Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 16 de octubre de 2011

Intelectuales, por un «gobierno global del pueblo y para el pueblo»

Indignación global
Suscriben manifiesto Noam Chomsky, Eduardo Galeano y Naomi Klein, entre otros pensadores
Intelectuales, por un gobierno global del pueblo y para el pueblo
Foto
Un manifestante trepa a un camión policial, durante el zafarrancho desatado ayer en las calles de la capital italianaFoto Reuters
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 4
Madrid, 15 de octubre. Un prestigioso grupo de intelectuales, entre los que se encuentran Noam Chomsky, Eduardo Galeano y Naomi Klein, suscribieron un manifiesto en el que se apoyan los movimientos ciudadanos que surgieron a raíz de las revueltas árabes de Túnez, Egipto, Libia, Siria y Bahrein. En el documento se hace un firme alegato para crear un gobierno global del pueblo y para el pueblo, ante la crisis sistémica que vive el mundo y que ha generado un desastre humanitario.
En el manifiesto se cita al movimiento zapatista mexicano para gritar ¡Ya basta! En el texto se explica que en la jornada de hoy, con manifestaciones en todo el planeta, unidos y unidas en nuestra diversidad por un cambio global, exigimos democracia global: un gobierno global del pueblo y para el pueblo y un cambio de régimen: un cambio de régimen global. En las palabras de Vandana Shiva, la activista india, exigimos el remplazo del G8 por la humanidad completa: el G7,000,000,000.
En el escrito también se critica a los organismos internacionales, que tildan de no democráticos, como el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio, las multinacionales y los bancos. Todos nacimos iguales, pobre o rico, mujer u hombre. Africanos y asiáticos son iguales a europeos y americanos. Nuestras instituciones deben reflejar esto o ser derrocadas.
Por eso señalan que hoy, más que nunca, fuerzas globales determinan nuestras vidas. Nuestros trabajos, nuestra salud, nuestra vivienda, nuestra educación y nuestras pensiones están controladas por los bancos internacionales, el mercado, los paraísos fiscales, las corporaciones y las crisis financieras. Nuestro medio ambiente está siendo destruido por contaminación en otros continentes. Nuestra seguridad la determinan las guerras y el comercio de armas, drogas y recursos naturales que benefician a personas fuera de nuestras fronteras. Estamos perdiendo el control sobre nuestras vidas. Esto debe terminar. Esto va a terminar. Los ciudadanos del mundo debemos recuperar el control sobre las decisiones que nos afectan a todos los niveles, de global a local. Esto es democracia global. Esto es lo que hoy exigimos.
Rematan: “Como los zapatistas mexicanos, hoy decimos ‘¡ya basta! Aquí el pueblo manda y el gobierno obedece’ ¡Ya basta! Aquí el pueblo manda y las instituciones globales obedecen. Como los indignados españoles, decimos ¡Democracia real ya! Democracia global real ya. Hoy hacemos un llamado a los ciudadanos del mundo: ¡Globalicemos la Plaza Tahrir! ¡Globalicemos la Puerta del Sol!”
Indignación global
Unos 500 jóvenes embozados atacaron tiendas, hoteles y autos
Protesta en Roma deviene en violencia
Afp y Xinhua
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 4
Roma, 15 de octubre. La primera jornada de protesta mundial de los indignados contra la precariedad, el sistema financiero y la crisis derivó en actos violentos en Roma, donde se manifestaron decenas de miles de personas, tras el llamado desde Nueva York.
La movilización, parte de las protestas en otras ciudades del mundo contra la crisis financiera, se desplegó en el centro de Roma, con ciudadanos indignados procedentes de toda Italia.
Sin embargo, la protesta derivó en disturbios prácticamente desde el comienzo, cuando unos 500 jóvenes con el rostro cubierto de negro empezaron a romper ventanas de tiendas y a lanzar bombas molotov contra edificios privados, entre ellos bancos y hoteles. Varios vehículos fueron incendiados, así como un anexo del Ministerio de Defensa, muy cerca del Coliseo.
La plaza romana de San Juan de Letrán, punto de partida de la manifestación, se transformó en campo de batalla entre la policía y los jóvenes encapuchados, que acabó con 70 heridos, algunos de gravedad; 45 fueron hospitalizados –entre ellos varios agentes–, uno perdió dos dedos a causa de una explosión. Las autoridades informaron de 12 arrestos.
Algunos manifestantes pacíficos trataron de detener a los encapuchados pidiendo no violencia, mientras la policía usaba chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los miembros del llamado bloque negro.
La policía intentó responder contra los violentos, sembrando el pánico entre los manifestantes pacíficos, que empezaban a llegar a la plaza. Muchos, y algunos turistas despistados, se refugiaron en las escaleras o en la iglesia más antigua de Roma, San Juan de Letrán.
Decenas de manifestantes abandonaron la plaza con los brazos en alto, para no ser confundidos con los vándalos. Una participante fue vista con la cara sangrando.
Carteles de los jóvenes de negro señalaban: Si ellos toman nuestro presente, nosotros robaremos el futuro.
Me da asco. Es la culpa del gobierno, que ha obligado a los jóvenes a comportarse así. No nos dan elección, comentó Laura, de 23 años.
Cerca de la plaza, donde la circulación no se interrumpió, algunos coches de lujo fueron atacados con piedras, otros zigzagueaban entre basura quemada.
Las tres principales confederaciones sindicales y los sindicatos de estudiantes se unieron a la manifestación, inspirada por los indignados de Madrid.
Una sola solución, la revolución, No somos bienes en las manos de los banqueros, podía leerse en las pancartas de los manifestantes. Un grupo llevaba un féretro con el nombre del primer ministro, Silvio Berlusconi.
Desde la mañana, se desplegó un fuerte dispositivo policial en el centro de Roma. Los agentes protegieron principalmente museos y los lugares clave del poder en Italia, como la presidencia, el Parlamento y la residencia privada de Berlusconi.

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