Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 15 de noviembre de 2012

Europa, en el incendio social- Europa: las huelgas de la dignidad-Washington apaleado y aislado

Europa, en el incendio social
 
Diversos estamentos sociales se dieron cita ayer en varias ciudades de España, Italia, Portugal y Grecia para protestar por los brutales programas de choque que aplican los gobiernos de esos países. En los dos que comparten la península Ibérica tuvieron lugar, además, sendos paros generales convocados por centrales obreras.
 
En los cuatro casos, las razones de la indignación social son las mismas: los severos recortes aplicados por las autoridades a los programas de educación y salud, los incrementos impositivos, las ofensivas contra los derechos y las prestaciones laborales y el empecinamiento oficial por trasladar el costo de la crisis a los ciudadanos y de proteger a las corporaciones –especialmente, las financieras– de las consecuencias de su propia avidez.
 
 
Aunque Grecia ha sido desde hace meses el escenario principal del incendio social causado por las directrices económicas que la Unión Europea, bajo la presión del gobierno alemán, ha impuesto a cuatro de sus socios, ayer las confrontaciones más notables tuvieron lugar en España e Italia. En el primero las fuerzas del orden incurrieron en actos de brutalidad y la jornada se saldó con 72 heridos, 142 detenidos y algunos destrozos. La información difundida por los sindicatos señala que más de las tres cuartas partes de los asalariados acataron el paro, el cual fue particularmente perceptible en los sectores del transporte. En el territorio italiano las manifestaciones dejaron un saldo de seis policías heridos.
 
El caso español cobra relevancia particular por cuanto ha hecho evidentes las desventajas de pertenecer a la Unión Europea, adhesión que hasta hace unos meses era vista como sinónimo incuestionable de desarrollo político, económico y social. Sin embargo, esa pertenencia muestra hoy su cara más amarga: se ha desvanecido la soberanía de Madrid en materia de manejo de la economía, y el gobierno de Mariano Rajoy exhibe disposición a acatar las directrices impuestas desde Bruselas y Berlín y a sacrificar, en nombre de la estabilidad y el crecimiento, a la gran mayoría de la población.
 
Es significativo que los lineamientos impuestos por la Comisión Europea a España, Grecia, Italia y Portugal hayan sido criticados incluso por el Fondo Monetario Internacional (FMI), tradicional promotor de los planes de choque, porque, según el organismo, pueden volverse política y socialmente insostenibles.
 
Finalmente, esas estrategias anticrisis adolecen de miopía monumental, por cuanto la promoción de medidas recesivas en cuatro de los integrantes de la Unión Europea terminará por frenar el crecimiento de sus principales socios, e incluso por llevarlo a números rojos, lo cual pondría al mundo en la perspectiva de una nueva depresión global de consecuencias sociales y políticas impredecibles.
 
 
 
Europa: las huelgas de la dignidad
 
Marcos Roitman Rosenmann
 
En 24 países de la Europa comunitaria, este 14 de noviembre se han convocado paros parciales, y en España, Portugal, Malta y Grecia los sindicatos se han decantado por la huelga general. Un malestar acompañado de indignación y, por qué no decirlo, de frustración, se adueña de las clases trabajadoras. Desde hace dos décadas, en Europa, de forma lenta pero continuada, desaparecen derechos considerados universales y de calidad. Asimilados como un logro de la democracia representativa y una sociedad más justa e igualitaria, pocos podrían haber vaticinado su defunción política. Hablamos de educación pública, salud universal, vivienda social, salarios dignos o trabajo estable. Hoy estos derechos se extinguen en medio de la algarabía de las clases dominantes. El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de España, Joan Rosell, se mofa de las protestas y sus convocantes. No tienen propuestas y desde el punto de vista interior, y todavía más desde el punto de vista exterior, la huelga supone un torpedo contra la recuperación. Dicho argumento lo acompaña con su frase preferida: se acabó el café para todos, aludiendo a la necesidad de acabar definitivamente con el Estado de bienestar. Rosell, acusa a la clase trabajadora de vivir del desempleo y aprovecharse de la buena voluntad de empresarios honrados que trabajan 14 o 16 horas al día, mientras el obrero sólo lo hace ocho horas y protegido por una legislación paternalista. Lo que no dice Rosell es que la CEOE ha recibido 20 mil millones en subvenciones del Instituto de Crédito Oficial en 2012, y la banca, 50 mil millones. Rosell no tiene empacho. Según su teoría, los trabajadores son responsables, en gran medida, de la crisis. Han vivido por encima de sus posibilidades. Hoy deben pagar la factura.

 
La política de austeridad diseñada por el capital financiero y las burguesías trasnacionales no tiene límite, engullendo y desprendiéndose de lo considerado superfluo. Entre lo prescindible se hallan personas jóvenes, ancianos, trabajadores, campesinos, familias y emigrantes. Pero también instituciones. Universidades, polideportivos municipales, centros de salud primaria, oficinas de empleo público. Ambos, personas e instituciones, son un obstáculo en su camino por lograr el control de la sociedad. Hay que dejar paso libre a las compañías de seguros privados, de trabajo temporal. La educación se transforma en un negocio. Todo se mide en función del beneficio económico. No hay consideraciones sociales, sólo monetarias.
 
En este contexto, millones de ciudadanos, por primera vez en la historia contemporánea de Europa occidental, deciden salir a la calle y levantar juntos su voz contra las políticas de austeridad y recortes diseñadas por Alemania, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y los países del G-8. Políticas cuyo resultado es un incremento de la pobreza, reapareciendo el hambre, la desnutrición y las enfermedades de salud pública, piojos, liendres y, como broche de oro, el sarampión.
 
En España, el desamparo que supone perder el empleo y la imposibilidad de seguir pagando alquiler y préstamo hipotecario se traduce en miles de órdenes de embargo y desahucio. Familias enteras se han quedado en la calle, sin techo, sin medios para sobrevivir ni cobertura sanitaria. La acción depredadora de los bancos, en complicidad con los grandes partidos y sus gobiernos, les permite seguir actuando con total impunidad. Pero las entidades financieras no están conformes: exigen más y más. Ahora piden la cabeza de los avalistas, quienes son desposeídos de sus bienes. Es la otra parte de la historia. Padres que estamparon su firma apoyando la hipoteca de sus hijos se ven sometidos al mismo proceso. Embargados y expulsados de sus casas se convierten en víctimas propicias de contratos usureros y perversos. Por el precio de una, los bancos obtienen dos viviendas. Ahora nos encontramos con personas que han estado toda una vida trabajando, ahorrando, que han pagado sus letras, que tienen el piso en propiedad, sin cargas, con edades comprendidas entre 50 y más años, siendo despojados de su vivienda.
 
La huelga general es un grito a la esperanza. No todo está perdido. Sin embargo, los empresarios y la patronal hacen lo posible por impedir que sus trabajadores ejerzan el derecho a huelga. Las reformas laborales impulsadas por el PSOE, primero, y ahora por el Partido Popular, permiten el despido libre. El miedo de cientos de personas que comparten los motivos y desean participar de la jornada de huelga los hace abstenerse y acudir a sus centros de trabajo. Son conscientes, se están jugando su empleo y en tiempos de crisis, no es aconsejable hacerlo. Los empresarios se frotan las manos. Si usted hace huelga, aténgase a las consecuencias. Con 5 millones de desempleados no tengo problemas. El despido sale barato y un contrato basura siempre es una buena opción de cambio.
 
Aun así, hay quienes deciden enfrentar el miedo, seguros de la dignidad que los embarga. Acuden al trabajo pero dejan constancia pública de la presión a que son sometidos por parte de sus jefes. En esta dinámica, tras la jornada laboral se suman a las manifestaciones convocadas en cada ciudad y pueblo de España cientos de jóvenes, estudiantes, médicos, enfermeras, trabajadores, agricultores, mineros, pescadores, empleados públicos, campesinos, jornaleros. Su presencia calla bocas. Es posible que los empresarios boicotearan la huelga y el gobierno señalase que el llamado fue un fracaso. Pero el lema Nos dejan sin futuro resulta ser suficientemente explícito para acudir a la cita. El triunfo de la huelga general es un hecho. Cientos de miles de voces se funden en un solo grito: no a las políticas de austeridad. La dignidad no se extravió en el camino. Mientras tanto, los políticos corruptos, de espalda a los ciudadanos, aprueban su plan de recortes, en un Parlamento desprestigiado y sin vocación democrática.
 
 
Washington apaleado y aislado
 
Ángel Guerra Cabrera
 
La abrumadora vigésimo primera condena al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba por la Asamblea General de la ONU alcanzó el 13 de noviembre la marca histórica de 188 votos a favor sobre 193 miembros de la organización. Como es natural, Estados Unidos e Israel votaron en contra. También Palau, protectorado yanqui al igual que Islas Marshall y Micronesia, que se abstuvieron. Del Estado sionista no cabe esperar otra cosa, pues su músculo militar-nuclear, su bárbaro régimen de despojo y exterminio contra el pueblo palestino y su demencial belicismo dependen del sostén y el apaño de Washington.
 
Esta universal paliza a Estados Unidos por la inhumana guerra económica, comercial y financiera que sostiene contra Cuba hace más de cinco décadas demuestra la falacia y el cinismo de su autor al calificarla de asunto bilateral. Por más que signifique una violación masiva y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, genocida por su naturaleza, afecta también derechos de terceros a escala planetaria, incluso de los aliados más cercanos del imperio que no pueden apoyar un instrumento flagrantemente violatorio del derecho a la libertad de comercio y navegación y cuyas compañías y bancos se ven sometidos cada vez con más frecuencia a sanciones, multas millonarias y prohibición de comerciar con Cuba en medio de la mayor crisis económica de los últimos 80 años.
 
Obama prometió un nuevo comienzo con Cuba pero la realidad es que aparte de la flexibilización de los viajes y las remesas de los cubanoestadunidenses, su gobierno ha recrudecido como ninguno la extraterritorialidad del bloqueo al aplicar multas a empresas y bancos de otros países ascendentes a 2 mil millones 259 732 dólares, el doble de las impuestas por George W. Bush en sus dos administraciones. Lo más grave y profundamente antidemocrático es que el bloqueo no es apoyado por la población estadunidense, que según encuestas lo rechaza, favorece la normalización de relaciones con Cuba y desearía que se le permitiera viajar a la isla, único lugar del planeta al que lo tiene prohibido. No se diga la comunidad de origen cubano, que en su mayoría rechaza la actitud revanchista de la pandilla contrarrevolucionaria exiliada y el secuestro en que mantiene la política de Washington hacia La Habana. El anticastrismo es una industria muy redituable pero crecientemente impopular. El histórico e interesante giro en la reciente elección de parte importante del voto cubanoestadunidense hacia un candidato demócrata como Obama expresa la bancarrota política de los usufructuarios de aquella, estrechos aliados de la extrema derecha republicana.
 
Obama tiene el capital político de la relección y las prerrogativas presidenciales que le permitirían minimizar el bloqueo y crear el clima para su levantamiento. Contaría con amplio apoyo en importantes círculos empresariales, de derechos humanos y religiosos de la sociedad estadunidense. Cuba no es la agresora, sino la agredida y agraviada, por lo que es arrogante, cínico e inaceptable por parte de Washington pedirle gestos y mucho menos exigencias a su régimen político, mucho más democrático que el estadunidense.
 
Sin embargo, Estados Unidos sigue declarando que el cambio de régimen es su objetivo en Cuba y su enfoque de la relación bilateral se apoya en un entramado jurídico descaradamente intervencionista y violatorio de la soberanía cubana, que desconoce la raigambre popular de las instituciones isleñas. En concordancia actúa la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, dedicada a tiempo completo a soliviantar a la quinta columna tarifada cuya estrella rutilante de ocasión es la bloguera Yoani Sánchez. Sobre su obsesión por mentir, manipular información y servir al gobierno de Estados Unidos a cambio de dinero existe abundante documentación en: (lapupilainsomne .wordpress.com/2012/01/29/quien-es-yoani-sanchez/).
 
La Sociedad Interamericana de Prensa, brazo propagandístico del Pentágono, ha nombrado a Sánchez vicepresidenta para Cuba. Por su parte la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la moribunda OEA, integrante del coro difamador de los gobiernos populares y progresistas de América Latina, se erige en abogada de la mercenaria. Mejor haría –si se atreve– a interesarse por el soldado Bradley Manning, las torturas en Guantánamo, la represión y abusos policiales y los crímenes de guerra de Estados Unidos, país donde tiene su sede y fuentes de financiamiento.
Twitter: aguerraguerra

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