos a callar. Vivimos con miedo. Pareciera que los marinos son delincuentes con licencia para matar.
Su madre insiste:
El lado positivo-HernándezQueremos que limpien su nombre. No mataron un animal, era un ser humano, un inocente, mi hijo.
Ironiza sobre las críticas a su política en seguridad:
¿Qué querían que hiciera?
Calderón: gobernante que crea que no tiene que combatir al crimen no debe gobernar
Ángeles Cruz Martínez
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 9
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 9
Tecámac, Méx., 11 de febrero. El presidente Felipe Calderón inauguró ayer en este municipio el Hospital General Regional 200 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde a propósito de las acciones en materia de salud, las cuales ayudan a que la atención de las enfermedades deje de ser un problema para las familias, insistió en defender la estrategia contra el crimen organizado y dijo:
Así como se atienden los temas de salud con inversiones sin precedentes en la historia en infraestructura –dijo–, el gobierno también El gobernante que considere que no debe combatir a los criminales que no sea gobernante.
se mete a fondoen el de seguridad.
Eso es lo que hemos hecho, aunque
hay gente que le reprocha a mi gobierno que combata a los criminales. Ahora sí, ¿qué querían que hiciera? ¿Que los invitara a pasar, que los saludara y les ofreciera un cafecito, o qué?, expresó.
Ante vecinos de Tecámac, simpatizantes del Partido Acción Nacional (PAN), aunque no fueran derechohabientes del IMSS, Calderón resaltó que la parte más vistosa del combate a la delincuencia es la captura de los líderes del narcotráfico, los cuales ya suman 22 de un total de 37 calificados por la Procuraduría General de la República como los más buscados.
Eso y la mención de que la estrategia
ahí vale mereció el aplauso del auditorio que también con consignas como
Felipe sí cumplecelebraron la inauguración del hospital, el cual según recordó el mismo Calderón, fue una promesa durante su campaña proselitista por la Presidencia de la República en 2006.
Hasta el gobierno del estado, encabezado por el priísta Eruviel Ávila, expresó su agradecimiento a Calderón en el discurso y con mantas y espectaculares en puentes y a lo largo de la carretera libre México-Pachuca donde se ubica el nosocomio.
Debido a que la atención de las enfermedades preocupa a las personas, sobre todo cuando están fuera de las instituciones de seguridad social, el gobierno federal emprendió
un esfuerzo que nunca se había hechoy fue la inversión para construir mil 71 hospitales y la remodelación y ampliación de 2 mil más en el país. Calderón resaltó que el estado de México recibe tres veces más recursos que al inicio de este gobierno.
El Hospital General Regional 200 del IMSS representó una inversión de mil 78 millones de pesos. Tiene 249 camas censables y ofrecerá servicios en más de 20 especialidades, con el apoyo de áreas de laboratorio e imagenología en la que se incluyen equipos de mastografía, tomografía y resonancia magnética.
De acuerdo con la información proporcionada por el IMSS, el nosocomio beneficiará a 249 mil habitantes de los municipios de Apaxco, Otumba, Zumpango, Ecatepec y Tecámac.
Wayne justifica en QR la
alerta de viaje
Responsabilidad de EU, informar sobre seguridad
Periódico La Jornada
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 10
Domingo 12 de febrero de 2012, p. 10
El embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, justificó ayer la emisión de la reciente
No obstante, destacó que la Casa Blanca reconoce los esfuerzos del gobierno mexicano para proteger a los ciudadanos estadunidenses y otros que visitan los principales destinos turísticos, los cuales suman millones al año.advertencia de viajepara quienes pretenden visitar territorio mexicano, con el argumento de que su gobierno tiene la responsabilidad e informar a sus ciudadanos sobre las condiciones de seguridad que imperan en todos los países del mundo.
En un comunicado, dijo que en la alerta se indica que no hay evidencia de que las organizaciones del crimen trasnacional tengan como objetivo a los visitantes y residentes estadunidenses, en función de su nacionalidad.
Añadió que el documento hace referencia al hecho de que en las zonas y destinos turísticos de México generalmente no se ven los niveles de violencia relacionados con el narcotráfico y el crimen, como se reportan en la región fronteriza y a lo largo de las rutas de tráfico de drogas más importantes.
El diplomático abordó el tema durante una visita a Mérida, donde se entrevistó con el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo. En calidad de presidente de la comisión de turismo de la Conferencia Nacional de Gobernadores, el mandatario expresó su preocupación por la reciente advertencia de viaje emitida por el Departamento de Estado, en la que se recomienda no visitar 17 estados de la República.
El embajador explicó que dicha alerta sustituye la del 22 de abril de 2011 y consolida y actualiza la información sobre la situación de la seguridad. Sumado a ello –dijo–, informa de las restricciones adicionales a los viajes del personal del gobierno estadunidense.
Señaló que el documento fue rediseñado para darle mayor claridad e incluye evaluaciones estado por estado sobre las condiciones de violencia, con la intención de proporcionar información más útil a los viajeros.
El encuentro de Borge y Wayne se realizó en el consulado de Estados Unidos en Mérida, el cual supervisa las agencias consulares de Cancún, Cozumel y Playa del Carmen, Quintana Roo.

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