Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 3 de agosto de 2012

Falsificadores de la historia. La derrota del 5 de mayo- represion-

Falsificadores de la historia. La derrota del 5 de mayo
 
Pedro Salmerón Sanginés
 
 
     Aunque intenté no enterarme, me contaron que los festejos de la batalla del 5 de mayo fueron casi tan frívolos, onerosos e insustanciales como los que organizó el gobierno federal en 2010. El gobierno poblano desperdició una excelente oportunidad de corregir el rumbo, pero, en lugar de ello, prefirió seguir la pauta marcada por José Manuel Villalpando en materia de desmemoria y despilfarro. En consecuencia, se gastaron millones de pesos y nadie supo para qué se libró la batalla del 5 de mayo.
 
Una semana después de los festejos, Gaby y yo llevamos a mis alumnos del ITAM a Puebla y la visita de Loreto y Guadalupe confirmó lo anterior. Guadalupe ni siquiera puede visitarse, pues las obras de conservación (espero que no de remodelación) no se terminaron a tiempo, aunque no con el retraso de la Estela de Luz. Escondiendo los fuertes, juegos mecánicos, centros de convenciones, miradores inconclusos, el despilfarro y los excesos del ex gobernador horroroso, Mario Marín.

Tanto el festejo como la situación de los fuertes y del museo de Loreto, perdidos entre obras de ocasión, son muestra, quizá, que las mentiras de los desmitificadores han calado hondo: gracias a ellos, demasiados mexicanos piensan que la batalla del 5 de mayo fue una escaramuza sin importancia que se ganó gracias a las torpezas de los franceses; una escaramuza sin importancia en una guerra que se perdió en el campo de batalla; una guerra que terminó cuando los franceses se retiraron por las presiones de Estados Unidos y Prusia.

¿Cómo lo argumentan? Armando Fuentes Aguirre, Catón, que odia irracionalmente a Juárez, no escatima la victoria del 5 de mayo, aunque luego agrega una de las falsedades que dispensa a razón de tres por página: Aquella fue una espléndida victoria, la única que en el campo de batalla hemos obtenido luchando contra un enemigo extranjero (Juárez y Maximiliano, p. 212). Fuera de eso, todo en Juárez y el partido liberal son vilezas y traiciones en una guerra que para su exclusivo beneficio ganaron los gringos (sí, los gringos: son tan poderosos en el cerebro de Catón que ganan hasta cuando no se aparecen).

No deja de ser paradójico el menosprecio de esa victoria en aquellos desmitificadores que repiten sistemáticamente que a los mexicanos nos encantan las derrotas. Pero hete aquí que somos victoriosos en una guerra extranjera... y tampoco les gusta. Algunos simplemente omiten el tema, como González de Alba, quien ilustra su odio a Juárez con una lectura sesgada del Tratado MacLane-Ocampo y de ahí se salta hasta la revolución (Las mentiras de mis maestros, pp. 62-67).
Zunzunegui siempre nos regala perlas: en su página web un articulito plagado de mentiras (Las tres batallas de Puebla) concluye: Nada ganamos los mexicanos el 5 de mayo de 1862 en Puebla, nada absolutamente; un efímero laurel que, debido a la desunión del pueblo, no cristalizó y se convirtió en derrota y conquista.

No está de más señalar que dicha página es una red para pescar incautos y venderles –muy caros– sus diplomados en línea (algunos de ellos en el Instituto Cultural Helénico). Ahí sólo regurgita sus libros: en El héroe y el villano (p.81) dice lo mismo del 5 de mayo, con un añadido. Según él, un “moribundo Zaragoza, desde su tienda de campaña, dirigió una batalla que en realidad fue comandada en el campo por Porfirio Díaz”. Díaz tiene méritos militares suficientes para que sus idólatras tengan que atribuirle otros... pero de Díaz hablaremos luego.

De lujo, otro connotado falsificador, del que ya nos ocuparemos. El 11 de septiembre de 2008 Macario Schettino escribió en El Universal: “Celebramos el 5 de mayo de 1862, la batalla de Puebla en que Zaragoza derrotó a los franceses... que pocos días después tomaron control de prácticamente todo el territorio nacional” (las cursivas, que son mías, revelan la total falta de seriedad de tan famoso analista).
Podría seguir sumando, pero basta con esos ej
emplos. Hay que señalar, además, que detrás de las tajantes afirmaciones de nuestros falsificadores, únicamente hay humo: ningún sustento documental, tres o cuatro libros más leídos, sólo ideología, como hemos mostrado (jornada.unam.mx/2008/12/21/sem-pedro.html).

¿De dónde el afán por borrar la victoria del 5 de mayo? Del odio a Juárez y al liberalismo. Ya mostraremos la irracionalidad de ese odio. Pero antes, si me lo permite el lector, mostraremos en las siguientes entregas quién ganó en realidad el 5 de mayo y quién la guerra de Intervención.
Represión
Cristina Barros
 
 
       El sábado 28 de julio ya cerca de las doce de la noche, recibí una llamada: cientos de granaderos suben por Luis Cabrera, avisa por favor. Luego sabríamos que además había patrullas y paneles apostados en las entradas de La Magdalena Contreras; nos sitiaron.
 
Narran quienes querían llegar a su casa, que tardaron hasta dos horas para lograrlo. Una de nuestras vecinas comentaba que cuando vieron el enorme despliegue policiaco, pensaron que habían agarrado a una peligrosa banda de narcotraficantes; pero no era así, al día siguiente supo que el operativo tuvo por objeto reprimir a quienes intentaban defender un lugar emblemático para Contreras: la Glorieta de las Quinceañeras.

Esa glorieta con sus fuentes, sus cipreses y añosos pirúes, cobijó a jovencitas y recién casados como escenario para la foto del recuerdo. Ocho días antes, como parte de las actividades para defenderla, hubo un día de campo y un concierto. Los niños se convirtieron en protectores de los árboles.

El 29 de julio el escenario fue otro: granaderos y granaderas se lanzaron con violencia contra una treintena de personas; la consigna no era disuadir, sino golpear. Como antes de ir hacia allá tuve que llamar a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, y como todas las calles estaban cerradas, llegamos cuando la golpiza estaba en su peor momento. Oía por el celular los gritos desesperados de una de mis compañeras: nos están golpeando, avisa por favor, que se presente la Comisión; pero los observadores no pudieron llegar.

Cuando por fin estuvimos donde tenían secuestrados a nuestros compañeros y vecinos, conocimos por sus golpes y testimonios la magnitud de la represión. Yo misma quedé con ellos en el cerco que duró desde la una hasta casi las seis de la mañana.

El propósito era que nada interrumpiera los trabajos de la empresa Riobóo, subcontratista de OHL: cercar el camellón de la avenida, cuyos árboles serán talados, y también la glorieta. Poner al servicio de concesionarios privados recursos públicos, mientras a la ciudadanía se le impide el libre tránsito y su derecho a defender sus espacios de identidad, el acceso a la información oportuna y a la participación.
Las redes sociales han sido salvadoras. Gracias al Twitter la noticia se extendió a pesar de la hora y siguió girando al día siguiente. Luego Luis Zambrano, uno de los golpeados, investigador de la UNAM, subió su testimonio a su blog: ecosistemasurbanos.blogspot.mx.

No olvidaré que esa misma noche, adolorido, pues se ensañaron con él y con Mónica, su esposa, les explicaba a los granaderos que no sólo defendíamos nuestro espacio, sino el futuro de la ciudad, que si se seguían haciendo vialidades como la Supervía sobre los suelos de conservación, nos quedaremos sin agua; que los socavones y fracturas, así como los temblores en Chalco, eran consecuencia de la urbanización que aumentó en estos últimos cinco años.

Lo ocurrido el domingo en la madrugada es un aviso para todos los habitantes del Distrito Federal, y para el Frente Amplio contra la Supervía en particular. Este gobierno tiene un proyecto: hacer carreteras en el sur y el poniente; especular con la tierra, urbanizar. Sigue el arco sur que detuvieron por las elecciones.

El jefe de gobierno escribió en Twitter el sábado 28 Significado de Delenda est Cartago? Cartagena fue destruida con saña por oponerse a los romanos; sus habitantes fueron convertidos en esclavos y sus tierras cubiertas de sal para que nada pudiera crecer. ¿Eso quería decir el mensaje?

A mis paisanos les digo: en el Distrito Federal y en la cuenca de México habrá hundimientos y escasez de agua si permitimos que avance este proyecto demoledor, si no salimos a la defensa unos de otros. Ya se anunció que habrá represión. Pondrán a vecinos contra vecinos. La ciudad es un botín y no hay respeto por la ley. No nos engañemos: ni este gobierno es verde ni aquí se respetan los derechos humanos.

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