Movimiento Progresista acusa a Luis Videgaray de triangulación de fondos a favor de EPN
Las supuestas cifras de la cuenta de Luis Videgaray,
coordinador de campaña de EPN.
MÉXICO, D.F., (proceso.com.mx).- El candidato de la coalición Movimiento
Progresista, Andrés Manuel López Obrador, acusó a Luis Videgaray, coordinador de
campaña del priista Enrique Peña Nieto, de ser el artífice del lavado de dinero
para financiar al PRI.
Mediante la cuenta 03800806935 de Scotiabank, perteneciente al gobierno del
Estado de México, se triangularon recursos millonarios, denunció, aparte,
Ricardo Monreal, coordinador de campaña de López Obrador.
Las transacciones de esta cuenta rebasaron los 250 millones de pesos, cuando
el saldo habitual era de 153 mil pesos, precisó Monreal.
Estos recursos, a su vez, proveían de una cuenta de Bancomer, que
posteriormente pasaban a otros destinos ligados a la campaña de Peña Nieto,
denunciaron los representantes de la coalición Movimiento Progresista en una
rueda de prensa ofrecida hace unos momentos.
Monreal adelantó que presentará una denuncia ante la Procuraduría General de
la República por probables delitos de delincuencia organizada.
Desde que terminó la jornada electoral del pasado primero de julio, la
coalición Movimiento Progresista ha denunciado a Enrique Peña Nieto y el PRI por
participar en actividades ligadas al lavado de dinero mediante empresas falsas
que financiaron la estrategia de compra de voto a favor del tricolor.
General acusado de narco, orador en acto con Peña Nieto
El general Rubén Pérez Ramírez.
Foto: Especial
Foto: Especial
MÉXICO, D.F. (apro).- El general Rubén Pérez Ramírez, uno de los cuatro altos
mandos castrenses consignados por la Procuraduría General de la República (PGR)
por sus presuntos vínculos con el narco, tuvo algún acercamiento con el virtual
ganador de la Presidencia, el priista Enrique Peña Nieto, cuando este último
fungió como gobernador del Estado de México.
Su nombre no había sido mencionado entre el grupo de militares que en mayo de
2012 fueron detenidos y arraigados a petición de la SIEDO en la investigación
sobre delincuencia organizada por presunta protección al narcotráfico.
El pasado 31 de julio, la PGR sacó a relucir su nombre al anunciar la
consignación de los altos mandos castrenses. Sobre Pérez Ramírez, el comunicado
sólo registra un párrafo que alude a esta detención.
Informa que el Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales
Federales libró orden de aprehensión por los siguientes delitos:
“4. Contra la salud en la modalidad de colaborar de cualquier manera al
fomento para posibilitar la ejecución de delitos de esa naturaleza, contra Rubén
Pérez Ramírez, General de Brigada”.
Según una nota difundida en el portal electrónico Aristegui Noticias, Pérez
Ramírez compartió la mesa con Peña Nieto en febrero de 2011, con motivo del Día
del Ejército y la inauguración de las nuevas instalaciones de la XXI Zona
Militar ubicada en el municipio mexiquense de Santa María Rayón.
En esa ocasión, refiere la nota, Peña Nieto ensalzó a las Fuerzas
armadas:
“Con el Ejército Mexicano –dijo– tenemos un futuro cierto y con nuestro
Ejército Mexicano se consolidará la senda de la paz, el desarrollo y el
bienestar que todos deseamos para este gran país. Ustedes, integrantes del
ejército, mujeres y hombres han estado a la altura de las circunstancias y de
los desafíos, por ello se reconoce su profesionalismo e integridad; lamentamos
sus bajas y aplaudimos su actitud valiente y responsable en las tareas que les
han sido asignadas en materia de seguridad nacional”.
El general Pérez Ramírez, acusado por la PGR, junto con sus colegas Tomás
Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia y Roberto Dawe, de vínculos con el narco,
dijo en esa ocasión que tenían la “delicada y honrosa encomienda de salvaguardar
a la nación, frente a quienes pretenden desafiar la ley y amedrentar a las
familias, o las infringen con luto y atribulación”.
Jefe de la XXII Zona Militar al menos hasta junio del año pasado, remachó
ante Peña Nieto:
“No lo duden, seguiremos velando por su seguridad”.
“No lo duden, seguiremos velando por su seguridad”.
Año y medio después, Pérez Ramírez enfrenta un juicio por sus presuntos
vínculos con el narco.
Monex y el PRI
El edificio de Monex en la ciudad de México.
Foto: Miguel Dimayuga
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (apro).- El PRI está a punto de regresar a la presidencia, pero
no lo hará con un rostro nuevo, sino lavado, pues para ganar la elección
presidencial utilizó recursos de procedencia desconocida.
De acuerdo con las denuncias presentadas por el PAN y la izquierda, el
Revolucionario Institucional lavó dinero mediante triangulaciones bancarias en
varios países, antes de usarlo en México para la compra y coacción del millones
de votos a favor de Enrique Peña Nieto.
Hasta donde se sabe, el PRI utilizó como piedra angular de su trama
financiera internacional a una empresa que desde hace más de una década ha sido
investigada en España y Estados Unidos por lavado de dinero proveniente del
crimen organizado.
Se trata de la empresa Monex, creada en 1985, en la ciudad de México, por
varios personajes de las finanzas, entre ellos Héctor Pío Lagos Dondé, amigo del
exsecretario de Hacienda, Agustín Carstens; de Guillermo Babatz, expresidente de
la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y de Gerardo Rodríguez,
subsecretario de Hacienda y Crédito Público.
Otro socio de Monex, convertido hoy en un conglomerado financiero
internacional, es Héctor Lagos Cué, acusado en 1980 de cometer un fraude por más
de mil millones de pesos en 1980, delito por el que fue internado en el
Reclusorio Preventivo de Guadalajara.
A través de Monex y de algunas empresas fantasma, el PRI obtuvo millones de
dólares que usó para comprar las tarjetas y monederos electrónicos que
distribuyó días antes de la elección para comprar votos y para pagarle a toda su
estructura de representación electoral.
Monex, considerado por la propia Comisión Nacional Bancaria y de Valores como
uno de los grupos financieros más importantes de América Latina y de “economías
emergentes”, tiene gran experiencia en el lavado de dinero si tomamos en cuenta
las investigaciones que se han realizado en España y Estados Unidos.
El PRI sabía de esa historia antes de utilizarlo para sus transferencias.
También lo sabe el gobierno de Felipe Calderón y seguramente la Comisión de
Fiscalización del Instituto Federal Electoral (IFE), así como el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/284/2004 que se abrió en el año
2003, cuando fueron detenidos dos operadores financieros de los Arellano Félix,
ese grupo lavó 3.8 millones de dólares en Monex Divisas entre 2000 y 2002.
En la misma averiguación se indica que la policía española encontró en 2006
que el Cártel del Valle del Norte de Colombia usó Monex casa de Bolsa, Monex
Divisa e Intercam Casa de Cambio –todas radicadas en México– para lavar 78
millones de euros.
En 2007 las mismas autoridades españolas notificaron a las mexicanas que
Zhenli Ye Gon también uso Monex para hacer transferencias, mientras que en 2008
el cártel mexicano de los Beltrán Leyva uso este banco para transferir 78
millones de euros.
En otra línea de investigación de 2011, las autoridades de Estados Unidos
encontraron que Fernando Castro Martínez, presunto prestanombres del
exgobernador tamaulipeco Tomás Yarrington, realizó transferencias por 7.2
millones de dólares a distintas entidades financieras, incluida Monex.
Con todo este historial en el blanqueo de dinero de procedencia ilícita, es
imposible que las autoridades electorales y judiciales cierren los ojos ante la
denuncia que hizo el empresario José Luis Ponce de Aquino por fraude contra
integrantes del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto.
Según el empresario de los medios, atestiguó la transferencia bancaria de 56
millones de dólares a supuestas cuentas con dinero de procedencia desconocida,
radicadas en bancos de Italia, Israel “y otro portugués o brasileño”.
El dinero, dijo, se transfirió a una cuenta en la sucursal de Banca Monex en
la ciudad de México, a nombre de la empresa “Jiramos”, propiedad de Alejandro
Carrillo Garza Sada, quien lo contactó para hacer la campaña de publicidad de
Peña Nieto en Estados Unidos.
Hoy esas revelaciones pretenden ser desvirtuadas y descalificadas por el PRI
para que no se tomen en cuenta. Sin embargo, nadie, menos las autoridades,
pueden hacerlas a un lado.
Se trata de pruebas claras de que el priista Enrique Peña Nieto no alcanzó a
lavar su imagen y que su partido actuó de manera ilegal utilizando dinero de
procedencia ilícita, además de que rebasaron los topes de campaña.

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