Indignación global
Ola de protestas contra la codicia empresarial recorre el mundo
En lo que fue señalado como el
inicio del siglo XXI, en 951 ciudades de 82 naciones millones salieron a gritar su descontento
El repudio fue llevado a los sitios simbólicos del capital
Es la culminación de nuestro sueño, dice el fundador de Wikileaks
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 2
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 2
Desde Sidney, Australia, hasta Oakland, California, una ola de protestas contra la codicia de bancos y corporaciones empresariales cubrió ayer el mundo, siguiendo a lo largo del día la iniciativa de los indignados de Madrid y el movimiento estadunidense Ocupa Wall Street.
Con música, bailes, pancartas, cánticos, disfraces, máscaras y una idea central: somos 99 por ciento los que pagamos las crisis financieras, cientos de miles de manifestantes de Asia, Europa y el continente americano respondieron en las calles a la convocatoria de Unidos por un cambio global, organización surgida en las redes sociales de Internet.
En lo que fue señalado como
el comienzo del siglo XXI, las manifestaciones llegaron esta vez a los países y ciudades que rara vez registran movilizaciones de este tipo, como Montreal, Canadá; San José, Costa Rica; Budapest, Hungría; Lubiana, Eslovenia; Praga, República Checa, y Taipei, Taiwán.
Los organizadores afirmaron que la convocatoria fue retomada en 951 ciudades de 82 países –incluido México–, en una movilización sin precedentes, motivada por el descontento generado por la situación económica y financiera en el mundo.
Los reportes de las agencias internacionales de prensa dieron cuenta de actividades en decenas de urbes, desde Tokio, Japón; Auckland, Nueva Zelanda, y Manila, Filipinas, hasta Lima, Perú; Buenos Aires, Argentina, y Santo Domingo, República Dominicana. Asimismo, citaron a las ciudades canadienses de Halifax, Calgary y Vancouver, generalmente al margen de cualquier protesta.
Madrid, donde hoy se cumplieron cinco meses del movimiento de los indignados, queempezó con la ocupación de la Puerta del Sol, el pasado 15 de Mayo (15M), fue el punto de mayor concentración, con medio millón de personas. Berlín y Frankfurt reunieron a unas 10 mil, mientras en Bruselas participaron varios cientos.
Una de las ciudades donde hubo menor participación fue Río de Janeiro, donde un activista dijo entre los 150 participantes:
vamos a continuar nuestras protestas. Brasil será en los próximos años el mayor escaparate, cuando sea la visita del Papa y se celebren aquí las Olimpiadas y el Mundial de Futbol.
Las expresiones de repudio fueron llevadas hasta los sitios simbólicos del capital internacional: la sede de la compañía financiera y bursátil Goldman Sachs, en Hong Kong; la matriz del conglomerado bancario y financiero JP Morgan Chase, el banco con las mayores ganancias en años recientes, pese a los desplomes en los mercados de valores del mundo.
Los bancos de Suiza –donde unas 600 instituciones resguardan las fortunas de los más disímbolos empresarios y políticos del mundo– también fueron blanco de manifestaciones de grupos formados por cientos de personas.
Otros íconos del capital trasnacional recibieron a críticos de sus acciones: las bolsas de Londres y París; el Banco Central Europeo, en Frankfurt, y la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, en Bruselas.
Cobrar impuestos también a los ricos, piden en Pittsburgh, Estados UnidosFoto Ap
En Roma, una marcha de miles de personas transcurrió pacíficamente casi hasta el final, hasta que un grupo se enzarzó en una batalla campal en las calles.
La movilización de los italianos y los enfrentamientos que se suscitaron fueron calificados por la prensa local como
una de las jornadas más violentasde la historia reciente de Italia, que junto con Grecia, España y Portugal atraviesa por una difícil situación financiera, debido a los déficit presupuestales, las altas tasas de endeudamiento público y los recortes al gasto gubernamental.
Una sorpresiva aparición de Julian Assange, el fundador del sitio de filtración de documentos gubernamentales Wikileaks, encendió los ánimos en Londres, donde unas 5 mil personas realizaron una marcha en la zona central de la capital británica.
Esta manifestación es la culminación de nuestro sueño, dijo Assange desde la escalinata de la catedral de San Pablo, adonde llegó acompañado de sus simpatizantes, en medio de aplausos de la gente.
Lisboa fue otra de las ciudades de mayor concurrencia, con 40 mil personas en el centro de la ciudad, que hacía tiempo no era escenario de grandes manifestaciones. En Atenas, el llamado atrajo a varios centenares que se expresaron pacíficamente.
En reacción a la ola de protestas, el designado próximo presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aceptó que
los jóvenes tienen razón al estar indignados, siempre que sus protestas no degeneren.
Los japoneses aprovecharon la oportunidad para reiterar su rechazo a la energía nucleoeléctrica, en tanto que en Santiago, Chile, miles de estudiantes se sumaron a la protesta contra la voracidad corporativa y bancaria, con acusaciones al gobierno por no ceder en la demanda juvenil de una educación gratuita y de calidad a todos los niveles, la causa de sus movilizaciones desde hace tres meses.
Decenas de manifestantes fueron detenidos en Boston, en el noreste de Estados Unidos, por intentar extender su campamento –montado hace varias semanas– fuera de la plaza Dewey.
Al final de la jornada, la costa estadunidense del Pacífico también recibió la ola de manifestaciones. Unas 3 mil personas marcharon por el centro de Oakland, la ciudad conurbada a San Francisco, acusando a las grandes corporaciones de la quiebra económica de cientos de miles de personas.
En Los Ángeles, los bancos y las compañías financieras fueron responsabilizadas por la pérdida de viviendas de ciudadanos de clase media.
El diario Los Angeles Times dio cuenta en su sitio de Internet de la solitaria protesta de una mujer en Alaska, que mostró un cartel con la leyenda:
Ocupa la tundra.
Con información de Afp, Dpa, Pl, Xinhua y Notimex
Enlaces:
Indignación global
¡Levántate!, corean cientos de miles que ayer tomaron las principales urbes del país
Los de arriba deben entender que no somos mercancía, el grito en España
El neoliberalismo, culpable de la crisis
Líderes políticos, los grandes
enemigos del pueblo
Cientos de miles de indignados se manifestaron ayer frente a la Puerta del Sol, en Madrid, contra el neoliberalismo y en demanda de un cambio en el sistema económicoFoto Reuters
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 3
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 3
Madrid, 15 de octubre. Más de un millón de indignados salieron a las calles de España para gritar un reclamo de
cambioy de
esperanza, a elevar la voz para que
los de arribaentiendan que
no somos mercancíay que
estamos hasta los cojones, según una de las pancartas que encabezaba la manifestación de Madrid.
El epicentro de la primera marcha global contra el neoliberalismo fue España, pero sobre todo dos ciudades: Madrid y Barcelona, que sumaron en conjunto casi 900 mil personas que inundaron las calles con lemas contundentes contra la clase política, los empresarios, los banqueros, la jerarquía eclesiástica y los medios de comunicación controlados por el pensamiento dominante.
Es un éxito, pero esto sólo es el principio. Es hora de que en el mundo todos los de abajo nos unamos para que nos escuchen, señaló uno de los indignados.
Somos 99 por ciento de la población. Levántate, fue uno de los lemas más reproducidos en la primera gran marcha global contra el sistema neoliberal y los estragos de las crisis financiera que empezó hace tres años. Sólo en España hubo manifestaciones y plantones en 80 ciudades, que se ciñeron al método de trabajo y el espíritu de este movimiento social: organización en asambleas, votaciones horizontales para la toma de decisiones y el carácter combativo y pacífico de las protestas.
La revolución de los indignados o el también conocido como Movimiento del 15M nació en mayo pasado, a raíz de la protesta de unas 10 mil personas que exigían un futuro para los más jóvenes, asfixiados por la elevadísima tasa de desempleo, que en España supera el 43 por ciento. En un momento de la manifestación, un grupo de jóvenes cortó la céntrica Gran Vía, lo que desató una violenta actuación policiaca que culminó con la detención de 16 personas. Esa misma noche, al calor de la protesta, decidieron iniciar un plantón en la Puerta del Sol. A la segunda noche, y de madrugada, de nuevo la policía actuó con contundencia para expulsarlos de la plaza, lo que fue el detonante para que el movimiento se esparciera, al generarse de forma espontánea unas movilizaciones que durante casi dos semanas paralizaron el centro de Madrid.
La revolución de los indignados se expandió de inmediato a otros países europeos, como Portugal, Grecia e Irlanda –que también sufren con especial virulencia la crisis–, y posteriormente al resto del mundo, convirtiéndose en el germen de un nuevo movimiento global contra el sistema capitalista neoliberal.
Hoy, casi cinco meses después de que decidieron levantar los campamentos y gracias al trabajo de asambleas en los barrios de todo el país, los indignados españoles han salido en masa a las calle, y con el ánimo aún más reivindicativo y depurando su mensaje, al insistir en señalar al modelo neoliberal como el gran responsable de la crisis y a los dirigentes políticos como los
grandes enemigos del pueblo. Además de reclamar una democracia más transparente, un giro radical en el modelo económico y empresarial, así como de otras leyes con carácter de urgencia para detener los miles de desahucios que está generando la crisis, la cual también está dejando sin hogar a decenas de miles de familias.
Hubo marchas en 80 ciudades españolas, en las que se esparció de nuevo la revolución de los indignados, ese movimiento que surgió en mayo pasado ante una serie de protestas de jóvenes y personas desesperadas ante los estragos en sus vidas de la crisis económica y financiera.
En la manifestación y en la asamblea posterior había dos palabras que se repetían sin cesar:
cambioy
esperanza. De hecho, uno de los representantes de la asamblea lo expuso así:
es hora de que nos unamos los de abajo. Es hora de que nos escuchen. ¡Tomemos las calles del mundo! Pero hay que decirles que nosotros no somos ni de la izquierda ni de la derecha. Somos los de abajo y vamos por los de arriba.
En la asamblea de la Puerta del Sol también hablaron un ciudadano marroquí, un sirio, un policía español que fue multado por participar en la protesta, un ciudadano francés que participó en las protestas de Wall Street y una anciana que recordó que esta movilización afecta por igual a jóvenes, niños, adultos, personas con empleo o sin él, pues
todos estamos siendo explotados y controlados por un sistema criminal, despiadado y voraz.
Después de unas horas de debate vinieron los reclamos para
entrar en acción, ocupar de forma pacífica el Parlamento o la televisión autonómica pública, Telemadrid, por su política de manipulación informativa.
En Barcelona la multitudinaria protesta transcurrió en el centro de la ciudad, con más de 350 mil personas –según los convocantes– que decidieron continuar una serie de acciones contra los severos recortes en los servicios sociales básicos. De hecho, varios centenares de indignados decidieron tomar de forma pacífica las casas de familias desahuciadas para evitar que se haga efectiva la inminente orden de expulsión, así como hospitales y centros de salud. Además llevaron a cabo una multitudinaria asamblea en la Plaza de Cataluña en la que debatieron las propuestas para continuar fortaleciendo el movimiento e impulsando su internacionalización, pero sobro todo alimentando las redes de asambleas.
Durante el debate, un indignado expuso: “estamos sumergidos en una crisis global. ¿Se han dado cuenta? ¿Qué tienen en común la primavera árabe, el levantamiento español y el movimiento Ocupa Wall Street? Mientras los conflictos están desbordando al mundo, también están afectando profundamente nuestra vida cotidiana, y el futuro se vuelve incierto por momentos”. Y otro añadió:
no podemos seguir con el autoengaño de una falsa sensación de seguridad manteniendo alzadas entre nosotros las barreras de la indiferencia. Ya estamos preparados para reconocer lo que es necesario cambiar y responder a las necesidades que el momento histórico nos demanda. Como dijo Joseph Stiglitz: la crisis económica nos presenta una oportunidad única para afrontar el cambio.
También hubo manifestaciones importantes en Sevilla, Málaga, Cáceres, Valencia, Gijón, Bilbao, La Coruña, San Sebastián, Toledo, Tenerife, Palma de Mallorca, Ibiza, Cartagena, Murcia, Logroño, y así hasta 80 pueblos y ciudades.
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