Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 21 de septiembre de 2012

Quitaron la frase "¡Muera el mal gobierno!" - La pensión de Calderón

La pensión de Calderón


La pensión de  Calderón
Calderón se va a ir el próximo 30 de noviembre percibiendo 215 mil pesos mensuales que equivalen a algo así como el 85% del último cheque que le pagaremos los contribuyentes por haber ocupado Los Pinos?



Gracias a las más reformas de las leyes del IMSS y del ISSSTE, los pensionados por esos organismos mutualistas apenas si obtendrán ingresos mensuales que no suman más del 30 por ciento del equivalente a la última percepción salarial recibida, luego entonces ¿por qué Felipe Calderón se va a ir el próximo 30 de noviembre percibiendo 215 mil pesos mensuales que equivalen a algo así como el 85% del último cheque que le pagaremos los contribuyentes por haber ocupado Los Pinos? ¿Por qué él sí y los demás ciudadanos no?
“En estricta lógica republicana –escribía hace no muchos ayeres el analista Arnaldo Córdova en su colaboración para La Jornada--, debería suponerse que, antes de ser presidente, el ciudadano que llega a serlo vivía de un oficio o de un negocio. Luego de desempeñar su puesto, otorgado por la ciudadanía, debería volver a vivir de lo que vivía antes y no pretender que la sociedad, tan esquilmada ya de por sí, lo siga manteniendo como si todavía lo hiciera, siendo que eso resulta costosísimo. Que esos gravosísimos privilegios se mantengan sólo demuestra que la nuestra no es una República de ciudadanos, sino una sociedad de privilegios que anula la ley y la misma Constitución”. O una suerte de monarquía mal disfrazada, ¿no cree usted?
Porque, para empezar, pedirle a Calderón que regrese a trabajar de lo que antes lo hacía es un sinsentido. ¿Cuándo ha trabajado el michoacano? Siempre ha vivido de la “grilla”, ya como funcionario de su partido, ya como legislador pero, que se sepa, jamás ha dado golpe en empresa alguna, no obstante por ahí se le haya inventado que dizque se desempeñó como analista de un banco privado, pero tal sólo fue para justificar el poder tener acceso a un crédito hipotecario que se auto-otorgó apenas llegando a dirigir Banobras… y al que tuvo que renunciar por el escándalo desatado.
Ernesto Zedillo es el único ex presidente que no gravita en torno a los impuestos que pagamos quienes vivimos aquí. Se negó a recibir la pensión de la que sí gozan Luis Echeverría, Carlos Salinas y Vicente Fox –quien incluso alegó que le era necesaria para “sobrevivir”--, porque se ha empleado como investigador, académico y consejero de algunas de las empresas que privatizó o, como los ferrocarriles, de plano entregó a extranjeros.
¿Debe ser vitalicia la pensión a los ex presidentes? Con esos montos gravitando sobre los presupuestos públicos, la lógica aconsejaría que no. Que, como cualquier hijo de vecino, los ex encargados de la rex publica, nuestros empleados al fin y al cabo, se tomaran un par de añitos para reposar del ajetreo de un sexenio y luego se pusieran efectivamente a trabajar. Sólo durante ese periodo deberían hacerse acreedores a la pensión.
Porque la mayoría son longevos –de tan bien cuidados que se la pasan los seis años que viven en Los Pinos--, y más caros todavía nos saldrán si, como en el caso de Salinas, el propio Calderón y, dentro de un par de meses Peña Nieto, llegan a sentarse en “Doña Leonor” –como los clásicos bautizaran a la silla presidencial--, a la mitad de su cuarta década.
Pagarles una pensión de esa envergadura durante todo el resto de su vida es un exceso, si se toma en cuenta, además, de que se les dota de un presupuesto anual que cubre prácticamente todas sus necesidades de oficina, seguridad militar, seguros médicos y de vida, así como viajes, entre otras minucias.
Esas pensiones para ex presidentes son un cúmulo de bofetadas a la mayoría de los mexicanos ya retirados o jubilados, que en su mayoría apenas subsisten con ingresos aún menores al salario mínimo y tienen que recurrir a ese engaño que es el Seguro Popular.
Es, además, totalmente antidemocrático. Convierte a esos dizque servidores públicos en ciudadanos de excepción.
Calderón, igual que sucedió con Fox, se irá millonario de Los Pinos. Y no sólo porque posiblemente haya sido partícipe de algún negocito o, como Salinas, haya sustraído recursos de las partidas secretas, sino porque debió haber ahorrado en su seguro de separación, ese que la Administración Federal duplica al 100 por ciento a los suyos. Así, si durante los seis años guardó el 5% de sus ingresos, al michoacano le van a dar el 10% del total de lo que haya percibido. Y eso son millones de pesos.
Aún así, lo vamos a mantener de por vida.
Vaya injusticia, ¿no cree usted?
Francisco Rodríguez - Opinión EMET

Quitaron la frase "¡Muera el mal gobierno!"

 
 Quitaron la frase
No obstante que desde el Palacio Nacional, a través de bocinas se transmitió música escandalosa y ruidos para cubrir las exclamaciones de censura y mentadas a Calderón



No obstante que desde el Palacio Nacional, a través de bocinas se transmitió música escandalosa y ruidos para cubrir las exclamaciones de censura y mentadas a Calderón (a quien le falló su invitado Peña), fue imposible silenciar las protestas del pueblo que se reunió en la Plaza de la Constitución de la Capital del país a festejar los 202 años del Grito de Dolores, donde Miguel Hidalgo y Costilla y los revolucionarios de 1810, un 15 de septiembre convocaron a la naciente Nación para quitarse de encima al mal gobierno antidemocrático y antirrepublicano de los gachupines que impusieron un gobierno depredador durante tres siglos. Las frases con las que Hidalgo se dirigió a los campesinos y labriegos de entonces, fueron para anunciar el levantamiento popular contra la colonia española y deshacerse del apodo de la Nueva España.

Tras investigaciones de esas frases conmovedoras (consignadas en un texto de Fernando Serrano Migallón, titulado: El grito de la Independencia.- Miguel Ángel Porrúa) los testimonios nos informan que su contenido fueron cinco exclamaciones: “¡Mueran los gachupines/ Muera el mal gobierno/ Viva la Virgen de Guadalupe/ Viva la América libre/ Viva Fernando VII/ Muera el mal gobierno!”. Después, cuando se recordaba el 15 de septiembre, sobre todo a partir de Juárez a la fecha, los presidentes del montón que hemos padecido le agregaron frases para homenajear a otros héroes de la patria. Y quitaron la frase: “¡Muera el mal gobierno!”. Para entonces el Grito de 1810 era una ceremonia celebrada en todo el país.

El caso es que cuando menos desde Manuel Ávila Camacho hemos tenido pésimos gobiernos de todo nivel, a los cuales les entra como anillo al dedo la frase lapidaria de Hidalgo. Padecemos autoritarios, ladrones (que ahora le llaman corrupción) y quienes han abusado de los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Nuestra democracia siempre ha estado acotada, saboteada. Y nuestra Constitución, con sus réplicas en los Estados, es más un triunfo de papel, que el imperio de la Ley para normar la conducta de los funcionarios que ni cuando son representantes, aún en elecciones fraudulentas, se someten a la ley.

Calderón encabezó el Grito en seis ocasiones. En ellas debió pronunciar la estrofa: “¡Muera el mal gobierno!”. Pero no lo hizo. Y es que los presidentes se van creyendo que más o menos cumplieron con sus obligaciones de gobernar en beneficio del pueblo. Calderón ya es peor que Fox y éste fue un desastre. Sumió a los mexicanos en la barbarie de una guerra para acabar con las delincuencias, especialmente, del narcotráfico, que sólo ha arrojado terror y más de 100 mil homicidios. Y todos los días aparecen cadáveres, víctimas de los sicarios o de enfrentamientos con soldados y marinos, donde éstos y la policía del nefasto Genaro García Luna (el favorito de Calderón), también matan por matar y Calderón los llama “daños colaterales”. Tenemos un malísimo gobierno antidemocrático y antirrepublicano. Y más que nunca el grito de Hidalgo se hace necesario con urgencia: “¡Muera el mal gobierno!” panista-calderonista.
Álvaro Cepeda - Opinión EMET

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