Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 13 de octubre de 2011

EU: legisladores exigen al procurador todos los datos sobre Rápido y furioso

Narcoviolencia
EU: legisladores exigen al procurador todos los datos sobre Rápido y furioso
Comité liderado por republicano acusa a Eric Holder de ocultar información en torno a ese operativo
Parece una jugada política, responde representante demócrata
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El sheriff del condado de Pinal, Arizona, Paul Babeu, y otros funcionarios policiacos exigieron el viernes pasado investigar al procurador Eric Holder por la operación Rápido y furiosoFoto Ap
Afp y Notimex
Periódico La Jornada
Jueves 13 de octubre de 2011, p. 3
Washington, 12 de octubre. El presidente del comité de supervisión de la Cámara de Representantes, el republicano Darrell Issa, emitió este miércoles un citatorio al procurador general estadunidense, Eric Holder, y otros altos funcionarios para que entreguen una serie de documentos relacionados con la operación Rápido y furioso.
Issa afirmó que tanto Holder como colaboradores de éste tienen mayor conocimiento sobre el tema que el que han admitido públicamente, por lo que los llamó a dar toda la información que tengan al respecto.
Los documentos que exige este citatorio darán las respuestas a las preguntas que funcionarios del Departamento de Justicia han tratado de evitar desde que comenzó esta investigación hace ocho meses. Es hora de saber toda la verdad, subrayó Issa.
En el citatorio se pide que Holder entregue toda la información relacionada con Rápido y furioso, operación que permitió durante meses, desde finales de 2009, la entrada de más de 2 mil armas de fuego a México, la mayoría de las cuales fueron a parar a manos de grupos de la delincuencia organizada.
Dichos documentos tienen que revelar, entre otros detalles, las comunicaciones entre la oficina del procurador general y las de los subprocuradores David Ogden, Gary Grindler, James Cole, Manny Breuer, Jason Weinstein, Kenneth Blanco, John Keeny y Bruce Swartz.
Además, se llamará a comparecer a otros funcionarios adjuntos, entre ellos Matt Akelrod, Ed Siskel, Kevin Carwile, Joseph Cooley y James Trusty.
Por otro lado, se solicitan todos los datos relacionados con el asesinato en México el pasado 15 de febrero de Jaime Zapata, agente de la Oficina de Servicios Migratorios y Aduanales, y de Brian Terry, efectivo de la Patrulla Fronteriza.
El requerimiento fue emitido después de que Holder, primer procurador negro en la historia estadunidense, acusara a los republicanos de usar el deplorable incidente de Rápido y furioso con objetivos políticos y para no reformar las leyes sobre venta de armas.
En concordancia con lo anterior, el demócrata de mayor rango del comité de supervisión, Elijah Cummings, estimó que la solicitud de miles de documentos sensibles “parece más una jugada política (en referencia a los republicanos) que una recopilación de datos legítima.
Mediante una carta dirigida a los presidentes de los principales comités con jurisdicción en el tema, el funcionario negó haber mentido al Congreso acerca del nivel de conocimiento que tuvo sobre la operación, y afirmó haber prohibido que dichos métodos se vuelvan a usar en futuras investigaciones.
En respuesta, Issa indicó que el polémico proyecto es responsabilidad de Holder, y pidió saber toda la verdad. “Ya sea que se dé cuenta o no, usted es el dueño de Rápido y furioso”, acusó.
A pesar de la controversia, el presidente Barack Obama ha manifestado su total confianza en el procurador. El escándalo ya generó la sustitución del responsable de la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos, Kenneth Melson, y la renuncia forzada de un fiscal federal en Arizona.
Un cuento difícil de tragar
Patrick Cockburn
La afirmación de que Irán empleó a un vendedor de autos usados, convicto por un fraude con cheques, para que contratara a capos mexicanos con el fin de asesinar al embajador saudita en Washington va en contra de todo lo que se sabe del servicio iraní de inteligencia, altamente sofisticado.
El confiado anuncio de este extraño complot por el procurador general estadunidense, Eric Holder, tiene alarmante similitud con la tristemente célebre aseveración del ex secretario de Estado Colin Powell ante Naciones Unidas, en 2003, de que Estados Unidos poseía pruebas irrefutables de que Saddam Hussein desarrollaba armas de destrucción masiva.
El problema es que el gobierno estadunidense se ha comprometido en público con una versión de los acontecimientos, por improbable que sea, y que, de ser cierta, daría fundamento a una guerra contra Irán. Será difícil que Washington retroceda en sus acusaciones.
¿Podrían ser ciertas? La conjura descrita en el tribunal fue pueril, fácil de descubrir y con muy pocas probabilidades de éxito. Un informante de la agencia antidrogas (DEA) en Corpus Christi, Texas, con supuestos vínculos con los zetas mexicanos, afirmó haber sido contactado por un amigo iraní de su tía, llamado Manssor Arbabsiar, para contratar zetas y encargarles ataques. Se descubrió un supuesto vínculo con la fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Iraní (GRI). Nada de esto tiene sentido. La GRI es famosa por asegurarse de que nunca se pueda rastrear hasta Irán la responsabilidad por sus actos. Por lo regular opera a través de testaferros. Y sin embargo, de pronto envía 100 mil dólares desde una cuenta propia conocida para contratar asesinos en México.
Los beneficiarios de tal maquinación son evidentes. Serán los neoconservadores derechistas y los partidarios extremistas de Israel, que desde hace mucho presionan por una guerra contra Irán. En Medio Oriente, Arabia Saudita y Bahrein han estado vociferando que Irán orquesta las protestas chiítas pro democracia, pero no han encontrado muchos que les crean en el mundo. Ahora sus señalamientos se tomarán más en serio en Washington. Habrá menos presiones sobre países como Bahrein para que satisfagan las demandas de sus poblaciones chiítas.
En Irak, Estados Unidos y Gran Bretaña han visto siempre la mano oculta de Irán en apoyo a sus opositores, pero jamás han podido probarlo. También es cierto, hasta un punto nunca apreciado en Estados Unidos, que Washington y Teherán estuvieron juntos en lo referente a deshacerse de Saddam Hussein e instalar un gobierno chiíta. Tuvieron puntos en común y lucharon entre sí por ganar influencia. Lo mismo ha ocurrido en Afganistán, donde Irán estuvo muy complacido de ver al talibán antichiíta arrojado del poder en 2001.
Algunos especialistas sugieren que podría haber una facción rufiana dentro de la Guardia Revolucionaria, pero no hay evidencia de que exista o de que tuviera un motivo convincente para asociarse con capos mexicanos.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

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