Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 22 de diciembre de 2012

La estrategia de EPN deberá responder al corto plazo, coinciden; la violencia, desatada, meterá presión

La estrategia de EPN deberá responder al corto plazo, coinciden; la violencia, desatada, meterá presión

Ciudad de México, 22 de dic (SinEmbargo).– Desde que era candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto prometió un combate a la violencia y disminuirla a corto plazo con una estrategia diferente a la de Felipe Calderón. No dejó claro, en ese periodo, cómo lo lograría.
 
Después de muchas especulaciones y dudas en el aire –que llamaron la atención de diarios mexicanos y extranjeros como Le Monde y The Washington Post–, el mandatario hizo pública su estrategia de seguridad, basada en seis ejes, el pasado 17 de diciembre. En ella resaltas, entre otras cosas, la creación de la Gendarmería Nacional que había prometido con anterioridad.
 
Todavía o está claro si es un buen o un mal plan. El reto para cualquiera, después del descontrol en la seguridad que generó la Presidencia de Felipe Calderón, es alto.
 
Pero, de entrada, los especialistas hablan de la necesidad de un plan con mayor acción y menos “buenos deseos”, que realmente cambie la situación en el país que heredó Calderón: uno sumido en los enfrentamientos entre grupos criminales, con población llena de miedo y cerca de 100 mil muertos.
 
Los analistas nacionales e internacionales, así como distintos medios, coinciden en que Peña Nieto y su equipo deberán dar resultados de corto plazo, aunque se sepa que su estrategia, o cualquier estrategia, debe ser de largo aliento.
 
Uno de los puntos que haría la diferencia entre ambas administraciones es que Peña ha dicho que él no medirá el éxito de su proyecto con el número de capos que capture su gobierno, sino con la disminución notable de la violencia. Esto en clara alusión a Calderón, quien se jactaba de haber capturado a 25 de los 37 criminales más buscados de México.
 
Muchos cuestionaron esta misma estrategia: muchos capos en prisión, pero más violencia contra los ciudadanos. Hasta allí, parece, el gobierno de Peña Nieto parece haber entendido con cierta sensibilidad lo que piensa la población.
 
La periodista Adela Navarro, el catedrático Luis Astorga y el especialista Edgardo Buscaglia, entre otros especialistas en temas de seguridad nacional o en crimen organizado, han dado su primera opinión: la estrategia de Peña Nieto debe ser tomada con reservas.
 
Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, se pronunció sobre el plan de seguridad y dijo que “es el mismo que emprendió la administración de Calderón, sólo que tiene una envoltura diferente”.
Y mientras se esperan los resultados de dicho proyecto, los actos delictivos continúan en el país. Tan sólo el 1 de diciembre, día de la toma de protesta del mexiquense, se registraron 13 asesinatos y en lo que va del mes hubo una matanza en Chihuahua, se encontraron siete cuerpos desmembrados en Coahuila, un motín en Gómez Palacio, Durango, dejó 24 muertos, etcétera.

LA SITUACIÓN DEL PAÍS
Con cifras que no concuerdan entre sí, asesinatos prácticamente cada día y enfrentamientos en distintas ciudades, el país que recibió Enrique Peña Nieto de manos de Felipe Calderón es uno verdaderamente fastidiado. Para algunas instituciones y dependencias resulta difícil cuantificar los datos de la violencia en el país, mientras que organizaciones independientes intentan dar cierta luz de la verdadera situación nacional.
 
El jueves pasado, por ejemplo, la organización civil Propuesta Cívica A.C. (CIC-PC), que dirige Pilar Tavera –y en la que participan, entre otros, Sergio Aguayo y Jesús Robles Maloof–, dio a conocer la lista de 20,851 personas reportadas como desaparecidas durante el sexenio de Calderón. Los datos no se conocían. Han causado un gran revuelo. IR A LA INFORMACIÓN.
 
A pocos meses de que iniciara la nueva administración federal, Adrián Franco Barrios, Director General Adjunto de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aseguró que la violencia en México no se puede medir sólo por la tasa de homicidios e indicó que no existe en el mundo manera de medir el crimen organizado. Estas declaraciones fueron hechas en relación con los datos que el INEGI dio a conocer sobre los asesinatos en el país durante 2011, contando 27 mil 199 de homicidios en general, no sólo los vinculados con el crimen organizado.
 
El organismo informó el 20 de agosto que mientras en 2005 había nueve homicidios por cada 100 mil habitantes, durante el sexenio de Felipe Calderón y hasta el año 2011, la cifra aumentó a 24 por el mismo número de habitantes.
 
En los últimos años, las cifras fueron y vinieron en torno al tema, dependencias gubernamentales, ONG’s, diarios y especialistas proporcionaron distintos números acerca de la cantidad de muertos en la lucha contra el crimen organizado encabezada por Calderón y que habría dejado entre 70 y 100 mil muertos.
 
También a mediados de año, el Índice de Paz Global 2012, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, situó a México entre los países más violentos del mundo, al ubicarse en el sitio 135 de 158 naciones.
 
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) entregó el 2 de noviembre al gobierno mexicano un estudio en el que expone que además de las consecuencias en materia social y de Estado de derecho, la inseguridad tiene un impacto directo en la economía del país.
Destacó que México registra la tasa más alta de asesinatos dentro de los países que integran el organismo mundial, pero a nivel América Latina no ocurre lo mismo.
Afirmó que el alto índice delictivo que enfrenta el país encarece los costos de producción de las empresas, así como las exportaciones por la contratación de seguros. Todos estos elementos son factores que obstaculizan la creación de empleos y por lo tanto la calidad de vida de los mexicanos.
Justo en el tema empresarial, el INEGI reportó el 17 de diciembre que el costo total estimado debido a la inseguridad y el delito contra las empresas en México asciende a 115.2 mil millones de pesos, que equivale a 0.75 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
 
El Instituto también dio a conocer que el monto promedio del costo de la inseguridad y el delito es de 58 mil 774 pesos por unidad económica y precisó que un millón 389 mil empresas fueron víctimas de algún delito en 2011, lo que representa 37.4 por ciento de un total de tres millones 717 mil 291 unidades económicas.
 
Días después, el diario inglés The Economist publicó un mapa interactivo del índice de violencia en México en comparación con la situación en otros países, hecho con base en las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) y la Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen Organizado (UNODC).
 
Según la publicación, Chihuahua, Guerrero, Nuevo León, Sinaloa, Jalisco y Estado de México son los estados más violentos, mientras que Yucatán es la entidad más segura del país, con aproximadamente la misma tasa de homicidios que Finlandia.
 
El semanario indicaba que por vez primera durante la guerra contra el narcotráfico avalada en el 2006, la violencia parecía haberse estabilizado.

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