Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 8 de mayo de 2012

¿Reconvencidos y reindecisos?- AMLO: De ganar, no vamos a ceder ni un ápice en materia de calidad educativa- LA CONSTRUCCION REALIDADES

Elecciones 2012
No será fácil, porque quienes aplican la política neoliberal han destruido lo que se tenía
De ganar, no vamos a ceder ni un ápice en materia de calidad educativa: AMLO
De la Fuente: el proyecto de enseñanza, sustentado en valores; reivindica ética de la función pública
Foto
Andrés Manuel López Obrador señaló que salió fortalecido del debate y no cambiará su estrategiaFoto Carlos Ramos
Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Martes 8 de mayo de 2012, p. 7
Ahora fueron estudiantes de universidades públicas los que brindaron al candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, goyas y gritos de ¡presidente, presidente!
En el Teatro Metropólitan de la ciudad de México, más de 2 mil alumnos dieron ayer su respaldo al abanderado de la izquierda en esta nueva etapa de su campaña, donde intensificará la información sobre los proyectos que se presentan en esta elección, acompañado en diversos recorridos por quienes integrarían su gabinete.
¡Es un honor estar con Obrador!, se repitió de manera constante en ese centro de espectáculos, al que acudió Marcelo Ebrard, una vez que concluyó, pasadas las 17 horas, su labor del día como jefe de Gobierno del Distrito Federal.
López Obrador se comprometió a que la educación sería una prioridad en su gobierno, mientras Juan Ramón de la Fuente, su propuesta para la Secretaría de Educación Pública, aseguró no tener duda que es una reunión emblemática que seguramente hará historia.
En torno al candidato se congregaron, entre otros, estudiantes de la UNAM, de la UAM, del Politécnico, de la Pedagógica Nacional, de la Universidad de la Ciudad de México, de Guadalajara, de las autónomas de San Luis Potosí, de Morelos, de Guerrero, de la ENAH, de la Nicolaíta de Michoacán, de distintos sindicatos universitarios, además de la comunidad académica y científica.
La tarea en materia de educación, ciencia, tecnología e innovación fue puesta en manos del ex rector de la UNAM y de René Drucker. López Obrador advirtió que no será fácil, porque quienes aplican la política neoliberal “se han esmerado en destruir lo que se tenía. Involucionamos –subrayó–, y va a costar, pero tenemos que levantar al país. En muchos casos vamos a reconstruir”.
Anunció que con el debate del domingo terminó una etapa de su campaña y comenzará otra, nueva, intensificando la información a los ciudadanos de lo que estamos enfrentando.
Ayer tuve necesidad de decir las cosas como lo siento (a Enrique Peña Nieto). No pude, por falta de tiempo, decir que no es nada personal; lo digo en serio, pero está de por medio el destino del pueblo y la nación.
De la Fuente detalló que la propuesta en materia educativa no es una ocurrencia al calor de una campaña política; es un proyecto educativo sustentado en valores, en principios e ideales, que reivindica la ética de la función pública.
El abanderado de la izquierda aseguró que las responsabilidades de la educación corresponderán al Estado en el gobierno que encabece, y no será no es asunto de personas o grupos, de organismos sindicales. También dijo que habrá evaluación independiente y no vamos a ceder un ápice en materia de calidad.
Ofreció que trabajarán por abatir la deserción escolar y hacer crecer la matrícula de la educación media superior y superior a un ritmo de 15 por ciento, para duplicarla cuando concluya el gobierno del cambio verdadero.
El candidato a jefe del gobierno capitalino por el Movimiento Progresista, Miguel Ángel Mancera, ofreció crear la secretaría de ciencia, tecnología e innovación a nivel local.
El tema del posdebate-Rocha
¿Reconvencidos y reindecisos?
Magdalena Gómez
 
         El debate entre la candidata y los candidatos se desarrolló a retazos de temas fundamentales y con ausencia de otros que no fueron incluidos, lo cual me lleva a suponer que la llamada intención de voto no se movió o lo hizo muy poco. En general no se abordaron los cómos de las propuestas, pese a que algunos de los subtemas se orientaban en ese sentido, así que se constata que en los planteamientos generales hay dos proyectos, el de López Obrador, que plantea un cambio de modelo con mayor énfasis en la rectoría del Estado que en la privatización, sin excluir la participación de capital privado pero no en los sectores estratégicos. En contraste, tanto el PRI como el PAN se afilian a profundizar el neoliberalismo aun cuando cada uno pelea por alcanzar la Presidencia de la República; por ello observamos la obsesión de la candidata Vázquez Mota por señalar a Peña Nieto sus deficiencias en el gobierno del estado de México y corrió con suerte, pues sólo le señalaron a ella su ausentismo en la Cámara de Diputados y no sus errores como secretaria de Estado. Para quienes tenemos definido votar y hacerlo por AMLO y esperaríamos que otras y otros se sumaran en el mismo sentido, el debate permitió que se enfatizara como un proyecto y un candidato, ése si diferente.
No encontraron imputaciones dirigidas a su gestión pública. El subtema denominado Conservación fue escasamente abordado y es crucial en la definición de un cambio de rumbo. ¿Cuál sería su política en materia de ordenación y conservación del territorio? ¿Su política de subsidios para el campo, con criterios de conservación al medio ambiente? ¿Su política para lograr una explotación ordenada y sustentable de los recursos de los mares mexicanos? ¿Qué medidas tomaría para frenar la deforestación y recuperar los recursos naturales renovables del país? De todos los temas seleccionados para el debate, éste sería el que guarda mayor cercanía con la problemática de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, por supuesto con una reformulación de sus conceptos.
Me llamó la atención la centralidad del petróleo y de Pemex y la ausencia del impacto de la minería, porque de pronto pareciera que nuestro país es una isla que se mueve en el fango de la corrupción interna y el factor del capital transnacional se diluye. Con mucho la Semarnat, con sus manifestaciones de impacto ambiental favorables para otorgar concesiones mineras a empresas canadienses, debería someterse a un escrutinio a fondo. De igual forma no aparecen las determinaciones del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo condicionando préstamos para financiar programas sociales. Todo ello, capital trasnacional e instituciones financieras mundiales deben visibilizarse para abordar la viabilidad del cambio en un plazo tan corto como es un sexenio.
Por otra parte, a propósito de los reconvencidos, hay que señalar que no es un concepto unilineal, pues los hay con decisión de no votar. Una organización tan emblemática como Tlachinollan de Guerrero ha publicado un artículo fuerte titulado ¿Con qué autoridad moral nos piden el voto? Y ofrece un recuento de daños muy amplio, sin que aparezca matiz alguno respecto a la y los aspirantes a la Presidencia de la República.
Hay otros sectores de los movimientos sociales en esa posición y otros que siendo críticos, como la Red Nacional Todos los Derechos para Todas y Todos, no llaman a no votar y señalan la ausencia de los derechos humanos y ofrecen una agenda mínima con propuestas de compromisos (que, por cierto, en el caso indígena solicitan la revisión de la reforma constitucional en términos de los hoy incumplidos acuerdos de San Andrés y cancelar los proyectos de desarrollo de gran escala que hayan sido diseñados sin consultar a las y los afectados, y afecten las tierras y los territorios de los pueblos indígenas; con ambos planteamientos estamos de acuerdo, sólo que entrañan la intervención del Poder Legislativo y aun así el segundo planteamiento requiere de un análisis más complejo; sólo recordemos las limitaciones actuales del derecho a la consulta).
La cuestión es medir si los reconvencidos del abstencionismo impactan en las definiciones del electorado potencial, porque evidentemente no lo hacen respecto al voto duro de la y los aspirantes. En otras palabras: ¿cuál sería la tipología de los llamados indecisos? ¿Lo son porque están analizando con atención las propuestas, en el mejor de los casos? ¿Lo son porque no quieren arriesgar su voto y pragmáticamente esperan decidir en último momento a favor de quien aparezca con mayor fuerza? Ojalá que así sea y en debates reales, fuera de los organizados por el Instituto Federal Electoral, se avance en la problematización de las propuestas y también que conozcamos qué proponen quienes aspiran a integrar el Poder Legislativo. ¿Quiénes son? Todo se vale en las democracias precarias, hasta la votación y anulación diferenciada.
Posdebate del posdebate-Fisgón
La construcción de realidades
Javier Flores
 
         ¿Quién ganó el debate entre los candidatos a la presidencia de México? Ante esta pregunta, encontraremos varias respuestas. Unos dirán que fue Andrés Manuel López Obrador, otros que Enrique Peña Nieto, no faltarán quienes afirmen que el vencedor fue Gabriel Quadri y algunos más afirmarán que la ganadora fue Josefina Vázquez Mota. Pero yo no me voy a referir aquí estrictamente a este tema, sobre el cual ya corre mucha tinta y seguramente en los próximos días habrá aún más, sino a otro que me parece de gran importancia: la invención de realidades, o quizá sea mejor decir la suplantación de la realidad.
Después del debate, que como muchos mexicanos tuve la oportunidad de ver por la televisión, se organizaron programas con representantes de los candidatos, y otros con científicos sociales, periodistas y varios expertos para analizar concienzudamente lo acontecido. En uno de ellos, se formuló a los participantes una pregunta que me pareció sorprendente, algo así como: Doctor fulano de tal, ¿qué fue lo que vimos?. El especialista con el ceño fruncido, por efecto de las profundas reflexiones que se agolpaban en su entendimiento, dijo algo esencialmente aburrido y concluyó mencionando al candidato que a su juicio había ganado. Se trata de una imagen preciosa, pues ilustra cómo alguien tiene que venir a decirnos lo que vimos con nuestros propios ojos, escuchamos con nuestros oídos y procesamos con nuestro cerebro. Los titulares de los diarios, los programas de televisión y los analistas, movidos esencialmente por el dinero, nos dirán lo que vimos, es decir, construirán una realidad normalizada, que será completamente ajena a lo que realmente pasó.
Otro ejemplo, es lo que ocurre en las redes sociales, como Facebook y Twitter. El segundo comenzó siendo un medio de expresión espontánea y pronto se reveló como un instrumento novedoso de crítica frente al poder. Estuvo primero en la mira de los afanes prohibicionistas y de control –y lo sigue estando– y, ante el fracaso de éstos, se decidió anular su influencia invirtiendo dinero para suplantar esa realidad. De este modo parecen los trolls generados por personas a sueldo o por computadoras, que envían mensajes repetitivos para alabar o denostar a algunos políticos. Así, de la nada, los candidatos que en principio eran fuertemente criticados, cuentan ahora con miles de seguidores. Se pretende cambiar así una realidad por otra comprada. Es importante mencionar el esfuerzo realizado por investigadores serios de la Universidad Nacional Autónoma de México, como el doctor Ricardo Mansilla, quien ha creado un algoritmo con el cual es posible detectar y eliminar parte de esa abundante basura, cuyos resultados se publican minuto a minuto en La Jornada.
La suplantación de realidades es una práctica común en los círculos del poder. Por ejemplo, ante la pregunta de quién asesinó al presidente John F. Kennedy, nadie sabe la respuesta hasta ahora; no obstante, se construyó una realidad en la que un asesino solitario, Lee Harvey Oswald, disparó contra el mandatario, éste siempre lo negó, pero fue ultimado por Jack Rubi y ya no se supo más… Hablando de magnicidios, en el caso de México, recuerdo un artículo del gran periodista mexicano Miguel Ángel Granados Chapa, cuyo título era algo así como los tres Aburtos haciendo referencia a la extraordinaria metamorfosis física del asesino de Luis Donaldo Colosio.
Pero volviendo al tema de las elecciones en México, otro caso, al que ya me he referido aquí en varias ocasiones, es el de las encuestas electorales, las cuales, en general, siempre omiten un dato esencial ¿quién las paga?, sus representantes se disfrazan de solemnidad y seriedad, organizan y asisten a congresos, y por supuesto, a programas de televisión. Su función consiste en crear una realidad artificial creando la percepción de que un candidato es el que inevitablemente va a ganar. Regresando a la pregunta inicial, ¿quién ganó el debate?, algunos analistas transfieren la respuesta, nada menos que a esas casas encuestadoras, es decir, se espera a ver, de qué manera, el primer debate modifica las preferencias electorales surgidas de esos sondeos. Entonces, ya podemos imaginar el resultado.
Surgen varias preguntas en el caso de las elecciones presidenciales: ¿Para qué suplantar la realidad? ¿Cuáles son los objetivos que llevan a hacerlo? Una hipótesis para responder a ellas, es que existe la necesidad de ajustar los resultados con la realidad ficticia que se construye. Dicho en otras palabras, se diseña un escenario, primero, para crear la percepción de un resultado inevitable y, luego, porque existe la tentación, que está latente a pesar de las amargas experiencias del pasado reciente, de justificar la manipulación de la voluntad de los votantes apoyados en esa falsa realidad. Espero sinceramente estar equivocado.

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