Malvinas: “Plan de disuasión” británico
Fernández hizo un reclamo por las Islas Malvinas ante la ONU.
Foto: AP
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LONDRES (apro).- Las autoridades militares de Gran Bretaña idearon “planes de contingencia y disuasión” militar para evitar “acciones hostiles” por parte de Argentina en las Islas Malvinas, “previo, durante o después” de la consulta popular de marzo próximo en dicho archipiélago austral.
Ello ocurre en medio de un aumento de las tensiones diplomáticas entre Londres y Buenos Aires por el futuro de las islas.
Como parte del operativo, el Reino Unido planea enviar a las Malvinas tropas adicionales, un buque de guerra y jets de caza Typhoon de la Royal Air Force (RAF) como forma de “disuasión”.
“Una serie de opciones militares están siendo activamente consideradas tras la intensificación de la guerra verbal por (el futuro de) las islas”, indicó una fuente del Ministerio de Defensa el pasado 13 de enero al dominical conservador Sunday Telegraph.
Las alternativas militares, que fueron ideadas en Permanent Joint Headquarters en Northwood, en el noroeste de Londres, incluyen, además, una “demostración de fuerza” a Argentina como ejercicios navales en el Atlántico Sur.
Las autoridades militares británicas evalúan también el despliegue a las Malvinas del llamado Grupo de Tareas de Respuesta de la Royal Navy (Marina), una flotilla compuesta por buques destructores, una fragata, un submarino y comandos de guerra.
Como parte del operativo de “disuasión” a Argentina, Londres desplegaría a soldados de la Brigada de Asalto Aérea 16, que incluye a miembros del Regimiento de Paracaidistas que recientemente completaron una ronda de entrenamientos en España para prepararse para una “guerra general”, siempre según la fuente del Ministerio de Defensa.
El gobierno pro-británico de las Islas Malvinas espera una abrumadora mayoría por el “Sí” en la consulta popular que se llevará a cabo los días 10 y 11 de marzo próximo, convocada por las autoridades de Puerto Stanley para “aclarar el estatus político” de las islas.
El referéndum tendrá sólo una pregunta: “¿Desea que las Islas Malvinas mantengan el actual estatus político de Territorio de Ultramar del Reino Unido?
Jefes de la Inteligencia británica advirtieron al primer ministro David Cameron que un abrumador “Sí” en la consulta popular podría llevar a “represalias agresivas” por parte del gobierno argentino, que reclama la soberanía de las Malvinas.
Contingencias
Las autoridades militares temen que el gobierno de Cristina Fernández organice “campañas de alto impacto”, como izar la bandera argentina en una de las islas por un medio de grupo pequeño de activistas.
“Otras posibilidades incluyen una campaña de acoso al estilo de la ‘Guerra Fría” por parte de la Marina argentina contra la flotilla pesquera de las Falklands (Malvinas) y la interrupción de las tareas de exploración de gas y petróleo por parte de compañías británicas”, agregó el reporte.
Los planes de contingencia fueron elaborados “como medidas de prevención” para que Londres no sea tomada por sorpresa, según el Ministerio de Defensa británico.
“Gran Bretaña necesita estar en la situación en la que pueda responder muy rápido a todo tipo de amenazas, y por esa razón hemos elaborado estos planes de contingencia. Nuestra postura no ha cambiado, pero tampoco vamos a ser complacientes”, agregó en un comunicado.
“Hay un número de planes de contingencia para lidiar con cualquier amenaza a las Falklands, y éstas están siendo revisadas. Por ahora no hemos dado órdenes a ninguna unidad militar, pero existe un planeamiento prudente de todas las unidades que pudieran ser desplegadas en el evento de una crisis”, continuó.
Unos mil 500 militares británicos se encuentran estacionados de forma permanente en las Malvinas, junto con cuatro jets de caza Typhoon, un avión antimisiles y batallones de artillería y antimisiles terrestres.
El destructor HMS Edinburgh se encuentra patrullando siempre el Atlántico Sur, junto con el buque patrulla HMS Clyde, el tanquero HMS Gold y el rompehielos HMS Protector.
Además, uno de los submarinos nucleares de la Marina británica está siempre en aviso para ser desplegado a la región en caso de un deterioro de la situación diplomática con Argentina.
El año pasado, el buque HMS Dauntless fue desplegado al Atlántico Sur durante las conmemoraciones por el 30 aniversario de la Guerra de Malvinas (1982), la cual, después de 74 días, tuvo un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos.
“A pesar de una creciente retórica hostil de la presidenta argentina Cristina Kirchner, el gobierno británico cree que Buenos Aries carece actualmente tanto de una decisión política como de capacidad militar para recapturar las islas”, escribió el Telegraph.
Sin embargo, Cameron informó recientemente a los ministros de su gabinete y a las autoridades de Defensa que Gran Bretaña “no debe ser complaciente y debe estar totalmente preparada para cualquier eventualidad”.
Luego del informe por el “plan de disuasión”, el secretario de Estado de Defensa del Reino Unido, Andrew Robathan, sostuvo que el gobierno de Gran Bretaña considera “altamente improbable” que la Argentina intente invadir las islas Malvinas.
En una comparecencia en el Parlamento británico el lunes 14, Robathan sostuvo que la Constitución argentina impediría el ataque y que, además, el poder militar de la Argentina no es el mismo que en la época del general Leopoldo Galtieri, cuando en 1982 el archipiélago fue invadido.
En ese sentido, apuntó que desde los días del general Galtieri hay “una separación definitiva” entre el gobierno civil y el Ejército, y señaló que “no parece, aunque nunca se puede ser complaciente, que sus fuerzas armadas estén bien equipadas en este momento”.
De todos modos, el funcionario no se mostró complaciente.
“Gran Bretaña tiene la capacidad de reforzar su presencia militar” en las Malvinas de cara a un referéndum en las islas el 10 y el 11 de marzo.
“Amenazas militaristas”
Las autoridades malvinenses, impulsoras de la consulta y con pleno apoyo de Londres, defienden su vínculo con el Reino Unido, pese a los reclamos de Argentina, que reivindica su soberanía histórica sobre el archipiélago.
A principios de enero, el gobierno de Argentina había repudiado lo que consideró fueron “amenazas militaristas” hechas por Cameron, quien dijo que estaría dispuesto a encarar un nuevo conflicto bélico para conservar las islas Malvinas.
En una entrevista a la cadena oficial BBC dada a conocer el día 6 de enero, Cameron fue consultado sobre si estaría dispuesto a ir nuevamente a la guerra para defender la ocupación británica de Malvinas. Su respuesta fue elocuente: “Por supuesto que sí, y tenemos importantes medios de defensa, es absolutamente primordial que tengamos aviones de caza y tropas estacionados en las islas Falklands”.
Cameron se refirió así personalmente al tema, tras un desplegado que días antes publicó el gobierno argentino en los diarios londinenses The Guardian y The Independent. En esa carta abierta, la presidenta Cristina Kirchner reclamó a Cameron “el fin del colonialismo” y a “acatar las resoluciones de las Naciones Unidas”.
“La Cancillería argentina repudia las amenazas militaristas del primer ministro David Cameron, relacionadas con la ocupación ilegal que Gran Bretaña ejerce sobre las islas Malvinas desde hace 180 años”, en referencia a la ocupación británica del archipiélago desde 1833, según el comunicado de la Cancillería británica del día 7.
“La agresividad de las palabras del primer ministro británico ratifican la denuncia realizada por la República Argentina ante las Naciones Unidas sobre la militarización del Atlántico Sur y la posible presencia de armas nucleares introducidas por la potencia colonial”, agregó el gobierno argentino.
El comunicado, además, planteó que Cameron está utilizando el tema Malvinas, tanto para sostener a la industria armamentista como para crear un foco de tensión que aleje la atención de la crisis financiera que azota a Europa.
“Los argentinos solicitamos que el señor David Cameron no utilice los legítimos y pacíficos reclamos que realizamos contra la usurpación de parte de nuestro territorio y en contra del colonialismo, como excusa para seguir sosteniendo la industria armamentista en lugar de paliar la severa crisis social por la que atraviesa Europa”, agregó el comunicado oficial. “Los pueblos necesitan más trabajo y menos guerras”.
El comunicado oficial exigió, una vez más, “la obligatoriedad del Reino Unido de aceptar las resoluciones de las Naciones Unidas de resolver la cuestión Malvinas en forma pacífica”.
La polémica por la militarización de las islas ocurre días después que la petrolera británica Rockhopper Exploration, que descubrió petróleo en aguas de Malvinas en 2010 en el yacimiento “Sea Lion”, confirmó que planea construir al menos otros tres pozos en el norte de las islas para 2014, incluidos los de Casper, Casper South y Beverley.
En un anuncio hecho por escrito a la Bolsa de Valores de Londres el pasado día 10 del mes, Rockhopper anunció cuatro proyectos de exploración de hidrocarburos en aguas de Malvinas, en el Atlántico Sur.
Dichos proyectos fueron identificados como Chatham G, S2, Zebedee y George 1.
Rockhopper, cuyos principales accionistas son Odey Asset Management (con el 8,1% de acciones), UBS Investment Bank (6.2%), Ignis Investment Services (5.1%), Royal London Asset Management (5%) y Credit Suisse (5%), confirmó que iniciará los proyectos de exploración junto con la petrolera británica Premier Oil, luego de haber llegado a un acuerdo exitoso por mil millones de dólares.
Rockhopper anunció, además, que acordó entregarle a Premier el 60% de lo que produzcan los yacimientos en el marco de esa asociación.
De acuerdo con el anuncio, el yacimiento “Sea Lion” contendría alrededor de 300 millones de barriles de crudo.
Sam Moody, número uno de Rockhopper, aseguró que ahora la empresa con sede en Londres está “completamente fondeada” para extraer petróleo y para un nuevo programa de exploración para desarrollar en 2014.
La firma sostuvo, además, que en los próximos años podrían comenzar a extraer miles de barriles de crudo de la región, cuya soberanía es disputada por Argentina.
Según Rockhopper, las primeras extracciones comenzarán en el tercer trimestre de 2017 y treparán a 2019 hasta los 30 mil barriles de crudo por día.
Ello ocurre en medio de un aumento de las tensiones diplomáticas entre Londres y Buenos Aires por el futuro de las islas.
Como parte del operativo, el Reino Unido planea enviar a las Malvinas tropas adicionales, un buque de guerra y jets de caza Typhoon de la Royal Air Force (RAF) como forma de “disuasión”.
“Una serie de opciones militares están siendo activamente consideradas tras la intensificación de la guerra verbal por (el futuro de) las islas”, indicó una fuente del Ministerio de Defensa el pasado 13 de enero al dominical conservador Sunday Telegraph.
Las alternativas militares, que fueron ideadas en Permanent Joint Headquarters en Northwood, en el noroeste de Londres, incluyen, además, una “demostración de fuerza” a Argentina como ejercicios navales en el Atlántico Sur.
Las autoridades militares británicas evalúan también el despliegue a las Malvinas del llamado Grupo de Tareas de Respuesta de la Royal Navy (Marina), una flotilla compuesta por buques destructores, una fragata, un submarino y comandos de guerra.
Como parte del operativo de “disuasión” a Argentina, Londres desplegaría a soldados de la Brigada de Asalto Aérea 16, que incluye a miembros del Regimiento de Paracaidistas que recientemente completaron una ronda de entrenamientos en España para prepararse para una “guerra general”, siempre según la fuente del Ministerio de Defensa.
El gobierno pro-británico de las Islas Malvinas espera una abrumadora mayoría por el “Sí” en la consulta popular que se llevará a cabo los días 10 y 11 de marzo próximo, convocada por las autoridades de Puerto Stanley para “aclarar el estatus político” de las islas.
El referéndum tendrá sólo una pregunta: “¿Desea que las Islas Malvinas mantengan el actual estatus político de Territorio de Ultramar del Reino Unido?
Jefes de la Inteligencia británica advirtieron al primer ministro David Cameron que un abrumador “Sí” en la consulta popular podría llevar a “represalias agresivas” por parte del gobierno argentino, que reclama la soberanía de las Malvinas.
Contingencias
Las autoridades militares temen que el gobierno de Cristina Fernández organice “campañas de alto impacto”, como izar la bandera argentina en una de las islas por un medio de grupo pequeño de activistas.
“Otras posibilidades incluyen una campaña de acoso al estilo de la ‘Guerra Fría” por parte de la Marina argentina contra la flotilla pesquera de las Falklands (Malvinas) y la interrupción de las tareas de exploración de gas y petróleo por parte de compañías británicas”, agregó el reporte.
Los planes de contingencia fueron elaborados “como medidas de prevención” para que Londres no sea tomada por sorpresa, según el Ministerio de Defensa británico.
“Gran Bretaña necesita estar en la situación en la que pueda responder muy rápido a todo tipo de amenazas, y por esa razón hemos elaborado estos planes de contingencia. Nuestra postura no ha cambiado, pero tampoco vamos a ser complacientes”, agregó en un comunicado.
“Hay un número de planes de contingencia para lidiar con cualquier amenaza a las Falklands, y éstas están siendo revisadas. Por ahora no hemos dado órdenes a ninguna unidad militar, pero existe un planeamiento prudente de todas las unidades que pudieran ser desplegadas en el evento de una crisis”, continuó.
Unos mil 500 militares británicos se encuentran estacionados de forma permanente en las Malvinas, junto con cuatro jets de caza Typhoon, un avión antimisiles y batallones de artillería y antimisiles terrestres.
El destructor HMS Edinburgh se encuentra patrullando siempre el Atlántico Sur, junto con el buque patrulla HMS Clyde, el tanquero HMS Gold y el rompehielos HMS Protector.
Además, uno de los submarinos nucleares de la Marina británica está siempre en aviso para ser desplegado a la región en caso de un deterioro de la situación diplomática con Argentina.
El año pasado, el buque HMS Dauntless fue desplegado al Atlántico Sur durante las conmemoraciones por el 30 aniversario de la Guerra de Malvinas (1982), la cual, después de 74 días, tuvo un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos.
“A pesar de una creciente retórica hostil de la presidenta argentina Cristina Kirchner, el gobierno británico cree que Buenos Aries carece actualmente tanto de una decisión política como de capacidad militar para recapturar las islas”, escribió el Telegraph.
Sin embargo, Cameron informó recientemente a los ministros de su gabinete y a las autoridades de Defensa que Gran Bretaña “no debe ser complaciente y debe estar totalmente preparada para cualquier eventualidad”.
Luego del informe por el “plan de disuasión”, el secretario de Estado de Defensa del Reino Unido, Andrew Robathan, sostuvo que el gobierno de Gran Bretaña considera “altamente improbable” que la Argentina intente invadir las islas Malvinas.
En una comparecencia en el Parlamento británico el lunes 14, Robathan sostuvo que la Constitución argentina impediría el ataque y que, además, el poder militar de la Argentina no es el mismo que en la época del general Leopoldo Galtieri, cuando en 1982 el archipiélago fue invadido.
En ese sentido, apuntó que desde los días del general Galtieri hay “una separación definitiva” entre el gobierno civil y el Ejército, y señaló que “no parece, aunque nunca se puede ser complaciente, que sus fuerzas armadas estén bien equipadas en este momento”.
De todos modos, el funcionario no se mostró complaciente.
“Gran Bretaña tiene la capacidad de reforzar su presencia militar” en las Malvinas de cara a un referéndum en las islas el 10 y el 11 de marzo.
“Amenazas militaristas”
Las autoridades malvinenses, impulsoras de la consulta y con pleno apoyo de Londres, defienden su vínculo con el Reino Unido, pese a los reclamos de Argentina, que reivindica su soberanía histórica sobre el archipiélago.
A principios de enero, el gobierno de Argentina había repudiado lo que consideró fueron “amenazas militaristas” hechas por Cameron, quien dijo que estaría dispuesto a encarar un nuevo conflicto bélico para conservar las islas Malvinas.
En una entrevista a la cadena oficial BBC dada a conocer el día 6 de enero, Cameron fue consultado sobre si estaría dispuesto a ir nuevamente a la guerra para defender la ocupación británica de Malvinas. Su respuesta fue elocuente: “Por supuesto que sí, y tenemos importantes medios de defensa, es absolutamente primordial que tengamos aviones de caza y tropas estacionados en las islas Falklands”.
Cameron se refirió así personalmente al tema, tras un desplegado que días antes publicó el gobierno argentino en los diarios londinenses The Guardian y The Independent. En esa carta abierta, la presidenta Cristina Kirchner reclamó a Cameron “el fin del colonialismo” y a “acatar las resoluciones de las Naciones Unidas”.
“La Cancillería argentina repudia las amenazas militaristas del primer ministro David Cameron, relacionadas con la ocupación ilegal que Gran Bretaña ejerce sobre las islas Malvinas desde hace 180 años”, en referencia a la ocupación británica del archipiélago desde 1833, según el comunicado de la Cancillería británica del día 7.
“La agresividad de las palabras del primer ministro británico ratifican la denuncia realizada por la República Argentina ante las Naciones Unidas sobre la militarización del Atlántico Sur y la posible presencia de armas nucleares introducidas por la potencia colonial”, agregó el gobierno argentino.
El comunicado, además, planteó que Cameron está utilizando el tema Malvinas, tanto para sostener a la industria armamentista como para crear un foco de tensión que aleje la atención de la crisis financiera que azota a Europa.
“Los argentinos solicitamos que el señor David Cameron no utilice los legítimos y pacíficos reclamos que realizamos contra la usurpación de parte de nuestro territorio y en contra del colonialismo, como excusa para seguir sosteniendo la industria armamentista en lugar de paliar la severa crisis social por la que atraviesa Europa”, agregó el comunicado oficial. “Los pueblos necesitan más trabajo y menos guerras”.
El comunicado oficial exigió, una vez más, “la obligatoriedad del Reino Unido de aceptar las resoluciones de las Naciones Unidas de resolver la cuestión Malvinas en forma pacífica”.
La polémica por la militarización de las islas ocurre días después que la petrolera británica Rockhopper Exploration, que descubrió petróleo en aguas de Malvinas en 2010 en el yacimiento “Sea Lion”, confirmó que planea construir al menos otros tres pozos en el norte de las islas para 2014, incluidos los de Casper, Casper South y Beverley.
En un anuncio hecho por escrito a la Bolsa de Valores de Londres el pasado día 10 del mes, Rockhopper anunció cuatro proyectos de exploración de hidrocarburos en aguas de Malvinas, en el Atlántico Sur.
Dichos proyectos fueron identificados como Chatham G, S2, Zebedee y George 1.
Rockhopper, cuyos principales accionistas son Odey Asset Management (con el 8,1% de acciones), UBS Investment Bank (6.2%), Ignis Investment Services (5.1%), Royal London Asset Management (5%) y Credit Suisse (5%), confirmó que iniciará los proyectos de exploración junto con la petrolera británica Premier Oil, luego de haber llegado a un acuerdo exitoso por mil millones de dólares.
Rockhopper anunció, además, que acordó entregarle a Premier el 60% de lo que produzcan los yacimientos en el marco de esa asociación.
De acuerdo con el anuncio, el yacimiento “Sea Lion” contendría alrededor de 300 millones de barriles de crudo.
Sam Moody, número uno de Rockhopper, aseguró que ahora la empresa con sede en Londres está “completamente fondeada” para extraer petróleo y para un nuevo programa de exploración para desarrollar en 2014.
La firma sostuvo, además, que en los próximos años podrían comenzar a extraer miles de barriles de crudo de la región, cuya soberanía es disputada por Argentina.
Según Rockhopper, las primeras extracciones comenzarán en el tercer trimestre de 2017 y treparán a 2019 hasta los 30 mil barriles de crudo por día.
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