MARIGUANA A DEBATE: DE CURATIVA A PERNICIOSA
Por: Alfonso Castañeda - julio 29 de 2013 - 0:00INVESTIGACIONES, Investigaciones especiales - 1 comentario
En septiembre, la ALDF discutirá sobre despenalizar la portación y consumo de mariguana en la Ciudad de México. Los impulsores de la iniciativa dicen que debatirán el crimen que genera su penalización y la criminalización de consumidores.
Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).– El recuerdo de aquella fiesta de graduación, hace cinco años, es inolvidable para Fernanda. Recuerda que le acercaron un pastel de chocolate, tomó una rebanada y lo degustó con mucho placer, sin saber que a la media hora vendría el primer ataque de risas. La música era estruendosa; los compañeros de generación reían, pero Fernanda aún tiene una vaga idea de aquel día:
“Era la primera vez que probada una droga. Siempre me resistí a hacerlo, por miedo a que me volviera adicta. Yo veía a mis compañeros que lo hacían con frecuencia, los respetaba, pero no creí probarla nunca. Cuando me dieron a probar ese pastel con mota, lo hice por curiosidad, hoy puedo decir que la consumo por placer”, cuenta Fernanda, aunque ella no se asume como adicta, asegura que hay meses donde no la prueba o lo hace sólo un par de veces.
El caso de Ángeles es distinto. Ella tuvo que dejar de fumar mariguana porque le exigían exámenes médicos para un trabajo. Tomó pastillas naturistas y llevó una dieta para desintoxicarse; una amiga le recomendó ir a un baño ionizante para depurar todo y llegar “limpia” a la audición. No lo dudó, y así estuvo durante mes y medio.
“Yo creo que tres o cuatro veces a la semana me fumaba un porrito (cigarro de mariguana), sobre todo en las noches, para dormir o cuando estaba un poco estresada. Pero con la audición tuve que contenerme. Sí, fue difícil, sobre todo porque me entraba un poco de ansiedad, nervios por la audición y ganas de probar un poquito”, confiesa Ángeles, mientras asegura que la mariguana no causa adicción:
“Si fuera adicta, no lo hubiera dejado así. Claro, no fue fácil, pero tampoco sucede como, por ejemplo, con un consumidor de cocaína o con otras sustancias. Bueno, yo he sido testigo de gente que no puede dejar el cigarro y se pone loca; o gente que en las fiestas hace destrozos cuando toma sin control”, advierte.
Fernanda coincide con Ángeles, sólo que ella agrega: “Para mucha gente, quienes consumimos mariguana, somos gente desubicada o enferma. Ah, pero los que toman antidepresivos, como algunos familiares, ellos lo hacen porque el psiquiatra les recetó. Pero no pueden dormir ni estar bien sin sus pastillas, cuando eso es más dañino y sí crea adicción”.
A Jorge, el tener una planta de mariguana en casa, le causó problemas familiares. “Siempre me ha gustado la planta de la mariguana: el color, su forma. Una amiga me dio unas semillas y las planté en una maceta. Cuando vi, la planta nació. Ahí la tuve un rato”, hasta que su mamá fue a visitarlo y vio la planta, le preguntó qué era y Jorge le dijo la verdad. “No me bajaba de drogadicto, y le avisó a mi papá. Él viajó hasta acá, hablaron conmigo. En ese momento ellos me mantenían, pagaban la escuela, mis gastos y me amenazaron con quitarme el apoyo. ¡Y todo por la planta! Tardé mucho tiempo en demostrarles que no era adicto a nada”, se mofa Jorge.
Lo cierto es que estos tres casos podrían tener otro rumbo, de aprobarse en septiembre una iniciativa de ley en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) que despenalice el consumo y portación de mariguana en la capital. De ser viable esta iniciativa de ley, la Ciudad de México sería la primera entidad del país en legalizar esta droga.
En exclusiva para SinEmbargo, uno de los impulsores de dicha iniciativa (la cual se mantiene en consulta y a discusión en la ALDF), el diputado perredista Vidal Llerenas Morales, planteó: “De aprobarse esta ley, habrá menores riesgos. Porque la discusión se centra sólo en el consumo, cuando en realidad no se toma en cuenta los riesgos como la seguridad. Por eso discutimos esta ley a partir del entorno social, el crimen que genera la penalización de la mariguana y su criminalización a quienes la consumen”.
En abril de 2009, el Senado de la República aprobó una ley contra el narcomenudeo, que definía los consumos máximos de droga (en el caso de la mariguana, cinco gramos como límite), sin criminalizar a los consumidores; ahora, esta ley propone, en caso de aprobarse en el pleno de la Asamblea, portar hasta 25 gramos de mariguana sin que represente ilegalidad, podría sembrarse esta droga en casa sin que implique algún delito o asistir a clubes para consumirla con normalidad y seguridad. Es decir, va más allá de un fin médico o terapéutico…
En palabras de Jorge Hernández Tinajero, presidente del colectivo Por una Política Integral Hacia las Drogas (Cupidh), afirma:
Esta aprobación de la mariguana en el DF es una oportunidad de hablar sobre todos los prejuicios que hay alrededor de ella. No sólo hablamos de mercado, de consumo, de uso terapéutico… hablamos de derechos humanos hacia los consumidores, de comenzar a ver este tema en su justa dimensión y respaldarlo con argumentos científicos, con investigación, no con prejuicios como se ha hecho”.
CONSUMIDORES: ¿ADICTOS Y DELINCUENTES?
Jorge tuvo que hablar con su familia y explicarles que él no era adicto. Su madre insistía en acudir con algún psicólogo o médico para que lo revisaran. Al final confesó que sí había fumado mariguana en algunas ocasiones, pero no quiso dar más detalles. Esto, hace más de tres años.
“Yo creo que a los consumidores de drogas se nos señala, o como adictos o criminales, pero a los alcohólicos se les trata como enfermos, se les entiende; al menos eso veo con gente que es adicta al alcohol”, enfatiza Jorge, quien aboga porque haya más información sobre el tema: “No se trata de legalizarla y ya, sino de que sepamos cómo utilizarla. Por ejemplo, con los cigarros, uno sabe qué onda, si te pasas, ya es problema tuyo”, añade.
El especialista en tráfico de drogas, Luis Astorga, cuenta en su libro El siglo de las drogas que desde los años 20 inicia la prohibición del cultivo y comercialización de la mariguana, “cuya venta se pretendía controlar por lo menos desde 1883 por considerarla venenosa o nociva en otras manos que no fueran las de los médicos o farmacéuticos”, y agrega el investigador que esto se debió a la incorporación de “empresarios morales”.
Sin embargo, para 1931 “los delitos de tráfico de drogas y toxiconomía” son de carácter federal, y se establecen castigos de seis meses a siete años de prisión y multas de 50 a 50 mil pesos. Es hasta el 27 de octubre de ese año que entra en vigor en todo el país el Reglamento Federal de Toxicomanía. Se estipulaba, entonces, que cualquier persona podía dar aviso a las autoridades sanitarias en caso de saber de algún “toxicómano”.
En agosto de 2009 se publicó un decreto que modificó algunos artículos de la Ley General de Salud, el Código Penal y el Código Federal de Procedimientos Penales. Uno de estos cambios es el que las entidades federativas asumieran responsabilidades para combatir los delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, así como el establecimiento de una tabla de medición para diferenciar entre narcomenudistas y usuarios. Tan sólo la Secretaría de Salud del DF informó que fueron dispuestas a disposición del Ministerio Público 28 mil 463 personas por delitos contra la salud entre enero de 2009 y mayo de 2012.
Esta percepción, la de criminalizar al usuario de drogas ilegales, habría de perpetuarse décadas después, cuando en 2006 el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa sacó al Ejército a las calles para “combatir los cárteles de drogas”, desde entonces, especialistas en la materia, como el politólogo y presidente de Cupihd, Jorge Hernández Tinajero y el doctor Gady Zabicky, entre muchos otros, consideraron una violación a los derechos humanos de usuarios de drogas, vistos como delincuentes y no como personas libres de decisión.
El problema es que se criminaliza al usuario. Hay una percepción errónea al considerar que existe una relación entre violencia, delito y uso de mariguana. Un usuario de drogas ilegales está atrapado en un derecho que no le permite salir. Si quiere utilizar su autonomía, su libre derecho a decidir, para las autoridades está cometiendo un delito. El sistema de control que impera actualmente en nuestras leyes, permite una violación a sus derechos. Muchos de los usuarios desconocen cuáles son”, asevera Hernández Tinajero.
De acuerdo con la Encuesta de Adicciones en el Distrito Federal (EADF), tres de cada cuatro usuarios de drogas ilegales, son usuarios de mariguana. Es decir, de cada 100 consumidores, 92 utilizan mariguana, tan sólo en la ciudad de México. La EADF 2008 también señala que la mayoría de los consumidores de esta droga son varones.
Por eso, para el diputado Vidal Llerenas es importante la aprobación de una ley que despenalice el consumo, portación y cultivo. Advierte que es mentira esta idea de que al despenalizar la mariguana, los usuarios estén en mayor riesgo. “Por eso la ley gira alrededor de tres ejes: el uso terapéutico y médico de la mariguana, que sabemos, es legendario; despenalizar la posesión de mariguana y subirla, de 5 gramos que permite la ley, a 25 que es lo indicado por persona; y crear espacios seguros para el consumo recreativo”, precisa el legislador local.
Por su parte, el investigador Hernández Tinajero apunta que el hecho de regular la mariguana, no implica mayor disponibilidad de la droga. “Está comprobado en Holanda y España que la regularización de la mariguana, en un contexto de regímenes de tolerancia, implica que los menores de edad tengan menos disponibilidad de adquirir mariguana. Hoy, sin ley alguna, sabemos que desde muy chicos pueden comprar droga en cualquier parte, ver en internet, afuera de la escuela. Pero el grave problema son estos prejuicios que vierten los agoreros de la salud”, apuntala.
Respecto a este tema, cabe mencionar que la primera Encuesta de Usuarios de Drogas Ilegales en la ciudad de México (EUDI), elaborada por Cupidh, muestra que la mitad de quienes usan mariguana se iniciaron antes de los 18 años (52.5 por ciento), datos que coinciden con la Encuesta Nacional de Adicciones 2008, respecto al inicio del consumo a edades tempranas.
VERDADES A MEDIAS
Acerca de la mariguana se han escrito tantas cosas: más mitos que realidades. Algunos sostenidos por instituciones de salud e incluso psiquiatras y médicos. Sin embargo, para el doctor y uno de los principales especialistas en este tema, Gady Zabicky considera que hasta ex presidentes y “seudoespectros afirman tantas cosas sin sustento, sin tener un encerrón científico. Por ejemplo, el Centro de Integración Juvenil (CIJ), que muestra documentos hechos con las patas. Con escasas citas bibliográficas que contradicen lo que ellos mismos sostiene sobre las drogas”.
El también psiquiatra sostiene que cuando se afirma que el consumo de mariguana genera psicosis, no es del todo cierto porque “eso depende del entorno psicosocial de quien lo ingiere. Por ejemplo, gran parte de los usuarios, que recurren a la mariguana cada 15 días, no manifiestan estos síntomas. Son estudios que ya están comprobados”.
Cuando se le pregunta si la mariguana causa adicción, el especialista se detiene un poco y responde que hablar de adicción, además de impreciso, es muy abstracto. “Aquí tendríamos que hablar de la pérdida de control sobre una conducta que puede dañar mi persona. Digamos, de alguien que no puede controlar ese consumo… Si a eso le llamamos adicción, con la mariguana no sucede”, y advierte:
“No confundamos a un consumidor de cannabis con un usuario de cocaína, por ejemplo. En mi experiencia, puedo asegurar que mucha gente puede dejar de consumir mariguana, incluso en usuarios crónicos. Durante los primeros días que lo hace, sentirá algunos temblores, quizá problemas gastrointestinales, pero no se les da medicamento ni tranquilizantes. No metamos en el mismo saco a todos los usuarios de drogas”, acota.
Por su parte, Jorge Hernández Tinajero asevera que nadie ha muerto por consumir mariguana. Para él es importante poner todo en un justo medio, “por eso es preciso decir que el alcohol y el tabaco son más nocivos para la salud. El argumento es que la mariguana genera psicosis, pero eso depende del entorno social y genético del usuario”. En México, dice el investigador, 5% de la población ha consumido mariguana. Existen en el mundo 150 millones de usuarios de esta droga, “¿cuántos viven con psicosis? Yo creo que separar los mercados de la mariguana de otras drogas más riesgosas, sería de suma importancia para entender el tema”.
Gady Zabicky pone el caso de una persona que es ingresada a un anexo por una supuesta adicción. Compara a un consumidor de alcohol etílico frente a un usuario de mariguana. “Supongamos que el alcohólico ingiera un litro de alcohol al día, esa persona tiene 5% de probabilidades de morir por delirium tremens. Mientras que un consumidor de mariguana tendrá cambios de humor y síntomas que pasarán en un par de días. Hay casos de gente que deja de consumir mariguana, y después vuelve a usarla sin sentir esta codependencia que sí se tienen con otras drogas como el alcohol y el cigarrillo, por ejemplo”.
Por eso, para el diputado Lleneras Morales es importante que tanto especialistas como legisladores puedan reunirse en estas semanas para ver pros y contras. El perredista insiste en que es importante una buena campaña de información para que la sociedad no tome esta ley como una entrada a las adicciones, sino todo lo contrario: “Que sepan que de aprobarse, habrá una regulación del mercado, lo que no quiere decir que se venderá mariguana en cada tiendita de la esquina, como sí se hace sin la ley”, aclara.
No obstante, Gady Zabicky confirma que hasta la fecha ningún funcionario lo ha llamado para abordar estos temas, con las evidencias existentes. “Los que verdaderamente somos expertos en la materia, no tenemos cabida en las instituciones. Yo he colaborado con varias, pero cuando no estás en la línea que ellos marcan, quedas fuera. Eso me pasó en el Instituto Nacional de Psiquiatría”, señala.
DERECHOS HUMANOS, TEMA PENDIENTE
Así lo considera el legislador Vidal Llerenas, y con él coinciden Gady Zabicky y Jorge Hernández Tinajero. Para Lleneras Morales hablar sólo del uso de la mariguana para fines terapéuticos es negar el derecho a decidir de los usuarios. “Es un problema de derechos humanos, donde los prejuicios de la mariguana violentan las libertades civiles de los consumidores. Te vuelves un delincuente si lo haces”, considera Hernández Tinajero.
Aunque para erradicar estos prejuicios sociales, a punta el doctor Gady Zabicky, es importante acabar con el tortuguismo y nepotismo de las instituciones de salud pública del país. En especial, el adictólogo se refiere a Fernando Cano Valle, comisionado nacional contra las adicciones (Conadic), acusado en 2007 de varias irregularidades cuando fue director del Instituto de Enfermedades Respiratorias (INER). El mismo que en junio pasado opinó a propósito de la posible aprobación de la mariguana en la capital:
“El 90% de la población no tiene contacto con drogas, entonces para qué legalizar algo que sólo provocaría colapsar el sistema nacional de salud”, declaración que al psiquiatra Gady Zabicky “asegura algo que no puede sustentar científicamente, miente rotundamente, como también el CIJ, que chupa dinero del erario, que durante los 40 años que lleva de existencia sólo ha publicado siete documentos sobre el tema. No se le puede considerar como algo serio, no hay fundamentos”, recalca.
Y en medio de estas discusiones, y de la futura polémica que vendrá en el pleno de la ALDF, Fernanda y Ángeles coinciden en que, de aprobarse esta ley, ellas podrán comprar los gramos indicados sin que sean vistas como delincuentes. También Jorge, quien no descarta la posibilidad de volver a tener otra plante de mariguana. O como en Suiza, donde la ley permite hasta cinco plantas de cannabis por persona.
“Ojalá que sí se apruebe la ley, y que sea en todo el país. Yo creo que todos los mexicanos, consumidores o no, sabemos que esa plantita tiene muchas propiedades curativas, ojalá que los mochos no salgan con sus prejuicios de siempre. Tenemos derecho a decidir sobre nuestra vida y nuestro cuerpo, ¿no?”, pregunta Jorge y su respuesta queda en el aire, en espera de ser contestada en septiembre próximo, cuando dicha ley sea presentada y discutida.
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