“Todo detonó cuando el narco abusó de nuestras esposas e hijas”
No ceden ante el Ejército los grupos de autodefensa en Michoacán.
Foto: AP / Gustavo Aguado
Foto: AP / Gustavo Aguado
MÉXICO, D.F. (apro).- José Manuel Mireles Valverde, consejero general del Consejo Ciudadano de Autodefensa de Tepalcatepec, Michoacán, reveló en una entrevista que se difunde en YouTube los motivos que orillaron a la ciudadanía a armarse para defenderse de los embates del crimen organizado ante la omisión de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
De frente a la cámara del portal de noticias Subversiones, a quien concedió la entrevista hace un mes, el médico cirujano afirma que el problema de la violencia generada por narcotráfico en el estado data de 12 años atrás.
La lucha entre narcotraficantes, dice, siempre ha existido pero el problema empezó cuando llegaron Los Zetas para apropiarse de la plaza a sangre y fuego.
Luego, prosigue, llegó La Familia Michoacana. Estos ofrecieron protección a la población ante la violencia desatada por Los Zetas. Tiempo después la Familia Michoacana se escindió y surgen Los Caballeros Templarios, quienes convocaron a asambleas.
El grupo se reunió con personas productivas de la comunidad: ganaderos, empresarios, industriales y taxistas, a quienes garantizaron su seguridad.
Les prometieron que nadie los iba a molestar, secuestrar o extorsionar. Incrédulos, recuerda, les preguntaron de qué iban a vivir entonces.
“Uno de ellos le dijo a la comunidad que su negocio iba a ser única y exclusivamente con los narcotraficantes de la región” a lo que la población contestó que mientras no se metieran con ellos estaba bien.
Sin embargo, relata, la situación empeoró ya que incrementaron las ejecuciones y muchos criminales migraron al extranjero, por lo que al no haber narcotraficantes a quienes explotar, comenzaron a cobrar cuotas, derecho de piso e, incluso, permiso para vivir.
Los ganaderos tenían que pagar mil pesos por cada vaca que vendían, los carniceros 15 pesos por cada kilo de carne que vendían y los tortilleros cuatro pesos por cada kilo.
“Esos señores de aquí, de Tepalcatepec, se llevaban 30 millones de pesos al mes nada más de esos tres negocios, sin contar lo que pedían a las familias. Había familias que tenían que pagar entre 10 mil y 20 mil pesos mensuales.
“Ya nos tenían medidos los metros de frente de las viviendas porque les iban a cobrar por metro de vivienda, ya nos habían asignado una cuota de 500 pesos mensuales por automóvil, los niños desde el kínder hasta la preparatoria tenían que pagar 20 pesos cada lunes. O sea ya teníamos que pagar por poder vivir”, recuerda.
Sin embargo, Mireles Valverde afirma que el problema no era pagar el tributo a los Caballeros Templarios, sino cuando el grupo empezó a meterse con la familia.
“Llegaban a tocar a la puerta de las casas y decían: ‘me gusta mucho tu mujer, ahorita te la traigo, pero mientras me bañas a tu niña porque esa sí se va a quedar conmigo varios días’ y no te la regresaban hasta que estaba embarazada”.
En diciembre de 2012, asegura, en la secundaria en la que preside la Sociedad de Padres de Familia, fueron abusadas 14 niñas, de 11 y 12 años de edad, seis de éstas del turno vespertino.
Ese, sostiene el médico cirujano, fue el problema detonante de la situación en Tepalcatepec que afectaba a todos por igual, lo mismo a la gente pobre de los ranchos que a los ganaderos más ricos de Tepejil.
La situación empeoró en los tres últimos años y las autoridades siempre fueron omisas.
“Ninguna autoridad pudo cumplir con su función porque todas las autoridades tanto municipales, estatales y federales eran parte de estos cárteles o estaban en la nómina de estos cárteles”, sostiene.
Denunciar tampoco era opción:
“A las personas que tuvieron el valor de hacerlo, al otro día amanecían muertos con todo y familia y la demanda que habían presentado, aparecía en el piso, frente a su puerta, hecha pedazos”, afirma.
Para los habitantes del pueblo esa situación no tenía otra razón más que todas las fuerzas municipales, estatales y federales pertenecen al crimen organizado y no sólo en Tepalcatepec, sino en todo Michoacán.
“Decidimos que estaba mal la situación, que teníamos en contra al mismo sistema de gobierno, el mismo sistema de gobierno que nos debía defender”, critica.
Fue así que empezaron a organizarse, “de manera sigilosa” porque nadie se dio cuenta hasta que estalló el levantamiento, el pasado 24 de febrero, seis meses después de que decenas de hombres de Tepalcatepec, estaban armados y listos para defender a sus familias.
“El 24 de febrero a las 9:00 de la mañana había 80 ganaderos aquí pero ya con las camisetas de policías comunitarios. Ya tenían aquí a toda la gente que venían por las cuotas de todas las vacas que se vendían”, recuerda.
El profesor comenta también que hubo acuerdos previos simultáneos al 24 de febrero. Se iban a levantar Tepalcatepec, Buena Vista, Apatzingan y Coalcomán, pero en este último poblado los descubrieron, los amenazaron y nadie se movió.
En Apatzingán los descubrieron y los propios delincuentes se disfrazaron de comunitarios para poder entrar.
Incluso, dice Mireles Valverde, todavía hay algunos que usan la playera de policía comunitaria pero con la leyenda en letras rojas que dice: “En contra del mal gobierno”. Esos, asegura, son los Caballeros Templarios.
El profesor recuerda que cuando se destapó el movimiento, ya tenían gente cuidando las casas de todos los gatilleros que había.
“Fue un movimiento rápido y simultáneo”, recuerda y el mismo día del levantamiento detuvieron a varios miembros del crimen organizado, les decomisaron armas y vehículos, se le entregaron al Ejército y éste al MP de Apatzingán y a la Policía Judicial Federal. Para las 12 de la noche todos estaban libres.
A pesar de ello, el secretario general del Consejo Ciudadano de Autodefensa de Tepalcatepec asegura que lograron limpiar la zona y durante tres meses no se registró un solo asesinato, secuestro o extorsión.
Luego llegó el Ejército, hubo todo un “alarde” en el gobierno y los medios por el despliegue militar en la entidad.
Sin embargo, rememora, todos destacaban que los militares iban a desarmar a todos los grupos comunitarios “pero no hubo un solo renglón en el que se dijera que iban a venir a desarmar al crimen organizado y todavía hasta la fecha”.
El médico cirujano afirma que pesar de que en incontables ocasiones les han dicho a los militares con exactitud dónde se encuentran los criminales les responden que la orden que tienen se limita cuidar su poblado.
“¿A cuidar de qué? Si nosotros ya lo tenemos cuidado”, objeta el profesor y afirma que jamás van a permitir que regresen los criminales.
Si regresan, advierte, en una hora después de sonar las campanas y los cuetes estarán listos tres mil hombres armados.
Y advierte a los gobiernos de los tres niveles de gobierno y al propio Ejército: “Si su función era desarmarnos, están perdiendo su tiempo”.
Según el líder comunitario, al menos tres veces al día los criminales intentan retomar el control de las comunidades, pero ante su organización se han mantenido al margen.
En el video Mireles Valverde hace un llamado al gobierno federal para que asuma su responsabilidad constitucional de brindar seguridad en todo el país, a los medios de comunicación les pide que se conduzcan con verdad y agradece a los migrantes de Estados Unidos que los han apoyado.
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