Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 12 de octubre de 2011

AMLO: Cooperación para el desarrollo es mejor que asistencia militar, sostiene en Washington

Cooperación para el desarrollo es mejor que asistencia militar, sostiene en Washington
Nueva relación con EU, plantea AMLO
Foto
El embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán, y Lázaro Cárdenas Batel, entre otros, escuchan al ex candidato presidencial en el Centro Woodrow WilsonFoto Carlos Ramos Mamahua
Agencias
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de octubre de 2011, p. 5
Washington, 11 de octubre. Andrés Manuel López Obrador sostuvo que no es con asistencia militar o con labores de inteligencia, ni con envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y de la violencia en México; en lugar de ello, planteó al gobierno de Estados Unidos una nueva relación y un cambio sustancial en la relación bilateral, fincada en la cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua.
“Vamos a convencer y a persuadir a las autoridades de Estados Unidos de que, por el bien de las dos naciones, es más eficaz y humano aplicar la cooperación para el desarrollo que insistir, como sucede actualmente, en dar prioridad a la cooperación policiaca y militar.
Al ofrecer una conferencia magistral en el Centro Internacional Woodrow Wilson, López Obrador aprovechó para hacer un atento llamado al presidente Barack Obama para que cumpla su compromiso de campaña de regularizar la situación migratoria de los mexicanos que trabajan honradamente en Estados Unidos.
Entiendo que está de por medio la cuestión electoral y que hay en este país una oposición conservadora que se niega a reconocer los derechos de los migrantes, y que incluso han optado por la persecución y el racismo, señaló.
Durante su discurso, el también líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) rechazó cualquier posibilidad de alianza o coalición con el PAN o con el PRI. Nosotros no podemos ir en alianza ni coalición con estos partidos, dijo ante académicos y funcionarios estadunidenses, a quienes subrayó:
No podemos dejarnos engañar con coaliciones o disfraces que representen en el fondo lo mismo (...) Yo creo que si no hay un cambio de régimen no vamos a encontrar la salida ni como pueblo ni como nación, así de claro y categórico.
En respuesta a las opiniones de políticos, académicos y personajes que se han manifestado por un gobierno de coalición en 2012, López Obrador señaló que lo que requiere México es una atmósfera nueva y moralizar al país mediante el combate a la corrupción y con el fin de los monopolios, ya que en México existe una desigualdad monstruosa.
En la segunda etapa de su gira por Estados Unidos –la primera fue en Chicago–, el ex candidato presidencial destacó el nuevo tipo de relación que busca con el país vecino, la cual estaría basada en el respeto a la independencia y soberanía.
Sería irresponsable no procurar con el gobierno de Estados Unidos una relación de colaboración basada en el respeto y en la cooperación para el desarrollo, la paz y la tranquilidad de nuestros pueblos. Nosotros lo intentaremos; siempre habrá voluntad de nuestra parte, insistió.
Por cuestiones de geopolítica, dijo, México tiene una situación especial. Somos vecinos de la mayor potencia económica, política y militar del planeta. No sólo nos unen 3 mil kilómetros de frontera, sino que viven y trabajan en este país alrededor de 12 millones de mexicanos. Por eso, debemos utilizar toda nuestra imaginación y todo nuestro talento diplomático para construir, a partir de nuestra innegable realidad, una política de buena vecindad y de mutuo beneficio.
Comentó que el monto de ayuda de Estados Unidos a México es de 478 millones de dólares, que además de ser raquítico, casi en su totalidad, unos 450 millones, se destinan a la llamada Iniciativa Mérida. Con claridad lo decimos: nuestra propuesta es obtener más recursos y cambiar las prioridades; lo primero debe ser el desarrollo y la creación de empleos en nuestro país.
En respuesta a la política migratoria que impulsan los grupos más conservadores estadunidenses, López Obrador aseveró que tampoco se detendrá el flujo migratorio construyendo muros, haciendo razias, deportaciones o militarizando la frontera. Los mexicanos que vienen a buscarse la vida a Estados Unidos lo hacen por necesidad, no por gusto. Lo arriesgan todo para tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza, afirmó.
El ex candidato presidencial y aspirante a contender nuevamente en 2012 por la titularidad del Ejecutivo hizo un llamado a los estadunidenses a actuar pensando en que por encima de las fronteras están los derechos universales del hombre: el derecho a la libertad de la palabra, a la libertad de cultos, a vivir libres de miseria y a vivir libres de temor, garantías proclamadas precisamente por ese presidente gigantesco, precursor de la política de la buena vecindad, Franklin Delano Roosevelt.
Dijo estar dispuesto a poner en correspondencia su plan económico con el establecimiento de una nueva relación con el gobierno de Estados Unidos. Para ilustrar mejor lo que queremos sirva de ejemplo un contraste de lo que pasa actualmente con lo que deseamos que suceda en el futuro. Hace unos días apareció por primera vez en público el nuevo embajador de Estados Unidos en México (Anthony Wayne) para entregar helicópteros militares a la Armada de nuestro país. En vez de esta imagen, quisiéramos que el embajador estuviera presente, en un día no muy lejano, en la entrega de cheques para financiar proyectos como la reforestación de la selva Lancandona y generar 400 mil empleos anuales, o para la pavimentación de caminos en Oaxaca, con el uso intensivo de mano de obra, o para el programa de incorporación de los jóvenes al trabajo y al estudio.
Por otra parte, Morena y la organización Mexicanos sin Fronteras, con sede en esta ciudad, se comprometieron a luchar unidos para lograr un cambio de régimen en México, con base en el proyecto de nación impulsado por la organización que encabeza López Obrador. Además, se constituyó Morena en la capital estadunidense con mexicanos residentes en la zona.
Al concluir su ponencia, López Obrador conversó con reporteros de medios mexicanos a quienes dijo que no tenía ninguna intención de reunirse con representantes del gobierno de Obama y subrayó que la gira tiene dos propósitos: Primero, la reunión con nuestros paisanos, lo que hicimos en Chicago, y esta invitación del Centro Wilson para fijar nuestra postura sobre lo que debe ser la relación entre ambos países; pensamos que debería haber un cambio, no se puede estar enfocando la relación nada más a temas de seguridad. Lo fundamental es que se busque una cooperación para el desarrollo.
Se le preguntó sobre la promoción de Enrique Peña Nieto por la televisión, y respondió que “lo han venido introduciendo al mercado como se introduce un producto chatarra. El candidato de la elite del poder es él (el ex gobernador mexiquense)… Carlos Salinas es el jefe de la campaña y la encargada de la propaganda es Televisa”.


Rebeldías de las clases medias
Luis Linares Zapata
Al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) lo encabeza una dirigencia colectiva de singular composición. Durante los dos primeros años –cuando fungió como gobierno legítimo– sus tareas de proselitismo las llevó a cabo de manera cuasivoluntaria. Los recorridos por el país fueron abarcantes y así han seguido hasta la actualidad, aunque ahora han tomado la forma de un movimiento inédito. Se trataba de identificar, e incorporar, a ese segmento olvidado de la población que, aun en medio de francos temores de ser sujetos de variadas formas de represión, se declaraba listo para transformar su atribulada realidad. Se les pedía no perder las esperanzas de que un México más justo para todos es posible. Y, frente a esos entusiastas contingentes, se expusieron las distintas salidas para cambiar la asfixiante situación que impide a las mayorías nacionales llevar una vida digna y productiva. La respuesta, desde un inicio, fue alentadora y se ha robustecido con el ensanchamiento de la conciencia colectiva experimentado a raíz de la cruenta decadencia que aqueja al país.
La base de sustentación de Morena reclutada llega ahora a más de cuatro millones y medio de personas. Todas identificadas con precisión y esparcidas por todos los confines, chicos, grandes o remotos de este inmenso país. Se sabe que alrededor de un millón de ellas se traslapan; es decir, están registradas en ambas entidades: en el gobierno legítimo y Morena. Ha sido un trabajo extenuante pero de profunda satisfacción, pues se trasiega por una causa superior. No ha habido, en esta dirección colectiva original, deserción alguna. Por el contrario, y a medida que se extiende, se renuevan los ánimos y se interiorizan variadas certezas. El liderazgo mostrado ante tan abigarrada colectividad se ha ido desenvolviendo a medida que aumentan los postulantes para lograr el cambio verdadero que la vida organizada de México requiere. En la actualidad hay toda una pirámide de dirigentes que conservan su naturaleza cuasivoluntaria. La estructura se despliega, desde las coordinaciones estatales hasta las seccionales (40 mil de ellas al presente), pasando por las distritales y las municipales ya integradas. A este tinglado de ciudadanos incansables se han incorporado las dos formaciones cupulares: el Consejo Consultivo y el Ejecutivo, presentes ambos en su constitución jurídica como asociación civil.
La emergencia, en variadas partes del mundo, de movimientos ciudadanos que se llaman a sí mismos indignados bien puede hermanarse con las mayorías de Morena. Como los españoles, italianos, griegos, franceses, árabes, israelíes y recientemente estadunidenses, los protagonistas del cambio verdadero de Morena también quieren liberarse de las ataduras de un sistema concentrador y profundamente injusto. Ataduras impuestas por un modelo que privilegia, de manera por demás exagerada, a ciertas minorías (el 1 por ciento famoso) y sectores productivos –principalmente especuladores financieros– a costa de todos los demás (el 99 por ciento restante). Los protagonistas de Morena lo saben, por su propia cuan dolorosa experiencia, desde hace ya varios años. Y, como todos esos extenuados y rebeldes ciudadanos del mundo, han hecho paulatinamente consciente el expoliador fenómeno que les impide acceder a mejores oportunidades o guarecerse al amparo de un efectivo Estado de bienestar.
La dirigencia de Morena ha servido de catalizador de las inquietudes y deseos de liberación que portan, desde hace bastante tiempo, los mexicanos más inquietos, informados y solidarios. Los concurrentes al movimiento son, mayoritariamente, integrantes de las clases medias del país. De esas clases medias actualmente en vías de extinción, al ser expuestas por los dictados de una élite abusiva, a creciente pauperización. Morena cuenta además con segmentos de poblaciones que han caído en, o nunca han podido abandonar, la marginación o la pobreza, estigmas de estos tiempos de gandallas. A esos enormes contingentes de convalecientes y expulsados del banquete hay urgencia de atenderlos en sus desventuras e indefensión. Para eso se diseñan, al interior de Morena, programas y políticas públicas como las que pueden derivarse del Proyecto Alternativo de Nación recién publicado.
La continuidad del modelo vigente lleva atada su incapacidad de prolongarse más allá de unos pocos años. A eso obedecen las rebeldías de las masas ciudadanas del mundo. Su configuración actual y el patronazgo de los beneficiarios, ya privilegiados en exceso, lo obligan a contemplar el abismo o cambiar sus pretensiones y rumbo. Las protestas mundiales coinciden, todas ellas, en proponer su transformación. El fenómeno de masas que se llama Ocupa Wall Street apunta al corazón del neoliberalismo en el país central. En México, los aspirantes a candidatos presidenciales del sistema establecido (del PAN o del PRI) no pueden proponer algo distinto que sea creíble. Menos aún formas y mecanismos que contraríen la voluntad, cerrada e irresponsable, de sus patrones: la ya bien cebada y atrincherada plutocracia mexicana. Sólo el crecimiento en conciencia y fortaleza de los indignados, junto con esos segmentos de clase media asfixiados y temerosos del futuro, podrá derrotar a la tendencia continuista. De otra manera no habrá gobernabilidad y menos aún tranquilidad, aunque se ensayen refritos de coaliciones surgidas por aquí y por allá, pero siempre atendiendo a las pulsiones de los de mero arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario