Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 18 de noviembre de 2012

BAJO LA LUPA- Obama y la reforma migratoria- Por qué Hezbolá apoya a Assad



Bajo la Lupa
China: un nuevo mandarín para la crisis global y la contención de Obama
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
El presidente de China, Hu Jintao (izquierda), y Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, el viernes pasado en Pekín
Foto Xinhua
A la semana de la relección de Obama, el 18 Congreso Nacional del Partido Comunista Chino (PCCh) entronizó como secretario general a Xi Jinping a quien corresponde romper la contención multidimensional de Estados Unidos (EU), así como desplegar un mayor papel frente a la grave crisis global.
De los 25 miembros del Politburó (cuerpo de gobierno del PCCh), su Comité Gobernante fue reducido de nueve a siete, mientras el ungido mandarín Xi, quien será entronizado presidente en la primavera, acumuló también la relevante cartera de la Comisión Militar.
The People’s Daily (15/11/12), portavoz del PCC, dio la bienvenida a un grupo de jóvenes (sic) funcionarios con capacidad e integridad y destaca la gran bandera del socialismo (¡supersic!) con características chinas.
La transición no fue dramática, pero tampoco fue tersa y en el camino fue defenestrado Bo Xilai, el rival de Xi, a lo que los multimedia anglosajones dieron exagerado vuelo con tal de torpedear la sucesión transgeneracional por otros 10 años.
Lin Yifu, de The People’s Daily (16/11/12), considera que China tiene el potencial de ser la mayor economía mundial y de mantener el presente momento de crecimiento por otros 20 años (¡supersic!) o más, y recuperar (sic) el trono de la mayor economía mundial en 2030 o más temprano.
Lin no leyó el reporte del FMI que previó que China desbancaría a EU del primer lugar del PIB mundial en 2015. En cuanto a que China recupera su trono, se ha de referir a las humillantes dos guerras del opio que le propinó Gran Bretaña en el siglo XIX.
Stephen Roach, anterior director en Asia de Morgan Stanley, enaltece el milagro chino: 660 millones (¡supersic!) salieron de la pobreza desde 1981; sin precedente (Global Times, 16/11/12) ¡Más de seis veces la población de México que se hundía en la miseria en ese lapso con su cataclísmico modelo “neoliberal itamita”.
The People’s Daily clama la construcción de un nuevo tipo de relaciones entre las superpotencias de China y EU, donde resaltan tres axiomas: 1) el desarrollo pacífico (sic) de China, al mismo tiempo que preserva resueltamente (sic) su soberanía (¡supersic!) nacional, su seguridad y sus intereses vitales; 2) la estrategia de requilibrio de Obama que ha intensificado riesgos militares en seguridad en la región Asia-Pacífico y ha causado crecientes preocupaciones entre los poderes regionales sobre una posible carrera armamentista regional y el deterioro de las relaciones bilaterales por lo que China invita a EU a repensar (sic) su estrategia de requilibrio en el marco de servir su estrategia global y construir un nuevo tipo de relaciones entre los grandes poderes, y 3) una cooperación ganar-ganar: compartir extensos intereses comunes y edificar una estratégica confianza mutua, además de trabajar en conjunto para resolver temas internacionales complejos y cambiantes.
The People’s Daily subraya que China debe permanecer sobria (sic), pese a su milagro económico, y rememora que todavía su PIB per capita es el número 89 en el mundo, mucho más bajo que los países industrializados.
Se trata de dos cosmogonías antipódicas: la sobriedad largo-placista de China que colisiona con la ebriedad inmediatista de EU.
En paralelo, el Banco de Desarrollo de Asia (ADB, por sus siglas en inglés), con sede en Manila, aconseja el cambio del modelo de crecimiento de China: del previamente exitoso modelo exportación-inversiones a uno nuevo fincado en la demanda interna que aportaría dos grandes ventajas: 1) creación de más empleos, lo cual, debido a la presente situación global, crearía un amortiguador frente a los choques externos, y 2) limpiar el perfil ambiental de las ciudades a través de la calefacción, transporte y alumbrado público cuando 50 por ciento de su población vive en las ciudades.
ADB alerta sobre la trampa del ingreso mediano cuando la manufactura es incapaz de competir en los mercados de exportación con productos a menor costo producidos en otro lugar, por cierto, el objetivo del fracsado candidato Mitt Romney y de los multimedia anglosajones que buscan sustituir a China por México mediante salarios de hambruna.
ADB sugiere que China debe orientarse a una producción basada en el conocimiento por lo que debe buscar mayor valor agregado en su producción. Critica la ineficiencia energética de China con 60 por ciento de su uso comercial para la industria –mientras en las economías industrializadas opera entre 20 y 30 por ciento– por lo que exhorta a que invierta más en alta y limpia tecnología.
Justamente a la nueva generación del mandarín Xi le corresponderá la compleja transición a una economía fincada en la demanda interna.
China Daily (16/11/12) coloca en evidencia la nueva generación de líderes cuyos objetivos principales se centran en mejorar el bienestar y combatir la corrupción (¡supersic!). Desglosa la membresía heptapartita del Politburó y evidencia que dos de ellos, Xi (59 años) y el futuro primer ministro Li Keqiang (57) nacieron después de la fundación de China en 1949.
A mi juicio, se trata de una transmisión de mando transgeneracional de mandarines entre la nueva camada encabezada por la dupla Xi / Li, con la saliente dupla de Hu Jintao (69 años) / Wen Jiabao (70) y la bendición al estilo Confucio del poderoso Grupo de Shanghai, que encabeza Jiang Zemin (86): una transgeneración perfectamente sincronizada.
Según Francois Bougon, de Le Monde (15/11/12), el PCCh es el mayor del mundo, con más de 82 millones de miembros y constituye la quinta generación de dirigentes comunistas desde sus fundadores revolucionarios históricos: Xi pertenece a la nobleza roja en China, a los taizi (príncipes herederos), y es exhibido como reformador moderado.
Es mucho más que eso. A mi juicio, la unción de Xi es diáfanamente estratégica por dos motivos: uno coyuntural y otro estructural.
Coyuntural: intimidad de las relaciones del nuevo mandarín Xi con el Ejército de Liberación Popular –a través de su esposa Peng Liyuan, prodigiosa cantante de ópera (ver Bajo la Lupa, 19/2/12)–, quien acredita su mando en la más importante de las comisiones del PCCh: la militar.
La (as)unción de Xi constituye un retorno al nacionalismo frente a la política irredentista del pivote de Obama, es decir, la contención del nuevo poder ascendente por el poder hegemónico declinante (Bajo la Lupa, 14/11/12): Son las personas quienes han creado la historia, y ellas son los verdaderos héroes (¡supersic!). Las personas son la fuente de nuestra fuerza, Xi dixit (RT, 15/11/12).
Estructural: la dupla Xi/Li sustituye a la generación pos-Deng Xiaoping –quien inicia la apertura después de los acuerdos de Mao con Nixon/Kissinger frente a la URSS– de la dupla Hu/Wen (sucesora de Jiang Zemin), que operó tecnocráticamente la quintuplicación del PIB de China.
¿Se vislumbra un socialismo con rostro humano con la nueva dupla Xi/Li preparada a cualquier contingencia militar frente a EU en plena decadencia?
Con su nuevo mandarinato China irrumpe con vigor renovado en la segunda década del siglo XXI para posicionarse como superpotencia global.
Obama y la reforma migratoria

Jorge Durand
El tema migratorio entró en la escena electoral en 1993, cuando el jefe de sector de la migra (INS) en El Paso, don Silvestre Reyes, decidió poner en marcha la Operación Bloqueo y detener a la migración indocumentada que cruzaba el río Bravo en frente de sus narices sin que nadie le hiciera caso.
 
El éxito de la operación lo llevó a la fama y a ser representante demócrata en el Congreso de Estados Unidos desde 1996. Combatir a la migración irregular ha generado, en muchos casos, réditos político electorales, como la gobernadora de Arizona que se apoyó en la nefasta ley SB 1070 para ganar la elección. Pero el ejemplo más refinado de cómo reditúa políticamente ser antinmigrante es el del ya veterano sheriff de Maricopa, Joe Arpaio que ha ganado el puesto por sexta ocasión.

Pero no todo es política antinmigrante, menos ahora que el voto latino le dio el triunfo a Obama y que los republicanos perdieron el estado de Florida.

En efecto, Obama, que había sido muy timorato en cuanto a promover una reforma migratoria, se tuvo que poner las pilas al final de su primer período para tener un gesto y pedir un voto de confianza al electorado latino. Por medio de un decreto ejecutivo, otorgó a casi 2 millones de migrantes jóvenes irregulares la posibilidad de que se cumpliera su sueño: ser americanos (Dream Act).

Los llamados dreamers muy posiblemente votarán en el futuro por los demócratas que le abrieron el camino a la legalización y, ciertamente, recordarán con cierto resentimiento haber sido tratados tan mal por los republicanos, que les cerraron las puertas. Es más, se trata de una población de jóvenes politizada y educada que luchó en las calles por tener un papel en esa sociedad.

Después de este gesto de buena voluntad política, Obama pudo presentarse ante los latinos con una carta fuerte y seguir con la retórica normal de promesas electorales, entre ellas impulsar una reforma migratoria.

Por su parte, Romney optó por una alianza directa con el ala conservadora de su partidoy nombró a Paul Ryan, del Tea Party, en la fórmula para vicepresidente, lo que limitó cualquier expresión de arreglo para la situación de los migrantes irregulares. Ni siquiera se atrevió a apoyar a los dreamers, que son los que tienen mayor aceptación en Estados Unidos, y que de hecho no cometieron ningún delito cuando llegaron de pequeños, fueron sus padres los responsables de la falta.

No sólo eso, Romney perdió al electorado latino de Florida, que anteriormente le había dado sonados triunfos a los republicanos. Y ese es un misil en la línea de flotación para el partido conservador, que ven que el barco se hunde y no saben qué hacer. Para ganarse a los latinos, ya no basta tener a los cubanos de su lado. El electorado de Florida ha cambiado notablemente en los recientes años. Los viejos cubanos que llegaron en la década del 50 o 60 ya se están muriendo. La segunda generación de cubanos es totalmente distinta, ya no se autoidentifican en el censo como blancos, como lo hacían sus padres, sino como hispanos o latinos.
 
Tres cubano-americanos han llegado al senado, dos republicanos –Rubio, de Florida, y Cruz, de Texas– y un demócrata, Rob Mendez, por New Jersey. Además hay 28 escaños latinos de diferentes orígenes en la Cámara de Representantes. El lobby latino y cubano es cada vez más fuerte, pero ya no es totalmente republicano.
 
Los republicanos perdieron en la Pequeña Habana de Miami, lo que pone en evidencia que los cubanos ricos ya no viven ahí y que sus habitantes son un conglomerado latino de cubanos, peruanos, colombianos, nicaragüenses y demás nacionalidades.
 
Los latinos le dieron el triunfo a Obama, pero el supo trabajar electoralmente con las minorías. A los negros los tenía ganados por el simple factor racial y recibió 93 por ciento de los votos, de los asiáticos 73 por ciento y de los latinos 71 por ciento, que es el grupo más numeroso. Romney sólo ganó entre los blancos con 59 por ciento.
 
Sin embargo, la declaración de Obama de que apoyará una reforma migratoria se debe, ya no a la elección, sino a una estrategia política y partidaria de mediano y largo plazos.
 
El Pew Hispanic Center reporta, con datos duros y confiables, un nuevo panorama demográfico electoral en Estados Unidos, donde los latinos son el factor crucial para el mayor crecimiento de posibles votantes.
 
En primer lugar, los latinos son el grupo étnico más joven, con 27 años en promedio, frente a un electorado blanco envejecido de 42 años como media. El remplazo generacional estará a cargo de los latinos.
 
En segundo término, los latinos están participando cada vez más en las elecciones presidenciales, fueron 9.7 millones en 2008 y 12.5 en 2012. Sin embargo, todavía pueden pegar más fuerte de lo que lo han hecho, si convencen a 11.2 millones de latinos que podían votar y no lo hicieron.
 
En tercer lugar, se estima que hay 17.6 millones de latinos menores de 18 años y que en el futuro podrán ser votantes, lo que implica una masa electoral que hay que conquistar.
 
No todo queda ahí. Hay 5.4 millones más de latinos que tienen visa de residentes y que, si se naturalizan, podrían incorporarse al electorado. De hecho, se dice que las demoras y las listas de espera en el proceso de naturalización favorecen a los republicanos, porque son menos votos para los demócratas. Este grupo ha sido sistemáticamente trabajado por diversas organizaciones que tratan de ganarlos para su bando político.
 
Finalmente, hay 7.1 millones de latinos en situación irregular y que podrían, eventualmente, encontrar un camino a la legalización. Luego tendrían que pasar varios años para naturalizarse y sufragar, pero eventualmente ellos votarían por el partido que favoreció una reforma migratoria.
 
En síntesis, la demografía electoral a mediano y largo plazos le da un papel fundamental al voto latino. La elección quedó atrás, ya no se trata de los intereses de tal o cual candidato sino del partido y de su futuro. Ahora, más que nunca, se vislumbran nuevas posibilidades de una reforma migratoria.
 
 
Por qué Hezbolá apoya a Assad

Robert Fisk
Hezbolá fue alguna vez la resistencia libanesa, el duro valeroso y abnegado ejército guerrillero que sacó de Líbano a los soldados de ocupación israelíes hace 12 años.
 
Hoy su aspecto más bien es el de otra institución árabe de seguridad –o de inseguridad–, que envía drones a sobrevolar Israel y continúa apoyando al régimen sirio del presidente Bashar Assad, pese a la condena de muchos libaneses.

Walid Jumblatt, el líder druso –famoso por sus vuelcos entre Siria y sus opositores–, es uno de varios políticos libaneses que se preguntan por qué Hezbolá no da su apoyo a la resistencia siria en vez de al régimen.

Contra lo que afirma el Departamento de Estado, Hezbolá no combate al lado de los hombres de Assad, sino que ha asumido funciones de seguridad del lado sirio de la frontera libanesa –con lo cual mantiene la frontera sirio-libanesa fuera del alcance de los rebeldes– y utiliza sus formidables servicios de inteligencia a favor del régimen. Por lo menos cuatro mártires de Hezbolá han sido devueltos de Siria para ser sepultados en Líbano.

Nadie duda del poder de fuego ni de la tenacidad del más eficiente de los movimientos guerrilleros. Si no ganó la guerra contra Israel en 2006 –más de mil civiles muertos no casan con la divina victoria que clamó su líder, Sayed Hassad Nasrallah–, el hecho es que Israel la perdió, retirándose a su frontera luego de fieros combates cara a cara con combatientes de Hezbolá. Israel, junto con Estados Unidos, por lo regular se refiere a Hezbolá como un movimiento terrorista, pero soldados israelíes que han enfrentado a sus guerrilleros hablan de ellos con algo parecido al respeto. Hezbolá no huye.

Sin embargo, esta organización siempre ha adolecido de dos fallas esenciales: en esencia es un grupo musulmán chiíta –y por tanto sectario por naturaleza– y es financiado por millones de dólares anuales enviados desde Irán. Su continuo apoyo a Assad, quien es alauita, es decir, chiíta, vuelve aún más sectaria su perspectiva, en tanto su financiamiento iraní lo distancia de los musulmanes sunitas libaneses y de la mayoría de los cristianos.

Que el ex general cristiano Michel Aoun se haya aliado con Hezbolá tiene su propia historia. La más reciente afirmación indignante de Aoun se produjo la semana pasada, cuando dijo que el general Wissam al-Hassan –ex jefe de inteligencia libanés– tuvo la culpa de haber sido asesinado porque su propia seguridad lo abandonó.

De mucha mayor preocupación para el país, y para muchos en el gobierno del que también Hezbolá forma parte, fue el avión no tripulado que el movimiento envió sobre Israel y que fue derribado luego de volar cientos de kilómetros. Hezbolá afirmó que fue construido con partes iraníes ensambladas en Líbano, y que tomó fotografías de Israel antes de su destrucción –lo cual podría ser cierto–, pero el incidente representó un serio agravamiento de tensiones entre Líbano e Israel. El gobierno libanés no puede esperar que Naciones Unidas escuche sus quejas de vuelos diarios israelíes sobre su territorio cuando, sin su permiso, Hezbolá realiza sobrevuelos de inteligencia desde el valle de Bekaa.
 
Hace más de un año, Hezbolá envió otro drone sobre Galilea y logró regresarlo ileso al Bekaa, luego de hacerlo volar sobre el supuestamente ultrasecreto puesto de escucha israelí en las montañas al este de Haifa. El artefacto más reciente fue un mensaje de Irán: ataquen instalaciones nucleares iraníes y los drones de Hezbolá pueden atacar a Israel.
 
Los propios isralíes creen que, si estallara otra guerra con Hezbolá, combatientes libaneses buscarían entrar a Israel por la costa y avanzar hacia el sur por territorio soberano israelí, más para obtener una victoria simbólica que como un verdadero intento de liberar a Palestina.
 
Pero Hezbolá enfrenta problemas. Ahora que el rial iraní está en caída libre, sus ingresos procedentes de Teherán deben de estar disminuyendo. Cuatro de sus funcionarios de alto nivel han sido acusados por el tribunal internacional de participar en el asesinato del ex primer ministro Rafiq Hariri en 2005. Existen serias dudas sobre esas órdenes de aprehensión, pero el líder Nasrallah ha dejado en claro que esos hombres no comparecerán ante la corte, arrogándose facultades gubernamentales de las cuales carece legalmente. De hecho, algunos discursos recientes de Nasrallah han mostrado un tono sospechosamente presidencial.
 
Desde que los grupos de oposición 14 de Marzo de musulmanes sunitas y cristianos se han reactivado para colaborar en pláticas con el gobierno, a raíz del asesinato del general al-Hassan –quien era buen amigo de Hariri y enemigo de Siria–, sobre la base de que el gobierno libanés prosirio tiene responsabilidad por la muerte del general, casi todas las funciones del Ejecutivo en Beirut se han detenido. Por desgracia para la oposición, su líder principal –Saad, el hijo de Hariri– languidece entre París y Arabia Saudita, temiendo, acaso no sin razón, que pueda terminar tan muerto como el general.
 
Esto no causa daño a Hezbolá, pero el futuro no le luce favorable. Si el régimen de Assad se derrumba y es remplazado por un poder sunita de estilo islamita en Damasco, entonces Hezbolá quedará solo en Levante, con más de 800 kilómetros de piedra y arena hostiles, sirias e israelíes, entre Líbano y la frontera iraní.
 
Si el apoyo a los rebeldes sirios es el intento de Occidente de destruir al único aliado árabe de Irán, entonces Hezbolá quedará solo e Israel estará encantado. Al igual que Washington. A menos, claro, que Bashar Assad sobreviva.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

Venezuela: el paisaje (pos)electoral

Maciek Wisniewski*
Venezuela vive un tiempo electoral casi permanente. Aún no bajó el polvo de las elecciones presidenciales del 7 de octubre (7-O) y el 16 de diciembre (16-D) el país ya elegirá a los gobernadores (el 14 de abril de 2013 habrá elecciones municipales).
 
Desde que Hugo Chávez asumió el poder hace 14 años hubo 16 elecciones y referendos. Él triunfó en 15, incluidas las pasadas cuando fue relecto por tercera vez al derrotar por 11 por ciento (y en 80 por ciento de los municipios) al derechista Henrique Capriles Radonski de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Los escuálidos (derechistas) estuvieron seguros de su victoria. Los periodistas opositores (como ello mismos admitían) ya escribieron columnas para el día 8 (¡el primero sin Chávez!) felicitando a Capriles, aunque sólo una de nueve encuestadoras le daba el triunfo.

Esta parte del país se creyó sus propias construcciones mediáticas y luego se sumergió en un trauma poselectoral. Cómo me dice Roberto Hernández Montoya, jefe del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) y comentarista político, no querían ver la realidad y se dejaron engañar por sus dirigentes.

Algunos opositores se arrecharon con Capriles por haber reconocido el resultado (sic) y encima antes de contar los votos casilla por casilla (sic). Dicen que hubo un fraude (sic) y que Chávez es un presidente ilegítimo (sic).

Teodoro Petkoff, ex guerrillero y ex ministro, uno de los principales voceros antichavistas, jefe del diario Tal Cual me dice que no hubo fraude como tal, sino mucho ventajismo y trampas. Que la oposición luchaba contra toda la maquinaria del Estado. Sobre el resultado simplemente comenta: Chávez aún tiene más gente que nosotros.

Pero a parte de los que respetan el voto como Petkoff, hay dentro de esta oposición democrática sectores golpistas que apoyaron lo electoral sólo porque esta vez creyeron poder vencer. Ahora quisieran dar otro golpe como el de 2002, pero no tienen la capacidad –dice Hernández Montoya.

Vuelven a apostar a la muerte: si Chávez no se murió hasta el 7-O como aseguraban las fuentes bien informadas de Miami, se morirá pronto. Según la Constitución si el presidente fallece en los primeros cuatro años, el vicepresidente asume el poder y convoca nuevas elecciones en 30 días; pasado este tiempo el vicepresidente completa el mandato (artículo 233).

Al mismo tiempo los llamados a la abstención el 16-D, fruto del trauma (ya les salió caro el boicoteo de las elecciones parlamentarias en 2005) se mezclan con los llamados a enfrentar al gobierno que irá por los siete estados gobernados por la oposición. Chávez ganó en 22 de los 24 estados, entre ellos en Miranda, gobernada por Capriles, que se vislumbra como el centro de batalla (es cierto que sus votos no se transferirán automáticamente a los candidatos chavistas, pero tampoco será el caso de la oposición que acaparó los suyos, sobre todo gracias a la tarjeta unitaria).
 
Capriles tras el fracaso nacional buscará su relección y enfrentará a Elías Jaua, hasta el mes pasado el vicepresidente (cambiado por ex canciller Nicolás Maduro). Pero primero tendrá que tratar con la desbandada en sus filas.
 
Según Petkoff la unidad está garantizada. Pero algunos integrantes de la MUD, los viejos partidos de la Cuarta República –AD y COPEI– están descontentos con la hegemonía de Primero Justicia (PJ), el partido de Capriles y su liderazgo.
 
En Miranda el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido que Petkoff fundó en los 70 y del cual salió cuando este apoyó a Chávez (luego MAS pasó a oposición) retiró su apoyo a Capriles y se lo dio a Jaua. Las razones: PJ es sectario e intolerante y Capriles se preocupaba sólo por la presidencia: de su gestión no queda nada.
 
Un ejemplo: uno de los temas de la campaña 16-D es la delincuencia (la tasa de homicidios en 2011 fue de 62 por 100 mil habitantes, en Caracas más alta), un problema grave que afecta a todo el país y data de hace varias décadas, aunque la oposición dice: culpa de Chávez. Pero curiosamente dónde creció más fue en Miranda (que abarca el este de la capital).
 
Muchos ya dieron por sentado el triunfo de Capriles. Pero el chavismo aprendió la lección de Diosdado Cabello (ahora jefe del parlamento), cuya gestión en Miranda fue un desastre y que perdió el estado. Postula a Jaua, un candidato muy popular, respaldado por movimientos sociales. Y él mismo Capriles degradando el alcance de su figura genera sentimientos encontrados entre sus seguidores. Insiste en que Miranda demostrará cómo será el país del futuro, pero las pugnas en la MUD hacen sospechar que él mismo puede no tener uno y puede compartir la suerte de Manuel Rosales, el primer candidato consensuado de la oposición, que acabó en la nada.
 
Incluso los opositores temen que el camino a la victoria será empedrado y angosto, algo que se debía evitar (El Universal, 21/10/2012). Además el estado ya tenía un candidato elegido en las primarias de febrero, las mismas que ganó Capriles (lo que cuestiona los tan promocionados principios democráticos). Esta derrota sería más dañina que la de 7-O y el segundo revés ya lo eliminaría del paisaje electoral.
 
Ahora los chavistas hacen las apuestas: a la muerte política de Capriles mediante el voto el 16-D.
*Periodista polaco
Caracas, octubre de 2012

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