Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 3 de agosto de 2012

Astillero- Poner el cuerpo, jugarse el alma, ganar la vida (el memorial de agravios de los estudiantes)-

Astillero
Cantaletas
¿Lavanderías Videgaray?
Acumulación de indicios
Villanueva: narcopolítica
Julio Hernández López
Foto
Al centro, el candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia de prensa de ayer. Lo acompañan el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano (izq.), y el dirigente de Movimiento Ciudadano, Luis Walton
Foto Yazmín Ortega Cortés
 
         Luis Videgaray Caso es algo así como el cerebro y el sistema motriz de Enrique Peña Nieto. Su creciente celebridad como pilmama intelectual de primerísimo nivel es proporcional a las deficiencias del personaje al que sirve, de tal manera que las quinielas respecto a la integración de un presunto gabinete priísta dudan entre considerarlo como un natural candidato a la secretaría de hacienda (lo cual sería la restauración de la línea y el mando de Pedro Aspe, quien estuvo en esa oficina a lo largo del primer salinismo) o apostar a que el tutelaje que ejerce sería tan imprescindible en la inmediatez del Presunto Presidente Peña que éste acabaría nombrándolo coordinador del gabinete o jefe de la oficina presidencial, aparentemente al estilo de José Córdoba Montoya respecto a Carlos Salinas de Gortari, aunque en esta hipótesis mexiquense actualizada el papel del oficinista sería notablemente superior al conocido de 1988 a 1994.
 
Tales elucubraciones que dan por sentado el arribo del segundo salinismo, esta vez copeteado, se topan cotidianamente con lo que el propio Videgaray calificó ayer, en defensa propia, como cantaleta. Una y otra vez, en letanía manifestante, se habla de los artificios mercantiles con que el priísmo construyó un excedente de votos que le permitiera declararse en posesión de la Presidencia de la República. En las calles, en manifestaciones pacíficas pero enérgicas, los estribillos y las pancartas dan constante cuenta de la convicción social de que hubo fraude, que fue preparado y ejecutado minuciosamente a través de una fase remasterizada de la adulteración electoral: la masiva compra del voto y el uso de tarjetas para el pago de la estructura electoral (Monex) y de la fidelidad votante (Soriana).

Ayer, en conferencia de prensa ofrecida por Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal, el mencionado Videgaray fue señalado como copartícipe de maniobras de triangulación de fondos que, por principio de cuentas, sugieren fundadamente estar en presencia de maniobras típicas del lavado de dinero y que, además, de manera natural, dada la relevancia del citado personaje, que fue coordinador de campaña de EPN, y de su experiencia en asuntos de dinero, apuntan hacia formas de financiamiento irregular, delictivo, de las andanzas peñistas en tareas de proselitismo y de la magna operación nacional de compra de votos y pago de mapaches.

La acumulación de pruebas e indicios de fraude electoral es tomada con parsimonia por la cúpula de tres colores. Ayer se dieron datos firmes de una cuenta de Scotiabank que fue alimentada por otra, de Bancomer BBVA, correspondiente al gobierno del estado de México pero manejada por el entonces coordinador priísta Videgaray, con movimientos de miles de millones de pesos de febrero a junio, en plena campaña electoral. Y así asoman y se entremezclan datos correspondientes a Monex, Mifel, HSBC, Soriana y las tesorerías del estado de México y otras entidades aliadas, pero Pedro Joaquín Coldwell, Jesús Murillo Karam y Luis Videgaray Caso se mantienen en sus propias cantaletas: la elección presidencial fue límpida y equitativa, no hay pruebas de lavado de dinero ni de otros actos de delincuencia organizada, y los malos perdedores no hallan qué inventar. En ese desgranar de frases hechas apareció ayer Videgaray, acusando con palabras a quienes le acusan con documentos, de buscar a toda costa subirle de volumen a sus cantaletas.

En otra locación (geográficamente distante pero políticamente cercana al PRI), el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, ha aceptado su culpabilidad en asuntos de lavado de dinero. Caído en desgracia durante el zedillismo, detenido en México y luego extraditado a Estados Unidos, el polémico ex mandatario, apodado El chueco, aceptó en Nueva York la culpabilidad en la construcción de pecuniarios lavatorios. Aun cuando ese reconocimiento tiene visos de formar parte de un arreglo para que la sentencia contra el enfermo ex gobernador priísta sea notablemente disminuida, jurídicamente, queda asentado el uso del poder político en México, durante los tiempos hegemónicos del PRI, para beneficio del narcotráfico y de sus necesidades de movimiento de dinero.

Villanueva es un representante en desgracia de la élite de la narcopolítica mexicana, y sus credenciales políticas indelebles son las del priísmo. En Quintana Roo, donde subsisten los peores vicios de ese dinosaurismo clásico (con gobernadores dedicados a la fiesta y la frivolidad, como el actual, Roberto Borge, o su antecesor, Félix González Canto, gustosos gerentes del dejar pasar), hay una corriente social a favor de quien ahora ha confesado ser lavador de dinero, a tal grado que su hijo, Carlos Mario Villanueva Tenorio, es el presidente del municipio de la capital, denominado Othón P. Blanco y en el que está la ciudad de Chetumal.
Las cantaletas, como se puede ver, tienen más sustento del que se les quiere reconocer. No puede haber legitimidad en una autoridad que hubiese sido formalmente electa si no se desahogan previamente todos los juicios e incidentes relacionados con la manera como un aspirante a ejercer el poder se hizo de las primeras constancias de mayoría, sobre todo si las acusaciones son suficientemente fundadas, como ha sucedido con los casos denunciados y sustanciados por el lopezobradorismo, y, aún peor, si no se valora en estado de máxima alerta que los hechos consignados no corresponden solamente a fases anteriormente predominantes en las artes del fraude electoral (numéricas, contables, sucedidas en las horas específicas de vigencia de las mesas receptoras de votos o de su posterior almacenamiento y posible adulteración) sino a las redes de la delincuencia organizada, del lavado de dinero, de la triangulación de fondos, del saqueo descarado de fondos públicos.

Y, mientras México hace a Estados Unidos la cuarta compra de maíz más importante de la historia de este país (en la década de los ochentas, la URSS hizo otra enorme adquisición, antes de disolverse), ¡feliz fin de semana!

Poner el cuerpo, jugarse el alma, ganar la vida (el memorial de agravios de los estudiantes)
Adolfo Gilly
Foto
Aspecto de la asamblea popular informativa en el campamento que integrantes del movimiento #YoSoy132 sostienen en el Monumento a la Revolución, ayerFoto Francisco Olvera
 
 
  
      A los pueblos de México: Cuando llegamos estaba el mundo y éramos ya un pueblo con hambre y con siglos de opresión.
 
Así comienza el clamor de rebeldía de los recién llegados del 11 de mayo y con ellos esos otros venidos de lejos, desde generaciones sin número y sin nombre, que vienen una vez más a pedir antiguas cuentas a todos cuantos tienen poder y mando:

Éramos cúmulo de descontentos, éramos fraudes electorales sin revolución, éramos Chiapas y 500 años sin nombre levantados en armas, éramos Aguas Blancas y el pueblo en la tierra asesinado, éramos crisis y éramos deudas ajenas, manos sin trabajo, éramos huelga, barricadas aplastadas, Atenco y Oaxaca, mujeres violadas y asesinadas, víctimas de represión. Éramos trabajo esclavo, familias de migrantes, cuerpos en puentes colgados, mártires (presos) del terrorismo de Estado, moneda de cambio en una campaña, asesinato como libre mercado. […] No somos sino que hemos sido. Somos el efecto de la muerte y de la indignación.

Descripción en furia y libertad de este México que no se mencionó así en las campañas ni se mostró en los votos comprados, los estudiantes buscan y van encontrando las palabras precisas para describir este tiempo mexicano donde, como en el verso clásico de Borges, no nos unió el amor sino el espanto. Y es preciso primero describir este espanto si se quiere después liberar el amor.

Es lo que hace este manifiesto, lo que estuvo ausente en las televisiones, lo que trajeron Javier Sicilia y su movimiento y aquí quedó y ahora reaparece para que no nos olvidemos y no nos encerremos en hablar tan sólo de política, por necesaria e ineludible que ésta sea.

Fue este espanto y el silencio, no sólo la pobreza –y ni siquiera ella– lo que abonó el terreno fértil para la compra de los votos. No es por pobreza sólo, sino también por descreimiento en la política tal cual se les presenta y por temor al cacique, al funcionario, al poderoso local del cual dependen favores o desdichas, que tantos hombres y mujeres votan como les exigen quienes tienen poder sobre sus vidas y destinos y sobre el porvenir de sus familias. ¿Y a quién acudir si el cacique, el diputado, el regidor o el señor se enojan con uno? ¿A la justicia? Cuál justicia, hágame usted el favor, la que tuvo años presos a los de Atenco obedeciendo a Peña Nieto y Fox y después, cuando ya se venía la campaña, los declaró inocentes y ustedes disculpen.

Pero ese viernes de mayo los de la Ibero no olvidaron ni disculparon ni se callaron.

* * *

Esos 131 que dieron la cara y mostraron sus documentos, porque a quien les habló como represor como a tal había que mostrar documentos, se definieron desde su espontáneo gesto inaugural de rebeldía ante ese político que, acto reflejo, de inmediato los llamó manipulados. Ahora lo reiteran con todas sus letras en su manifiesto, independientes de todos, los unos y los otros, siendo ellos mismos sin ofender ni defender a ninguno:
#YoSoy132 es un movimiento estudiantil y social, político, apartidista, pacífico, autónomo, antineoliberal, independiente de partidos, candidatos y organizaciones que respondan a un programa electoral; […] que ha trascendido la coyuntura electoral y seguirá organizándose y luchando para trasformar profundamente a México, como contrapeso a cualquier decisión y política que vulnere los derechos e intereses de nuestro pueblo.

Hemos llegado, dicen los estudiantes, y topamos con murallas que nos cierran el paso y el futuro:

la pobreza de más de la mitad de los mexicanos y la obscena riqueza de unos pocos, donde los 10 más ricos del país concentran el equivalente al ingreso de los 40 millones más pobres; un campo abandonado que sólo produce pobreza y migrantes; la ausencia de oportunidades que empuja a los desposeídos al crimen organizado; la venta de lo colectivo para beneficio de unos cuantos y la concesión de megaproyectos por encima de los derechos ambientales y comunales.

Todo este horror está protegido, agregan, por la muralla de la desinformación donde una minoría controla la opinión pública y la verdad es reducida a un artículo más de consumo. Y todo esto lo dijeron ante los muros de Televisa, a las puertas de esta empresa mediática ignominiosa que se ha encargado de manipular y desinformar al pueblo mexicano.

* * *

Esta gran humanidad se ha echado a andar, dijeron los cubanos hace más de medio siglo en los inicios de su revolución. Y vaya si anduvieron. Desde el 11 de mayo en la Ibero esta generación presente de estudiantes mexicanos también salió a caminar y nomás al inicio con esto se topó:

Caminamos unos pasos y con la fría estructura nos pegamos, es la ignorancia sombría, donde se preparan para maquiladores los que tienen la suerte de ir a alguna escuela, donde la educación pública es la educación de las telenovelas, donde el fin de enseñar no es el aprendizaje sino el suministro de mano de obra barata para las trasnacionales […]

Y al final, si aún tenemos rostros y manos, un retén nos cierra el paso, los muros de acero y concreto, los muros de piedras y balas, los muros donde mataron a tu hermana, de las desapariciones forzadas, de los daños colaterales que desdibujan las caras, los muros del miedo y de las cabezas colgadas. […] El muro de la estrategia correcta donde fuiste acribillado para que estuvieras seguro del crimen y del horror.

Este es el México que ellos hallaron, nuestro México, el que no pudimos evitar ni eludir, el que produjo Acteal y Atenco y las innumerables masacres del trabajo y los presos indígenas de Chiapas y los estudiantes asesinados de Ayotzinapa y además y además y además… Ahora convocan a cambiarlo y, a modo de punto de partida, nos proponen seis puntos:

1. Democratización y transformación de los medios de comunicación y difusión.
2. Cambio en el modelo educativo, científico y tecnológico.
3. Cambio del modelo económico neoliberal.
4. Cambio en el modelo de seguridad nacional.
5. Transformación política y vinculación con movimientos sociales.
6. Salud: pleno cumplimiento del derecho a la salud consagrado en el artículo cuarto constitucional.

* * *

Como corolario de sus razones los estudiantes describen el programa y las intenciones de Enrique Peña Nieto:

EPN no debe ser presidente no sólo por el régimen caduco al que representa y por su colusión y subordinación a Televisa, sino por las amenazas que cierne sobre nuestro país la privatización del petróleo a favor de las trasnacionales estadunidenses, la elevación de impuestos para el pueblo, la reforma laboral que legalice la brutal explotación de los trabajadores y la pérdida de derechos laborales indispensables; por último, la privatización del sector salud y de las pensiones de los trabajadores.

Ante este peligro, llamamos a la unión y la organización de las fuerzas sociales en nuestro punto de acuerdo: la transformación del estado actual mexicano.

Los estudiantes de #YoSoy132 llaman a todos a organizarse desde sus creencias, sus comunidades, sus trabajos, sus plazas, sus organismos, sus historias y territorios, para que así podamos juntos entrar en confianza, luchar y trasformar a este nuestro México.

Y con estas palabras cierran su manifiesto dirigido no al pueblo en general sino, con precisión, a los pueblos de México:

Éramos silencio, éramos dolor, éramos opresión. Quisieron arrebatárnoslo todo y lo único que perdimos fue el miedo. Ya no seremos más una voz silenciada. Venimos aquí con nuestros cuerpos que gritan: ¡¡¡Ya basta!!!

Sí, ya basta. ¡Salud y libertad, estudiantes de este y de todos los Méxicos!

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