Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 6 de enero de 2013

BAJO LA LUPA- TELESCOPIO- El drama económico estadunidense- Venezuela: incertidumbre y fortaleza

Bajo la Lupa
“Nueva guerra fría” entre EU y Rusia: Defunción de la perezagruska, según Stephen Cohen
Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Hoy las agendas de los presidentes Vladimir Putin y Barack Obama colisionan
Foto José Carlo González
Antecedentes: la famosa perezagruska (reajuste: Ver Bajo la Lupa; 11/3/09 y 8/4/09) de la relación bilateral entre la primera administración Obama –donde la secretaria de Estado, Hillary Clinton (hoy convaleciente), jugó un papel determinante– y el entonces presidente ruso Dimitri Medvedev nació bajo los mejores auspicios con el fin de iniciar una fructífera cooperación.
 
La hoy abortada perezagruska fue muy esperanzadora para los abolicionistas de las armas de destrucción masiva, en particular, las nucleares.
 
Estados Unidos y Rusia han descarrilado el reajuste, debido a que sus agendas colisionan y se apartan en prácticamente todos los frentes, con excepción de mínimas áreas de colaboración que seguramente pagarán la factura de la creciente discordia.
 
A mi juicio, la gran fractura se produjo en 2008, durante los Juegos Olímpicos de China, cuando EU, en la fase terminal bushiana, azuzó bélicamente a Georgia a invadir Osetia del Norte, lo cual llevó a la fulminante represalia de Rusia, quien estaba esperando pacientemente un error garrafal que tuvo un profundo impacto geoestratégico (ver Bajo la Lupa; El mundo cambió en el Cáucaso; 20/8/08).
 
La perezagruska tenía precisamente entre sus múltiples finalidades dejar atrás el belicismo bushiano y el cerco asfixiante a Rusia en su periferia inmediata. Hoy las agendas de Obama y Putin colisionan: desde la promoción del gas esquisto (shale gas) por EU en detrimento de los hidrocarburos rusos, pasando por la instalación de misiles en Turquía por la OTAN (en la cercanía rusa), hasta su choque en los frentes de Siria/Irán –sin contar la confrontación cada vez más abierta de la OTAN unipolar contra los multipolares BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
 
Debe entenderse que el irredentismo de la OTAN en las fronteras rusas llegó a penetrar la muralla inexpugnable del Kremlin con la desestabilización interna, mediante las arcanas ONG financiadas por entidades gubernamentales-paraestatales de EU.
 
Como si lo anterior fuera poco, los todavía poderosos tentáculos anglosajones promueven la secesión jihadista en el superestratégico transcáucaso (Los Balcanes euroasiáticos, Brzezinski dixit) para debilitar el flanco sur de Rusia (y a su interior islámico ruso: un mínimo 14 por ciento poligámico-juvenil de su población total peligrosamente decreciente) y hasta en los meros Balcanes mediante el añejo proyecto islámico sunnita de La Gran Albania: plan religioso de EU contra los cristianos ortodoxos de origen eslavo, según Alexandre Latsa (Red Voltaire; 3/1/13), con el fin de impedir un acercamiento entre el mundo católico europeo y la poderosa Iglesia ortodoxa rusa.
 
Hechos: en fechas recientes, los congresos de EU y Rusia se han asestado severos golpes legislativos: la controvertida Enmienda Magnitsky (Ver Bajo la Lupa; 4/7/12) y la represalia inesperada de la prohibición de adopción de niños rusos, las cuales, en suma y resta afecta a los ciudadanos de ambas superpotencias.
 
En forma notable, Russia Today (29/12/12) realizó una entrevista a Stephen Cohen –de origen lituano-israelí y connotado académico de estudios rusos e historia en la Universidad de Nueva York, además de miembro del influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés)– quien sin tapujos sepultó la perezagruska y sentenció la “nueva guerra fría” entre los dos superpotencias nucleares.
 
Cohen imputa a EU la responsabilidad del deterioro: al avance de la OTAN a las fronteras de Rusia, la edificación de misiles defensivos en las fronteras de Rusia, la interferencia (¡súper sic!) en la política interna de Rusia, más recientemente en las manifestaciones callejeras (que incluyen el presunto montaje multimediático occidental de Pussy Riot y sus ultrajes a la Iglesia ortodoxa de Moscú, según círculos rusos).
 
Este académico retrocede 20 años a la ominosa enmienda Magnitsky debido al unilateralismo de EU de pretender ganar todo sin concesiones a la contraparte: “Un abordaje analítico realmente honesto (sic) por un patriota de EU –como yo– es que Washington carga gran parte de responsabilidad, debido a las políticas tomado contra Moscú”, lo cual ha desatado un resurgimiento del nacionalismo antiestadunidense en el Congreso ruso, por encima de la voluntad del mismo Putin.
 
A juicio de Cohen, “Obama ha continuado la política hacia Moscú iniciada por el presidente Clinton (Nota: cuyo fin fue cercar y desmantelar a la nueva Rusia, después del colapso de la URSS, gracias a la ingenuidad de Boris Yeltsin), y continuada por Bush, un republicano”.
 
Narra Cohen los intríngulis de la perezagruska: cuando Obama y el entonces presidente Medevedev convinieron el reajuste, Moscú deseaba ciertas cosas de Washington y Washington deseaba ciertas cosas de Moscú, lo cual es normal en una relación responsable entre las dos máximas superpotencias.
 
Sin entrar en detalles, comenta Cohen, Washington obtuvo todo (¡súper sic!), lo que deseaba de Moscú y Moscú no obtuvo nada (¡súper sic!) ¿Se puede fincar la paz mundial en una relación sado-masoquista que llegó a su clímax con Clinton que se burló hasta el cansancio de Yeltsin?
 
El zar geoenergético global Vlady Putin no es Yeltsin cuando la dupla anglosajona apostó todo en impulsar a Medvedev (más flexible en su óptica interesada), en la sucesión rusa.
 
El académico considera que la “nueva atmósfera de guerra fría” afectará las relaciones de EU con Rusia referentes a Afganistán, los misiles defensivos, Siria, Irán que son asuntos muy delicados”.
 
Coloca en la picota toda la propaganda de demonización del personaje Putin en EU (Nota: extensivo a Gran Bretaña) –una característica de su maniqueísmo publicitario–: “el sentimiento antiPutin en EU es completamente(sic) irracional (…) Algunos de nosotros hemos tratado de contrarrestarlo iniciando un discurso racional sobre Putin como líder. No somos proPutin, lo vemos justamente como un líder nacional que necesita ser entendido”.
 
Considera que tanto Obama como Putin han sido rebasados por sus congresos, por lo que será muy difícil la reconciliación cuando la deteriorada relación se acomoda más, en una nueva redición de guerra fría, la cual, en un descuido, puede desembocar ominosamente en un intercambio termonuclear.
 
Conclusión: llama la atención –quizá debido a su súper especialidad en asuntos rusos y su relativo desconocimiento de China–, que Cohen haya soslayado el tercer factor seminal: la postura de China ante la “nueva guerra fría” entre las dos superpotencias nucleares cuando el mismo Beijing es motivo del cerco de la doctrina Obama y su política del pivote, del que forma parte la política confrontativa de ejes de la Alianza Trans-Pacífica .
 
Interesante: la previa guerra fría entre EU y la URSS decidió parcial y relativamente su destino ontológico en la década de los 70 con el acercamiento entre EU y China.
 
¿De qué lado se colocará esta vez China, 40 años más tarde, para decidir el destino geoestratégico de la nueva guerra fría entre EU y Rusia? ¡Faites vos jeux!
Twitter: @AlfredoJalife
Telescopio
Hugo Chávez
El Buscón
Sudamérica, pendiente de la vida de Chávez: Dada la importancia de Hugo Chávez en Venezuela y en América Latina, y la de Venezuela en la Unasur y en el Mercosur, es normal el extremo interés de la mayoría de los periódicos del continente por el curso de la grave enfermedad del presidente venezolano y su sucesión posible, salvo en el caso de algunos muy conservadores y antichavistas, como el chileno El Mercurio. Así, el argentino Página 12, el paraguayo ABC, los peruanos El Comercio y Expresso, los uruguayos El País y La República, los colombianos El Tiempo y El Espectador y los brasileños Folha de São Paulo y Estado de São Paulo sostienen que Chávez, el 10 de enero, seguirá siendo presidente, incluso si no puede asumir ante la Asamblea Nacional de su país. Informan que las diversas autoridades venezolanas llegaron a un acuerdo en Cuba para asegurar entre ellas la división de poderes y la continuidad del chavismo. El boliviano El Diario añade que Chávez padece, además de insuficiencia respiratoria, una grave inflamación abdominal. El también boliviano La Razón sostiene que no hay divisiones en el gobierno chavista y el colombiano El Tiempo informa que el gobierno de Venezuela, por conducto de su embajador en la OEA, Roy Chaderton, negoció en noviembre, en tres oportunidades, con el gobierno de Washington, mientras los ya citados El Espectador y Expresso afirman que la decisión de desconectar a Hugo Chávez está en manos de su hija mayor.
 
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Varias I: Los diarios argentinos La Nación y Clarín destacan la protesta de la oposición porque el ministro de Justicia realizó un ágape en la sede de la ex ESMA, centro clandestino de detención, torturas y desapariciones durante la dictadura. También informan sobre el amparo judicial concedido al organismo de los terratenientes, la Sociedad Rural, contra la expropiación de sus terrenos en Palermo y la negativa del alcalde de Bariloche a renunciar, como le exigieron la presidenta, el gobernador de su provincia y el jefe del bloque del partido de gobierno. El uruguayo La República, por su parte, nos dice que un barco uruguayo escoltará a Mar del Plata a la fragata-escuela argentina Libertad.
 
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Varias II: Según el boliviano La Razón, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, llamó a sustituir el sistema jurídico romano-germánico por el sistema constitucional plurinacional. El Comercio, de Lima, por último, editorializa sobre el déficit de Washington bajo el título Que se encarguen mis hijos e informa que los gastos actuales ascenderán este año a 3.8 billones de dólares, con un déficit de un billón que, de seguir la actual tendencia, aumentará 50 por ciento en 2030, en 100 en 2050 y en 300 en 2080. El cotidiano denuncia que ese déficit es pagado por los socios comerciales de Estados Unidos… y por la máquina de imprimir dólares.
 
 
El drama económico estadunidense
José Antonio Rojas Nieto
Es muy probable que este 2013 sea uno de los más severos de los últimos tiempos para la economía estadunidense. El acuerdo fiscal –que sin duda da un ligero margen de maniobra al gobierno– lo confirma. ¡Cómo no lograr un acuerdo a pesar de la cerrazón de algunos representantes (republicanos y demócratas, por lo demás), luego de que el endeudamiento federal –el global, incluso– ha llegado ya a un nivel sin precedentes! Y es que este endeudamiento gubernamental ha sido correlato de un desendeudamiento relativo –leve, sin embargo– del quebrado sistema bancario y financiero estadunidense y, en menor medida, de los hogares. ¿Por qué quebrado? Pues nada más porque a finales de 2012 tenía en su poder los contratos de 70 por ciento de unos 55.3 billones de dólares de deuda (350 por ciento del valor anual del producto) que tienen una muy pero muy baja probabilidad de ser cubiertos. No sólo en tiempo sino en forma y nivel, como gustan decir los banqueros.
 
Por cierto, este porcentaje de 70 por ciento del total que se debe a bancos y financieras, prácticamente coincide con el monto que representa la deuda contraída por los sectores no financieros del vecino país. ¿Cuáles? Los hogares estadunidenses (25 por ciento), las empresas no financieras (14 por ciento), el gobierno federal (18 por ciento), los gobiernos estatales y locales (5 por ciento), empresas no corporativas (7 por ciento). De estos datos se desprende que el sector público de nuestros vecinos tiene un endeudamiento del orden de 16.1 billones de dólares (casi 30 por ciento de la deuda total). Y que prácticamente debe el equivalente al producto anual de 2012. My buena parte de este endeudamiento, por cierto, está en poder de organismos y gobiernos extranjeros, a los que se endeudan 9 billones de dólares, casi la quinta parte de la deuda total.

En buen romance ¿qué significa esto? Pues que apenas destinando todo el valor agregado producido en 2012, el sector público del vecino país podría pagar su deuda. Y, sin embargo, quedaría pendiente el pago de la deuda de los sectores privados, financieros (26 por ciento) y no financieros (40 por ciento). Y un monto muy pequeño de deudores foráneos (4 por ciento). Por curioso que parezca, el acuerdo logrado por el presidente Obama (con un pelo cada vez más blanco, por cierto) permite –¡oh paradoja!– que se contrate más deuda. ¿Para qué? Para pagar deuda (les juro que no es trabalenguas). Esto, a su vez, hará posible menores restricciones de gasto público. Pero, ¿para qué? Ante todo para seguir destinando recursos de los contribuyentes al rescate del sistema bancario y financiero estadunidense. Para mostrarlo es suficiente la evolución reciente del desendeudamiento de este sector bancario y financiero estadunidense, y la correlativa profundización del endeudamiento público. Pero también para paliar un poco una reiterada situación crítica que desde finales de 2007 y principios de 2008 no da tregua a los hogares estadunidenses (en realidad tampoco nos da tregua a nosotros, por más que los personeros gubernamentales traten de ocultarlo al hablar de la estabilidad macroeconómica).
 
¿Algunos indicadores? Sólo algunos. De finales de 2007 (o sea hace ya cinco años) a mediados de 2011, el tiempo promedio que tardaba un estadunidense despedido en volver a encontrar empleo se elevó de cerca de 17 semanas a poco más de 40. Pues bien, de finales de 2011 a la fecha, este promedio prácticamente no ha disminuido. ¿Otro indicador? Pues sí. A la fecha apenas se ha logrado resarcir su empleo –en condiciones más precarias, por cierto que antes– a no más de 3 millones de estadunidenses. Sí, de los 9 millones expulsados de su empleo de inicios de 2008 a finales de 2009 (por cierto, dos años continuos de expulsión de ocupados) faltan todavía de emplearse 6 millones más. Evidentemente, esto no contabiliza el monto que representan los nuevos jóvenes estadunidenses que se han ido integrando al mercado laboral de 2008 a la fecha. Acaso por eso –y de manera dramática– uno de cada cuatro jóvenes de entre 16 y 19 años no tiene empleo en Estados Unidos. Además, y por si fuera poco, el nivel real de los salarios se ha mantenido sin mejoría alguna, desde 2009. Incluso los últimos meses de 2012 ya registró cierta disminución real.
 
¿Otro indicador? El peso de salarios y remuneraciones en el producto. De 2008 a la fecha ha bajado. De 46 a cerca de 43 por ciento, casi tres puntos menos. Todos estos indicadores muestran la terrible situación social que ha representado la crisis para nuestros vecinos, Y, sin duda, determina un marco en el que nos moveremos nosotros en los próximos años. De veras.
 
NB Un fuerte abrazo a la familia de Alonso Aguilar (el tío Alonso, decía Rubén) brillante maestro, apreciadísimo en nuestra UNAM.
Venezuela: incertidumbre y fortaleza
En medio de la incertidumbre por la salud y la prolongada ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez –convaleciente en La Habana tras una nueva operación por el cáncer que lo aqueja–, la Asamblea Nacional de Venezuela (parlamento) religió ayer a Diosdado Cabello como su presidente. En lo inmediato, el nombramiento del militar garantiza al chavismo el control de la situación política del país en caso de que Hugo Chávez no rinda protesta el próximo 10 de enero, según el plazo estabecido por la Constitución de ese país.
 
El respaldo unánime de los diputados del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela a la relección de Cabello, así como la presencia del vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, y del mando militar de ese país en la ceremonia de investidura del presidente de la Asamblea Nacional, son muestras fehacientes de unidad entre los principales actores y corrientes del chavismo, que contrasta con las proyecciones que auguraban división. Ante las presiones crecientes de la derecha venezolana en el sentido de que Cabello sustituya al mandatario en caso de que éste no cumpla con dicho fomulismo, el legislador afirmó ayer que Chávez sigue siendo el presidente de la República y seguirá siendo más allá del 10 de enero.

Por lo que hace a los pronósticos de que la ausencia de Chávez generaría un desgajamiento electoral del socialismo venezolano y un desencanto de las bases bolivarianas, la realidad se ha encargado de desmentir esos pronósticos: en las más recientes elecciones regionales, realizadas el pasado 16 de diciembre, el oficialismo ganó 20 de las 23 gubernaturas en disputa; por otra parte, la misma cohesión y fortaleza política que mostró ayer el chavismo en la Asamblea Nacional se repitió a las afueras de ese órgano legislativo, donde miles de simpatizantes se dieron cita para respaldar la relección de Diosdado Cabello y expresar su solidaridad a Chávez.
 
Paradójicamente, el periodo que Chávez ha permanecido alejado de sus funciones –sin duda, la etapa de mayor dificultad e incertidumbre para su gobierno desde la intentona golpista de abril de 2002– ha demostrado la solidez del proyecto de transformación social iniciado en Venezuela desde 1998 y refrendado en múltiples ocasiones por la vía democrática. Con todo y el encono agresivo que ha padecido desde sus inicios, con sus problemas internos y externos, con sus carencias y sus excesos, la revolución bolivariana no es hoy, como supondrían muchos de sus detractores, un reducto del poder unipersonal, sino un entramado institucional y popular con capacidad de renovación y generación de cuadros, y capaz de sobrevivir, incluso, a su máximo dirigente y fundador.

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