Economía: las malas noticias no paran
La semana cierra con indicadores económicos que prenden alertas sobre el deterioro de la economía mexicana, sin que hasta ahora el gobierno de Enrique Peña Nieto se haya pronunciado por un Plan B ante la desaceleración.
Los analistas financieros han insistido, desde el primer trimestre de 2013, que México sufre porque la recuperación económica de Estados Unidos no termina de cristalizar y porque, además, la Reserva Federal (Fed) podría retirar los estímulos monetarios implementados luego que estallara la crisis hipotecaria en 2008.
Esto ha provocado, también, un repunte en la volatilidad de los mercados financieros mundiales, especialmente en los emergentes.
Para colmo, la economía de China, que en los últimos 15 años creció en forma sostenida y se convirtió en un motor que impulsó al resto del mundo hacia números negros, ahora muestra signos de fragilidad y las previsiones apuntan a que la caída persistirá, al menos, durante todo 2013 y parte de 2014.
En este marco, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) reconoció el viernes que la pérdida de dinamismo de la economía mexicana se agudizó en el segundo trimestre del año pues, de acuerdo sus integrantes, ha crecido la debilidad tanto de la demanda externa como de la interna.
Debido a esta situación, la moneda mexicana se depreció y las tasas de interés de largo plazo aumentaron de manera considerable. En este último caso, los expertos del Banxico opinan que el gobierno federal tiene un compromiso con la meta fiscal, por lo que de materializarse un mayor costo de financiamiento podrían contraerse rubros de gasto, aunque no precisan cuáles ni a qué sectores impactarían.
También en esta semana que termina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) se unió al grupo de instituciones y bancos de inversión que han rebajado el pronóstico para el desarrollo de la economía mexicana.
En abril, ese organismo lo ubicó en 3.5%, pero ahora lo ha situado 2.8 por ciento. Su secretaria ejecutiva, la mexicana Alicia Bárcena Ibarra, también alertó que
existen “riesgos y debilidades de corto plazo” y, no sólo en México sino en toda la región latinoamericana, se prevén “problemas fiscales serios”.
Antes, en la segunda semana de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ajustó su pronóstico de 2013, pues espera que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional se expanda 2.9%, esto es 0.5 puntos porcentuales menos a lo estimó en abril pasado. La cifra es menor al alza de 3.1% que estima el gobierno mexicano.
Además, en el mercado interno, la crisis de las principales desarrolladoras de vivienda en el mercado mexicano se evidenció el viernes con una jornada bursátil de pesadilla: sus acciones se desplomaron en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), ante los malos resultados del segundo trimestre de Homex y la postergación de los reportes de Geo y Urbi, lo que llevó a las autoridades de la BMV a suspender, indefinidamente, la cotización de los valores de Urbi.
Homex, Urbi, Geo, Sare y Ara, las empresas del sector que cotizan en la BMV, acumulan pesadas deudas con la banca, lo que preocupa a la comunidad financiera.
Por ejemplo, esa situación ha repercutido en un impacto de 4 mil millones de pesos para las reservas de Grupo Financiero Banorte, informó su director general Alejandro Valenzuela del Río. También precisó que los créditos otorgados por Banorte a Homex, Urbi y Geo están en 70% con garantías reales o de tierra, además de haberse firmado un “stand still”, lo que significa una suspensión de pago de intereses con dos de ellas: Geo y Urbi.
Los problemas de los desarrolladores de vivienda están pegando duro en la microeconomía: en el primer trimestre del año, esas empresas despidieron a 4 mil 327 personas, lo que se sumó a los 11 mil 142 despidos registrados en 2012.
En síntesis, no fue ésta una buena semana en términos económicos pero, si nos atenemos a las previsiones, tampoco lo serán las que están por venir.
Es tiempo de que el gabinete económico de Los Pinos despliegue otras estrategias y diseñe un parachoques, pues las perspectivas no son buenas ni dentro ni afuera; atenerse a la aprobación de las reformas Energética y Hacendaria, no es suficiente. Por eso es urge que el gobierno de EPN comience a gastar en los grandes proyectos de infraestructura para generar empleo en masa y apoyar, de verdad, el desarrollo de las Pequeñas y Medianas Empresas, que son líderes en creación de trabajos.
Lo otro es esperar a que las presiones externas y el escaso margen en el que se mueve internamente la economía de México terminen por llevarnos de nuevo a una situación de quiebra, de esas a las que, cada seis años, nos acostumbró el PRI.
¡Feliz fin de semana!
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