Sepultaron las esperanzas de cambio, afirma en Madrid el dirigente de Morena
Fox y Calderón
traicionaronla confianza de los mexicanos: AMLO
Hubo de su parte un comportamiento
indigno, inmoral y antidemocrático, acusa el político
Conferencia de Andrés Manuel López Obrador en el Instituto José Ortega y GassetFoto Notimex
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 14 de octubre de 2011, p. 3
Viernes 14 de octubre de 2011, p. 3
Madrid, 13 de octubre. Andrés Manuel López Obrador, precandidato de la izquierda mexicana para las elecciones de 2012, aseguró que tanto Vicente Fox como Felipe Calderón
traicionaron la confianza de los mexicanosal sepultar las esperanzas de cambio que había hace 12 años, cuando se iniciaba una transición a la democracia, pero a cambio hubo de su parte un comportamiento
indigno, inmoral y antidemocrático.
El dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) también adelantó algunas de las líneas principales de su política económica, sobre todo en materia de inversión extranjera:
No habrá ni nacionalizaciones ni vamos a estatizar la economía, pero sí se luchará contra el
influyentismo, la corrupcióny para que prive la legalidad en la forma de hacer negocios.
Nuestro objetivo es una renovación tajante de la vida pública, aseguró.
En su primera gira por España, López Obrador ofreció una conferencia en el Instituto José Ortega y Gasset, centro de estudios en el que suelen formarse jóvenes aspirantes a políticos del PRI y del PAN.
El ex jefe de Gobierno del Distrito Federal dio la primera conferencia de un dirigente destacado de la izquierda mexicana, por lo que había enorme expectación hasta el punto de que el recinto resultó insuficiente para la cantidad de gente que acudió al encuentro –sobre todo universitarios y mexicanos residentes en España.
Recién llegado de Washington, López Obrador insistió en las tesis básicas de Morena, que tiene como objetivo último la
renovación tajantede la vida pública por medio de un
cambio de regimenque ponga fin al sistema diseñado por y para una oligarquía
enferma de codicia.
El líder de la izquierda mexicana reconoció que en 2000, cuando fue derrotado por primera vez el PRI y había en la sociedad un espíritu de transformación y regeneración, éste se truncó por
la traición de Fox, primero, y
de Calderón, después.
La etapa de Fox es preferible olvidarla. Es un traidor a la democracia porque mucha gente creyó que iba a haber un cambio de país. Y Fox y Calderón traicionaron la confianza de los mexicanos. En el caso de Fox, además destruyó lo que se había avanzado en la construcción de la democracia en México; lo ha confesado de manera cínica cuando dijo, literal, que cargó los dados en la elección de 2006. Es un comportamiento inmoral, indigno y antidemocrático.
En su visita a España –el segundo país con inversiones en México, después de Estados Unidos–, López Obrador fue interrogado en varias ocasiones sobre sus propuestas en materia económica y fiscal, preguntándole si al llegar al poder llevaría a cabo nacionalizaciones o medidas similares. El político mexicano respondió:
“Nosotros pensamos que no debemos seguir privatizando lo poco que queda. Ha sido excesivo. Pero eso no significa que se va a estatizar la economía pública del país. No puede haber un Estado que asfixie la iniciativa de la sociedad civil, pero tampoco estamos en favor de que se diluya el Estado y que sólo lo domine, como sucede en nuestro país, un grupo con propósitos oscuros.
No vamos nosotros a revertir decisiones que ya se tomaron. Ya lo dije: va a haber justicia, no venganza. Vamos, eso sí, a poner orden. Pero no vamos a nacionalizar ni a privatizar.
López Obrador también fue cuestionado en varias ocasiones sobre la procedencia de los recursos con los que financia su movimiento, a lo que respondió que
la transparencia es una mina de oro de nuestro movimiento. No ocultamos nada, absolutamente. Los datos están disponibles y los partidos progresistas también tienen que informar al IFE y al TEPJF. Nos pueden acusar de que no les gusta lo que digo, de que me como las eses, pero nunca de ser incongruente o ratero.
En relación con la estrategia de lucha contra la delincuencia organizada, el ex candidato presidencial explicó a grandes rasgos su visión del fenómeno: “Lo primero es combatir las causas. Que haya empleo, bienestar y que se atiendan las necesidades básicas. Eso significa cuantitativamente 80 por ciento de la estrategia para la solución del problema. El 20 por ciento restante se puede dividir en combatir la corrupción en todo lo que tiene que ver con la seguridad pública y la procuración de justicia, y en la profesionalización de la policía.
“En México se aplica una política coercitiva y estamos viendo que no funciona. No basta con el uso de la fuerza. Se requiere atender las causas. Hay inseguridad y violencia en nuestro país porque llevamos 28 años sin crecimiento económico. Y si no hay crecimiento económico no hay empleos. Y si no hay empleos no hay bienestar.
Y si no hay bienestar no hay tranquilidad ni paz social. Antes no había estallado porque la gente, de manera heroica, había optado por la emigración y por trabajar en la economía informal.
Finalmente se mostró en favor de la reforma política que se analiza en la Cámara de Diputados, como una manera de fortalecer la democracia y terminar con el poder de la oligarquía.
Si no hay un cambio de régimen no se va a lograr nada en el país. El régimen actual se pudrió. Ya dio de sí. Así que tenemos que buscar una renovación tajante de la vida pública, remató.
La hambruna amenaza
José Cueli
Quiza no exista una sordera que permita escaparse a la voz de los afligidos y necesitados (millones en nuestro país, que se suman a los muchos millones de desposeídos en el mundo entero). Voces que, en ese sentido, podrían producir una verdadera ruptura del orden. Voces que provocarían otra secularización, cuyo agente sería la humildad del hambre. Una secularización del mundo mediante la privación de hambre, cuyo significado sería una trascendencia que empezaría no como primera causa, sino en la corporeidad y la dignidad más elemental de la vida humana. Una trascendencia no ontológica o que al menos no encontraría ni su origen ni su medida en la ontología. Que dice Emmanuel Lévinas.
Todo asombro es poco ante el sordo lenguaje del hambre (
El periódico español Público Internacional dedica las páginas centrales de este martes al anuncio y comentario de la terrible crisis mundial que se ha gestado por la vía de la crueldad inconsciente colectiva. Es tiempo ya de salir de ello (si aún es posible), de intentar rectificar el camino. Preocuparnos por el otro y no ensimismarnos en nosotros mismos.
Dice el periódico:
Las agencias de la alimentación de Naciones Unidas alertaron ayer de que el alza y la volatilidad del precio de los alimentos seguirá in crescendo en los próximos años, como consecuencia de una serie de factores que van desde el aumento del precio del petróleo al cambio climático o el auge de los llamados biocombustibles. Todo esto hará imposible la consecución de uno de los puntos principales de los llamados Objetivos del Milenio: la reducción en 2015 a la mitad del número de personas que pasan hambre en el mundo. En 2010 (datos más recientes actualizados), esa cifra se elevaba a 925 millones.
Estómago hambriento no tiene oídos), sordo a toda la ideología tranquilizadora, a todo equilibrio, que no sería más que el de la totalidad. El hambre es la necesidad o la privación por excelencia que constituye la materialidad.
El periódico español Público Internacional dedica las páginas centrales de este martes al anuncio y comentario de la terrible crisis mundial que se ha gestado por la vía de la crueldad inconsciente colectiva. Es tiempo ya de salir de ello (si aún es posible), de intentar rectificar el camino. Preocuparnos por el otro y no ensimismarnos en nosotros mismos.
Dice el periódico:
Si no tomamos las medidas oportunas ahora, la hambruna se convertirá en el mayor escándalo de este siglo. Las palabras pronunciadas por el ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, durante la pasada reunión del G-20 en Roma para tratar la emergencia humanitaria en el cuerno de África reverberan a lo largo y ancho de las 60 páginas del informe anual publicado ayer por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) sobre el Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo.
Las agencias de la alimentación de Naciones Unidas alertaron ayer de que el alza y la volatilidad del precio de los alimentos seguirá in crescendo en los próximos años, como consecuencia de una serie de factores que van desde el aumento del precio del petróleo al cambio climático o el auge de los llamados biocombustibles. Todo esto hará imposible la consecución de uno de los puntos principales de los llamados Objetivos del Milenio: la reducción en 2015 a la mitad del número de personas que pasan hambre en el mundo. En 2010 (datos más recientes actualizados), esa cifra se elevaba a 925 millones.
Los acontecimientos en Somalia, Etiopía y Kenia en las recientes semanas nos sobrecogen. No representan tan sólo una tragedia más sino que patentizan, una vez más, cómo la crueldad y la estupidez humanas se pasean ufanas a lo largo y ancho del planeta.
Lamentablemente la situación del cuerno de África no es un fenómeno aislado. Muchos otros países, fundamentalmente en ese continente y Latinoamérica se encuentran en situaciones deplorables caracterizadas por la extrema desigualdad social y por la violación de uno de los más elementales derechos humanos: el de ser alimentado, y no morir de hambre. En México crece el número de habitantes en pobreza extrema, amén del número de pobres.
Gracias al poderoso milagro de la Virgen de Guadalupeno hemos llegado a los índices de hambruna, pero al paso que vamos no tardaremos en llegar.
Horroriza, además de indignar, ver la brecha insalvable entre ricos y pobres que se patentiza cuando vemos las terribles cifras de muertes por desnutrición en países pobres en contraste con las cifras sobre las fortunas (en millones de dólares) de unos cuántos privilegiados mientras cientos de miles de personas viven en condiciones prácticamente infrahumanas.
Se habla de la crueldad que ejercen los poderosos sobre los débiles en un truculento juego sadomasoquista, pero no se puntualiza que el hambre es quizá la peor de las crueldades que podemos infligir al otro. Negar al individuo la posibilidad de acceder a la más primaria de las necesidades biológicas es un horrible crimen. Aunadas hambre y desesperanza los sujetos pierden su dimensión humana y se lanzan a matar o morir en un intento fallido por escapar a esa vida infrahumana. Deberemos ahondar en el estudio de la crueldad y sus variantes y, sobre todo, en aquella que conduce a someter al semejante a una muerte lenta, a una agonía prolongada, a una muerte por hambre y depauperación no sólo del cuerpo sino también del espíritu.
El próximo 20 de octubre se cumplirán tres meses desde que Naciones Unidas declaró la hambruna en varias zonas de Somalia. Noventa días después, en las ONG se asoma un pequeño hueco para la esperanza, sobre todo porque los que están allí sólo quieren salir adelante. Así que en Occidente no debemos dejar caer los brazos.
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