Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 29 de septiembre de 2012

DINERO- Patishtán: ensañamiento de Estado y liberación

Dinero
Traición (¡qué novedad!) en el bloque de izquierda
El voto sospechoso del petista Adolfo Orive
Ganó la corrupción sindical, perdieron los trabajadores
Enrique Galván Ochoa
Foto
El diputado petista Adolfo Orive, miembro del Frente Legislativo Progresista, integrado por PRD, MC y PT, votó en contra de incluir en el dictamen del reformón laboral el voto libre, secreto y directo en la elección de líderes sindicales. Lo acusan de traición, de vender su voto. Nuestra encuesta semanal se refiere a la actuación de los diputados de izquierda. 1) Están fragmentados, 39 por ciento; 2) les falta preparación, 25 por ciento; 3) actúan unidos, 20 por ciento; 4) otra opinión, 16 por ciento.
Metodología
Enviamos un cuestionario a 3 mil personas cuyos buzones electrónicos tomamos al azar entre los miembros de El Foro. Contestaron mil 750. En seguida reproducimos fragmentos de algunas opiniones que expresaron.
Opiniones
Mediocre... porque venden su voto, sin importarles el destino de sus representados.
Amelia Medina Curiel / Distrito Federal
Yo creo que están fragmentados; soy de izquierda, pero pienso que a muchos les ha ganado la ambición y han dejado de lado sus verdaderas luchas. Ese es un problema frecuente de la izquierda: se divide.
Rosa María Rivero Marín / Distrito Federal
En este México nuestro los políticos son el peor cáncer que pueda haber: no les interesa el pueblo, sólo asegurar su estadía en el poder.
Daniel Cotera Molina / Oaxaca
Es terriblemente vergonzosa la actuación de los diputados; ya sabemos que sólo están para avalar las fechorías de la gente del dinero. Pero esto es cinismo puro. Todas las llamadas reformas estructurales sólo han servido para volvernos más pobres, sin dinero, con salarios más bajos que China. Pero mientras tengan su dieta asegurada y el dinero que les han de dar los beneficiados con tal saqueo, no les importa nada. Sigan permitiendo las transas electorales. Feliz sexenio.
Georgina Calderón Aragón / Distrito Federal
El resultado de los cambios a la Ley Federal del Trabajo ya lo sabemos, por tanto, sugiero que la Cámara de Diputados y la de Senadores se transformen en teatros, pues el guión ya está escrito y sólo resta a los actores (diputados y senadores) tener ante el público una soberbia actuación. ¿O no?
Carlos Lozada Castillo / Distrito Federal
A los sindicatos no se les toca y, como siempre, el que resulta amolado es el trabajador. Por otro lado, los diputados de derecha o de izquierda, ¿cuándo han representado al pueblo o a los trabajadores? Siempre han visto únicamente por sus intereses de poder o económicos o ambos (Beltrones, Gamboa Patrón, los chuchos, la Gordillo, Romero Deschamps, Cordero, Lozano y un largo etcétera; todos son lo mismo). Ya no creemos en nuestros seudorrepresentantes, México tiene que cambiar.
José Nájera Rodríguez / Distrito Federal
Lo cierto es que todos son políticos o politiquitos; muy pocos llegaron por la vía de las urnas. Así es que no tienen o sienten compromiso real con el pueblo. Como decía el filósofo popular Chava Flores: A qué le tiras, mexicano, cuando sueñas.
Venancio Luciano Andrés / Distrito Federal
El único que merece confianza es Martí Batres. Los demás, ¿qué conocen de la lucha obrera?, ¿qué antecedentes tienen respecto al movimiento obrero y sus conquistas? Si vienen de las tribus que son maiceadas por los políticos grises (chuchos) que tomaron el PRD como forma de seguir viviendo del presupuesto, como forma de vivir con los privilegios a los que están acostumbrados. Qué se puede esperar, ¿qué oposición?... Nos vemos mejor en el movimiento con Morena... Adiós, PRD.
Alberto Ortuño Mejía / Distrito Federal
Claro que están fragmentados. Pero lo más deplorable es: ¿donde están los 50 millones de trabajadores que hay en México? La inmensa mayoría de los trabajadores son ajenos a lo que se avecina con el reformón, si hasta votaron por sus verdugos. Salvo honrosas excepciones, como La Jornada, sin duda alguna los medios de comunicación y el charrismo sindical han hecho bien su labor de zapa.
Emilio Bautista Salazar / Distrito Federal
Son diputados tibios. Les falta ser más aguerridos y responder a quienes los eligieron. La izquierda debe dejar de ser tibia y condescendiente y actuar más fuerte contra los intereses de la oligarquía que nos gobierna: ¡no debemos permitir esa reforma laboral!
María Esther Saldaña / Distrito Federal
Estoy seguro de que ningún legislador moverá un dedo por hacer efectiva la transparencia y democratización de los sindicatos, como el de Pemex y el SNTE; en cambio, se avecinan tiempos difíciles para la clase trabajadora de este país y del mundo. Es tiempo de reflexión pero también de acción. ¡Despertemos ya!
Daniel Montaño Pastrana / Pachuca
Twitter: @galvanochoa
Facebook: @galvanochoa
Patishtán: ensañamiento de Estado y liberación
Después de 12 años de injusto encarcelamiento, y ante la perspectiva de un grave deterioro en su vista como consecuencia de la falta de atención médica adecuada, el profesor tzotzil Alberto Patishtán Gómez –detenido en 2000 y condenado a 60 años de prisión por el asesinato de siete policías en la comunidad chiapaneca de El Bosque– aguarda la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en torno de revisar o no la sentencia en su contra.
 
Aunque el máximo tribunal pospuso dicha decisión para la semana entrante, es pertinente que la presión social ejercida en semanas recientes sobre el organismo persista y se amplifique, a efecto de que sus integrantes analicen un caso en el que convergen los vicios tradicionales de la procuración e impartición de justicia que afectan al conjunto de la ciudadanía con el universo de abusos y atropellos sistemáticos del poder público contra los indígenas, quienes, cuando deben relacionarse con instancias políticas formales, con frecuencia se ven imposibilitados de ejercer plenamente sus derechos. Como han señalado y documentado ampliamente diversos organismos humanitarios nacionales e internacionales, el expediente de Patishtán está plagado de irregularidades desde el momento de su detención, realizada sin orden de aprehensión alguna, a las que deben sumarse las numerosas violaciones procesales que sufrió posteriormente. Para colmo, la principal prueba empleada en su contra –el testimonio inculpatorio del único sobreviviente en el ataque referido– fue desvirtuada por las propias autoridades judiciales responsables del caso, a grado tal que liberaron a otro de los inculpados en el episodio porque el testigo no se condujo con verdad. Fuera de ese elemento, no existen pruebas contundentes que aseguren que el profesor tzotzil y miembro de la organización La Voz del Amate pudo haber estado siquiera en la zona de los hechos.
 
Como si no fuera bastante con el injusto encarcelamiento que padece, Patishtán ha sido objeto de un maltrato que sería injustificable para cualquier persona, independientemente de su situación jurídica, y que en el caso del indígena tzotzil adquiere tintes de un ensañamiento de Estado en su contra: diagnósticos erróneos recurrentes a su problema de la vista; reclusión en nosocomios chiapanecos sin atención profesional eficaz ni tratamiento adecuado, un traslado injustificado y arbitrario a un penal federal en Guasave, Sinaloa –una de las cuatro prisiones en las que ha estado desde su detención a la fecha–, y en general, un notable desprecio a su salud, sus derechos y su integridad humana por parte de las autoridades carcelarias.
 
La Suprema Corte tiene ante sí, pues, una oportunidad más de restañar en algún modo el historial de fallos impresentables que arrastra: es necesario que el máximo tribunal aborde el caso de Patishtán Gómez y ponga fin a una injusticia que se prolonga ya por dos sexenios, y que pone en evidencia el exasperante extravío de los aparatos de procuración e impartición de justicia en el país, en los que el abuso del poder, la fabricación de culpables, el empleo faccioso y discrecional de las leyes, la impunidad, la corrupción, la discriminación y la violación a las garantías individuales son parte del patrón de conducta de las instituciones supuestamente encargadas de salvaguardar el estado de derecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario