Política intervenida
JVM, EPN, AMLO y GQ.
Foto: O. Gómez, A. Saldívar, E Miranda, G. Canseco
Foto: O. Gómez, A. Saldívar, E Miranda, G. Canseco
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En la presente campaña electoral se buscan el impacto, lo llamativo y la espectacularidad de las imágenes. El objetivo es obtener titulares simplificadores o crónicas de tipo deportivo más que información; imágenes que por sí mismas dicen poco y no explican nada, en lugar de discusión razonada, diálogo y crítica de contenidos. Gana el round el que hace más ruido, no el que se define mejor. Se ridiculiza al adversario con aseveraciones sin fundamento o con ataques personales. Se usan las palabras más rimbombantes con los significados más vagos. Así, los discursos comienzan a parecerse, y las posiciones de fondo, a borrarse. La campaña electoral, en lugar de servir de escuela de democracia, se transforma en prolongación de la manipulación mediática más despiadada.
Sin embargo, la simulación tiene un límite, y es precisamente más allá de ese límite donde se revela el verdadero programa de los candidatos y sus partidos: en la confrontación entre el hecho y el dicho.
Intentemos por un momento romper la algarabía y la lluvia de frases homéricas observando las reacciones de los candidatos en momentos definitorios. Es decir, tratemos de recobrar la razón crítica para elegir primero en la mente y sólo después en las urnas. AMLO tiene una propuesta esencialmente diferente a las del PAN y el PRI, los que defienden otra visión. Se trata de dos concepciones opuestas en la prioridad de los problemas y sus soluciones. Pero esa diferencia no ha penetrado en la opinión pública, porque la modalidad dictada por los medios de difusión impide la percepción de las diferencias esenciales.
Con la nacionalización del petróleo en Argentina apareció diáfano el contraste entre Andrés Manuel López Obrador con la izquierda, y los candidatos del PRI y del PAN.
El lunes 16 de abril Cristina Fernández anunció la decisión de su gobierno de expropiar 51% de la empresa YPF Repsol. El martes 17 López Obrador declaró: “No tengo por qué definir una postura. Somos respetuosos de la decisión que toman otros gobiernos y de la política internacional de la no intervención y autodeterminación de los pueblos”. Y agregó: “El gobierno federal debe explicar ‘los privilegios’ que ha dado aquí a esa empresa de capital español. La política de Pemex ha sido muy errática…”. Interrogado en una reunión con empresarios, ratificó que, en caso de llegar a la Presidencia, no privatizaría Pemex.
En cambio, Peña Nieto y Vázquez Mota se declararon tajantemente en contra de la nacionalización argentina. Peña Nieto dijo: “México ha perdido tiempo y tiene que despartidizar las políticas en materia energética y permitir a los particulares invertir en exploración, explotación y refinamiento”. Vázquez Mota criticó la nacionalización de YPF Repsol y se declaró “dispuesta a bursatilizar poco menos de 51% de las acciones de Pemex mediante bonos ciudadanos para capitalizarlo”. Más explícito, el presidente Felipe Calderón señaló el 16 de abril en el Foro Económico Mundial para América Latina: “No es un acto racional (…) espero que se rectifique esa lamentable acción que no lleva a nada (…) la decisión es violatoria de los acuerdos y tratados que se tienen (…) si se quiere un crecimiento con empleo en los pueblos del continente el camino no es ni el proteccionismo ni las expropiaciones, el camino es el comercio, el intercambio, las inversiones recíprocas (…) esas medidas [las nacionalizaciones] finalmente vamos a acabar lamentándolas”.
Si bien el problema es aparentemente de política internacional, en realidad es de principios, o sea referente a la concepción del mundo actual. El presidente panista, además, expresó con bastante claridad: “Evidentemente esa decisión también afecta el patrimonio de los mexicanos, en una medida ciertamente menor (…) A mí me parece que es una cuestión de principios, y también de legalidad un poco, porque se trata de medidas que ya estaban, de alguna manera, descartadas en el contexto de un mundo global y de un mundo de certidumbre”. Es decir, el mundo de “certidumbre” global descarta la soberanía de las naciones sobre sus recursos naturales (que por cierto es un principio aprobado por la ONU).
La privatización de Pemex es una de las “reformas estructurales” demandadas desde hace mucho por el FMI, y los cinco presidentes anteriores han tratado de ponerla en práctica abriendo de par en par la empresa estatal a los grandes capitales. Hoy, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota han dejado muy claro que si llegan a la Presidencia seguirán en el esfuerzo por privatizar a Pemex, medida que hasta ahora sólo la vigilancia y la acción popular han impedido.
Mientras AMLO se coloca en la defensa de los intereses nacionales, Peña Nieto y Vázquez Mota se alinean con el FMI y el capital trasnacional. A ese ejemplo podrían agregarse el del aumento a la cuota del FMI, que no reporta beneficio alguno a la nación y que el 12 de abril pasó en las Cámaras, fast track, aprobado por la coalición PRI-PAN. También podríamos citar la aprobación, el 28 de marzo, de la reforma al artículo 24 constitucional por el PRI, el PAN y el PVEM, contra el voto de la izquierda. Las dos posiciones están claras: el elector debe elegir una y no fijarse tanto en los exabruptos de la hija de Peña Nieto, en los lapsus lingue de Vázquez Mota o en los silencios de AMLO.
Sin embargo, la simulación tiene un límite, y es precisamente más allá de ese límite donde se revela el verdadero programa de los candidatos y sus partidos: en la confrontación entre el hecho y el dicho.
Intentemos por un momento romper la algarabía y la lluvia de frases homéricas observando las reacciones de los candidatos en momentos definitorios. Es decir, tratemos de recobrar la razón crítica para elegir primero en la mente y sólo después en las urnas. AMLO tiene una propuesta esencialmente diferente a las del PAN y el PRI, los que defienden otra visión. Se trata de dos concepciones opuestas en la prioridad de los problemas y sus soluciones. Pero esa diferencia no ha penetrado en la opinión pública, porque la modalidad dictada por los medios de difusión impide la percepción de las diferencias esenciales.
Con la nacionalización del petróleo en Argentina apareció diáfano el contraste entre Andrés Manuel López Obrador con la izquierda, y los candidatos del PRI y del PAN.
El lunes 16 de abril Cristina Fernández anunció la decisión de su gobierno de expropiar 51% de la empresa YPF Repsol. El martes 17 López Obrador declaró: “No tengo por qué definir una postura. Somos respetuosos de la decisión que toman otros gobiernos y de la política internacional de la no intervención y autodeterminación de los pueblos”. Y agregó: “El gobierno federal debe explicar ‘los privilegios’ que ha dado aquí a esa empresa de capital español. La política de Pemex ha sido muy errática…”. Interrogado en una reunión con empresarios, ratificó que, en caso de llegar a la Presidencia, no privatizaría Pemex.
En cambio, Peña Nieto y Vázquez Mota se declararon tajantemente en contra de la nacionalización argentina. Peña Nieto dijo: “México ha perdido tiempo y tiene que despartidizar las políticas en materia energética y permitir a los particulares invertir en exploración, explotación y refinamiento”. Vázquez Mota criticó la nacionalización de YPF Repsol y se declaró “dispuesta a bursatilizar poco menos de 51% de las acciones de Pemex mediante bonos ciudadanos para capitalizarlo”. Más explícito, el presidente Felipe Calderón señaló el 16 de abril en el Foro Económico Mundial para América Latina: “No es un acto racional (…) espero que se rectifique esa lamentable acción que no lleva a nada (…) la decisión es violatoria de los acuerdos y tratados que se tienen (…) si se quiere un crecimiento con empleo en los pueblos del continente el camino no es ni el proteccionismo ni las expropiaciones, el camino es el comercio, el intercambio, las inversiones recíprocas (…) esas medidas [las nacionalizaciones] finalmente vamos a acabar lamentándolas”.
Si bien el problema es aparentemente de política internacional, en realidad es de principios, o sea referente a la concepción del mundo actual. El presidente panista, además, expresó con bastante claridad: “Evidentemente esa decisión también afecta el patrimonio de los mexicanos, en una medida ciertamente menor (…) A mí me parece que es una cuestión de principios, y también de legalidad un poco, porque se trata de medidas que ya estaban, de alguna manera, descartadas en el contexto de un mundo global y de un mundo de certidumbre”. Es decir, el mundo de “certidumbre” global descarta la soberanía de las naciones sobre sus recursos naturales (que por cierto es un principio aprobado por la ONU).
La privatización de Pemex es una de las “reformas estructurales” demandadas desde hace mucho por el FMI, y los cinco presidentes anteriores han tratado de ponerla en práctica abriendo de par en par la empresa estatal a los grandes capitales. Hoy, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota han dejado muy claro que si llegan a la Presidencia seguirán en el esfuerzo por privatizar a Pemex, medida que hasta ahora sólo la vigilancia y la acción popular han impedido.
Mientras AMLO se coloca en la defensa de los intereses nacionales, Peña Nieto y Vázquez Mota se alinean con el FMI y el capital trasnacional. A ese ejemplo podrían agregarse el del aumento a la cuota del FMI, que no reporta beneficio alguno a la nación y que el 12 de abril pasó en las Cámaras, fast track, aprobado por la coalición PRI-PAN. También podríamos citar la aprobación, el 28 de marzo, de la reforma al artículo 24 constitucional por el PRI, el PAN y el PVEM, contra el voto de la izquierda. Las dos posiciones están claras: el elector debe elegir una y no fijarse tanto en los exabruptos de la hija de Peña Nieto, en los lapsus lingue de Vázquez Mota o en los silencios de AMLO.
Debates, futbol y golpismo televisivo
Salinas y Azcárraga, dueños de TV Azteca y Televisa, respectivamente.
Foto: Octavio Gómez
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- Existen suficientes muestras del descontento de Televisa y TV Azteca, los señores feudales del espectro radioeléctrico, frente a la reforma electoral del 2007. Desde entonces, decidieron enfrentarse al sistema político en un ensayo de golpismo televisivo, a la usanza de dictaduras militares.
Con su ejército de comentaristas, comentócratas y periodistas dóciles al guión se enfrentaron en el Senado a los legisladores. Después desafiaron al IFE y a los partidos. Hipócritas, como siempre, al mismo tiempo que criticaban “la partidocracia” promovieron a empleados, hijos, hermanas y especialistas afines a sus intereses para que formaran parte de la telebancada. Desde 2009 y, más en 2012, la telebancada está presente en varios partidos.
En vísperas de las elecciones presidenciales del 2012, arreciaron sus ataques a un IFE debilitado; además, promovieron en el Congreso una contrarreforma en medio de su apoyo explícito y mutuo a Enrique Peña Nieto y a Josefina Vázquez Mota.
No es casual esta “alianza” masoquista. Tanto Peña Nieto como Vázquez Mota se comprometieron ante los concesionarios a cambiar la reforma electoral del 2007. La razón del descontento de las televisoras es muy simple: perdieron 3 mil 500 millones de pesos en el mercado de la compra-venta de spots que ahora deben ser utilizados en los tiempos del Estado.
Astutos y conscientes de la impunidad que han tenido durante la última década, Televisa y TV Azteca decidieron desafiar a la autoridad electoral y a la Constitución misma negándose a transmitir el próximo debate entre los candidatos presidenciales, previsto para el domingo 6 de mayo.
El pretexto es el fútbol. La industria y el negocio del balompié mexicano no sólo están dominados y sojuzgados por los intereses del duopolio televisivo. La propia Federación Mexicana de Futbol se ha convertido en rehén de Televisa y TV Azteca. Lo que menos les interesa son los aficionados o las audiencias. Su interés es convertir el futbol en un negocio alterno con los gobiernos de los estados –la mayoría priistas- para resarcir lo perdido con la hipercomercialización de las campañas políticas.
Así lo escribió Roberto Zamarripa en su artículo “Liga de la Indecencia”, publicado en Reforma, el lunes 30 de abril:
“Los llamados torneos cortos han venido acompañados del surgimiento del equipos en plazas modestas como Jaguares de Chiapas, Gallos de Querétaro, Xolos de Tijuana, Atlante en Cancún o Necaxa en Aguascalientes, constituidos bajo opacos acuerdos entre gobiernos estatales, televisoras y directivos.
Equipos fabricados para los torneos cortos con el propósito de que llegaran a liguillas en temporada electoral. En la fórmula, los gobernadores regalaron dinero público, dispensaron a empresarios de impuestos que el resto de los ciudadanos y hombres de negocio sí tienen que pagar y al final perdieron todos. Las teles no tuvieron más rating, los equipos no llegaron los estadios, los políticos perdieron las elecciones y el pueblo quedó más pobre”.
Este es el contexto del reciente desafío expresado por Ricardo Salinas Pliego, el accionista mayoritario de TV Azteca, quien se negó a transmitir el debate presidencial el próximo 6 de mayo. Con la prepotencia que caracteriza a este invento empresarial del sexenio salinista, el propietario de Grupo Salinas escribió en su cuenta de Twitter:
“Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los rating al día siguiente”.
Su socio, Emilio Azcárraga Jean, el barón de Televisa, escribió en su propia cuenta de Twitter:
“Aclarando las dudas… Morelia vs. Tigres no lo transmite Televisa, lo transmite TV Azteca”.
¿De cuándo acá el dueño de Televisa promoviendo a su supuesto competidor en la televisión y en el negocio del futbol?
Es claro que no se trata de rating, de futbol ni de ganar audiencias. Se trata de una nueva demostración de poder. Ninguno de los más de 80 partidos de futbol ha sido transmitido a las 20 horas en domingo. Es otra muestra más del espíritu golpista que rodea a los dueños de las dos televisoras.
Ellos creen que son los dueños del balón, de la cancha, de los jugadores y del rating de todo lo relacionado con la política, el deporte y el espectáculo.
La única resistencia clara a este desafío se generó entre los usuarios de Twitter que entre el lunes 30 de abril y el martes 1 de mayo generaron un Trending Topic con los hashtag:
#NoVeasTVAzteca, #QueremosDebateNoFutbol, #ExijoalIFEDebateenCadenaNacional y #PorNadaMePierdoElDebate.
Soberbios como son, los señores feudales de la televisión menosprecian la reacción en redes sociales y confían en que van a humillar a los consejeros del IFE.
Lo más sorprendente es el silencio cómplice de los candidatos presidenciales del PAN y del PRI. Si aceptan este nuevo desafío golpista de las televisoras, lo único que queda claro es que ellos también forman parte de este grosero desafío electoral.
www.homozapping.com.mx
El caso de Regina es de esos acaecimientos lamentables que muestran, al mismo tiempo, muchas de las aristas de una situación que ha costado miles de muertes y que sigue sin ser corregida, como es la violencia generada por el fracaso en la lucha contra el crimen organizado.
Una de estas aristas es la situación que viven aquellos reporteros que trabajan en las zonas más peligrosas del país, donde la labor de informar se ha convertido en una tarea de alto riesgo para ellos y sus familias.
Hasta no hace mucho, coincidentemente desde el cambio de gobernador, Xalapa era una ciudad relativamente tranquila para los estándares de Veracruz. La violencia estaba concentrada más en la costa, desde Tamaulipas hasta Oaxaca, donde la presencia del crimen organizado es más que evidente y la información que de ahí fluye siempre esta cargada de violencia.
Con el cambio de gobierno, el ambiente se enturbió en Xalapa y en todo el estado. Los reporteros comenzaron a recibir amenazas y algunos prefirieron incluso dejar el estado tras los asesinatos violentos de cuatro compañeros suyos en 2011, y la actitud autoritario del gobierno del estado que incluso llegó a meter en prisión a tuiteros que difundieron precisamente la atmósfera de violencia en la entidad.
El miedo y la indefensión crecieron y se convirtieron en una desgracia para muchos de los reporteros en su diaria labor informativa.
Fue tal la vulnerabilidad que muchos de ellos sintieron ante el crimen organizado y las autoridades coludidas, que muchos, incluidos sus medios, dejaron de publicar algunos hechos violentos para no sufrir consecuencias directamente o a sus familias de las amenazas que les llegaban por distintas vías.
A pesar de ello, algunos de estos reporteros y reporteras, mantuvieron su decisión de seguir informando sin buscar la fama o el reconocimiento de los premios. Simple y sencillamente lo hicieron para cumplir con su compromiso de informar a la sociedad lo que esta ocurriendo en esos lugares transformados en infiernos. Ese fue el caso de Regina Martínez.
El trabajo de este grupo de reporteros cobró un alto valor y se convirtió en acto heroico no sólo por alto riesgo que corrieron –y siguen corriendo–, para seguir informando, sino porque ofrecían datos claves y relevantes para entender lo que pasaba en todo el estado de Veracruz, donde los grupos del crimen organizado se han declarado la guerra para controlar esta zona estratégica, bajo la indolencia de las autoridades.
Situaciones similares vienen ocurriendo en otros sitios, en otras regiones, ciudades o comunidades del país, donde las y los reporteros locales trabajan en condiciones adversas, en un peligro constante para ellos y sus familias, y además sin seguro de vida, sin contratos, seguro social o salarios dignos.
En este entorno completamente adverso y hostil, poco pueden hacer para proteger a los periodistas los protocolos de seguridad o leyes de protección como la recientemente aprobada en la Cámara de Diputados, sino no se resuelve de fondo el problema del crimen organizado y la corrupción de las autoridades municipales, estatales y federales.
La vulnerabilidad y la hostilidad no son condiciones producidas por el reportero en su oficio de informar. Es producto de la ineficacia de los gobiernos que no han garantizado a la ciudadanía una de las principales funciones por la que fueron electos.
Regina Martínez, antes que reportera era una ciudadana que tenía el derecho de ser protegida. El sábado 28 de abril entraron a su casa, la golpearon y asfixiaron, fue asesinada y con eso acallaron una voz, truncaron la carrera de una mujer que había elegido como trabajo informar a la ciudadanía a pesar de los riesgos que existen y que hoy siguen corriendo otros reporteros y reportaras que, como, ella han optado por la misma senda.
Con su ejército de comentaristas, comentócratas y periodistas dóciles al guión se enfrentaron en el Senado a los legisladores. Después desafiaron al IFE y a los partidos. Hipócritas, como siempre, al mismo tiempo que criticaban “la partidocracia” promovieron a empleados, hijos, hermanas y especialistas afines a sus intereses para que formaran parte de la telebancada. Desde 2009 y, más en 2012, la telebancada está presente en varios partidos.
En vísperas de las elecciones presidenciales del 2012, arreciaron sus ataques a un IFE debilitado; además, promovieron en el Congreso una contrarreforma en medio de su apoyo explícito y mutuo a Enrique Peña Nieto y a Josefina Vázquez Mota.
No es casual esta “alianza” masoquista. Tanto Peña Nieto como Vázquez Mota se comprometieron ante los concesionarios a cambiar la reforma electoral del 2007. La razón del descontento de las televisoras es muy simple: perdieron 3 mil 500 millones de pesos en el mercado de la compra-venta de spots que ahora deben ser utilizados en los tiempos del Estado.
Astutos y conscientes de la impunidad que han tenido durante la última década, Televisa y TV Azteca decidieron desafiar a la autoridad electoral y a la Constitución misma negándose a transmitir el próximo debate entre los candidatos presidenciales, previsto para el domingo 6 de mayo.
El pretexto es el fútbol. La industria y el negocio del balompié mexicano no sólo están dominados y sojuzgados por los intereses del duopolio televisivo. La propia Federación Mexicana de Futbol se ha convertido en rehén de Televisa y TV Azteca. Lo que menos les interesa son los aficionados o las audiencias. Su interés es convertir el futbol en un negocio alterno con los gobiernos de los estados –la mayoría priistas- para resarcir lo perdido con la hipercomercialización de las campañas políticas.
Así lo escribió Roberto Zamarripa en su artículo “Liga de la Indecencia”, publicado en Reforma, el lunes 30 de abril:
“Los llamados torneos cortos han venido acompañados del surgimiento del equipos en plazas modestas como Jaguares de Chiapas, Gallos de Querétaro, Xolos de Tijuana, Atlante en Cancún o Necaxa en Aguascalientes, constituidos bajo opacos acuerdos entre gobiernos estatales, televisoras y directivos.
Equipos fabricados para los torneos cortos con el propósito de que llegaran a liguillas en temporada electoral. En la fórmula, los gobernadores regalaron dinero público, dispensaron a empresarios de impuestos que el resto de los ciudadanos y hombres de negocio sí tienen que pagar y al final perdieron todos. Las teles no tuvieron más rating, los equipos no llegaron los estadios, los políticos perdieron las elecciones y el pueblo quedó más pobre”.
Este es el contexto del reciente desafío expresado por Ricardo Salinas Pliego, el accionista mayoritario de TV Azteca, quien se negó a transmitir el debate presidencial el próximo 6 de mayo. Con la prepotencia que caracteriza a este invento empresarial del sexenio salinista, el propietario de Grupo Salinas escribió en su cuenta de Twitter:
“Si quieren debate, véanlo por Televisa, si no, vean el fútbol por Azteca. Yo les paso los rating al día siguiente”.
Su socio, Emilio Azcárraga Jean, el barón de Televisa, escribió en su propia cuenta de Twitter:
“Aclarando las dudas… Morelia vs. Tigres no lo transmite Televisa, lo transmite TV Azteca”.
¿De cuándo acá el dueño de Televisa promoviendo a su supuesto competidor en la televisión y en el negocio del futbol?
Es claro que no se trata de rating, de futbol ni de ganar audiencias. Se trata de una nueva demostración de poder. Ninguno de los más de 80 partidos de futbol ha sido transmitido a las 20 horas en domingo. Es otra muestra más del espíritu golpista que rodea a los dueños de las dos televisoras.
Ellos creen que son los dueños del balón, de la cancha, de los jugadores y del rating de todo lo relacionado con la política, el deporte y el espectáculo.
La única resistencia clara a este desafío se generó entre los usuarios de Twitter que entre el lunes 30 de abril y el martes 1 de mayo generaron un Trending Topic con los hashtag:
#NoVeasTVAzteca, #QueremosDebateNoFutbol, #ExijoalIFEDebateenCadenaNacional y #PorNadaMePierdoElDebate.
Soberbios como son, los señores feudales de la televisión menosprecian la reacción en redes sociales y confían en que van a humillar a los consejeros del IFE.
Lo más sorprendente es el silencio cómplice de los candidatos presidenciales del PAN y del PRI. Si aceptan este nuevo desafío golpista de las televisoras, lo único que queda claro es que ellos también forman parte de este grosero desafío electoral.
www.homozapping.com.mx
La indefensión
Repudian asesinato de Regina Martínez en Xalapa.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
Para Regina in memoriam
MÉXICO, D.F. (apro).- El asesinato de nuestra compañera Regina Martínez en Xalapa, Veracruz, es una muestra más de la situación de vulnerabilidad que viven todos aquellos reporteros que día a día se juegan la vida informando desde la línea de fuego, la tragedia que desde hace seis años vive el país y que se traduce en una ola de violencia con miles de muertos y desaparecidos en su cima.El caso de Regina es de esos acaecimientos lamentables que muestran, al mismo tiempo, muchas de las aristas de una situación que ha costado miles de muertes y que sigue sin ser corregida, como es la violencia generada por el fracaso en la lucha contra el crimen organizado.
Una de estas aristas es la situación que viven aquellos reporteros que trabajan en las zonas más peligrosas del país, donde la labor de informar se ha convertido en una tarea de alto riesgo para ellos y sus familias.
Hasta no hace mucho, coincidentemente desde el cambio de gobernador, Xalapa era una ciudad relativamente tranquila para los estándares de Veracruz. La violencia estaba concentrada más en la costa, desde Tamaulipas hasta Oaxaca, donde la presencia del crimen organizado es más que evidente y la información que de ahí fluye siempre esta cargada de violencia.
Con el cambio de gobierno, el ambiente se enturbió en Xalapa y en todo el estado. Los reporteros comenzaron a recibir amenazas y algunos prefirieron incluso dejar el estado tras los asesinatos violentos de cuatro compañeros suyos en 2011, y la actitud autoritario del gobierno del estado que incluso llegó a meter en prisión a tuiteros que difundieron precisamente la atmósfera de violencia en la entidad.
El miedo y la indefensión crecieron y se convirtieron en una desgracia para muchos de los reporteros en su diaria labor informativa.
Fue tal la vulnerabilidad que muchos de ellos sintieron ante el crimen organizado y las autoridades coludidas, que muchos, incluidos sus medios, dejaron de publicar algunos hechos violentos para no sufrir consecuencias directamente o a sus familias de las amenazas que les llegaban por distintas vías.
A pesar de ello, algunos de estos reporteros y reporteras, mantuvieron su decisión de seguir informando sin buscar la fama o el reconocimiento de los premios. Simple y sencillamente lo hicieron para cumplir con su compromiso de informar a la sociedad lo que esta ocurriendo en esos lugares transformados en infiernos. Ese fue el caso de Regina Martínez.
El trabajo de este grupo de reporteros cobró un alto valor y se convirtió en acto heroico no sólo por alto riesgo que corrieron –y siguen corriendo–, para seguir informando, sino porque ofrecían datos claves y relevantes para entender lo que pasaba en todo el estado de Veracruz, donde los grupos del crimen organizado se han declarado la guerra para controlar esta zona estratégica, bajo la indolencia de las autoridades.
Situaciones similares vienen ocurriendo en otros sitios, en otras regiones, ciudades o comunidades del país, donde las y los reporteros locales trabajan en condiciones adversas, en un peligro constante para ellos y sus familias, y además sin seguro de vida, sin contratos, seguro social o salarios dignos.
En este entorno completamente adverso y hostil, poco pueden hacer para proteger a los periodistas los protocolos de seguridad o leyes de protección como la recientemente aprobada en la Cámara de Diputados, sino no se resuelve de fondo el problema del crimen organizado y la corrupción de las autoridades municipales, estatales y federales.
La vulnerabilidad y la hostilidad no son condiciones producidas por el reportero en su oficio de informar. Es producto de la ineficacia de los gobiernos que no han garantizado a la ciudadanía una de las principales funciones por la que fueron electos.
Regina Martínez, antes que reportera era una ciudadana que tenía el derecho de ser protegida. El sábado 28 de abril entraron a su casa, la golpearon y asfixiaron, fue asesinada y con eso acallaron una voz, truncaron la carrera de una mujer que había elegido como trabajo informar a la ciudadanía a pesar de los riesgos que existen y que hoy siguen corriendo otros reporteros y reportaras que, como, ella han optado por la misma senda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario