Astillero
Umbral de resistencia
Estirar la liga
Adiós, boletas
Medidores CFE
Julio Hernández López
CHAPULTEPEC. Gabino Cué, gobernador de Oaxaca; Marisela Morales, procuradora general de justicia, y Alejandro Poiré, secretario de Gobernación durante la instalación de la junta de gobierno del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, en el Castillo de Chapultepec
Foto María Luisa Severiano
Hay tal sentido de ansiosa practicidad en el mando político que ya está instalado en México, aunque en términos de protocolo asumirá el poder el próximo uno de diciembre, que es válido preguntarse hasta dónde llegará esa predisposición avasallante si en una nación atribulada y debilitada por un gobierno federal que se va no existen los adecuados y suficientes contrapesos a un grupo políticamente victorioso (el de Peña Nieto y sus aliados y patrocinadores ejecutivos) que cree que puede hacer impunemente lo que quiere.
Constituido por factores de frivolidad, abuso y aprovechamiento faccioso (en distintas proporciones, cambiantes conforme a las necesidades de cada circunstancia), el nuevo grupo en el poder ha ido avanzando en la exploración del umbral de resistencia de los mexicanos ante la corrupción y la imposición. Del
Haiga sido como haiga sidoque es la sublimación confesional del calderonismo 0.56 por ciento, pasando por la increíble historia de la niña Paulette y la cama asesina como confirmación del desprecio del peñanietismo no sólo por el derecho y la justicia, sino incluso por la salud mental de los mexicanos, hasta la compra del poder público en 2012 mediante operaciones a la vista de todos que luego son simplemente negadas mediante el manejo disuasivo de discursos estupefacientes y medios de comunicación aliados.
Todo va demostrando a los nuevos
dueñosdel país (etiquetación derivada de la fallida alianza entre PRD y PAN que supuestamente trataría de conjurar esa vocación propietaria del priísmo) que, tomando como referencia la postración nacional, el desánimo cívico, la ambición mercantilizable de las estructuras partidistas
opositorasy la institucionalidad damnificada, les será posible aprobar reformas al interés popular inmediato y rediseñar el país conforme a los intereses potenciados de las élites cuya inversión política y económica
triunfóen julio pasado.
Una muestra menor de ese desdén cabalgante se ha dado en el tema de las boletas electorales que ayer comenzaron a ser destruidas. Ni para qué batallar con esos documentos, correspondientes a los comicios de hace apenas unos meses, como hubo de hacerse con los de 2006. Ya aquí mismo el tecleador astillado expuso hace semanas su convicción de que de poco sirve en realidad el mantenimiento de esos paquetes, que poco podrían probar de fraudes mayúsculos cuya principal parte se preparó e indujo desde fuera de las urnas, pero los arrebatos desde el poder que llega (al que obedecen tanto la cúpula rectora del IFE como del tribunal electoral federal), la premura por deshacer objeciones, el proceso de acallamiento mediático, la concertación marrullera y vulgar de alianzas legislativas, los indicios de lo que puede ser el próximo gabinete, los grupos y personajes que ya se mueven con aires de intocabilidad y prepotencia sexenales, van mostrando que en las alturas políticas a la espera de regresar formalmente a Los Pinos se fortalece peligrosamente una lectura desproporcionada de la desgracia nacional, asumiendo que ha sido vencida toda resistencia, que la oposición está domesticada y dividida, que los ciudadanos soportan y soportarán todo lo que se les imponga.
En otro tema, Rubén García Moguel denuncia en ejercicio cívico lo que le consta respecto a propuestas de corrupción en el marco del programa de cambio de medidores de consumo por la Comisión Federal de Electricidad. Dicho programa sustituye los antiguos aparatos por otros, electrónicos, que supuestamente darán fin a las denuncias de consumidores por excesos en los cobros bimestre a bimestre.
En ese contexto, a principios del mes en curso se anunció en la delegación Benito Juárez, del Distrito Federal, la inminente visita de brigadas de técnicos especializados en la sustitución de medidores, aclarando que la operación sería totalmente gratuita. Una decena de trabajadores, llegados a bordo de camionetas tipo Van con logotipos de la CFE en las portezuelas, realizaron las faenas técnicas.
Pero, “ya adentro de las casas o condominios y una vez iniciados los trabajos de desmonte de los viejos medidores, los jóvenes técnicos (no más de 23 o 25 años de edad) ofertan la posibilidad de que uno como titular de la cuenta se pueda ahorrar 35 por ciento de consumo eléctrico. Para que esto ocurra, el medidor electrónico que llevan para colocar (‘que es normal’) puede ser sustituido por uno especial, que le cuesta al cuentahabiente mil 500 pesos (si no hay mucha demanda lo rebajan hasta 800 pesos, pero no menos).
“Los jóvenes técnicos de la CFE –añade García Moguel– dicen garantizar que los medidores especiales, en caso de una supervisión futura, no van a ser sustituidos, pues los dejan con algunas señales que son el aviso para los supervisores de que el medidor especial no debe ser evaluado. Y al ser interrogados sobre cómo compensarán la caída del consumo, contestan que no hay problema y que las casas que no tengan el medidor especial no se les recargará el consumo para compensar esas caídas en los registros de la CFE (pues es lógico que vendría una caída en los montos de dinero cobrado por consumo) pero sí quedan obligados pagar 100 por ciento del consumo. Cuando se les pregunta si traen el medidor especial en ese momento responden que no, que tardan una hora en traerlo, pues lo tienen que ir a buscar a la gerencia de zona.
Quienes instigan a estos jóvenes técnicos a delinquir de esa manera parten de la idea de que todo el ciudadano mexicano es corrupto, porque la oferta la realizan sin rubor alguno e incluso van y tocan a la puerta para preguntar si se va a adquirir el medidor especial, pues tienen que hacer el trámite para traerlo. Es una tristeza que esto ocurra así, en México.
Y, mientras Genaro García Luna y FC ven caer su siniestra creación, la secretaría federal de seguridad pública, con el primero como virtual vicepresidente ejecutor del país, pues EPN pretende desaparecer a la SPP y concentrar sus funciones en la secretaría de Gobernación (y mientras en esta nueva área se viste al mismo ente policiaco maligno con ropajes
modernizados), ¡hasta mañana!
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Papeletas históricas-Magú
Que se escuche la voz de la sociedad
Javier Flores
El 7 de noviembre se inició un proceso inédito y a la vez esperanzador. Por primera vez en la historia de nuestro país, la opinión de la sociedad podría ser considerada en la definición del rumbo de las actividades científicas y tecnológicas. Con ello se invertiría la dirección del vector, según la cual sólo el grupo gobernante, a partir de sus conocimientos y experiencia en la materia, es el que decide el papel que deben desempeñar esas actividades en el presente y futuro de México. Estamos así ante la posibilidad de un cambio, en el que la población puede decir a las personas que toman decisiones (y también a los científicos) cuáles son los caminos que a su juicio deben seguirse.
Se trata de una encuesta que en su primera versión está diseñada para obtener la respuesta ciudadana sobre 10 temas que engloban los principales desafíos que enfrenta el país: agua, cambio climático, educación, energía, investigación espacial, medio ambiente, migración, salud mental y adicciones, salud pública y seguridad alimentaria.
Es muy importante señalar que en este primer ejercicio o experimento, cada uno de los grandes temas que han sido considerados en el sondeo abarca gran número de áreas del conocimiento, tanto en las ciencias sociales y las humanidades como en las exactas y naturales. Se trata de un enfoque multidisciplinario, el cual considera que, dada la complejidad de los retos a los que se refiere, requiere de la investigación básica y aplicada.
El proyecto está respaldado por más de 20 instituciones, entre las que están las universidades, centros de investigación y organizaciones científicas más prestigiadas del país, entre ellas las universidades Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, el Instituto Politécnico Nacional, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior y la Unión de Universidades de América Latina.
Surge la pregunta de cómo una vez que la población se manifieste a través de ese sondeo, su opinión será realmente tomada en cuenta. Uno de los aspectos más relevantes, a mi juicio, es que entre los convocantes se encuentran no sólo organizaciones científicas como la Academia Mexicana de Ciencias, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República o el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, sino además el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Poder Legislativo, es decir, los encargados de tomar decisiones.
Es muy significativo que el arranque de este programa haya tenido como sede el auditorio Octavio Paz en el Senado de la República. Los representantes de las cámaras de Diputados y de Senadores manifestaron su compromiso con la consulta.
El presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, Rubén Benjamín Félix Hays, dijo en esa ocasión:
Esperamos las aportaciones ciudadanas que nos señalen cuáles son los temas y problemas locales, regionales y nacionales más importantes. La ciudadanía nos sugerirá el enfoque, los expertos dirán cómo y nosotros deberemos aportar las condiciones legales y presupuestales para posibilitar su instrumentación. Por nuestra parte, el reto será convertir sus peticiones y propuestas en realidades a través del diseño de adecuadas políticas públicas; es decir, traducir la opinión ciudadana en acciones que incidan en diversos ámbitos del conocimiento.
Tuve la oportunidad de charlar brevemente con el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Senadores, Alejandro Tello Cristerna, persona muy seria y comprometida con el avance científico y tecnológico del país, quien me confió que la participación ciudadana será muy importante para ellos y será atendida, pues será un punto de referencia que permitirá guiar las acciones de la Comisión que preside. Prueba de ello, dijo, es el exhorto que en días pasados formuló el Senado de la República a la Cámara de Diputados para alcanzar, en el menor tiempo posible, el uno por ciento del producto interno bruto para la ciencia y la tecnología. Señaló además que si bien se esperan las iniciativas que puedan provenir del ejecutivo, cree que éstas serán acordes con el avance científico.
La Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación cuenta además con el respaldo de diversas instituciones de fomento a la ciencia, como la Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Tecnología y la organización Noche de las Estrellas entre muchas otras.
La participación en la consulta es muy importante; sólo requiere un par de minutos y puede realizarse en el sitio: www.agendaciudadana.mx
Un guía moral-Rocha
Poiré y las ratas
Pedro Miguel
Este lunes, en entrevista con este diario, Alejandro Poiré justificaba la desorbitada violencia gubernamental de este sexenio con una parábola cuestionable: la situación que heredó su jefe, dijo, era
como si hubiéramos entrado a una casa y nos hubiéramos dado cuenta de que teníamos los cimientos verdaderamente infestados de ratas.
rataspara referirse a otros seres humanos, lo más probable es que la expresión resulte contraproducente y desafortunada. Ello es así por varias razones: la primera, la estética, es que la muestra de visceralidad y desprecio hacia un sector de la población –cualquiera que éste sea– suena destemplada en labios de un servidor público. La segunda es que si algunas personas son equiparables a ratas, de ello se desprende una negación contundente de sus derechos humanos, por más que el fanatismo animalista, tan de moda hoy en día, se empeñe en generalizar tales derechos al conjunto de los organismos vivientes del planeta y en negar las diferencias esenciales entre un niño y un hámster.
La tercera es más baladí: con el telón de fondo de la cleptocracia gobernante, el discurso popular asocia casi en automático la palabra rata con funcionario público, no sólo por los casos de enriquecimiento personal inexplicable, de los que sólo una pequeñísma fracción llegan a ser investigados, sino también porque los aparatos gobernantes –el federal en primer lugar, pero también los estatales y los municipales– son y han sido desde hace décadas el instrumento principal para el robo sistemático de propiedad pública en beneficio de intereses corporativos privados.
En 1999 Arturo Montiel lanzó en su campaña para la gubernatura del estado de México la consigna
los derechos humanos son para los humanos y no para las ratas, en un aprovechamiento inescrupuloso del terror social a la delincuencia, ya en auge en la entidad por aquel entonces. La propuesta implícita de aquella frase era que para acabar con la delincuencia había que suprimir los derechos humanos de los delincuentes. A la postre, sin embargo, el propio Montiel terminó convertido en el ejemplar más emblemático de los roedores del erario, toda vez que a su paso por la gubernatura acumuló una fortuna inocultable. Su secretario de administración, sucesor y sobrino, Enrique Peña Nieto, lo protegió de los cargos legales, pero no pudo evitar que la fama pública de su tío haya quedado como antonimia de probidad.
Volviendo a Poiré, su parábola de las ratas constituye una perfecta radiografía de la miseria ética y mental del calderonato. Por principio de cuentas, Calderón y su grupito –incluido el propio Poiré– no
llegarona una casa en calidad de extraños (adonde tuvieron que irrumpir como intrusos y por la puerta de atrás fue, en todo caso, al Palacio Legislativo de San Lázaro), sino que se criaron y surgieron en ella, y en ella fueron alimentados y aupados por Fox, Salinas, Televisa, la embajada de Estados Unidos, la Coparmex, el cacicazgo gordillista y sabrá Dios qué otros poderes fácticos incluso menos presentables; en consecuencia, la metáfora misma introduce la duda de si los calderonistas son exterminadores de plagas o parte de la infestación.
Por añadidura, como todo mundo sabe, las construcciones más proclives a la proliferación de ratas son aquellas en las que se abandonan las normas mínimas de higiene y se acumulan desperdicios. Si se lleva la parábola a sus últimas consecuencias, el exterminio físico de los roedores sólo produce cadáveres –es decir, más basura–, pero, en tanto no se limpie el basural, la plaga será invencible.
Un tercer aspecto problemático de la metáfora es que su autor detenta el cargo de secretario de Gobernación y no es correcto que, en una expresión de montielismo puro, se refiera a un sector de la población como
ratasa las que se debe liquidar:
los derechos humanos son para los humanos y no para las ratas.
Finalmente, se entiende que cuando dice
ratas, Poiré se refiere a los delincuentes. Pero el funcionario no debiera olvidar que en la categoría de infractores de la ley no sólo entran carteristas del metro, asaltantes, secuestradores, violadores y narcotraficantes de todo rango y fortuna, sino también algunos banqueros, gobernadores, presidentes municipales, grandes evasores fiscales, empresarios corruptores, líderes sindicales charros, jefes de policía, arquitectos y operadores de fraudes electorales, legisladores, jueces y acaso hasta uno que otro secretario de Estado, es decir, una parte sustancial del prianismo gobernante del que él mismo forma parte.
Twitter: @Navegaciones
Subvalorado-Hernández
Baja, Félix
Abraham Nuncio
El diputado y dirigente sindical Félix Torres Gámez se hallaba maniobrando en lo alto de un poste de madera de los que entonces eran utilizados para sostener los cables de energía eléctrica. Vistiendo su uniforme de trabajo, aquel hombre de trato terso y actitud enérgica a la vez había visto que se aproximaba un automóvil lujoso hacia donde él realizaba una de sus tareas tan cotidianas como riesgosas. Vio que de su interior descendía un hombre
entacuchado, según su expresión, y que le pedía bajar:
Baja Félix, te quieren conocer. Quien así lo llamaba era el general Bonifacio Salinas Leal, entonces gobernador de Nuevo León. No menor fue su sorpresa cuando se dio cuenta de que quien lo quería conocer era el general-presidente Lázaro Cárdenas.
soberaníacuando a él se dirigen (Porfirio Díaz, con grandilocuencia e igual demagogia pero mayor rigor, le llamaba
Suprema Representación de la Nación). En la práctica, antes y ahora, ha sido un poder sometido a la voluntad de tales funcionarios y a la de los poderes reales que a uno y otros imponen sus decisiones, como se ha visto con leyes tan impopulares como la reforma laboral a medio camino de su lesiva vigencia para los trabajadores.
El presidente Cárdenas le señaló a don Félix –el don lo empleo con la conciencia de su uso estrictamente meritorio– incumplir con su deber por no hallarse en la sede legislativa. Con el respeto del caso, el primer diputado obrero al Congreso de Nuevo León le respondió que él también era militar y conocía la disciplina del cuartel, pero que en nada faltaba a su responsabilidad como representante popular.
–Yo soy trabajador de base; soy obrero, por eso no estoy ahí. Yo voy y cumplo con mi deber de asistir a las juntas y luego me vengo a trabajar con mis compañeros; a mí no me puso ningún político, militar o licenciado, a mí me llevaron a ser diputado mis compañeros de base.
–¿Regresas a trabajar?, ¿diputado y trabajando?
–Sí, señor, a mucho orgullo, mi general.
–Hombres como tú necesitamos en México, porque todos los que llegan a ser diputados nomás van a ver qué agarran y rascan.
Los representantes populares habían sido despojados de la posibilidad de relegirse (1933) y de tener en el ejercicio parlamentario una posibilidad de servir a la sociedad representando sus intereses y demandas fundamentales; como poder, por el contrario, ya tendían a desprestigiarse. Desde entonces, pocos han sido los que como don Félix Torres han dado a la que debiera ser la suprema representación nacional o estatal motivos para derivar de su función una gran dignidad, y justificar la H de
honorablede la que el protocolo la hace preceder, con una conducta ética a toda prueba.
Don Félix no terminó la primaria, pero tuvo la capacidad para dar educación profesional a sus hijos y a los que crió como tales. Una de ellos, Minerva Juana María Torres Villanueva, es la titular de la Defensoría Nacional de la Militancia del PRI, y otro, el oficial con grado de almirante Raúl Santos Galván Villanueva, fue subsecretario de Marina y hoy es diputado federal por ese mismo partido.
Aquel hombre probo era, como diría Brecht, un obrero que lee. Y también un miembro orgulloso de su clase, provisto, además, de la lucidez y determinación necesarias para protagonizar una huelga ardua pero exitosa que permitió al Sindicato de Trabajadores de la Industria Eléctrica, Gas, Agua y Drenaje de Monterrey, conquistar mejores condiciones laborales frente a la empresa –entonces privada y en manos de extranjeros– que explotaba esos servicios. Así valoraba don Félix ese episodio:
el año de 1938 se pusieron en juego en Monterrey, las dos fuerzas principales de la lucha de clases y probaron quién tenía más fuerza: el proletariado organizado por un lado y la patronal por el otro; ganó el primero. El testimonio de este líder popular, recogido por Ramón Villarreal Guajardo (Félix Torres Gámez, tiempos de lucha obrera), cobra un significado fulgurante en nuestros días ante el debilitamiento moral y la pobreza material de la clase obrera –dejo a salvo los lunares donde no es así. Una clase obrera cuyos líderes de mayor peso son empresarios ricos que comulgan con lo que los otros empresarios ricos le imponen a los políticos de turno para explotar mejor a los obreros, a la mayoría de los trabajadores y los recursos naturales de este país.
Con una mayor presencia en el Poder Legislativo, en el pasado los obreros no pudieron hacer valer cabalmente sus intereses; hoy menos que entonces. Su número se ha reducido hasta casi desaparecer: en el Senado sólo hay dos senadores de extracción obrera.
La patronal, como la llamaría don Félix, se ha apoderado de las cámaras, micrófonos, planas e imágenes que socializan las ideas de aceptación y rechazo. Al gobierno de Nuevo León, por ejemplo, los patrones le exigen una cruzada contra la corrupción sin asumirse como la mancuerna de la mancuerna corrupción-impunidad. Y aquel los convierte sin más en los representantes de la ciudadanía.
La clase obrera, por el contrario, se mantiene silenciosa, complaciente, sumisa, sin nada que comunicar. Se antoja llamar a voces a nuestros grandes líderes obreros. Aquí convoco a uno de ellos:
Baja, Félix, te necesitamos para que le des valor a tu clase hoy tan venida a menos.
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