Peña Nieto: Candil de la calle y oscuridad de su casa
Se dice que los refranes son “sabiduría popular” que casi siempre dan en el blanco. El que cabecea esta columna viene como anillo al dedo para abordar varias entrevistas periodísticas del señor Peña a diarios estadunidenses y al alemán Der Spiegel, cuya transcripción, con traducción al español de Gabriela Fonseca, publicó La Jornada el pasado 7 de febrero. El autor de la entrevista es el reportero alemán Christopher Sultan. En ella, como en las anteriores, Peña se ha explayado sobre asuntos a resolver, cuando ya su administración se ha comido 3 meses. Es cierto que en su discurso de toma de posesión informó, directamente a sus invitados a Palacio Nacional e indirectamente a los mexicanos, sobre sus “ejes”, planes y un catálogo de buenos propósitos, los cuales ya empiezan a que el engrudo se le haga bolas con las tensiones entre los suscriptores del Partido de la Revolución Democrática, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional; el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano no se han sumado, mientras los verdes son paleros del PRI, y los del Partido Nueva Alianza lo apoyan o desapoyan según les guiñe el ojo la abuelita Gordillo.
El periódico alemán (con refrán: se los digo a ustedes, alemanes, para que lo escuchen en Europa) destaca las afirmaciones peñistas de que “aplastará al crimen organizado”, que se cometieron “errores en el pasado” (indirecta para el borrachín Calderón, ahora instalado en Hard-bar como catador de bebidas alcohólicas) y que “la violencia disminuirá a mediano plazo”.
El reportero le habló de que “más de 60 mil mexicanos han perdido la vida en la guerra contra el narco en los últimos seis años” [sic], pero que en realidad son más de 100 mil, y durante estos 3 meses van más de 3 mil homicidios. El “señor presidente” –que comparte con Mancera la brutal represión del 1 de diciembre– respondió que deben combatirse la pobreza y la desigualdad de 7 millones de mexicanos (aunque tenemos 54 millones en pobreza, de los cuales 15 están en la miseria y la hambruna) para contener la violencia.
Peña no supo replicar sobre el regreso del PRI a la Presidencia de la República. Presumió el acuerdo con los partidos de oposición (dijo “todos”, lo que es falso), para asegurar que México caminará a más democracia. Guardó silencio acerca del autoritarismo y agregó que: “Hoy día no hay lugar para emplear los mecanismos del pasado”. Las preguntas eran incisivas, pero éste las bateó. Cuentan que durante la entrevista estuvo presente David López, su influyente y todopoderoso coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, casi su álter ego, que no sabe alemán y apenas si habla algo de español. Por esas entrevistas es que los mexicanos nos enteramos de cuestiones que Peña no toca o sólo lo hace de pasada, como el narcotráfico y la violencia que aumenta y contradice la estabilidad política del país para las inversiones, sobre las que insistió al diario Der Spiegel. Así que tenemos que estar al pendiente de lo que Peña informa a la prensa extranjera para estar al día en sus declaraciones.
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