Huracanes, cada vez más recios en el Caribe
La temperatura del mar crece y se generan las condiciones atmosféricas para  que la intensidad de los huracanes sea mayor. Científicos cubanos hacen  esfuerzos por reducir la incertidumbre ambiental que depara al Caribe. Un hecho  es cierto: los huracanes no se incrementan en número cada temporada. pero su  intensidad es cada vez mayor. El posible aumento de la temperatura, hasta en 4  grados centígrados incrementa también todos los niveles de pluvosidad en la  región. Por verse, si sociedades y gobiernos estarán preparados para enfrentar  una situación climática inédita
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/07/25/huracanes-cada-vez-mas-recios-en-el-caribe/
Patricia Grogg/IPS
La Habana, Cuba. Meteorólogo de larga  trayectoria, José Rubiera prefiere hablar de “perspectivas” en vez de  pronósticos ante esta nueva temporada de huracanes en la región caribeña. Su  apuesta pasa por la reducción de vulnerabilidades y una buena preparación de las  personas, al margen de vaticinios.
Expertos del Instituto de Meteorología de Cuba  prevén para el periodo que inició del 1 de junio y que concluirá el 30 de  noviembre la formación de 17 tormentas tropicales, nueve de las cuales podrían  alcanzar la categoría de huracanes en toda el área Norte del Océano Atlántico,  que incluye el Golfo de México y el mar Caribe. Uno de esos organismos podría  impactar en Cuba.
Rubiera, director del Departamento de  Pronósticos del Instituto de Meteorología, comienza la entrevista con IPS  aclarando que se trata de un área muy grande, en la que una ciudad cualquiera,  como La Habana, cabe millones de veces, porque “son punticos en el mapa”.  No es posible saber con tanta antelación por dónde va a cruzar un huracán.
“La perspectiva de una temporada activa sólo  quiere decir que las condiciones meteorológicas generales […] son conducentes a  que pueda haber una generación mayor que en un año normal”, sostiene el también  vicepresidente del Comité de Huracanes de la Región Cuarta de la Organización  Meteorológica Mundial (OMM).
—La temporada ciclónica de 2012 fue activa.  Después de 3 años de calma para Cuba, pasó Sandy por la región oriental,  causando estragos y tomando por sorpresa a muchos de sus habitantes. ¿Por qué?  –se le pregunta a José Rubiera.
—Hubo varios factores. En primer lugar, por  Santiago de Cuba habían pasado hasta entonces solamente dos huracanes, ninguno  de gran intensidad, y sus trayectorias fueron de Este a Oeste. Son los casos de  Ella en 1958 e Inez en 1966. Sandy fue el primero que azotó a la provincia de  Santiago de Cuba, y con trayectoria de Sur a Norte. Su centro tocó tierra en la  madrugada del 25 de octubre, cerca de playa Mar Verde, al Oeste de la urbe  santiaguera. Por lo tanto, el anillo de vientos máximos de Sandy cruzó la ciudad  de Santiago de Cuba, cuya topografía es montañosa y tiene edificios con una gran  concentración de personas. Sus  habitantes no tenían la visión histórica de  lo que era en realidad un huracán.
—¿Sandy dejó alguna lección a Cuba?
—Yo creo que sí. La lección que deja Sandy es  que todo huracán es peligroso y que no se deben menospreciar los efectos que  pueda ocasionar. También que toda gran ciudad tiene que estar preparada, puesto  que presenta una mayor vulnerabilidad que cuando se trata de poblaciones  aisladas o más pequeñas. En áreas del país que no sufren estos eventos con  frecuencia o gran intensidad hay que reforzar la educación y elevar la  percepción del riesgo.
—¿Qué condiciones propiciaron este tipo de  huracán tan intenso y devastador?
—Yo no diría que fue muy intenso. Al llegar a  Cuba ya era categoría tres. Sí hablaría de su rápida intensificación, que no es  lo mismo. Desde que Sandy se hizo huracán categoría 1, al Sur y próximo a  Jamaica, hasta que llegó a la costa de Santiago de Cuba mediaron 17 horas. En  ese lapso fue de categoría 1 a 3. ¿Por qué razón? Bueno, allí había condiciones  extremadamente favorables para ese desarrollo. La temperatura del mar era  altísima, de 31 grados, y en la atmósfera superior había condiciones que  propiciaban una gran inestabilidad atmosférica.
—En los últimos huracanes de este comienzo de  siglo XXI, estamos acostumbrados a ver casos de rápida intensificación como el  Wilma, que en su tránsito por el mar Caribe, en octubre de 2005, pasó de  categoría 1 a 5 en 18 horas. Ésa es una manifestación de que estamos viviendo  una época en la que la temperatura del mar crece y las condiciones de la  atmósfera superior propician la intensificación. Estos casos son ahora un poco  más frecuentes, quiere decir que algo está cambiando.
—Parece haber consenso en que el cambio  climático no es causante de más huracanes, pero sí de que estos sistemas  aumentarían su intensidad. ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Exacto. Aunque el huracán es un fenómeno de  escala muy pequeña, comparable con los modelos que se usan para la estimación  del cambio climático, hay determinados elementos que parecen apuntar a que el  número no será mayor, quizás sea igual o incluso pudiera ser menor. Pero la  intensidad de estos sistemas será mayor, lo mismo que los niveles de pluviosidad  hacia 2100. Ése es el consenso del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el  Cambio Climático y de especialistas en ciclones tropicales que han discutido el  asunto. Yo concuerdo con esa apreciación.
—¿Qué desafíos impone el cambio climático a la  meteorología?
—El cambio climático impone retos en muchos  aspectos. Para la meteorología, el desafío mayor es poder saber con la mayor  exactitud posible qué va a pasar. Eso no es posible en el momento actual. Hay un  factor de incertidumbre, pero que está acotado. Puede haber 1 grado de  temperatura por encima de lo normal, y hasta 4 grados. Es decir, hay cosas  ciertas. Si se siguen emitiendo gases de efecto invernadero, la temperatura va a  subir, pero ¿cuánto? Ahí está el factor de incertidumbre que depende mucho de  los modelos. Ése es uno de los retos, poder conocer en cierta medida qué va a  ocurrir en el futuro.
—¿Cómo es la relación de los servicios  meteorológicos de Cuba con los de Estados Unidos?
—Entre los especialistas estadunidenses y  cubanos hay muy buenas relaciones. Ellos han estado aquí, nosotros hemos estado  allá. Existe un intercambio muy fluido. El gobierno cubano autoriza el vuelo por  nuestro territorio de sus aviones caza huracanes cuando se solicita por los  canales diplomáticos establecidos. Nunca ha habido dificultades en ese  sentido.
Fuente: Contralínea 344 / julio 2013
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/07/25/huracanes-cada-vez-mas-recios-en-el-caribe/



 
 
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