Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 16 de octubre de 2011

Furia de 99% de la humanidad contra 1% de la parasitaria plutocracia global

Bajo la Lupa
Furia de 99% de la humanidad contra 1% de la parasitaria plutocracia global
Alfredo Jalife-Rahme
El eslogan de los indignados Ocupantes de Wall Street (OWS) es sencillamente genial, desde el punto de vista mercadotécnico: ¡Somos 99%!
En la época en que más cacarea la doble bancocracia del G-7 y la OTAN su ficticia democracia –gracias a la atroz desinformación de los oligopolios multimediáticos globales/locales–, los OWS han desnudado la cruda verdad del modelo dominante mundial: el uno por ciento de la población mundial, que epitomiza la plutocracia global, ha sido el exclusivo segmento en haberse beneficiado de la desregulada globalización financierista que emergió desbocadamente en 1991 a consecuencia del vacío ideológico que originó la disolución de la URSS y generó el hoy caduco orden unipolar estadunidense.
La revuelta ciudadana global –prevista hace mucho, tanto por Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional de Carter e íntimo de Obama, como por el prospectivista Gerald Celente (Bajo la Lupa, 16/1/11)– cobra mayor envergadura con la inclusión fenomenal de los indignados –humanos desposeídos al final de cuentas como sus similares contestatarios árabes, españoles y griegos– en el epicentro (con protección nuclear) de la desregulada globalización financierista de la anglósfera bancaria: Wall Street.
El efecto simbólico es descomunal, porque no es lo mismo tomar un centro financiero de la periferia subyugada que atreverse a poner en estado de sitio el altar del templo supremo de la teología neoliberal global que tampoco benefició a la aplastante mayoría de los ciudadanos de EU, país cuyos triunfos militares a lo largo del siglo XX permitieron la eclosión de una parasitaria plutocracia barbárica que ha desquiciado la armonía universal a expensas del bien común.
No hay que equivocarse: más allá de la gran protesta global de carácter eminentemente plural de la revuelta ciudadana del 15 de octubre (15october.net y #15 en Twitter) –que me recuerda la pintura El grito de desesperación, del noruego Edward Munch, en el puente de Oslo, esta vez mediante un grito global de regeneración transformativa–, destacan tres virtudes: 1) su enfoque puntual (contra la tiranía y codicia de los banqueros neoliberales, apodados banksters: la bancocracia parasitaria); 2) su profundo grado de concientización (¡Somos 99%!), y 3) su poder cualitativo (más que masivamente cuantitativo) que ya empezó a ejercerse en los medios sociales (Facebook y Twitter) que le han impreso un enorme efecto multiplicador y que han sorteado los escollos de la censura orwelliana de los desinformativos oligopolios multimediáticos.
De entrada va el primer triunfo de los medios sociales ciudadanos sobre los oligopolios multimediáticos de la misma parasitaria plutocracia global, consagrados a boicotear y a torpedear la dialéctica de la protesta libertaria contraria a sus intereses financieristas (hoy a la deriva).
Por lo pronto, los OWS cuentan con la simpatía de la tercera parte (¡supersic!) de la nación estadunidense, según Reuters: cifra enorme para menos de un mes de movilización (más lo que se acumule), lo cual puede redireccionar el voto presidencial de 2012, como sucedió con el Partido del Té en su momento estelar (venido aceleradamente a menos por su obstruccionismo fundamentalista, aunque con excelentes ideas financieras en lo que se refiere al control de la racista Reserva Federal).
Hoy los OWS son ya más populares que el Partido del Té (Alex Altman, Time, 13/10/11) y que el mismo Obama (RawStory, 13/10/11).
Karl Denninger, cofundador del Partido del Té (al que acusa de haber sido secuestrado por los verdugos financieros del Partido Republicano), se ha adherido sin tapujos a los OWS (RawStory, 14/10/11).
Foto
Manifestación anti-Wall Street, ayer a las puertas del Capitolio de Harrisburg, capital de PensilvaniaFoto Ap
Reader Supported News (RSN, 14/10/11), que ha dado una magnífica cobertura a los OWS (a la par de RawStory), refiere que en Asia, sus autoridades y empresarios son quienes menos temen a las inexistentes protestas, debido a que la mayoría de sus economías están creciendo vigorosamente. Extrapola que la historia sugiere que tales acciones por sí mismas, en referencia a los OWS, puedan cambiar al mundo (sic), pero reconoce que algunos analistas ven ellas un potencial para el cambio político.
Los OWS, de estructura asombrosamente horizontal, han sido severamente fustigados por los oligopolios multimediáticos (bajo el control plutocrático bancario) por carecer de liderazgo, cronograma y programática, amén de malolientes (sic).
El profesor universitario Robert Reich ubica la escenografía del choque entre los banqueros y la insurrección ciudadana (CommonDreams, 9/10/11) y destaca la incapacidad de Obama para regular a los bancos mediante la resurrección de la Enmienda Glass-Steagall (nota: disociación entre el sistema de pagos, la actividad comercial y los seguros con las inversiones de riesgo de los bancos, ya no se diga, su frenesí especulativo que ha deglutido a la economía real y a la clase política neoliberal muy bien lubricada).
Matt Taibbi, consagrado reportero que desnudó las atrocidades de Goldman Sachs, tras felicitar a los OWS por haber dado en el blanco, con el fin de combatir la corrupción financiera, les propone un sucinto programa de cinco puntos para golpear a los banqueros donde más duele (Rolling Stone, 12/10/11):
1) Romper los monopolios: la plutocracia bancaria (unos 20 gigantes en EU) constituye una amenaza directa a la seguridad nacional por encontrarse por encima de las leyes y de las consecuencias del mercado y por carecer de transparencia y rendición de cuentas; es más peligrosa que miles de mafias juntas. Un inicio para su desmantelamiento pasa por el rechazo a la Enmienda Gramm-Leach-Bliley y por la resurrección de la Enmienda Glass-Steagall.
2) Un impuesto de 0.1 por ciento en todas las transacciones de las acciones y bonos, y de 0.01 por ciento en todas las operaciones con derivados financieros generarían los suficientes recursos para los rescates bancarios, lo cual disuadiría a la infinita caza por ganancias instantáneas mediante las supercomputadoras de información privilegiada interna (comercio de alta-frecuencia: high-frecuency-trade).
3) Prohibir el dinero público para el cabildeo privado.
4) Impuesto a los apostadores de hedge funds (fondos de cobertura de riesgo). Taibbi no especifica el monto, pero sugiere acabar con sus desproporcionados privilegios fiscales.
5) Modificar el oneroso salario de los banqueros (sus ultrajantes bonificaciones multimillonarias, aun cuando llevan a sus empresas a la quiebra).
A mi juicio, en el seno de la vorágine contestataria de los dos extremos del abanico político tradicional de EU, quizá rebasado a estas alturas (el Partido del Té como extrema derecha del Partido Republicano, y los OWS más cercanos a la base del Partido Demócrata), la revuelta –más conceptual que insurrecta– ya llegó al corazón de la nación estadunidense para quedarse, cuando las oscilaciones pendulares de las protestas buscan ahora su equilibrio común contra la insolente cuan insolvente plutocracia bancaria.
El mundo ya gritó su furia a los cuatro vientos. ¡Pónganse a temblar, banqueros y plutócratas parasitarios!: !Somos 99%!
Ahora falta concretar.

Telescopio
Se extiende el enojo
El Buscón
Indignados de todos los países, uníos: El movimiento de los indignados, nacido en Madrid, sigue extendiéndose por Europa. Y el de Ocupa Wall Street, que comenzó en Nueva York, según titula como noticia principal en su primera página O Estado de Sao Paulo, se extiende a todo el mundo. El ultraconservador diario chileno El Mercurio, por ejemplo, informa resignado que la capital chilena tendrá tres grandes manifestaciones: la de los indignados, otra de los muertos vivos –que se disfrazan de zombies– y una tercera inspirada en las marchas por el orgullo gay, sobre el orgullo de ser católicos. El paraguayo ABC, a su vez, informa sobre una manifestación en Asunción, igualmente de zombies. Por su parte, el colombiano El Espectador destaca que las grandes manifestaciones estudiantiles de protesta por la falta de fondos para la educación pública, alentadas por las chilenas, ponen a prueba la popularidad del presidente Santos.
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Inquietud social: El diario uruguayo El País informa que el sindicato de trabajadores de la Construcción se sumó solidariamente a la huelga metalúrgica que llevó a la ocupación de 52 de las 100 empresas del ramo por los miembros de la Unión de Trabajadores Metalúrgicos y Ramos Afines. El ya citado O Estado de Sao Paulo comunica por su parte que la patronal bancaria brasileña ofreció 9 por ciento de aumento a sus trabajadores, lo que podría poner fin a la huelga. Los bancarios, dicho sea de paso, consiguieron aumentos en los últimos ocho años. En cambio, en el sector rural, los trabajadores sin tierra denuncian que desde que asumió su mandato, Dilma Rousseff rechazó 90 proyectos de expropiación de tierras improductivas para la reforma agraria, contrariamente a lo que hacía el gobierno de Lula que, desde 2003 hasta 2010, expropiaba unas 30 por mes. En relación con las movilizaciones sociales, el paraguayo La Nación sostiene que, según las últimas encuestas, en la elección presidencial del 23 de este mes Cristina Fernández de Kirchner será relegida con 53 por ciento de los votos, evitando así un segundo turno electoral.
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Bolivia: El periódico boliviano El Diario informa que el partido político opositor Unidad Nacional impugna la elección de magistrados, que se realizará este domingo, por supuestas irregularidades. La Razón, por su parte, afirma que dos organizaciones representativas de los indígenas de oriente del país (la Cidob y la APG) denuncian al presidente, a su vicepresidente, a cuatro ministros y a los mandos policiales por la represión contra la marcha de los habitantes del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Los periódicos Página 7 y Los Tiempos, a su vez, reportan declaraciones del vicepresidente Álvaro García Linera, quien dijo que se respetará la decisión de los indígenas del TIPNIS en la consulta popular que se les hará al respecto. El último de los diarios citados relata también que los habitantes de la ciudad aymara El Alto impidieron que la Central Obrera Regional tomara la emisora televisiva católica.

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