Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 25 de enero de 2013

ASTILLERO-De montajes y otras inmundicias - El hambre y las mujeres-


Astillero
FC y GGL, complementarios
Audiencia en Harvard
Cassez, otro agravio
Netzaí: bien, la Corte
Julio Hernández López
Melodie Jackson, decano asociado de comunicación y asuntos públicos de la Harvard Kennedy School, recibirá el próximo martes 29, a las diez de la mañana, a dos de los firmantes de la carta que impugna la presencia allí de Felipe Calderón, quien ya estará como becario (los interesados pueden leer el texto, y suscribirlo electrónicamente, en http://chn.ge/YqLAe4). La carta de confirmación de la cita establece que la audiencia será en representación de Drew Gilpin Faust y de David Elwood, presidente y decano de la mencionada escuela de gobierno, y en ella participarán Eduardo Cortés Rivadeneyra (@cecortesr en Twitter), principal promotor en México del documento de repudio a FCH, y John Randolph, el representante en EU del sitio change.org, donde inició ese movimiento epistolar electrónico en el vecino país.
A la Universidad de Harvard se le ha pedido que revierta la contratación de Felipe Calderón mediante un texto que es apoyado por casi 34 mil personas (entre ellas, el autor de los presentes teclazos) porque “disparó la deuda pública en 122 por ciento, según SHCP; sumó 7.3 millones de pobres, según Coneval; tiró a México 33 lugares en el Índice de Corrupción, según Transparencia Internacional; México es el último lugar en calidad educativa, según la OCDE, y su fallida guerra dejó más de 100 mil muertos y 25 mil desaparecidos, según México Evalúa y el listado de la PGR, publicado por The Washington Post”.

 
Pero, ahora, el decano Jackson deberá agregar a la lista de agravios contra México que se le adjudican al becario Calderón el correspondiente al grave descrédito del aparato mexicano de procuración y de impartición de justicia y el daño a la imagen de la nación mexicana que provocó mediante el manejo sicopatológico del caso Cassez.
 
Aun cuando la detención de la presunta secuestradora se produjo durante el mandato de Vicente Fox, cuando Genaro García Luna era el jefe de la Agencia Federal de Investigación, Felipe Calderón asumió los términos de aquella historia como verdad propia, impulsó un castigo judicial extremo para la extranjera y colocó las relaciones diplomáticas con Francia al borde de la ruptura, provocando entre otras cosas la cancelación de un año de actividades en aquella nación dedicadas a México.
 
Los términos de esa relación sombría y enfermiza no se redujeron al caso de la presunta secuestradora francesa, sino que constituyeron uno de los ejes centrales del desempeño calderonista. Actuando como un virtual vicepresidente ejecutivo y ejecutante, intocable a pesar de las múltiples acusaciones, sospechas y certezas sobre su comportamiento, García Luna fue el funcionario que complementó las tendencias irregulares de personalidad del michoacano cuya pieza musical favorita es el corrido del hijo desobediente.
 
García Luna fue la fiel y firme mano ejecutora de los hechos correspondientes a consideraciones, complejos, intereses y conveniencias de Felipe Calderón en el desarrollo de la que fue su máxima obra de gobierno, Ela llamada guerra contra el narcotráfico o, ampliando el radio de acción, contra la delincuencia organizada, que en realidad fue una estrategia sangrienta de reacomodos comerciales en busca de nuevas gerencias sexenales, una forma demencial de establecer controles sociales mediante el miedo, un intento de legitimación electoral mediante las armas y un alto pago en términos de soberanía nacional por el cobijo del poder estadunidense para ayudar a imponerlo y sostenerlo en Los Pinos.
Foto
PLENARIA TRICOLOR. El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, y el coordinador de la bancada tricolor en el Senado de la Republica, Emilio Gamboa Patrón, durante la segunda plenaria de senadores de PRI y PVEM
Foto Francisco Olvera
 
Aceptar a Calderón en una escuela, la Kennedy, de la prestigiosa Universidad de Harvard, con base en un difuso programa de trabajo financiado por una multimillonaria griega, y en términos volátiles de becario, significa cerrar los ojos a las desgracias multiples que ese personaje provocó en su país, entre ellos el desastroso asunto de Cassez. La Kennedy School esgrime la tesis de que es importante para sus estudiantes que puedan conocer de viva voz del político mexicano las razones por las que actuó de determinada manera. A ese paso, deberá llenarse de dictadores, genocidas y sicópatas empoderados para ir moldeando el criterio de sus selectos alumnos.
Beneficiado con esa estancia académica (no será profesor, pero dará charlas y tendrá algunas otras actividades, casi como un visitante informal, como un tolerado), Calderón podrá ver cómo transcurre el amago de cacería contra su alter ego criminal, García Luna, a cuya cuenta sangrienta se está cargando de manera absolutamente fundada el asunto de Cassez, que tanta irritación está causando entre los mexicanos.
 
A propósito, el respetable abogado Netzaí Sandoval, quien promovió una solicitud ante la Corte Penal Internacional para someter a juicio a Calderón por su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos y las decenas de miles de muertes causadas por su guerra contra el narcotráfico, hace ver un error expresado en la entrega de ayer de esta columna: Cassez no fue detenida junto con la banda de secuestradores ni en la casa de seguridad donde tenían a los secuestrados, sino a varios kilómetros de distancia, en la carretera México-Cuernavaca.
 
Agrega Sandoval: Todos creíamos que estaba con los secuestradores en la casa, porque ahí la trasladó la AFI para el telemontaje. Eso está reconocido por la PGR y por la AFI. Así lo dice el expediente y el proyecto de resolución de Zaldívar y de Sánchez Cordero. Es decir, no fue detenida en flagrancia. Por eso su caso dependía de otras pruebas que se fueron abajo. Creo que es positivo que la SCJN libere a esta persona. Cierto, se violaron derechos de las víctimas, pero lo hizo García Luna, no la SCJN. La Corte actuó bien y creo que cuando hacen una cosa bien, hay que reconocerlo y criticarlos cuando actúan equivocadamente. El 8 de abril del año pasado, Sandoval escribió en http://bit.ly/YqTtjF una opinión que es oportuno repasar.
 
Y, mientras se lee en http://bit.ly/W3rXq1 el artículo del escritor lagunero Jaime Muñoz Vargas (@rutanortelaguna en Twitter), sobre Televisa, Loret de Mola y el montaje que incluyó a Cassez, ¡feliz fin de semana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

miércoles, enero 23, 2013

De montajes y otras inmundicias


Busqué en YouTube el primer deslinde de Televisa con respecto del montaje perpetrado por Genaro García Luna en el caso de Florence Cassez. No hallé nada, aunque de antemano puedo aceptar que en efecto la televisora se sintió ultrajada por el ex mandón de la ya desaparecida Secretaría de Seguridad Pública y de inmediato procedió a denunciar que se trató de una pantomima. ¿Qué dijo Televisa en aquel momento, poco después de que en los medios fue dado a conocer el falaz operativo de la SSP? Ignoro si fue una nota breve o un reportaje ambicioso. Lo que sí sé es que luego de esa aclaración, si la hubo, Televisa no subrayó la calidad de sujeto infame que tenía el secretario García Luna y lo dejó actuar, digamos, con total normalidad, como si no fuera un funcionario anómalo, tan poderoso y siniestro que sólo con la oposición de muchos, entre otros de la televisora más importante de América Latina, podía ser despedido de su cargo y hasta procesado.
Pero no. Según Carlos Loret de Mola, Televisa fue engañada al calor de la noticia y unos pocos días después, al darse cuenta de que se trataba de un operativo hollywoodense, denunció el montaje y estableció “protocolos” institucionales para no verse de nuevo sorprendida por los montajes de García Luna o de cualquier otro funcionario proclive a la dirección de cine.
Así nomás. En unos cuantos minutos, Loret de Mola despachó un asunto de una gravedad del tamaño de México: que un sujeto como Genaro García Luna, responsable de la seguridad en todo el país, siguiera al frente de una Secretaría que drenó millones de pesos (lo que en este caso, asombrosamente, es lo de menos) y dejó el saldo mortal más siniestro que recuerde la historia de la función pública internacional.
Lo que quiero decir es que hoy, al calor del Caso Cassez en el que salió a relucir con todo su pavoroso brillo el nombre del ex secretario y la presunta colaboración de Televisa en la difusión del montaje, el monstruo mediático sólo aclare que aclaró puntualmente lo que en su momento debió aclarar y punto. Por decir lo menos, creo que esa autoexculpación de Televisa es insuficiente, y voy a tratar de explicar por qué.
Es cierto que cuando ocurrió el montaje, el 9 de diciembre de 2005, el hoy ex secretario Genaro García Luna no era todavía el Genaro García Luna que poco después conoceríamos. Si en efecto Televisa se deslindó del montaje y hasta lo denunció, debió colocar reflectores especiales en la figura de ese funcionario recién encumbrado al, quizá, cargo de mayor responsabilidad en la administración calderonista, sólo ubicado un peldaño abajo al de quien detentaba la presidencia de la República. Digo que García Luna merecía reflectores especiales desde el principio, ya que engañó a México, engañó a Televisa, engañó a todo mundo en un área delicadísima, tanto que pasados los meses creció de manera infernal el número de muertos por violencia en nuestro país.
Pero no, no hubo reflectores especiales, sólo una tardía aclaración reiterada porLoret de Mola en estos términos:

El 9 de diciembre de 2005 nos tocó transmitir la información de su captura [de Cassez]. A la ciudadana francesa la habían detenido un día antes y la autoridad fingió y simuló un operativo como si estuviera sucediendo en vivo. Con lo que yo estaba viendo en pantalla en ese momento, que es lo mismo que se estaba viendo al aire en la señal de Televisa, con la información que estaba dando el reportero, con la supervisión encargada a los jefes de las áreas de producción y contenidos, quienes no me alertaron de nada extraño, yo no me di cuenta de este montaje, no me di cuenta de esta trampa. En retrospectiva, con un análisis más minucioso de todas las imágenes, creo que pude haber descubierto el engaño. Al calor de la noticia, como el árbitro de futbol que no tiene acceso a la repetición y debe decidir de botepronto, no lo hice, y lo lamento. Para nosotros el asunto no quedó allí. El primer medio de comunicación que documentó públicamente este montaje de la autoridad fue justamente Noticieros Televisa. Unas semanas después, el 5 de febrero de 2006, lo exhibimos y lo denunciamos. A partir de ese caso, en Noticieros Televisa y en Primero Noticias tomamos medidas y establecimos protocolos para que una cosa así no volviera a suceder. El montaje orquestado por la Agencia Federal de Investigaciones para la captura de Florence Cassez no fue desde luego la única irregularidad de este caso. En la averiguación previa se establece que la ciudadana francesa no tuvo derecho a solicitar de inmediato, como marcan las leyes internacionales, el apoyo de su embajada, le negaron un traductor, hubo cambios en las declaraciones de los testigos… las denuncias de que se violaron los derechos humanos de la detenida han llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que pasado mañana miércoles debe resolver el controvertido caso de Florence Cassez.

Enfatizo varios detalles de ese lánguido mea culpa. Loret de Mola habla sin eufemismos de un “montaje”, de una “trampa”, de un “engaño”.O sea, tiene perfecta conciencia de lo que fue aquella maniobra policial. Luego, apenado o embusteramente apenado, como queramos, da lo mismo, usa una metáfora futbolera para señalar que al calor de los hechos, por la vertiginosidad inherente a la transmisión en vivo, no captó de “botepronto” el tinte cinematográfico del operativo, pero después, tras analizar minuciosamente el artificio, en Noticieros Televisa notaron que se trataba de una patraña y por ello fueron los primeros en denunciarla y luego, en el plano de sus políticas internas, se impusieron “protocolos” que sirvieran para evitar nuevas coreografías tramadas por la autoridad.
Mi inquietud es ésta: supongamos que en efecto, como dije hace unos renglones, Televisa no sólo se deslindó del montaje transmitido en vivo, sino que además lo “documentó”, lo “exhibió” y lo “denunció”, parece poco, muy poco, para el tamaño del agravio que le hicieron y, sobre todo, parece poco, o nada, para el tamaño polifémico que desde entonces alcanzó la maldad del secretario García Luna. A Televisa no le habían birlado un dulce, sino que la habían involucrado en una maniobra vergonzosa, que comprometía su credibilidad informativa (es un decir) y que desde ese mismísimo momento daba una idea perfecta sobre la peligrosidad del tipo que encabezaba la SSP, una peligrosidad que jamás volvió a ser exhibida por Televisa pese a que en todos lados se sabía que García Luna estaba atropellando todo a su paso en una guerra cuyas monstruosas consecuencias todavía no alcanzamos a dimensionar.
Si el agravio lo hubiera padecido el periódico La Voz de Viesca o La Gaceta de Sombrerete sería injusto pedir que estos pobrecitos medios se las vieran frente a frente contra García Luna, pero lo sufrió Televisa, y por lo que se pudo ver sólo aclaró que fue víctima de un montaje y listo, dejó actuar al delirante secretario cuando lo que se requería —ahora uso yo una imagen del balompié— era un perruno marcaje personal.
Hoy, como ocurre siempre, a sabiendas de que el pasado es borroso y los expedientes de la comunicación electrónica son de difícil seguimiento, Televisa se lava las manos, acusa al funcionario ido de tramposo y demás, y sigue tan campante con su telaraña de arreglos y noticias montadas de acuerdo al interés de los grupos hegemónicos, a los cuales pertenece y representa.
Por último, se me ocurre esto: sé que siempre lo tuvieron por loco y revoltoso, pero si Televisa sabía que García Luna había diseñado un operativo apócrifo desde el arranque de su gestión, si sabía que el país estaba en llamas, si sabía que Calderón lo dejaba hacer y deshacer como verdugo, ¿por qué jamás, entre otros documentos, aprovechó y difundió un video como el de Gerardo Fernández Noroña espetando la palabra “asesino” a quien ya por entonces tenía convertido a México en un matadero?
Como dicen los tuiteros: es sólo una pregunta.



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