Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 16 de mayo de 2012

Serenidad - Un oxímoron llamado Peña Nieto- Ni porros ni acarreados

Un oxímoron llamado Peña Nieto
José Steinsleger
       
        A un lustro de la cabeza de Lenin rodando por los gélidos suelos de Moscú, los zapatistas ocuparon San Cristóbal de las Casas, y con base en mi experiencia (olvidarlo sería deshonesto), reaccioné con incredulidad y escepticismo.
Una vez más (y van…) los hechos probaron que estaba equivocado. La insurgencia chiapaneca interrumpió los acordes de la gran sinfonía neoliberal, y cerró la interrogante dibujada por Siqueiros en el mural de la UNAM: 1810, 1857, 1910, ¿199…?: Nunca más un México sin nosotros.
La rueda del tiempo siguió girando y conmueve pensar que en 1994, los chicos que en días pasados repudiaron la presencia del candidato presidencial Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, daban los primeros pasos o estaban terminando la escuela primaria. Oxímoron: en México no pasa nada.
¿Qué es un oxímoron? Del griego oxi (agudo) y morós (tonto), el oxímoron es una figura literaria de la retórica que consiste en usar dos conceptos de significados opuestos, en una sola expresión que los contradice. V.gr.: silencio elocuente, oscuridad brillante, realidad virtual, o la inventada por Groucho Marx: inteligencia militar.
No siendo exactamente un pleonasmo (la ví con mis propios ojos), los estudiantes de la Ibero oyeron con sus propios oídos a Peña Nieto, quien justificó la represión de los comuneros de Atenco en 2006. Ahí empezaron los silbidos.
¿No se supone que el primer anhelo de un político en campaña consiste en ganar a la gente? En la Ibero, Peña Nieto se manifestó como una suerte de oxímoron pleonástico: la contradictio in terminis, pero elevada al cubo.
Retomemos el otro oxímoron: en México no pasa nada. ¿Y en la Ibero? Algunos dicen que Peña Nieto se lamentó con sus asesores: ¿no que veníamos a la Anáhuac? ¡Pero atención, izquierdas!: creer que la sumisión sin crítica ni resistencia es rasgo esencial de los que estudian en las universidades privadas, también equivale a estupidez.
En México, donde los jóvenes están muriendo con más celeridad que los viejos, los chicos de la Ibero no exigieron (como en otras épocas) lo imposible. Exigieron que el candidato abandone un recinto académico donde la inteligencia y la cultura son requisitos ineludibles para salvar al país de la debacle total.
Decía Walter Benjamin en un texto escrito en 1913: la máscara del adulto se llama experiencia. Y al oír a los politólogos de Televisa o el grupo Milenio, sus palabras se ajustan como anillo al dedo: “…de antemano (el adulto) desvaloriza sus años, los convierte en una época de simpáticas necedades, en una infantil embriaguez que precede a la larga sobriedad de la vida formal”.
¿Opiniones sesentistas? Bueno… El sesentista Paul McCartney, quien cumplirá setenta el mes entrante, movilizó en el estado Azteca y el Zócalo a 160 mil personas. Otro sesentista, Fidel, cumplirá 86 en agosto y sus reflexiones son leídas por millones. Y hace 45 años, un Che en harapos (ayer lo ví caminando por la calle), se abría paso con su machete en las selvas de Ñancahuazú, recitando en voz alta versos de León Felipe: “Yo he dicho solamente: no tengo podadera / ni tampoco un reloj de precisión que marque exactamente / los rítmicos latidos del poema / Pero sé la hora que es…”
Cuando Peña Nieto ingresó a la Ibero, el reloj marcó el principio del fin de su campaña. Los estudiantes dieron a entender que la política consiste en afrontar los problemas para más o menos resolverlos, y no en las vaguedades que prometen resolver todos los problemas de una vez.
La verdad es el camino de los jóvenes. Pues aunque todo lo pensado hasta ahora haya sido un error, también saben que existe la verdad. ¿Cuál? No la de los viejos severos, conservadores y crueles que quieren someterlos a la servidumbre de la vida. Y tampoco la indulgente y benévola de los liberales tolerantes que en complicidad con los asesinos, reclaman con hipocresía su derecho a pensar distinto.
Cierro con Henry Miller. En un ensayo sobre la obra literaria de Yukio Mishima, el autor de Primavera negra escribió:
“Hace mucho que el mundo puso en duda los valores, las creencias y las verdades que en otros tiempos sostuviera. Ahora más que nunca, en la historia humana, necesitamos preguntarnos –todos nosotros, santos, pecadores, mendigos, legisladores, militares– adónde vamos. ¿Podemos detenernos? ¿Podemos, de algún modo, hacer frente?... ¿O ya es muy tarde?”
Sigue: “Es muy alto el precio que debe pagarse por las comodidades aparentes y los adelantos que ofrece el mundo occidental. Dicho precio es la muerte, pero no en pequeña escala, sino al mayoreo…”
Maquilado para sonreír como el Guasón, eternamente, el rostro angustiado de Peña Nieto en la Ibero (ese rostro lindo, blanco, afable), se convirtió en el pronóstico más certero de lo que le aguarda en las urnas.
Naturalmente, es posible que los resultados le sean favorables. De ser así, sospecho que más de uno se encargará de recordar que en los años del gobierno saliente sólo hubo 60 mil muertos.

Realidad y encuestas-Helguera


Serenidad
Claudio Lomnitz
        El mundo está muy delicado. Las noticias de la semana deben de imprimir una actitud de gravedad, de serenidad y de búsqueda de consensos entre los candidatos a la Presidencia, y en la sociedad mexicana en su conjunto. ¿Por qué?
Todo indica que la recesión mundial se va a profundizar en los próximos meses. El problema comienza en Europa, que está en un punto de inflexión con la crisis griega, y la situación de España. Es posible que Grecia salga del euro y que eso genere un proceso que ponga en riesgo la supervivencia misma de esa moneda. Otra posibilidad es que el euro se devalúe, para mantener a Grecia y España en el sistema. O, si no, Grecia y España se mantendrán en el euro, Alemania evitará que se devalúe la moneda, pero la periferia europea, desde Irlanda hasta Grecia, tendrá que enfrentar una depresión severa y prolongada.
Como sea, las medidas de austeridad que se han adoptado en una serie de países han ido generando una ola autoritaria. En la periferia de Europa hay un buen número de democracias que se han volcado decididamente hacia el autoritarismo: Hungría, Ucrania, Rusia, Irán. Incluso Turquía, que tiene aún un régimen relativamente democrático, mantiene alrededor de 100 periodistas en la cárcel, apoyada en una reciente ley antiterrorista.
Bien se puede decir que, para los gobiernos autoritarios que han ido consolidándose, el respeto al abuso ajeno es la paz. Unos se apoyan con otros frente a cualquier queja contra violaciones a derechos humanos, violaciones a procedimientos democráticos o a derechos civiles.
Mientras, al interior de la Unión Europea han ido surgiendo grupos de ultraderecha que hace poco estaban fuera del espectro político. En la elección pasada, el partido fascista griego entró por primera vez al parlamento, con 6 por ciento del voto. En Francia, Marine Le Pen ganó 18 por ciento del voto, y la derecha dura se ha hecho fuerte en países que hasta hace poco fueron famosos por su tolerancia, como Holanda y Finlandia.
Por otra parte, hay ya bastantes señales de que la economía China comienza a estabilizarse (o, como dicen los economistas, a desacelerarse). La medida del fenómeno no está aún demasiado clara, pero los datos de consumo de electricidad y de tráfico comercial ferroviario de este mes sugieren que hay una desaceleración muy real y nada especulativa. Esa tendencia al estancamiento se prolongará seguramente si se profundiza la recesión europea o se devalúa el euro, ya que 18 por ciento de las exportaciones de China van a la Unión Europea. Un estancamiento en China prolongaría los bajos niveles de crecimiento de Estados Unidos, y detendría el crecimiento de varios países sudamericanos, comenzando por Brasil y Argentina.
Dado este panorama tan preocupante, importa, y mucho, que México sea un pulmón de democracia, de estabilidad, de justicia, y de sensatez. Es éste un buen momento para recordar las épocas más nobles de la historia contemporánea de México: su actitud ante los hechos cruentos del mundo de los años 30 y 40.
Viene a la mente, como ejemplo a seguir, la serenidad del general Cárdenas. Su firmeza militante ante el vendaval del fascismo, y también su distancia decidida ante el totalitarismo comunista. Su enfoque de estadista, que buscó combinar puntos fundamentales de reforma y justicia social –reforma agraria, nacionalización petrolera– con un rechazo al totalitarismo, apoyo a la libertad y a la democracia, construcción de una relación respetuosa y positiva con Estados Unidos y América Latina, y con el respeto a la estabilidad interna y a las diferencias internas de México, manifiesto en su apoyo a la candidatura de Manuel Ávila Camacho.
Y aun el general Ávila Camacho, desde la derecha de su partido, y con logros menos impresionantes que los de Cárdenas, tuvo, sin embargo, una actitud serena y positiva, sobre todo si se lo ve desde el mundo en que le tocó gobernar, el mundo de la Segunda Guerra Mundial.
El mundo está entrando en un periodo delicado. Es un momento en que hay que cuidar ante todo el medio ambiente, tanto social como físico –el agua, la tierra, el uso responsable de la energía– y buscar elementos fundamentales, universales, de bienestar. Es, también, un momento en que México tiene que tener firmeza y creatividad ante la violencia interna– ponerse a la cabeza de un movimiento internacional de reforma del negocio de las drogas y de la venta de armas. Es, sobre todo, un momento en que México tiene que estar atento a la realidad, listo para aprender, para aprovechar oportunidades y evitar malas costumbres; para fortalecer los espacios públicos y la vida pública. Es un momento en que hay que buscar cortesía y consideración para con el otro.
Es un momento para que los candidatos, los partidos políticos y la sociedad busquen serenidad y acuerdos fundamentales a nivel de democracia y derechos sociales.

México Violento-Ahumada


Ni porros ni acarreados
Carlos Martínez García
       Contundente respuesta dieron los estudiantes de la Universidad Iberoamericana a quienes los tildaron de porros y acarreados. Muy rápido reaccionaron ante las acusaciones de líderes priístas, que vieron en el grupo que se organizó para hacerle reclamos a Enrique Peña Nieto personas manipuladas y, acaso, hasta contratadas para reventar el acto del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Maestros en las malas artes de acarrear contingentes a sus mítines, ya sea con promesas de prebendas o amenazas de perder programas asistenciales, los del PRI vieron, en automático, en los estudiantes de la Ibero que le recordaron a Peña Nieto varias de sus tropelías, piquetes de vociferantes pagados. Detenidos en el tiempo, a los ideólogos priístas se les hace en extremo difícil aceptar que la sociedad civil mexicana es más exigente y crítica.
Tal vez la novedad en la Iberoamericana fue que un sector de quienes acudieron a la conferencia/acto de campaña de Enrique Peña Nieto se manifestó de forma inesperada para quienes los califican de niños/niñas bien, o como pirrurris. No lo dijeron así, pero en las acusaciones del equipo peñatiesta en contra de los abucheadores del ex gobernador del estado de México estaba latente el sentir de que expresiones como las articuladas en la Ibero son comprensibles en la UNAM, pero no donde se forman los hijos e hijas de personas de altos ingresos económicos.
Tal vez, en mi opinión, quienes han lanzado a la red el video en el cual se identifican por nombre, credencial y número de cuenta de la Ibero, para desmentir a sus causadores de extraños a la comunidad de esa casa de estudios, pudieron usar su creatividad para hacer que uno de ellos hiciera sus cuestionamientos de viva voz a Peña Nieto. ¿Qué tal haber comisionado a una estudiante de cara angelical, y sin nexos evidentes con la prole, para solicitar el micrófono y con lindas maneras lanzarle contundentes señalamientos a Enrique Peña?
La defensa cibernética de los y las estudiantes de la Ibero, donde reivindican su pleno derecho a disentir, ha dejado plenamente demostrado que ejercieron su capacidad crítica. Varios de ellos, que dieron la cara y datos acerca de su pertenencia a esa universidad, han comenzado a recibir, desde el anonimato, amenazas en su cuenta de Twitter. No hay que tomar esto como exabruptos sin posibles consecuencias, porque son expresión preocupante en un contexto nacional en el cual los intolerantes pasan de lo verbal a las agresiones físicas.
Ante la cruda experiencia en la Iberoamericana, Peña Nieto y sus protectores han fortalecido su decisión de blindarse. No nada más evaden acudir a debates en distintos medios de comunicación (sólo aceptaron participar en los seudo debates organizados por el IFE), ya anunciaron que para no distraer a las comunidades universitarias en las semanas finales de terminación del año escolar prefieren no hacerse presentes en los centros de educación superior. Conmueve tanta amabilidad y preocupación por el rendimiento estudiantil.
El descontento con la cultura priísta, que no nada más es distintiva del PRI, sino que se ha filtrado a otras fuerzas políticas, se manifiesta en prácticamente todos los sectores de la sociedad mexicana. Una de las premisas de esa cultura es tener por incapaces de juicios críticos a los ciudadanos. De hecho, el modelo paternalista, tan cuidadosamente construido por el priísmo, basa su existencia en la negación de la creación de personalidad democrática (ciudadanos conscientes de sus derechos y también sujetos de responsabilidades). Lo suyo es la antípoda de lo anterior: el corporativismo verticalista, el que, por desgracia, tiene presencia en algunas partes del PAN, el PRD y es evidente en el partido de Elba Esther Gordillo.
La clase política gobernante, ya sea federal, estatal o municipal, así como los integrantes del Poder Legislativo (en todos estos niveles ejercen el poder, o la representación popular, políticos de todos los partidos), debe estar a la altura de la ciudadanía que tiene memoria y descree de la verborrea que se desborda en las campañas electorales. Además de la pirotecnia verbal de Peña Nieto, el caso de Josefina Vázquez Mota es exasperante porque se presenta sin ligas con los regímenes de Fox y Calderón. Como una ciudadana independiente y diferente, cuando es parte de la clase gobernante panista que tiene en crisis a la nación mexicana.
Nota bene: Es de agradecer el artículo de Tanalís Padilla publicado ayer en estas páginas (Rubén Jaramillo: a 50 años de su muerte). Un dato fundamental que no se consigna en el escrito es que Jaramillo fue pastor metodista. En el compromiso de Rubén Jaramillo por luchar contra las injusticias existentes en México estuvo, de forma destacada, su entendimiento de la Biblia. La lectura de tal libro influyó preponderantemente en el personaje para luchar por que en el país corriera el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo (Amós 5:24).

Rubén Jaramillo: a 50 años de su muerte


Tanalís Padilla*

 
      Este 23 de mayo se cumplen 50 años del asesinato del líder campesino Rubén Jaramillo. Aquella tarde de 1962, un destacamento militar llegó a la casa de Jaramillo en Tlaquiltenango y lo secuestró junto con su mujer, Epifania, y sus tres hijos, Enrique, Filemón y Ricardo. Con disparos a quemarropa y tiros de gracia, los cinco cuerpos fueron hallados en las afueras de Xochicalco poco después.
Jaramillo no fue el primer líder agrario asesinado por el Estado. Ni sería el último. El siglo posrevolucionario ha estado marcado por una diversidad de movimientos y figuras populares cuya resistencia a la traición de los principios de la Revolución ha tenido un costo muy alto. Mucho antes de que la masacre de Tlatelolco revelara ante el mundo el mito de la pax-priísta, en el campo, la violencia de Estado se vivía de manera cotidiana.
Nacido en Morelos, la tierra de Zapata, durante dos décadas y media el movimiento jaramillista se caracterizó por su diversidad de tácticas. Jaramillo mismo y algunos de los campesinos que lucharon a su lado provenían de las filas revolucionarias zapatistas. Pero antes de que se retiraran, cuenta Jaramillo en su autobiografía, enterraron sus armas para volver a ellas si un día fuese necesario.
Ese día llegó antes de lo esperado cuando, en 1943, se acumularon las amenazas de muerte contra Jaramillo por su defensa de los derechos de obreros y de ejidatarios que trabajaban y vendían su caña al ingenio de Zacatepec, cooperativa construida a finales de la década de los treinta por el presidente Lázaro Cárdenas. En ese ingenio Jaramillo conoció a importantes dirigentes obreros como Mónico Rodríguez, cuya visión marxista contribuyó al desarrollo ideológico del líder campesino.
Esta visión puede verse reflejada en el Plan de Cerro Prieto, documento elaborado por los jaramillistas durante sus levantamientos armados. En él, hacen un minucioso análisis de los problemas estructurales que afectaban a México. Condenan la falta de voluntad política para resolverlos y expresan que, si se pretendía dar marcha atrás a los derechos otorgados por la Constitución de 1917, haría falta una nueva revolución con fines socialistas.
Gracias al apoyo de la población de Morelos, y a pesar de algunos enfrentamientos, el Ejército no logró capturar al líder rebelde y el gobierno optó mejor por amnistiarlo. Este espacio político permitió a los jaramillistas luchar por la vía electoral y en 1945 formaron el Partido Agrario-Obrero Morelense (PAOM), al frente del cual Jaramillo se lanzó como candidato a gobernador de Morelos en 1946 y otra vez en 1952. En esta última ocasión, el PAOM se afilió a la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), que a escala nacional impulsó la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán, antiguo general revolucionario que prometía regresar a la política cardenista.
En su plataforma electoral, los jaramillistas incluían una vasta gama de reformas políticas, económicas y sociales. Se llamaba a la protección del ejido, a la defensa de la clase obrera, al reconocimiento de los derechos de la mujer, y se hacían extensos llamados sobre reformas educativas que incluían el establecimiento de bibliotecas y de teatros al aire libre. Este Programa Mínimo del PAOM era menos radical que el Plan de Cerro Prieto y habría podido cumplirse dentro del marco constitucional vigente.
No obstante, el PRI no toleró la disidencia, y la campaña electoral jaramillista fue enfrentada con lo que ahora es una bien conocida y practicada guerra sucia: tildar al candidato de bandido, movilizar a los sectores oficialistas a través de instituciones como la CNC, fabricar votos, y una dosis selectiva, pero contundente, de represión. Ante la lucha legal de los jaramillistas el gobierno hacía uso de la fuerza ilegal.
No les quedaba otra; después de cada campaña, Jaramillo y sus más allegados volvían al monte para protegerse de la represión gubernamental. Desde la clandestinidad seguían movilizando y asesorando a los campesinos. Pero su presencia era siempre incómoda para un Estado que reclamaba a Zapata como héroe mientras reprimía a los que más fielmente defendían su legado. Así, cuando Adolfo López Mateos llegó al poder en 1958, como parte de su renovado discurso agrarista, otorgó amnistía a Jaramillo y a su mujer, que lo acompañaba tanto en la lucha armada como en la legal.
Con esta amnistía, Jaramillo intentó otro tipo de movilización pacífica: la gestión de tierras de los llanos de Michapa y Guarín, donde proponía formar un centro de población agrícola e industrial. Este incluiría parcelas familiares y pequeña industria para comercializar los cultivos que allí se sembrarían. Después de obtener el permiso del Departamento Agrario, los jaramillistas empezaron las obras en estos terrenos. En poco tiempo llegó el Ejército a removerlos. El potencial económico de Michapa y Guarín no había pasado desapercibido para un grupo de empresarios que ahora ambicionaba las tierras.
En las conmemoraciones del asesinato de Jaramillo que se hacen cada año se entremezclan viejas y nuevas generaciones. Nunca falta la presencia de Félix Serdán, quien luchó a su lado y, a sus 95 años, sigue cultivando su memoria. Ante el desolador paisaje que presenta el panorama nacional, es apremiante recordar a quienes nos han heredado una rica historia de resistencia, el mejor material para construir futuros caminos.
* Profesora de historia en Dartmouth College. Autora del libro Rural resistance in the land of Zapata: the jaramillista movement and the myth of the pax-priísta, 1940-1962 (Duke University Press, 2008).

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