EPN y AMLO, la incertidumbre
JVM, EPN, AMLO y GQ.
Foto: O. Gómez, A. Saldívar, E Miranda, G. Canseco
Foto: O. Gómez, A. Saldívar, E Miranda, G. Canseco
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Se rompió el hechizo. Conforme avanzan las campañas
presidenciales aumenta el grado de incertidumbre con respecto a quién sería el
ganador el próximo 1 de julio. La supuesta inevitabilidad de un triunfo de
Enrique Peña Nieto se ha esfumado y la elección se polariza entre quienes añoran
el pasado y quienes buscan experimentar con algo nuevo.
Los resultados de la más reciente encuesta del periódico Reforma son
elocuentes. Este medio, que no tendría razón alguna para favorecer a la
izquierda política, informa que la ventaja de Peña Nieto sobre Andrés Manuel
López Obrador se ha reducido a únicamente 3 puntos porcentuales. En la encuesta
levantada entre el 24 y el 27 de mayo, el candidato del PRI recibe 28.5% de la
intención del voto en términos “brutos”, contra 25.5% para López Obrador, 18%
para Josefina Vázquez Mota y 21% de “indecisos”. Es decir, la candidata del PAN
no solamente ha caído a un lejano tercer lugar, sino que se encuentra incluso
rebasada por los indecisos.
El desglose de los números es también muy revelador. Por ejemplo, el estudio
señala que en el último mes López Obrador habría remontado 12 puntos entre
electores “independientes” para colocarse con una holgada ventaja de 43% contra
26% para Peña Nieto en este sector. El candidato de las izquierdas también
habría rebasado al candidato del PRI tanto en el centro como en el sur del
país.
Pero una examinación cuidadosa de los números revela que en realidad ya
existiría un empate técnico entre los candidatos del PRI y el PRD. A la hora de
pasar de una tasa “bruta” a una tasa “efectiva”, normalmente los encuestadores
presumen que los “indecisos” se comportarían de manera similar a los votantes
que ya manifestaron su decisión. Así, simplemente eliminan a los indecisos de la
muestra y distribuyen este porcentaje entre los otros candidatos de acuerdo con
su peso correspondiente entre los encuestados que sí expresaron su apoyo a algún
candidato.
Pero una suposición más apegada a la realidad sería que estos indecisos más
bien tendrían un comportamiento cercano a los “independientes”, ya que tanto los
independientes como los indecisos suelen determinar su voto más en función del
candidato que del partido político. Ahora bien, cuando se realiza el reparto de
los indecisos de acuerdo con el peso específico de cada candidato entre los
independientes, el resultado para el porcentaje “efectivo” de votación da el
sorprendente resultado de 34% para Peña Nieto y 34.5% para López Obrador, en
base a los mismos datos de Reforma. Queda aún más claro que la moneda está en el
aire.
La encuesta de Reforma cuenta con una tasa de “rechazo” mucho menor a la de
otras casas encuestadoras. Mientras la cifra para Mitofsky, que trabaja con
Televisa, es de 60%, y la de Parametría, empleada por El Sol de México, es de
69%, la correspondiente a Reforma es de sólo 21%. La “cifra negra” de personas
que simplemente se niegan a contestar es entonces tres veces menor en el caso de
Reforma, un dato que sugiere mayor confianza en sus resultados.
Es importante mencionar que el titular del área de opinión pública de
Reforma, Alejandro Moreno, no es un simple “encuestador” que realiza “sondeos”,
sino un investigador serio que conoce las complejidades y las profundidades de
su materia. Cuenta con un doctorado en Ciencia Política por la Universidad de
Michigan, es investigador de tiempo completo del Departamento de Ciencia
Política del ITAM, y es reconocido internacionalmente por sus numerosos
estudios, tanto en inglés como en español, sobre la opinión pública en
México.
La incertidumbre con respecto al ganador el próximo 1 de julio es una gran
noticia para la democracia mexicana. El teórico Adam Przeworski ha sostenido que
es precisamente la “incertidumbre institucionalizada” la que distingue a los
sistemas democráticos de los autoritarios. Bajo el autoritarismo, todo el mundo
sabe quiénes gobernarán y se resignan a aceptar su destino o, en su caso,
deciden protestar en las calles y aun tomar las armas. En contraste, en una
democracia nadie sabe quiénes serán los gobernantes porque la decisión depende
del ejercicio libre del voto. Por lo tanto, una gran parte de la energía
ciudadana se canaliza a las campañas electorales.
Desde hace meses, los principales medios de comunicación electrónicos y
algunos encuestadores han tenido la firme intención de convencer a la sociedad
de que todavía vivimos en un sistema autoritario donde el ganador de las
elecciones estaría decidido desde antes de que los ciudadanos acudan a las
urnas. Pero hoy, gracias a medios independientes como Reforma, podemos empezar a
recuperar la esperanza en que posiblemente en esta elección puedan ser los
votantes y no las instituciones electorales o los poderes fácticos los que
decidan quién será el próximo presidente de la República. La determinación de
los jóvenes del movimiento #YoSoy132 de participar activamente en el proceso
electoral también refleja esta apuesta social por la institucionalidad
democrática.
Ahora bien, estos datos demuestran igualmente que López Obrador se equivoca
cuando señala que la única forma en que la izquierda podría ganar la Presidencia
sería con una votación dividida en tres tercios. El candidato ha postulado que
la sociedad mexicana es fundamentalmente conservadora y que la votación máxima
que la izquierda podría recibir sería de aproximadamente 35%, similar a la cifra
que tuvo hace seis años en la elección presidencial de 2006.
La realidad, sin embargo, pareciera decir otra cosa. La elección empieza a
polarizarse, y cada vez más personas que votaron por Calderón en 2006 están
pensando seriamente en votar ahora por López Obrador con el fin de evitar el
retorno del PRI a Los Pinos. Así como Vicente Fox se benefició del “voto útil”
de la izquierda en 2000, López Obrador podría ser el beneficiario del “voto
razonado” de los panistas de hoy.
Defiende EPN retención de cuotas en el SNTE
Enrique Peña Nieto, candidato de la coalición
PRI-PVEM a la Presidencia.
Foto: Prensa EPN
Foto: Prensa EPN
MÉXICO, D.F. (apro).- Sin deslindarse de la presidenta vitalicia del
magisterio Elba Esther Gordillo, el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña
Nieto, defendió la retención automática de las cuotas sindicales de los maestros
en el SNTE porque “hacerlo voluntario, sería como pretender hacer voluntario el
pago de impuestos”.
Durante el encuentro con los integrantes de la Coalición Ciudadana por la Educación, Peña Nieto se pronunció a favor de la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de otros sindicatos para que sus líderes rindan cuentas claras, pero no especificó cómo debería ser una mejor transparencia en estas organizaciones corporativas.
Ante las preguntas insistentes, Peña Nieto afirmó que la relación patronal del magisterio con el gobierno federal y los gobiernos de los estados debe continuar regido exclusivamente a través del SNTE, “a partir de una elección democrática”.
El exgobernador mexiquense, rechazó así la posibilidad de eliminar la retención automática de las cuotas sindicales en el SNTE:
“Suena muy bien, pero éste es un derecho colectivo en el ejercicio del fortalecimiento de su operación. Más bien se requiere una evolución para fortalecer la rendición de cuentas”, dijo.
El encuentro, que inicialmente se había programado para que se extendiera dos horas, se redujo a la mitad, debido a que se acortó la sesión de preguntas y respuestas con el candidato presidencial del tricolor.
Peña Nieto se comprometió a revisar el decreto de 1946 para reivindicar la rectoría del Estado en materia educativa y para favorecer la calidad y la cobertura.
También se pronunció por “cambiar el paradigma” para que los estímulos económicos a los maestros sean determinados a partir del desempeño educativo de los estudiantes y no por que estén alineados a las dirigencias sindicales.
En cuanto a las plazas magisteriales, Peña Nieto afirmó que en su gobierno no habrá “borrón y cuenta nueva”, pero indicó que las nuevas plazas se darán por exámenes de oposición y evaluación.
Durante el encuentro con los integrantes de la Coalición Ciudadana por la Educación, Peña Nieto se pronunció a favor de la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y de otros sindicatos para que sus líderes rindan cuentas claras, pero no especificó cómo debería ser una mejor transparencia en estas organizaciones corporativas.
Ante las preguntas insistentes, Peña Nieto afirmó que la relación patronal del magisterio con el gobierno federal y los gobiernos de los estados debe continuar regido exclusivamente a través del SNTE, “a partir de una elección democrática”.
El exgobernador mexiquense, rechazó así la posibilidad de eliminar la retención automática de las cuotas sindicales en el SNTE:
“Suena muy bien, pero éste es un derecho colectivo en el ejercicio del fortalecimiento de su operación. Más bien se requiere una evolución para fortalecer la rendición de cuentas”, dijo.
El encuentro, que inicialmente se había programado para que se extendiera dos horas, se redujo a la mitad, debido a que se acortó la sesión de preguntas y respuestas con el candidato presidencial del tricolor.
Peña Nieto se comprometió a revisar el decreto de 1946 para reivindicar la rectoría del Estado en materia educativa y para favorecer la calidad y la cobertura.
También se pronunció por “cambiar el paradigma” para que los estímulos económicos a los maestros sean determinados a partir del desempeño educativo de los estudiantes y no por que estén alineados a las dirigencias sindicales.
En cuanto a las plazas magisteriales, Peña Nieto afirmó que en su gobierno no habrá “borrón y cuenta nueva”, pero indicó que las nuevas plazas se darán por exámenes de oposición y evaluación.
López Obrador arrasa en Puebla; Peña Nieto, tercero
Bartlett y Obrador en Puebla.
Foto: Benjamin Flores
Foto: Benjamin Flores
MÉXICO, D.F., (apro).- El candidato presidencial de los partidos de
izquierda, Andrés Manuel López Obrador, está a la cabeza de las preferencias
electorales en la capital de Puebla.
El tabasqueño se ubica en primer lugar con 37 por ciento de las preferencias
electorales; le sigue, en segundo lugar, Josefina Vázquez Mota, con 19, y en
tercero Enrique Peña Nieto, con 18.
La encuesta fue publicada por el periódico local Cambio, con una línea
editorial favorable al gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, vinculado a
la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo.
López Obrador creció 12 puntos respecto a la medición anterior, que le
otorgaba un 25 por ciento de las preferencias. En tanto, Peña Nieto y Vázquez
Mota permanecen estancados.
En la ciudad de Puebla nunca ha gobernador el PRD. La alcaldía generalmente
se alterna entre el PRI y el PAN, mientras que la presencia electoral de la
izquierda es baja.

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