Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 12 de agosto de 2012

México: la cultura del deslinde

México: la cultura del deslinde

Por: Redacción / Sinembargo - agosto 11 de 2012 - 0:00
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Por enésima ocasión, el PRI se deslindó del escándalo que provocaron el viernes pasado las fotos de Rafael Humberto Celaya Valenzuela, un ex precandidato de ese mismo partido, detenido en España como presunto responsable de narcotráfico.
Celaya Valenzuela fue puesto preso por presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa, que comanda Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. Este ex precandidato del PRI a diputado federal para las elecciones del 2012 por el Distrito 1 en Sonora, presume en su Facebook fotos de varios políticos mexicanos, entre ellos Enrique Peña Nieto y Emilio Gamboa Patrón.
Sin embargo, el Comité Directivo Estatal del PRI en Sonora negó cualquier relación de Celaya con EPN: “Durante su campaña por la Presidencia, Enrique Peña Nieto se tomó cientos de miles de fotografías con militantes y simpatizantes, sin que eso implique compromiso o cercanía más allá del momento”, expuso en un comunicado.
El asunto de los deslindes están de moda en el tricolor y a nivel nacional, ycomo nadie investiga y la ley no se aplica, pues los ejemplos sobran.
El 8 de agosto pasado, Guillermo Ruiz de Teresa, ex coordinador de la campaña de Peña Nieto en Guanajuato, se deslindó del tema Monex al igual que el dirigente estatal del PRI, Javier Contreras, pero sí dijo que, en la estructura admitida por el CEN de su partido, sí se usó ese sistema de manera legal.
El 29 de junio, la dirigencia nacional del PRI rechazó las acusaciones de PAN y PRD sobre la compra y coacción del voto a favor de su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, mediante la entrega de monederos electrónicos Monex y de tarjetas por mil pesos de la tienda Soriana.
Antes, el 24 de mayo, el propio CEN priista se deslindó e incluso puso en marcha un proceso para suspender de inmediato la militancia del ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, acusado en Estados Unidos de haber recibido millones de dólares por sobornos del narcotráfico.
Pero el asunto del deslinde, decíamos, no ex exclusivo de los tricolores.
En marzo pasado, en plena campaña electoral, el Partido Acción Nacional se deslindó del joven Juan Pablo Castro, quien criticó al Gobierno del Distrito Federal de “destruir las instituciones” al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y despenalizar el aborto; el 9 de mayo, en un programa de Televisa, la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota, se deslindó de Juan Molinar Horcasitas: “Juan Molinar es un funcionario el PAN, invitado por Gustavo Madero, no está siendo parte de mi equipo de campaña; tengo la certeza de que frente a la justicia deberá responder con la ética y con el deber que tiene”, dijo; el 2 de julio, el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, también se deslindó de la derrota electoral que sufrió el blanquiazul en las urnas, tras 18 años de gobiernos panistas en esa entidad.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador se deslindó de los ataques de manifestantes contra las tiendas Soriana; la periodista Carmen Aristegui se deslindó y presentó una queja ante el Instituto Federal Electoral en contra de Movimiento Ciudadano encabezado por AMLO por un spot en el que su voz es utilizada con declaraciones que no niega haberlas realizado pero niega haber autorizado su difusión; durante la pasada campaña presidencial el Movimiento #YoSoy132 se deslindó y condenó los hechos violentos ocurridos en Puebla contra el candidato presidencial del PRI-PVEM, Peña Nieto.
Y van otros ejemplos:
El consejero delegado del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Ángel Cano, se deslindó del Grupo HSBC, como parte de una investigación por lavado de dinero que se sigue al banco británico en México y en otras partes del mundo, y en Veracruz, el comandante de la Sexta Región Militar, René Carlos Aguilar, deslindó a la Secretaría de la Defensa Nacional del pago de bienes afectados a ciudadanos en el contexto de los enfrentamientos callejeros suscitados durante 2011.
La lista de los deslindes es enorme, sólo en este año. Podríamos decir que son cientos y hasta miles en toda clase de actividades públicas. El problema es la facilidad con que éstos pueden hacerse sin que nadie tome responsabilidad por los actos cometidos ni realicen las aclaraciones pertinentes frente a las autoridades o de cara a la opinión pública.
Mientras las autoridades correspondientes no investiguen ni apliquen las leyes con el mismo rasero, en México –a todos los niveles– seguiremos sin aclarar, sin detallar hasta el límite los asuntos públicos, lo que sólo da pie a más confusión, desconfianza y a la falta de credibilidad en las instituciones.
¡Feliz fin de semana!

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