Eppur si muove
José Blanco
Así como la globalización fue borrando las fronteras nacionales en
espacios cada vez mayores del planeta y con ello los estados nacionales
cedieronsoberanía, la autonomía relativa del Estado, antaño indispensable para mantener los equilibrios y la cohesión social nacional, fue desdibujándose, y la sociedad política y la sociedad civil en algunos casos casi se confunden, y en otros es evidente la prevalencia de los intereses particulares –los más poderosos– sobre el interés general.
Hablo de sociedad civil, no en su uso común, prácticamente como sinónimo de
sociedad en general, sino en términos de Gramsci, sociedad organizada: mercado,
sector privado, empresarios, medios de comunicación, iglesias, sindicatos (en un
Estado no corporativo), organizaciones no gubernamentales, sector educativo
autónomo...
Estos cambios profundos en el Estado cobran formas distintas y tienen
distinto alcance en el concierto mundial. La influencia de las fracciones más
poderosos del capital (hoy por hoy, el capital-dinero, las instituciones
privadas y las internacionales de la gran finanza), dominan, en algunos casos
hasta la humillación, a algunos estados. Entre los casos más notorios está el
nombramiento de un procónsul tecnocrático por el Fondo Monetario Internacional
en Grecia, o por la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y
FMI), en el caso de Italia. Portugal es otro caso, aunque más embozado. Y ya van
por España. La democracia que hasta ahora conocíamos en Occidente, se vuelve
evanescente.
Existe también un capitalismo de Estado, que es hoy la segunda economía del
mundo, China, donde mandan los más altos mandarines de la
clase política; lo mismo ocurre con otros estados de Asia Sudoriental.
Los cambios en los estados de Occidente han sido no sólo aceptados por los
gobernantes y los partidos políticos dominantes en múltiples países, sino su
biblia es la globalización neoliberal.
La crisis iniciada a finales de 2007 comenzó a desnudar a los príncipes de
allá y de acullá, puso a la luz del día esas nuevas imbricaciones del poder a
nivel mundial y no tardó mucho en que consecuentemente el subsuelo social
comenzó a moverse. Para desdicha de Francis Fukuyama, la historia no tiene fin,
y los cambios siguen. Alemania y Francia dan marcha atrás en una institución del
área UE de la globalización, con su salida unilateral del Tratado de Schengen.
En algunos casos los capitales extranjeros de aquí y allá retornan buscando
refugio en sus países de origen, mostrando que, cuando es necesario, el capital
algo de patria tiene. Cuando la patria propia está en declive huyen masivamente
a esperar mejores tiempos (España).
Nadie puede decir que el borrado de la frontera que divide a la sociedad
política de la sociedad civil es una transformación para siempre. Veremos,
acaso, que la sociedad civil del próximo futuro no quiere ver príncipes
encuerados. Desde hace un
rato, el pueblo, que ni a la sociedad civil tiene acceso, en diversos lugares ha empezado a hablar en voz alta.
Desaparecidos
Luis Hernández Navarro
Ese viernes 19 de diciembre de 2008, Dan Jeremeel Fernández Morán
debió recoger a su hija en casa de una compañera. Después quedó en pasar a
buscar a Yolanda Morán, su mamá, a la estación de autobuses de la ciudad de
Torreón. Nunca llegó por ellas. Desde entonces se desconoce su paradero.
Dan Jeremeel laboraba de ejecutivo de la aseguradora ING Afore en el estado
de Coahuila. En esa entidad tenía su residencia. La última persona en verlo fue
Monserrat Díaz, su compañera de trabajo. Ese mismo día, a las 4 de la tarde,
ella fue a buscarlo a su casa para cobrarle un dinero.
La familia de Dan comenzó a vivir un penoso calvario. Lo buscó
infructuosamente en hospitales y en la cárcel municipal. Yolanda Morán presentó
una denuncia por desaparición en la Procuraduría General de Justicia del Estado
de Coahuila. No tuvo respuesta.
El 4 de febrero, la madre de Dan Jeremeel fue informada por la policía de que
un secuestrador había sido detenido con el automóvil de su hijo. En la guantera
del coche encontraron tarjetas de presentación de la aseguradora ING Afore. El
detenido era el teniente de caballería Ubaldo Gómez Fuentes, adscrito al área de
inteligencia de la 11 Región Militar en Torreón.
El teniente Gómez delató a cinco cómplices. Las autoridades capturaron a tres
de ellos: dos hombres y una mujer que trabajaba de dentista. Dos militares más,
el teniente de infantería Ricardo Albino Navarro y el también teniente Miguel
Ángel Lara, quedaron prófugos.
Los cuatro detenidos fueron trasladados al Cereso de Torreón. Apenas una hora
después de llegar, un comando armado entró al área varonil del penal, golpeó y
mató a Ubaldo y a sus dos cómplices varones, roció con gasolina los cuerpos y
les prendió fuego. De paso, los integrantes del comando liberaron a nueve reos
acusados de delincuencia organizada y narcotráfico.
Meses después, el 25 de marzo de 2010, fue detenido en la ciudad de México el
teniente Ricardo Albino Navarro y trasladado al Cereso de Torreón. El 23 de
abril fue asesinado en la cárcel.
¿Dónde se encuentra Dan Jeremeel Fernández Morán? ¿Está vivo o muerto? Si fue
asesinado, ¿dónde fueron depositados sus restos? ¿Por qué fue desaparecido? A
pesar del evidente involucramiento de militares en activo en su desaparición,
las autoridades han sido incapaces de ofrecer una respuesta a estas
interrogantes. Más aún, la información que han proporcionado ha sido
contradictoria.
Trágicamente, el caso de Dan Jeremeel dista de ser un hecho aislado. Según
reconoció recientemente el gobierno de Coahuila, mil 700 personas han
desaparecido de manera forzada en la entidad desde el año 2000, y el número de
casos va en aumento.
La situación va a peor. De acuerdo con Blanca Martínez, quien ha dedicado
años a investigar desapariciones forzadas en ese estado, la asociación con la
que ella trabaja documentó, con datos proporcionados por familiares directos de
las víctimas, 118 denuncias en 2011 y ahora tienen 230. Lo mismo sucedió
–explica– en Guanajuato, donde se reportaron 28 desaparecidos en 2011 y ahora
hay 160. En Chihuahua y Nuevo León el promedio de mil desapariciones se
mantiene. Sólo en Nuevo León, en los últimos meses se informó sobre 56
desaparecidos mas.
Ciertamente, las cifras no son precisas, aunque son dramáticas. De acuerdo
con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, entre 2006 y 2011 se divulgó
la existencia de 5 mil 400 casos de personas desaparecidas. Otros organismos
hablan de 10 mil o de cantidades mucho mayores.
El hecho es tan grave que, en agosto de 2011, Javier Zúñiga, director de
investigación del secretariado internacional de Amnistía Internacional, advirtió
que México podría vivir una situación similar en materia de violación a los
derechos humanos a lo que ocurrió en las dictaduras militares del cono sur en
las décadas de los 70 y 80, sobre todo por la presunta responsabilidad del
Ejército en las desapariciones forzadas.
México, informó el pasado mes de marzo Ariel Dulitzky, jefe del grupo de
trabajo de la ONU sobre desaparición forzada e involuntaria, no tiene un
protocolo para el registro y la búsqueda de personas desaparecidas, carece de
procedimientos sistemáticos para identificar cadáveres y tiene un problema
crónico de impunidad. Las autoridades –aseguró– han mostrado poca voluntad para
reconocer el problema e investigarlo.
Un estudio realizado por el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray
Juan de Larios AC, en coordinación con la organización de familiares Fuerzas
Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, concluyó que sólo en uno de los
118 casos analizados hay algunos elementos para suponer que el objetivo de la
desaparición pudiera haber sido el secuestro, pero en todos los demás casos no
hubo solicitud de rescate.
Para romper el muro de silencio que se levanta sobre los miles de Dan
Jeremeel, para desafiar el silencio impuesto o autoimpuesto, las madres de los
desaparecidos partirán este martes 8 de mayo de Chihuahua y Nuevo León hacia la
ciudad de México. A su paso se sumarán familiares de las víctimas de Coahuila,
Guanajuato y Querétaro.
Ellas han bautizado su caravana con el nombre de Marcha de la Dignidad
Nacional: Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando justicia. Demandan a la
Procuraduría General de la República la búsqueda inmediata de sus seres queridos
y garantías de seguridad a las familias de las víctimas. Buscan que todo el
dolor que han vivido no sea inútil. Llegarán al Distrito Federal el 10 de
mayo.
El país ha vivido mucho tiempo en silencio y es hora de hablar. Si, como han
dicho las víctimas, hay daños que son irreparables, la dignidad es el punto de
partida de todas las acciones de reparación. La marcha de la dignidad es un
ejercicio de la memoria de la persistencia, de la memoria de la solidaridad; es
una dramática advertencia de que el olvido no se debe instalar entre nosotros.
Como escribió Roberto Bolaño:
que la amnesia nunca nos bese en la boca, que nunca nos bese.
Hostilidad del PAN contra La Jornada
La noche del domingo pasado, tras el intercambio entre candidatos
presidenciales que tuvo lugar en un auditorio del World Trade Center, la
reportera de este diario Karina Avilés fue víctima de maltrato verbal por
personal de Comunicación Social de la campaña de Josefina Vázquez Mota, a cargo
de Irma Pía González Luna Corvera. Tras ese encuentro, la aspirante presidencial
panista tuvo reuniones con simpatizantes suyos y con representantes de los
medios. Entre una y otra, nuestra reportera fue invitada, junto con otros
comunicadores, a trasladarse en el automóvil de una colaboradora de Pía González
y en el trayecto, cuando supo que Karina Avilés trabaja en La Jornada,
la injurió de esta forma:
Vete con la gente de Peña Nieto, porque ellos sí tratan bien a los reporteros; si no, pregúntales por el maletín de 300 mil pesos que llevan en cada gira.Ante el insulto, la reportera hubo de bajarse del automóvil en un sitio solitario y en plena noche.
Lamentablemente, no se trata de un episodio aislado. En fecha reciente, este
diario decidió retirar a la reportera Claudia Herrera Beltrán de la cobertura de
la fuente presidencial debido a la hostilidad regular y los malos tratos
verbales de que estaba siendo objeto por personal adscrito a la Presidencia.
No es procedente, pues, suponer que el atropello experimentado por Karina
Avilés la noche del debate entre candidatos presidenciales haya sido un hecho
aislado, producto de la iniciativa de una empleada. Los funcionarios de las
dependencias gubernamentales y de los aparatos partidistas suelen conducirse con
base en órdenes –o, cuando menos, lineamientos– superiores. Por lo demás, entre
el hostigamiento experimentado por Claudia Herrera Beltrán en la fuente de Los
Pinos y la agresión verbal sufrida antenoche por Karina Avilés hay un
denominador común: la filiación política de quien detenta la presidencia de la
República y de la aspirante oficialista a sucederlo en el cargo.
Tales comportamientos parten, por lo demás, de una preocupante falta de
entendimiento de la función de los medios y de los informadores, y de los
términos profesionales e institucionales que deben regir la relación entre ellos
y los funcionarios y políticos a quienes dan seguimiento informativo.
Por otra parte, las agresiones referidas indican que hay un desconocimiento
en quienes las cometen de que las áreas de prensa y de comunicación social de
las dependencias oficiales, e incluso las de partidos y de campañas, operan con
recursos públicos –es decir, con dinero de todos– y que es por demás impropio
proceder, en esas instancias, con base en fobias ideológicas, animadversiones
personales o criterios patrimonialistas que no sólo ofenden al oficio
informativo sino también a las más básicas maneras republicanas.
Por lo demás, da la impresión de que en el equipo de Josefina Vázquez Mota
imperan el nerviosismo, la descoordinación y el desorden, que los errores de la
candidata se replican en sus colaboradores y que ello se traduce, en el área de
Comunicación Social, en una operación descuidada y negligente que culmina en
grosería hacia algunos informadores.
La Jornada se ha empeñado en llevar a cabo una cobertura equilibrada
y veraz de las diversas instancias del poder público, con independencia del
origen partidista de quienes las encabezan, y de las campañas electorales en
curso de todas las formaciones políticas con registro, y ha encontrado, en casi
todas las circunstancias, y de casi todos los actores, un trato respetuoso. Las
muestras de hostilidad referidas se circunscriben a funcionarios y candidatos
afiliados a Acción Nacional.
En consecuencia, esta casa editorial demanda a funcionarios y aspirantes a
cargos de representación popular procedentes de ese partido un trato respetuoso
e institucional para nuestros colaboradores.
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